viernes, 19 de agosto de 2011

CAPÍTULO XIV - OTRAS PRÁCTICAS Y COSTUMBRES DE LOS BUBIS


C A P Í T U L O XIV



OTRAS PRÁCTICAS, MODO DE HACER LAS PACES



Acontece con harta frecuencia que algunas personas o familias han vivido largo tiempo enemistadas y habido entre ellas reconcores y odios muy enconados y profundos y se ofrece otra de buena voluntad como intermediario o pacificador para unirlas y volver a la paz y amistad antiguas; si logra realizar sus rectos y benévolos propósitos, entonces tiene lugar la reconciliación pública.

Primeramenmte reúnense las personas o familias enemistadas y señalan el día en que habrá de presentarse ante el botoku principal del distrito para hacer las paces en su presencia. En la mañana del día designado preparan un modesto agape consistente en un sencillo potaje con algunos ñames hervidos que usan a la manera que nosotros el pan y una calabaza regular de vino de palma. Dispuesto todo se dirigen todos juntos, al rijata del botuku, éste se sienta, ostentando grande autoridad, en su eonda o taburete propio de los jefes y los circunstantes se colocan a ambos lados de él. Las partes enemistadas se pasan las manos por debajo de la barba como prenda y señal de que dirán la verdad en lo que hablen y dan enseguida comienzo a la esosori o confesión pública, Principia la parte que fue origen o causa primera de la enemistad. Explica muy al pormenor la cuestión, el móvil que le indujo a romper el trato y amistad con su compañero, lo malo que habló o murmuró de él, los deseos vehementes de vengarse y las obras que ejecutó para dañar a su enemigo.

Mientras manifiesta lo malo que hizo, habló y pensó hacer a su enemigo sostiene en la mano una ramita del árbol sagrado iko y con él gesticula desaforadamente y termina su confesión diciendo: Nka seria; ato n`pennesiala a seri; nchi la pennaha nketto nela.- He dicho, lo que hice de malo no tiene remedio, hecho está; pero propongo no repetirlo y enmendarme de veras.- Inmediatamente toma la palabra la otra parte ofendida, ejecuta idéntica operación y concluye de igual manera con las mismas palabras. Acabadas las bisasori o confesiones levántase el botuku y de pié pronuncia estas sacramentales palabras con pausa y gravedad: Obolá seri. Alo loe pala o penna lalo elò elà. - Asunto concluido, así pues, no obréis jamás como habéis obrado.- A lo cual responden las partes reconciliadas: Lalo - Así será.- Luego las partes con una malanga del país se frotan la garganta mutuamente, escupen en el suelo como prueba de detestación y arrepentimiento de lo pasado y dicen: Alo a para to chi a baimma eddo. - En adelante nos trataremos como buenos amigos.- El botuku toma una ramita del arbusto por nombre lotetto pasándola desde el ombligo hasta debajo de la barba de los reconciliados, se dan ambos un estrecho abrazo en señal de amistad y toman la comida a este objeto preparada, en lo que son acompañados por el botuku. A esta ceremonia designan también según los distritos con las voces, Loretta, lobeada y lobeada, que significan propósito firme de la enmienda, y por estas otras de bettoala, ebeddoala y ebendoala, que quieren decir hacer las paces.



MANERA DE CONOCER LOS LADRONES Y MALHECHORES



Cuando sucede un robo considerable sufre un daño grave en su persona, vida o bienes de fortuna ignorando el autor de los tales daños y perjuicios, acostumbran valerse de un medio superticioso para descubrir el ladrón y malhechor al que llaman o juchela i jube la basalabè. Las personas damnificadas acuden a un bojiammò que tenga bosokoarí o mosokoarí, que es el espíritu de adivinación.

Este bojiammó usa para sus sortilegios o adivinaciones de una calabacita denonminada kobi y en Baney bosohà, la cual contiene chibo o trocitos de concha y en sd defecto arenillas, y suele tenerse siempre perfectamente cerrada.

