sábado, 12 de noviembre de 2011

EL MKINKELIBAH PLANTA MEDICINAL PARA LAS HEMATURIAS

                                                         EL KINKELIBAH




                                                                 MI COMENTARIO



En la revista La Guinea Española de 10.12.1915, me ha llamado mucho la atención un artículo firmado por Ruiaz, sobre el Kinkelibah, planta que ya menciono en el artículo sobre Medicina tradicional africana que está publicado en este mismo blog.

Lo que voy a extractar de ese artículo, las propiedades de dicha planta que se exponen, las puedo certificar. En 1944 mi hermano Salvador a causa de una insolación, de la imprudencia propia de sus años (16) padeció una hematuria y pese a la intervención médica, no había forma de cortarla, hasta el punto que el médico previno a mis padres un fatal desenlace en la enfermedad, por haberse agotado las defensas y la nula reacción de los medicamentos ante la perdida de sangre en la orina.

Mis padres le pidieron al médico si les autorizaba a utilizar el kinkelibah que nuestros vecinos nativos aconsejaban para este tipo de enfermedad. Su contestación fue que dado que no podía agravar más la enfermedad, que hicieran lo que estimaran conveniente. Aquel mismo día prepararon mis padres, una infusión de la planta comentada y cual no sería la reacción que al día siguiente por la mañana al tomar la segunda y orinar, la micción era mucho más clara y por la tarde después de otra infusión era totalmente clara. Resumiendo mi hermano sanó y a raíz de aquella enfermedad aumentó bastante el peso y volvió a su vida normal.



                                                                 KINKELIBAH



Quizás no haya entre las tropicales una planta de tanta popularidad en su género como la que ha adquirido entre nosotros de un tiempo a esta parte como el kinkelibah. Existe un plebiscito de opinión, que no será profesional , pero que está asesorado por la experiencia en las virtudes terapéuticas de la planta. El conocimiento de esta planta, no es de hoy, más de una docena de años, los Misioneros Católicos de Senegambia, de Gabón y de otros centros coloniales de las costas africanas de Guinea, conocen muy bien las virtudes terapéuticas de esta planta y lo aplican con felices resultados en determinadas dolencias. Los sierraleonas y monrovias conocen bien la planta y la utilizan como medicinal. En mis excursiones por los alrededores de San Carlos e internándome por los vericuetos de estas hermosas fincas, he podido observar, que entre la flora que forma el herbario medicamentoso de los krumanes, se halla con predilección el kinkelibah, el bubi desconoce sus propiedades y no lo distingue con nombre especial, en cambio, es muy conocida en nuestro continente y se usa en aquellos indígenas como diurética y antifébrifuga, los pámues la llaman bessi y los bengas ujange mua mekuku estos son, entre los de nuestro territorio continental, los que la conocen más a fondo y hacen de ella más variadas aplicaciones terapéuticas.

En mi reciente viaje a Annobón pregunté por dicha planta y me hablaron aquellos isleños de una planta de condiciones diuréticas que ellos distinguen con el nombre de bayaba y que por el modo de expresarse debía ser el kinkelibah.

Nuestros hermanos los Misioneros de la Guinea española conocieron esta planta por su cuenta en los primeros años de su Apostolado en estas tierras. En 1885 el doctor Heckel fundado en muestras y datos suministrados por la experiencia del Padre Raimbault, misionero católico de Senegal, publicó un estudio sobre las notables propiedades y naturaleza botánica de esta planta. El kinkelibah es una planta leguminosa, muy común entre nosotros y que se desarrolla en cualquiera de nuestros terrenos cálidos; este herbáceo, se presenta elegante: sus hojas son opuestas, pecioladas y compuestas; sus flores dispuestas en racimos axilares a lo largo de un pedúnculo común con pedúnculos secundarios; la semilla se contiene en una vaina formada por una cáscara tenuemente leñosa marcada por un surco longitudinal en cada lado, y cuyo interior está dividido en locales, cada uno de los cuales encierra un grano de simiente de forma aplanada y casi circular. El doctor Heckel dada la importancia la ha propagado a todas las colonias francesas enviándoles plantas sacadas del jardín botánico de Marsella, o granos frescos provenientes de las plantaciones de Thiès El citado doctor la bautizó con el nombre de Combretum Raimbault en memoria del misionero que le dio a conocer la planta y sus virtudes medicinales, después de haberlo experimentado durante años en los nativos de Senegal, siempre con éxito lisonjero.

