sábado, 5 de marzo de 2011

Otto Krohnert una leyenda en la selva africana- Primera parte-

Estaba estudiando quinto del Bachiller en el Instituto Colonial de Enseñanza Media en Santa Isabel, que dependíamos del  Ramiro Maeztu de Madrid y en esas vacaciones mis tios Fernando y Cloti me invitaron a pasar unos meses en su casa de Micomeseng, donde mi tío Fernando estaba empleado en una factoría. Ir al Continente Africano a la plena selva me parecía fantástico, así que en 1947 a mis quince años soñé con  mis avatares entre gorilas, leopardos y hasta cocodrilos.

En Micomeseng se conocía todo el mundo, así que a los pocos días el novio de mi prima Paquita, que luego sería su marido, Goyo Alvarez Touchard sobrino de un subgobernador que hubo en Bata, me presentó a una leyenda en la caza especialmente de elefantes, Otto Krohnert, hombre de un aspecto fuerte a mi me pareció un armario o más bien una caja de caudales de acero invulnerable, tenía una especie de zoológico cerca de Micomeseng donde guardaba animales capturados vivos para enviar a diferentes zoológicos del Mundo. Junto con los hermanos Lasaleta se les consideraba los proveedores mejor preparados para esa labor.
Me contaron muchas historias de Otto, con el tiempo incluso conocí en una competición de natación organizada por Marrero en el Casino de Santa Isabel, a una hija suya de gran belleza que vivía en Canarias donde era campeona en alguna especialidad de natación.

En los últimos tiempos por mediación de Facebook he tenido contacto con alguno de sus nietos y he tenido la suerte de que Fernando Casas nacido en Basakato del Este ( Bioko) me facilitara una traducción del capítulo dedicado a Otto Krohnert en el libro Elephant Hunters del famoso cazador Tony Sánchez Ariño, de cuyo libro he podido sacar los datos más interesantes de esta síntesis de su biografía que siempre he tenido la ilusión por contar, dada la admiración que me produce..

Todo el mundo pensaba que Otto era de los miles de alemanes que en la Primera Guerra Mundial huyeron del Kamerún alemán al ser atacados por las tropas anglofrancesas y pasaron a la Guinea Continental Española, donde la mayoría se trasladaron posteriormente a Fernando Póo y fueron repatriados bien a Alemania o volvieron  al Camerún ahora dministrado por Francia, se habla de unos 2.000 alemanes acompañados de unos 70.000  fullah, etnia que apoyó en la guerra a los alemanes. Así que grande fué mi sorpresa al ver que nació en 1888 en el desierto de Kalahari, en la entonces Bechuanalandia actual Bostwana,   en una de esas carretas de bueyes castrados hogar de su padre cazador profesional, que vivía de proporcionar y comerciar con carne y pieles, seguramente carne para los obreros que trabajaban en el faraónico ferrocarril que se construía para enlazar SudAfrica con Egipto. Así que ese niño seguramente el biberón lo sustituyó por una escopeta de caza con la que seguía a su padre y lo emulaba.
En aquel tiempo no había vehículos a motor  ni carreteras. La caza se vendía como carne seca, supongo que ahumada, lo que los boers llamaban "bitong", ya que la carne fresca era muy dificil de conservar.