El bojiammó invoca y conjura su bosokoarí una y muchas veces a fin de que se apodere y posesione de él con el objeto de venir en conocimiento de los ladrones y causante de los daños y maleficios. Cuando se imagina poseido del bosokoarì hace visajes de hombre sin juicio y rematadamente loco y mueve la calabacita en todas direcciones de una manera vertiginosa; y entonces dicen que sin destapar la calabaza salen las arenillas y chibo y se introducen en el cuerpo del ladrón y del malhechor, las cuales les producen tan vivos y agudos dolores que les fuerzan a confesar su crimen al bojiammó, mas si a pesar de todos los dolores se obstinan en ocultar su delito, a los ocho días mueren irremisiblemente. Esta es la creencia común de los bubis.



BOMPÚTTU



Bompúttu, es una de las prácticas o costumbres que guardaban con mayor rigor.

Antes de comenzar la plantación de los ñames se congregaban los prohombres del distrito presididos por el bojiammó y botuku en el rojia dedicado a Rupé (N) o Potó(S). Cocían una olla de ñames reservados para semilla, degollaban un macho cabrío con cuya sangre se rociaban los hombros, pecho y espaldas; lo descuartizaban y ponían los pedazos sobre las brasas para asarlos.

La ley prohibía comer carne de la víctima sacrificada en tal ceremonia, hervida o cocida de otra manera. El fin y objeto de este sacrificio es impetrar del Espíritu Supremo creador del Univwerso el amparo y protección sobre la nueva plantación del próximo año a fin de que resulte buena y copiosa.

Derraman la sangre de la víctima sobre sus cuerpos para purificarse con ella de sus manchas legales y morales y aplacar al ser supremo, dueño de toda la creación. Acabado el convite, en el cual apuran grandes calabazas de vino de palma, se levantan y dan comienzo a una danza sagrada, cuya letra es: To a puri lo loä, to a loela- Se acabó este año y comenzamos otro.- Esta ceremonia tenía lugar en el mes de diciembre al comienzo de la estación que es cuando dan principio al desbosque y limpieza del terreno que se ha de plantar.

Llegado el tiempo de recoger los primeros ñames, llamados biolalo, que es por el mes de junio se reunen de nuevo los notables de los poblados del distrtito en el mismo rojia o adoratorio de Rupè para celebrar la propia ceremonia del Bomputtu. Com se dijo ya antes, todos los distritos estaban obligados primero a plantar una pequeña parcela de terreno de ñames dedicados al Creador denominada epata a Rupè(N) eberi a l`oto(S) o sea la plantación de Dios. Hecha esta pequeña plantación se daba un bando, por el cual se ponía en conocimiento de los habitantes cómo era la llegada de la época del desbroce para las plantaciones particulares.

Antes de echarse el bando a nadie era lícito empezar los trabajos de la prepartación del terreno. La contravención era castigada con multa de cabras. Asisten a la celebración del Bomputtu pintorreados de rojo y con diferentes figuras en las principales partes del cuerpo hechas con una tierra blanca.

El objeto del Bomputtu es presentar y ofrecer las primicias de los ñames por nombre ebattu al Espíritu Creador del Universo. Los ñames presentados como primicias proceden de la pequeña plantacióbn dedicada al mismo Espíritu. Cuecen una buena cantidad de ellos y sacrifican un macho cabrío al Hacedor de todas las cosas, con cuya sangre rocían las paredes interiores y exteriores de la rojia, singularmente un rincón de la misma donde creen que mora el Espíritu y la restante la derraman sobre el cuerpo de cada uno de los adoradores allí presentes. Colocan la carne sacrificada encima de las brasas y asada se la comen juntamenmte con los ñames nuevos sazonando el sagrado festín con largos tragos de vino de palma.

Apurado ya todo arman un baile de acción de gracias a la Divinidad que tan benévola y benéfica se muestra con los hombres y repitiendo la misma letra: To a puri lo loa to atoela - Pasó este año y comenzaremos otro.- De paso hacemos notar que el año común de doce meses abarca dos años bubis. El primero comienza en diciembre al principio de la estación seca y terminsa en Mayo, y el segundo tiene principio con la estación de lluvias esto es, en Junio y su fin en noviembnre. De aquí que en dos épocas dan gracias a Dios por el año transcurrido y le piden auxilio y protección durante el nuevo año. El 4 de este mismo mes de junio las notabilidades infieles de Rebola, Basilé y Basapo se juntaron en el rojia del besé de Basilé para la ceremonia del Bomputtu.