Sus cualidades terapéuticas y su empleo es muy parecido a la de infusión de Cassia Occidentalis, o fedegoso, planta del país, muy empleada como diurética, en las hematúricas por los profesionales de Santo Tomé, principalmente por el doctor Manuel Ferreira Ribeiro, médico militar colonial portugués, que pasó muchos años haciendo estudios experimentales sobre las enfermedades tropicales en Santo Tomé y Príncipe, cuyas observaciones fueron publicadas y editadas por un libro.

lo que se usa del kinkelibah,, son exclusivamente las hojas y sus virtudes evidencian por igual cuando se emplean para el tratamiento de la fiebre biliosa, hematúrica (hemoglo-bunaría) y para la fiebre amarilla o vómito negro, afecciones que tienen marcadas afinidades patológicas. La experiencia y el uso entre nuestros indígenas, denuncian en la planta propiedades antifebrífugas bien acentuadas, pudiéndose usar así como preventivo de los accesos de fiebre como curativo, casos recientes se han dado entre nosotros de hematúricas bien definidas, inconfundibles con una intoxicación de quinina, que con la aplicación de la tisana de kinkelibah y la lactosa al 4% se modificó de tal manera el estado del paciente que el desahuciado por los médicos, reaccionó , comenzado por la aclaración de la orina, acentuándose cada vez más mediante sucesivas tomas de Kinkelibah, la mejoría , gozando hoy de completa salud. El tratamiento es por ello sencillo, si se toma como profiláctico de las precitadas enfermedades, bastará cada semana beber un vaso de cocción de las hojas de kinkelibah, cuya proporción más o menos será de 250 gramos de agua por 4 gramos de hojas, para que tome el color del vino de Madera a los cinco minutos de ebullición.

Si la hematúrica se ha declarado, debe el enfermo tomar la citada tisana a todo pasto, en esta proporción: 16 gramos de hojas secas a la sombra por un litro de agua. Para quitarle el gusto amargo de la infusión puede añadirse un porción de azúcar comercial.

Las hojas de este vegetal contienen según análisis publicado por el sabio doctor Heckel, nitrato de potasa que hace de diurético y un tanino especial, este parece debe ser el principio que obra sobre el aparato renal, sobre el que descargan rudos golpes las afecciones biliares.

Los misioneros en su labor de evangelización han tenido que a veces actuar como médicos y aprovechar las virtudes de la naturaleza para curar enfermedades, como en los tiempos de la colonización americana, donde se inició el uso de la quina como antifebrífugo, de cuya corteza se extrae un principio tan conocido hoy y tan en boga como es la quinina, cuyo conocimiento se atribuye a los misioneros jesuitas de América, por eso durante un tiempo se le conoció como Polvos de los Jesuitas.

Así nuestros misioneros para beneficio de todos conocen el arahaho en bubi, de aplicaciones maravillosas contra la anuria, el árbol de la lija, cuya corteza es de resultados hematúricos, la pimienta de uso contra las pulmonías, el árbol palomero cuya corteza es un excelente curativo de la tos ferina, el bokerekere, árbol corpulento, cuya corteza hervida se utiliza como purgante, el ketekete, en la Guía Médica llamado Araroba, de magnífica eficacia contra las herpes, los árboles de la Kola y Bitakola, tan indicados como reconstituyentes.

Concluyendo la eficacia del kinkelibah para la hematúrica está fuera de toda duda y con larga experiencia en las colonias francesas africanas y en Guinea por los Misioneros.