A la edad de 18 años decidió que ya estaba preparado para enfrentarse solo a la vida, aparte de que tenía la ilusión de especializarse en la caza de elefantes, así que con unas carretas de bueyes se dirigió al África Suboccidental Alemana, la actual Namibia. En aquel 1906, aunque parezca mentira, la burocracía era muy complicada así que decidió dirigirse a Angola, y tuvo que abandonar sus carretas ya que  los enormes bueyes no pudieron luchar contra una mosca llamada tse- tse, mosca que en muchos países tropicales ha impedido el desarrollo de la ganadería convencional, de ovejas, terneros etc. En Angola cazó sus primeros elefantes con un pequeño rifle Mauser calibre 7x 57 mm. Tuvo que organizar las expediciones en base a porteadores con grandes caravanas. Atravesó Angola de Sur a Norte, hazaña impresionante para un joven de 18 años, en unos terrenos llenos de fauna salvaje y peligrosa, donde los accidentes geográficos te obligan a cambiar la ruta y vadear ríos a veces muy caudalosos y de peligroso caudal. Después de una larga marcha llegó al Estado Libre del Congo, en donde la conocida zona de Bajo Congo la población de elefantes era muy numerosa. En la población de Boma consiguió todos los permisos correspondientes y le pareció un sitio ideal para fijar su base de operaciones. Allí vendía el marfil consguido a diversas empresas comerciales que tenían las llamadas factorías ubicadas en la población. Su caracter inquieto y las noticias que en el Congo Francés era más fácil conseguir las licencias de caza, hizo que cruzara el río Congo llegando a la capital Brazzaville. Importante ciudad pero que a principios del siglo XX, era una lugar insalubre donde la malaria era endémica pero era un centro dinámico de comercio, donde se comerciaba con ropa, sal, pólvora, artículos de metal como machetes, cubos de zinc etc. a cambio de caucho y marfil basicamente, de los que había una demanda mundial. La población blanca eran los clásicos funcionarios coloniales, oficiales del Ejercito Colonial, personal médico, monjas ,misioneros y los agentes comerciales, pero todos ellos representaban una ínfima minoría ante la población autóctona. La población blanca llegaban con la idea de enriquecerse y al cabo de los años seguían igual de pobres y con bastante menos salud.
En el Congo Francés al principio le iba muy bien a Otto, cazaba muchos elefantes vendía a buen precio el marfil y pudo cambiar su viejo Mauser por un potente 450 Nitro Express, con lo que su efectividad fué infinitamente superior, ya que en esa zona el disparo tenía que ser fulminante al detectar la pieza mucho más cerca por lo espeso de la vegetación. Con el tiempo la caza disminuyó y entonces decidió internarse en el vecino Gabón donde le habían asegurado que la caza era muy abundante, aunque el país era pura selva.  Después de atravesar una selva densa donde a veces no se ve el cielo por el manto vegetal que la cubre, llegó al río Ogooué que atraviesa medio país y que es apto para navegar con cayucos cientos de kilómetros. El problema de essas tierras es que era habitada por tribus antropófagas y con un espíritu bélico y agresivo, aunque hay que recordar que una mujer Mary Kingsley por esos años recorría el río Ogooué recogiendo fauna y flora para el Museo Británico, pese a que a un remero suyo se lo comieron como pago de una deuda.. 
Cuentan que en la época romana existían elefantes hasta el norte de África pero perseguidos con saña fueron obligados a refugiarse en la selva. La cacería indiscriminada llegaba al punto de capturar o matar elefantes, efectuando un círculo de fuego para ello, con lo que quemaban extensiones de bosque o sábana importantes para lograr sus fines matando toda fauna y flora de esa zona. Como comentaba un negro " si hubiéramos tenido colmillos, no quedaríamos ninguno vivo. " Hay que recordar que Anibal desembarcó en España con un ejercito plagado de elefantes con los que cruzó Pirineos y Alpes para atacar el Imperio Romano.

En el Congo Belga llegaron a matar tantos elefantes que sobre los años veinte en el mercado de Amberes, se vendieron más de cincuenta mil colmillos en un año, con pesos superiores a cincuenta kilos el par. Si calculamos que hasta los veinte años no es adulto el elefante y pensamos que siempre van en manada, significa que los ejemplares  no desarrollados fueron matados y abandonados sin extraerles los colmillos por su escaso valor en función del tiempo, transporte  y su mercado. Por cierto que en 1890 se había establecido en el Congo Belga la escuela Alpi, donde se trajeron cornacs de la India, para adiestrar a los elefantes en el trabajo y ayuda al desbosque, aunque al final fracasó por ser el elefante africano más salvaje que el asiatico.

En el Gabón estuvo unos tres años, situando su campamento principal junto al río Ogooué en su unión con el río Ivindo. Cazó por la llamada región de las Abejas por el actual Parque Nacional de Okanda, cuando tenía bastante marfil acumulado efectuaba una visita a Lambarene a orillas del Ogooué, de esa forma su desplazamiento era más cómodo. Se abastecía de víveres y munición y volvía a su campamento. En esa región abundaba, los antílopes gigantes bongo, cuyos cráneos conservó mucho tiempo en su casa de Akom cerca de Micomeseng.

En 1913, a sus veinticinco años ya siendo un veterano cazador de fama internacional cruzó la frontera del Gabón y Guinea Española por Akurenam, continuó hacia el norte entre los ríos Ntoro y Navia, donde abudanban los grandes paquidermos. En Guinea no se habían creado las regulaciones de caza, incluso mucho más tarde el autor de los Cazadores de Elefantes el señor Sánchez Ariño cazaba un número ilimitado de elefantes por una licencia que costaba 1.000 pts. por animal derribado.  .    

Fernando el Africano  


Algete 5 de marzo de 2011 


continuará........
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