LOTUBBIA o BONONONÓ



Así como el Bomputtu es un rito propio y exclusivo de los hombres nobles ancianos, el Lotubbía o Bonononó lo es de las mujeres respetables. El fin e intento a que se dirije el Lotubbia es el de rendir gracias al Espíritu Protector de las mujeres por la cosecha de las malangas, que en el Norte le dan el nombre de Bisila y en otros lugares de Riobatta, Riobadda, y Riobanda.

El cultivo de la malanga, bijem, es exclusivo de la mujer, tanto que los hombres de la nobleza bubi deben abtenerse de comerla. A estos se les llama basoco y al vulgo que la come, dan el nombre de babesè o bamesé, esto es, gente rústica y salvaje. El tiempo de la plantación es a últimos de mayo y junio y el de recoleccíon es en diciembre y enero.

La malanga solían plantarla en la misma finca de los ñames, poniendo entre ñames y ñame una malanga.

Antes de dar principio a su siembra tiene lugar el rito Botoi o Bonoha en virtud del cual las mujeres deben ir por agua de mar, parte de ella la llevan al rojia de la Bisila o Riobatta y la otra la llevan a sus casas, que la usarán como agua lustral y como medicina contra los cólicos intestinales. Provistas del agua santa y saludable siembran algunas semillas de bijem en honor del Espíritu.

Antes de practicar estos actos de culto al espíritu Bisila o Riobatta les estaba prohibido el principiar la siembra de las malangas propias, y a la que obraba contra la costumbre se la tenía por profana e irreligiosa y se la castigaba con multa de cinco gallinas según los lugares. Cumplidas ya todas estas prácticas religiosas las mujeres se apresuraban a hacer sus siembras particulares.

Venida la época de la recolección se proveían de gran cantidad de pescado y cangrejos procedentes de río o mar, los cocinaban y condimentaban Con aceite de palma y alguna de las diferentes hierbas comestibles que tan grande uso hacen de ellas y tanto abundan en la isla; arrancaban primero las sembradas en honra y gloria de la Bisila o Riobatta, las cocían en grandes ollas y preparadas y dispuetas todas las cosas necesarias celebraban las fiesta del Lotubbia o Bonononó. Para la ceremonia se reunian las más ancianas del poblado en la rojia de la Bisila o Riobatta, llevando cada una su ollita de pescado ya condimentado y etuka o cestita de malangas cocidas, pero sin mondar. Una vez reunidas en la rojia comenzaban por mondar las malangas y dejaban las mondaduras en un rincón que esto significa Bonononó de enonó mondadura, y cáscara hollejo. Terminada su tarea de la monda piden a la Bisila o Riobatta que la refección cuadragesimal que van a tomar en su honor les sea de provecho y les conceda muchos años de vida; luego acaban alegremente su vianda. En esto consiste el Lotubbia. Desde este momento todas las mujeres pueden sin trabas y libremente arrancar y comer sus malangas. Las antiguas costumbres desaparecen con rapidez extraordinaria. En el Botoi realizado en Rebola el año 1911 contamos mas de 200 mujeres; en este de 1923 celebrado el 9 de junio de este mes, unicamente asistieron unas 36 y aún entre ellas había muchas niñas.



S I O B O (10-8-1923)

Siobo es otra de las ceremonias religiosas que demuestran muy a las claras los vivísimos deseos que tenían los antiguos bubis de disfrutar largos y felices años de esta vida. En determinados días del año todos debían presentarse muy de mañana en la rojia principal del poblado. Allí el hechicero guardían de la rojia se sentaba en un taburete teniendo en la mano una bolita de tierra amarillenta a la que dan el nombre de Siobo y todos uno por uno poníanse delante de él en cuclillas. En esta posición el hechicero con el siobo señalaba a cada uno la frente, los hombros, la boca del estomago, el ombligo y los pies, colgaba del cuello un cordoncito de palma del cual pendía una hoja de la hierba llamada en algunas partes ausam y que recibida esta señal decía ¡Etoalè ne sele ommó oko re rojia oh! - espíritu que vives en esta capillita; te pido por favor que yo no me muera jamás.- En esta forma marcados perseveraban durante el dia y con estas señales iban a todas partes contentos y alegres fiados en la poderosa protección del espíritu.