Fernando el Africano – Algete 12 de noviembre de 2011



miércoles, 9 de noviembre de 2011

GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL-CAPÍTULO III

                     GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL




                                             CAPÍTULO III ( noviembre 1914)



Por fin tras muchos días de impaciencia ha llegado el vapor Isla de Panay, que traía mercancías y medicamentos tan necesarios para la Colonia, desde el comienzo de la conflagración europea.

Estos días igualmente han llegado desde la Península los prometidos vapores ínter coloniales tan imprescindibles en este momento. Reúnen unas condiciones magníficas al tener cabinas de baño para 1ª y 2ª clase, así como luz eléctrica, ventiladores, neveras para los alimentos, felicitamos al delegado de la Compañía señor Loring por sus desvelos.

Como se sabe la potencia de la radiotelegrafía de Santa Isabel es insuficiente para comunicarse con la Península, y dada la toma del Camerún por las tropas aliadas, ha sido desconectado el cable alemán de Camerones que unía a nuestra Colonia. Por lo tanto ahora los vapores inter coloniales deben ir a la isla de Príncipe a llevar y traer los partes para el Gobierno Colonial. Partes que en algunos casos ya han sufrido largos retrasos.



La revista La Voz de Fernando Póo, sugiere enviar los aparatos actuales de Fernando Póo a Río Benito a 163 millas, desde allí se podría establecer una red telefónica para el resto de la región y en Fernando Póo traer equipos de mayor potencia que pudieran comunicarse con Río de Oro, Canarias o la Península. Estimamos la idea como fundamental para el desarrollo de la Colonia.





Fernando el Africano









martes, 8 de noviembre de 2011

FOTOS GUINEANAS

Pilar Lahesa reina de las Fiestas Patronales y yo

Mariano Imbernón y yo, en la playa de Balombe

En la finca de Antonio Dionisio cerca de San Carlos

Haciendo la mili, soy el primero de la izquierda mirando la foto

Hechicero bubi

En la finca Mercedes, soy el huesines que va con la escopeta, los otros el señor Sancho y Enrique Gil Cebrián

GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL- CAPÍTULO II

GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL




                                                            CAPÍTULO II



Detalles De la toma de Duala



Al amanecer del día 17 del corriente mes de octubre de 1914, venidos de Duala se presentaron seis misioneros alemanes en la Misión de Santa Isabel.

Al atardecer cuatro de ellos se trasladaron a Banapá, viviendo todos estos días en nuestra compañía, relatando muchos e importantes detalles de la toma de Duala, como los que transcribo:


El crucero inglés Cumberland, se presentó el 31 de agosto en Victoria (Kámerum) y lanzó varios cañonazos a la factoría alemana de Vanderloo. Acompañaba a este crucero un pequeño cañonero, llamado Dvvaf.

En los primeros días de septiembre bombardearon el cabo Suélaba, no lejos de la desembocadura del río Kámerum, donde tienen los alemanes un sanatorio, y cercano al poblado indígena de Tiko. El día 11 varios cañoneros se presentaron en la desembocadura del río atreviéndose el Dvvaf a acercarse hasta Duala, echando varios cañonazos a una lancha anclada cerca de la ciudad. Los alemanes respondieron con sus cañoncitos de cinco centímetros, causaron notables averías al Dvvaf y mataron a un inglés. El día 24 se presentaron en la desembocadura del río Kàmerum dos barcos de guerra, el uno francés (Bruix) y el otro inglés, más cinco barcos mercantes con 7.000 soldados africanos de varias colonias francesas e inglesas y además 2.000 cargadores con muchas municiones de boca y de guerra, con cañones y ametralladoras. Muchos de estos soldados se internaron en el bosque para atacar Duala entre dos fuegos, los unos con los barcos por el río los otros desde el bosque, por su espalda. Se trabó un reñido combate en el puente de Yaboma a unos 18 kilómetros al interior de Duala, en el que los alemanes hicieron muchos muertos a los contrarios. Las fuerzas alemanas no volvieron a Duala se fueron hacia el interior, ya que Duala al no ser plaza fortificada no se podría resistir a los cañones y fuerzas de desembarque.