ROBO R`EPEPPE



Robo r`epeppe, lo que en el norte, Baney y Basuala distinguen con el nombre de Siba en otras comarcas de la isla denotan con el de Robo rèpeppe o Romo r`epepe. Con todo algo se diferencia. El Siba fuerza a todos al descanso absoluto de todo género de trabajos manuales, pero les permite salir de casa, divertirse visitar a sus parientes y amigos dentro del poblado; aunque veda también que los que están dentro salgan fuera y los extraños entren en el pueblo.

El Robo r' epeppe impide que salgan de su propia casa durante todo el día y si algún forastero entra en el poblado mientras dura, no le es permitido moverse de la casa donde entra hasta el final de la ceremonia. A otra costumbre obliga el Robo r`epeppe a su terminación y es que los adultos así hombres como mujeres han de hacer ciertas abluciones o lavatorios de cuerpo entero afín de purificarse de las impuerezas legales que ofenden a los espíritus de los antepasados. La violación del Robo répeppe era severamente penada con multa de cabras o gallinas según fuera la persona violadora; mas lo que les infundía mayor temor era la seguridad y creencia superticiosa que tenían de ser castigados por los espíritus con premura de muerte. Durante la celebración de la ceremonia no pueden mirar al mar.

Robo ra belopette y Nkokko la beruba kala: El primero es propio de las mujeres y significa fiesta de las cuerdas; porque en ella las mujeres se ataban una cuerda en el cuello y otra en la cintura de las que hacían colgar hojas y palitos del arbusto aromático llamado Siesá. El Nkokko la beruba kala es peculiar y primitivo de los varones y expresa así mismo la ceremonia de las cuerdas y escamas córneas del armadillo o pangolin, por causa de llevar al cuello una cesta de escamas unidas con un cordón hecho de bejuco por nombre Nkokko, en los brazos y en la cintura traen ceñidas otras cuerdas de nkokko, a las cuales sujetan un sitete si te camo mpisla, es decir un tallo blanco de palmito que todavía no ha sido azotado por los tornados. Ambas fiestas son parecidas al Siba y al Robo r´epeppe, aunque más moderadas. En ellas las mujeres pueden ir por leña, por agua o plátanos a las finquitas cercanas, mas no a las lejanas; los varones pueden licitamenmte proveerse de vino de palma y preparar la palmera. Mas ni a varones, ni a mujeres es permitido hacer viajes largos y mucho menos bajar a la playa, ni ver el mar.

Cuenta la tradición bubi un castigo ejemplar y muy singular. En la playa de Toopè, situada en el distrito de Baney, hay una gran boya de hierro que probablemente las fuertes mareas arrancarían de algún lugar de la costa vecina y la dejaron encallada en aquella reducida ensenada. Esta boya es reputada por aquellas gentes como un objeto maléfico, al que dan el nombre de Nkanganga.

Entre Basupú de Baney y Batui, que está junto a las aguas minerales, existía un pueblo llamado Basaritche. En él celebraban las mujeres el Robo ra belopette una de ellas muy profana e irreligiosa tuvo la osadía, quebrantando públicamente la ley, de bajar a la playa por cangrejos y anguilas. Entretenida en la pesca advirtió que una gran cuba era llevada por la marea a aquella playa. Notó que en el interior de ella lucían unas lámparas que daban claridad y resplandor admirables y nunca vistos y se oían voces suavísimas y cánticos tan armoniosos que oídos humanos jamás han percibido. Quedó la mujer atónita y estupefacta dio gritos de espanto y corrió fuera de si hacia Basaritche. Los cantares que entonaban dentro de la cuba entre otros, uno era este: To pualasa nganga Ripotó, toe to la cha ripette. - Traemos en nganga de Santa Isabel y nosotros lo levantamos como si fuera una cuba- Al oir los hombres las voces de la mujer bajaron todos a la playa pensando que era un barril de pólvora, más en llegando a la playa, ya no se vieron las luces, ni se oyeron las voces, sino únicamente la mencionada boya arrimada a la playa. La mujer y los demás creyeron que dentro de la cuba iban los espírituis de sus abuelos para castigar la osadía de la mujer pòr bajar en tal dñía a la playa. Pasado breve tiempo la mujer murió y poco a poco fueron desapareciendo los demás habitantes, quedando unos pocos, que huyeron a Batui, escapando de una muerte cierta y dejando desierto y abandonado Basaritche, que ya no existe.


BOJIAMMÒ

Esta palabra traducida a la letra significa adorador de los espíritus en sentido general, y en este caso a todos los bubis se les puede llamar bojiammò, por cuanto toda su religión consiste en dar culto a las almas de los antepasados.

Concretando más su significado quiere decir todo hombre o mujer consagrado al culto de los innumerables espíritus que, según creencia general pueblan las cuevas, lagos, lagunas, puentes ríos, montes, valles, bosques y árboles sagrados de toda la isla. Se les puede denominar tambien conforme el nombre del espíritu del cual sean devotos. Así, pues, a los que adoran a Kooba o Laja que son espíritus más notables y poderosos de Rebola, se les da los nombres bojiakooba o bojialaja. Laja es un espíritu muy conocido y nombrado en toda la isla. Uno de los pueblos de Boloko y el más cercano a Musola lleva el nombre de Rilaja, que significa pueblo de Laja.

Riobadda es el espíritu que vive en las profundidades del lago Riappa o Moka y a sus devotos se les apellida con el sobrenombre de bojiario badda. Bojiabioko es el que está consagrado al gran espíritu Bioko que tiene su morada en la planicie de Moka; Bojiamoalàla el devoto del espíritu Moalala que reside en las tinieblas de la mayor cueva de Fernando Póo, situada en las estribaciones de Moka y en las cercanías de Riasaka; Rojiachiba es el que rinde culto a Chiba espíritu morador de las alturas o montañas más elevadas de la isla.

Al fortísimo espíritu, cuyo domicilio está en la gran caldera volcánica de Batete en donde tiene su origen el río Tudela da el nombre de Ole y a sus adoradores el bojiaole, Loppè o Lombè es el espíritu guardían de la laguna de Balachá, Laha o también Mo`amaeri que habita en la olla profunda del lago Loreto y los que le ofrecen sacrificios se les denomina bojialoppè o bojialombè, bojiabaha o bojiamolumaeri.

Bojiasahá es el que rinde culto particular al espíritu Esahá propietario del lago Claret y patrono principal de Basakato del Oeste. Lopelò es el protector particular de los bolokos, tanto orientales como occidentales, y los consagrados a su servicio se les apellidan bojialopelò.

Con lo que acabamos de nombrar hay de sobras para una pequeña y clara noticia de los espíritus más señalados y dignos de mención que ocupan los diversos lugares de la isla, que si los hubiéramos de mencionar a todos, nos haríamos interminables y fastidiosos.

En tiempos pasados eran numerosos los bojiammò y apenas había poblado por muy reducido que fuese en donde no viviesen tres o cuatro. Entre ellos los había unos más poderosos que otros y que se distinguían de manera muy singular. En general los bojiammò eran tenidos en mucha consideración y estima. Se les llamaba en todas las asambleas, así generales como particulares, y sus resoluciones, sentencias y consejos eran de gran peso. En los casos graves enfermedades, muertes y otras desgracias eran singularmente consultados a fin de averiguar y conocer los causantes de tales calamidades y tomarse cumplida y terrible venganza.

Es creencia general de los bubis, y aún de todos los negros, que las enfermedades, muertes y otras adversidades que afligen a la humanidad jamás proceden originalmente de causas naturales, sino que son efectos de causas inteligentes y perversas o sea de maleficios. Además el oficio del bojiammò era muy bien retribuido por cuanto todos los consultantes debían presentarle ofrendas de cabras, gallinas, ñames, aceite y vino de palma, aguardiente, etc. etc. De lo contrario el bojiammò no daba respuestas; y cuando ordenaba o aconsejaba algún sacrificio, a fin de aplacar las sombras de sus abuelos e impetrar la salud de algún enfermo o el resultado próspero de alguna empresa notable se llevaba él la mayor y mejor parte.