Al día siguiente 25 a las dos de la tarde, un cañonero inglés se acercó con bandera blanca para dar un ultimátum a la ciudad. Los alemanes respondieron que si querían el Kámerum lo tenían que tomar por la fuerza. Al día siguiente a las seis de la mañana espantaron a la Ciudad con un cañonazo, todo el día estuvieron bombardeando la ciudad. Al día siguiente continuó el bombardeo pero entonces dirigían los cañones a la destrucción de minas que los alemanes habían colocado en el río próximas a la población, Los indígenas traicionaron a los alemanes, señalando el lugar donde estaban colocadas las minas. El día 27 el representante del Gobierno alemán, vistas las escasas fuerzas que le quedaban, levantó bandera blanca. Las fuerzas aliadas levantaron sus banderas en la misma asta que antes se desplegaba la alemana. 60 alemanes que habían tomado las armas se entregaron a los ingleses y franceses., que los pusieron bajo vigilancia de tropas de color.

El día 28, mandó el jefe de los aliados, un oficial inglés para que se presentasen todos los alemanes, prometiéndoles que luego de tomar lista de sus nombres, podría volver libremente a sus casas. Acudieron casi todos fiados de su palabra, pero una vez juntos, se les declaró detenidos, mientras sus casas y comercios, abandonados , fueron entregados al pillaje y al saqueo, incluso en la Misión católica, donde hicieron risa del vino de celebrar allí guardado,. Fueron tantos los excesos que el Comandante, jefe de los aliados, dio orden de fusilar a los ladrones. Quedaron presos unos 200 alemanes europeos, que metidos en unos barquitos poco limpios fueron trasladados al crucero Cumberland, donde durmieron hacinados en cubierta. El 29 los casados se les trasladaron a Lagos, posesión inglesa y los demás a Cotenú francés. Allí vieron otros prisioneros, entre ellos tres padres y tres monjas, que por hallarse fuera de la Capital, no habían sido capturados, junto con otros 80 alemanes y varias mujeres. Los Misioneros previo juramento de fidelidad al nuevo régimen, se les puso en libertad. Ocupada su casa por los jefes franceses no se les permitió morar en ella ni tomar nada que les pertenecía, así como los elementos necesarios para celebrar la Misa. Por falta de víveres fueron embarcados los seis misioneros junto unos 30 alemanes para el cabo Suélaba, allí permanecieron una semana, custodiados por soldados, padeciendo hambre e insultos y durmiendo en malas condiciones por los bichos.

El día 16 condujeron a los 30 alemanes a Sierra Leona y a los seis misioneros a esta Isla de Fernando Pòo. Vinieron además con ellos 4 médicos, uno de ellos con su mujer y seis mujeres de la Cruz Roja, todos ellos del servicio del hospital de Duala.

( La Guinea Española 25-10-1914)

MI COMENTARIO


Este escrito me trae añoranzas, dado que con la selección de baloncesto de Fernando Póo, estuve varias veces en Duala, en el Club Paralelle 4, que tenía unas magníficas instalaciones en el río Wouri, que supongo es el que en este escrito llama río Kàmerum. Así mismo en la población de Tiko, capital que pertenecía al llamado Camerún inglés. La conocí como acompañante de la selección de fútbol de Guinea para ir a jugar a Likomba, sede de las plantaciones de banana de United Fruit, compañía que tenía 22.000 trabajadores cultivando bananas.



Transcrito por Fernando el Africano- Algete 8 de noviembre 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL-CAPÍTULO I

GUINEA Y SU ENTORNO, EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL




Siempre he deseado saber que pasó en ese periodo en la que era la colonia Española de Guinea, y la influencia de los miles de alemanes que entraron en la Guinea Continental huyendo de las tropas francesas e inglesas que invadieron el Kamerun entonces alemán, así como los miles de tribus fullah que acompañaron a los alemanes en su huida. Como se sabe gran cantidad de ellos fueron posteriormente repatriados a la isla de Fernando Póo, de ahí viene el conocido barrio Yaunde, y las tropas alemanas montaron campamentos militares en la isla, con su hospital correspondiente, pero eso sí, sin armamento. .