Los mayores anhelos de los bojiammò consistían en entregarse en alma y cuerpo a la voluntad del espíritu o mmó de su devoción particular. Para esto le llaman con vivas ansias y le invocan a gritos para que tome posesión completa de toda su persona: ba jora ba jeri choppo, es decir, - que sus vehementes deseos son ser energúmenos o endemoniadosy que el espíritu entre singularmente en su cabeza.-

He visto algunas veces que obran y hablan como locos de remate, mejor dicho, como posesos endemoniados. Entre otras, en 1903 se celebraba en las rancherias del Sampaka un eribò fiesta y convite en obsequio del espíritu protector del lugar, fui allá acompañado del difunto P. Falgueras para enterarnos de sus costumbres y pudimos observar de cerca un bojiammò e a choppo , o sea en el acto mismo de la obsesión o posesión el cual hacía tales gestos o visajes y tales acciones, que todos los concurrentes le contemplaban a respetable distancia y a los no acostumbrados a tan extraños espectáculos nos causaban tal horror y espanto, que luego abandonamos aquel lugar.

El aspirante a la dignidad de bojiammò estaba obligado a observar algunas ceremonias muy expresivas y por lo demás supeticiosas. La primera denominada losupo es la designación del espíritu a quien desea tributar culto singular y a quién hace entrega de su persona para que se posesione de ella. Losupo se deriva de o supa que quiere decir señalar, y así o supa Omo es determinar uno de los espíritus.

Luego se dirigía al lugar de la residencia del Mmò señalado, ya fuese una cueva ya una laguna, ora una fuente, ora un río u otro sitio, sacrificaba una cabra en su honor, rociaba con la sangre la entrada y paredes interiores de la cueva, o la orilla y el agua de la laguna etc. Y con la restante lavaba su propio cuerpo. Allí mismo cocía la carne de la víctima y con ñames y mucho vino de palma celebraba el convite sagrado teniendo de comensales a los hombres o mujeres más notables del poblado. Levantaba una pequeña choza sin paredes, que no la defendían del aire frío de la noche, la cual era su habitación durant tres días con sus noches, durmiendo en el húmedo suelo. En su centro encendía fuego para protegerse del frío, mosquitos y sabandijas.

Transcurridos los tres días de retiro y penitencia volvía al poblado, edificaba al espíritu otra capilla o rojia, la rodeaba de una valla adornada de muchos y variados amuletos y ella le servía de vivienda por espacio de una semana, haciéndole compañía varios de sus amigos o amigas, según el aspirante fuera hombre o mujer.

Al entrar en el rojia se despojaban de todos sus paños, quedando enteramente desnudos, mientras permanecían en él. Embadurnaban sus cuerpos con ntola y una tierra amarilla por nombre mpepa. Durante el retiro en el rojia todos los días ofrecían al espíritu sacrificios de gallinas y cabras y las noches las pasaban cantando himnos y alabanzas al mmò manifestándole los ardientes deseos con que se abrasaban de que cuanto antes, entrase en su propia cabeza y se posesionase de él enteramente.

He aquí alguno de los cánticos del losupo: Eh`Mochumò, jè, jè, jè eh! Mochumò Eh! boobem, eh! booberibò; eh! boaeribò; eh! booberibò, eh! Echumoe. Estos cantos no se puede traducir literalmente pero quien entienda el bubi comprenderá cuan expresivos son.

Ebetaha to beitole eh! Jura Boekahà, eh! i jorà nijeri nehoppo. - Te confesamos con sinceridad, ay ¡Que deseamos soples sobre nosotros! oh Espíritu, ¡ay! Ansiamos ser energúmenos.¡ Boai Eribò; Echubo boe Chiba e mpoko moe Sipapa. Oh! - Espíritus benéficos he aquí la ofrenda que vuestro devoto presenta a Chiba todopoderoso.-

Cuando comenzaban a sentir la inspiración del espíritu, a la que llaman bojulera o mohulera, que viene de ojura mmó y significa soplar o inspirar el espíritu, el poseso gritaba con todas sus fuerzas y pulmones: Oleppa koppe e ra koè; oa, ne koppe, o a, ne koppe, o pa onnò, o opa opahobiò o a, ne koppe. - Sujeta y esconde el gavilán que se come las gallinas; di, yo soy gavilán, di yo soy gavilán, arrójame al suelo, levàntame en alto, haz de mi lo que quieras y dí, yo soy gavilán. -