El relato no tendrá la continuidad de un libro o novela, más bien serán retazos con la única conexión del tiempo y del lugar.


CAPÍTULO I

(La Guinea Española 10-10-1914, firmado por el padre E. Doce)



La colonia de Nuevo Kamerun bombardeada y tomada por los franceses



El día 21 de septiembre a las tres de la madrugada entró en la bahía de Corisco con luces apagadas el cañonero francés “Surprisse” procedente de Libreville. Al amanecer penetró en el río Muni donde sorprendió a los alemanes de Ukoko Beach, estos que no esperaban ser por entonces atacados seguían disfrutando de las delicias del sueño.

El primero en despertarse al oirá las detonaciones de las bombas, fue el subgobernador quién, con el sobresalto que se deja suponer, disparó cinco tiros de revólver, para anunciar al elemento blanco e indígena que el enemigo se les echaba encima. El cañonero seguía vomitando fuego por la boca de sus cañones, causando las bombas explosivas destrozos a la vez que protegían a las fuerzas de desembarco, las cuales no habían sido vistas por el enemigo. Fueron tales las dificultades que tuvieron que superar al saltar a tierra, que según confesión del comandante de las tropas francesas, Mr. Miguelard, no habría quedado un francés vivo de los 80 que desembarcaron, si los contrarios hubieran estado sobre aviso. Por un largo espacio de tiempo tuvieron que hacer esfuerzos para salir de un pantano, donde el lodo les llegaba hasta la cintura, pocos hombres apostados en aquel lugar hubieran dado cuenta uno a uno de toda la columna.

En el primer asalto una de las ametralladoras que tenían los alemanes, obligaron al cañonero a salir del río, donde no estaban seguras las vidas de los marineros. Un oficial, más dos soldados, que de una de las torres tiraban bombas explosivas fueron muertos por disparos de la ametralladora de tierra.

La bonita lancha que para su servicio tenía el subgobierno, al intentar pasar a la playa del Hospital, para vigilar Las embarcaciones enemigas que de una parte del Gabón podían venir, fue cañoneada e hundida, los maquinistas pudieron salvarse a nado, aunque al día siguiente cayeron prisioneros. Días después, materialmente acribillada apareció embarrancada en las playas, llevada seguramente por las mareas. Hemos oído que los franceses tratan de ponerla a flote.

El fuego se reanudó a las siete de la mañana, el cuartel ardió por los cuatro costados, no quedando de él, nada más que las columnas. Las balas y bombas hirieron a muchos indígenas que estaban en el bosque e hicieron huir a otros de los pueblos.

El barco que hacía su servicio entre Ukoko y Río Campo fue cañoneado, desde Elobey veíamos como las bombas caían en la playa de Mbini y no acertábamos a explicar el porqué, varias reventaban dentro del agua y otras en la misma playa, cuando vimos el barco hundido en la rinconada que forma la península de Mbini nos explicamos todo esto. El capitán del barco y los marineros se salvaron. A las 10 y media nuevo desembarque de tropas, la lluvia nos impidió apreciar los detalles. Por la tarde desembarque en la playa del Hospital, nutrido fuego de fusilería procedente del bosque

Recibió a los que saltaban a tierra, en ese momento la bandera francesa ondeó en la playa, a ratos se ocultaba y de nuevo volvía a aparecer, tal vez fuera una seña, pues las bombas reventaron a los pocos pasos, cayendo algunas detrás de las casas del Hospital sin que se prendiera fuego.

Un horroroso fuego se inició en la factoría inglesa donde parecía estar parapetado el enemigo. Una enorme humareda avivada por la fuerte brisa y por 4 barriles de alquitrán, más un centenar de cajas de petróleo que dentro del almacén se encerraban.