Por aquí se ve como los bubis en sus cánticos, ceremonias religiosas y aún en la manera común de hablar usan el estilo figurado y de aquí que sea difícil el comprenderlos. Al entonar el bojiammo el últmo cántico, sale de la choza lleno su cuerpo de hojas de enredadera y corre y da saltos como un verdadero endemoniado recorriendo el poblado. A la tarde del mismo día hace un banquete al que asisten solamente los bojiammo del pueblo y de los otros vecinos. Luego da la vuelta otra vez al pueblo pasando de casa en casa para recibir las felicitaciones y enhorabuenas de los habitantes, los cuales además hacen al nuevo bojiammó regalos de ñames y gallinas.

Los bubis dividen baribó o almas de difuntos en diferentes categorías o jerarquías ordenadas. Siguiendo el orden ascendente los primeros son los que están encarcelados en Obileppe, que saignifica infierno de los condenados, y se les denomina Balepperibó y los segundos son los Bariribó o sea los que están amarrados a ciertas piedras que se encuentran en la espesura de los bosques.

He visto bubis abandonar fincas recién abiertas por haberse encontrado durante el desbosque con alguna de estas piedras; por creer que las almas que están encadenadas en aquellas piedras son maléficas.

A la tercera generación pertenecen los Basokoarè, que son las almas de las niñas fallecidas, están en la cuarta los Banteute, o almas de mujeres jóvenes; siguen en la quinta los Basosolo, o sea las almas de las mujeres que murieron viejas.

La sexta la ocupan los Barekaita, que son las almas de los hombres jóvenes; la séptima los Baolaribó, que son, los espíritus que compran las almas en el mismo instante que Dios las cría; vienen en la octava los Baaribò, o espíritus custodios de los hombres durante su vida mortal. En la novena jerarquía moran los Bapòteribò, o espíritus que obran maravillas o cosas extraordinarias, como comer brasas encendidas, levantarse en alto por sus propias fuerzas y volar; en la décima hay los Bapiaobaribò, que son las almas de los habitantes del Sur de la isla que son reputados entre ellos como más nobles que los del Norte; y por fin los Bateribo, que son las almas de los batuku o jefes en general. Así pues, en el Ommò (N) o Borimó (S) o país de ultratumba existen once jerarquías de Bammó (N) o Barimò(S). A los espíritus hombres los preside y gobierna Dios y los espíritus mujeres son regidos por Bisil-la (N) o Riobatta(S).



MI COMENTARIO



En las páginas contadas, me recuerda algunas cosas que en mi estancia en Fernando Pòo, me llamaron la atención. Una de ellas es sobre la malanga, pese a ser un tubérculo del que se aprovecha el fruto y las grandes y verdosas hojas, lo consideran tan vejatorio comerlo que la nobleza bubi, lo tenía prohibido y su cultivo recaía exclusivsamente en las mujeres. Además concuerda con el diccionario de la Lengua Española, que considera a dicha palabra en Cuba como adjetivo en los siguientes términos: - Dicese de quien no tiene valor- y en Puerto Rico como - Persona de poca habilidad en su profesión u oficio-. Mi deducción es que, esos significados o acepciones provienen del mismo origen que los bubis observan sobre la malanga, es decir de la Costa cercana de la Isla de Fernando Póo de donde vinieron los bubis.

Algo que es más universal en todas las culturas es los beneficios del papel de médico, hechicero y sacerdote, como es el de bojiammó en los poblados bubis. Se consultan las decisiones, las enfermedades, el momento de plantar o recoger las cosechas, pero siempre, siempre como base para la toma de decisiones, unos sacrificios y unas dádivas para congraciarse con los mmò o espíritus. Cabras, gallinas, ñames etc. Así que ser bojiammó en un poblado era un chollo, y existián muchos aprendices. Eso casi se ha perdido, salvo algunos que en enclaves algo aislados siguen gozando de mucho crédito y bastante temor a sus decisiones, ya que algunos críticos han sufrido desgracias extrañas.



Fernando el Africano Barcelona a 19 de Agosto 2011