A las cuatro y media de la tarde, la bandera francesa era izada en señal de victoria en el asta del subgobernador, los alemanes se habían dado a la retirada.



Por la noche apareció el monte completamente iluminado por la inmensa llama que de los edificios bombardeados se elevaba al espacio. Los invasores por temor al enemigo durmieron toda la noche en las trincheras. El subgobernador que estuvo hasta altas horas de la noche resistiendo con heroica valentía, no disponiendo ya más de 14 soldados indígenas se internó en el bosque. En Mbini cogió un bote y se llegó a la Misión católica de Punta Botika de donde salió la misma noche.

Día 22 aparecieron las banderas francesas a media asta, a las nueve y media, cinco cañonazos lanzados hacia punta Ndombo, respondieron a la descarga de fusilería hecha en el interior del bosque. Por la mañana se enterraron los muertos y por la tarde se levantó el luto.

Además del correspondiente número de heridos, el de los muertos que se enterraron al día siguiente de la refriega son: 6 alemanes europeos, y 12 soldados indígenas. Los franceses tuvieron un oficial muerto y 2 marineros, más 6 senegaleses. Cuenta los últimos con un sargento que tiene la pierna atravesada, más varios indígenas con heridas de poca consideración.

El cañonero se llevó a tres prisioneros alemanes a Libreville y el miércoles se encontraron dos más en el bosque.

Parece que muchos de los soldados indígenas se dieron a la fuga cuando vieron el mal cariz que presentaban las cosas. Se supone que el número de muertos es mayor.

El jueves se encontró el cadáver de un blanco alemán que por estar desfigurado, no ha podido identificarse.

Los edificios si exceptuamos una factoría, todos los demás, como la casas Woerman, Pangesbeart, Aduanas, Correos, etc. Han sufrido desperfectos.

La casa del subgobierno tiene las habitaciones destruidas, las paredes y tejado completamente agujereados. Para impedir que se desplome están poniendo postes en sustitución de los pilares. Como a río revuelto ganancia de pescadores, no han faltado los desalmados que han sabido hacer buena limpieza de paños, ollas y género en las factorías. En la oficina de Correos y Aduanas, los armarios estaban forzados, los libros, registros y documentos públicos por los suelos.

La casa Hatton Cookson perdió en el almacén incendiado 100 cajas de petróleo, 20 de víveres, 4 barriles de alquitrán, muchas telas y ollas. En la cárcel le fue robado a un dependiente la caja, con algunos millares de marcos.

El comandante de tierra pasó al subgobernador de Elobey, un oficio en el que le daba cuenta de la toma de posesión por fuerza de guerra de la antigua colonia alemana. Se dice que marchará mañana con nuevos víveres y municiones a Kribi para hacer la guerra a la colonia alemana, en combinación con la escuadra inglesa.

Las fuerzas que desembarcaron en los diferentes ataques, fueron 30 blancos y 200 soldados senegaleses, actualmente hay para custodiarla 20 y 150 respectivamente.

El que recuerde lo que hace dos años era la vecina colonia, se convencerá del trabajo inmenso que han puesto los alemanes en embellecer su posesión. En tiempo de los franceses no había más edificios que una casa de bambú y una casita de madera y cinc para el delegado y la factoría inglesa; en el día de hoy por obra y virtud de los poseedores contaba con tres factorías más Woerman, Pangesbeart y Jhon Holt; cinco casas de piso, más diez de regulares proporciones para alemanes, vía férrea incipiente, trincheras que rodeaban todo el monte, caminos anchos que pasaban por el centro de lo que antes era un pantano, varios puentes y finalmente jardines y paseos. No podemos fijar el número de indígenas allí domiciliados a juzgar por las casas que coronan la colina pero nos pareció que había muchísimos. Ukoko en manos de los alemanes hubiera sido una floreciente colonia que habría dado que admirar.

Nuestra primera autoridad, así que se dio cuenta de la presencia del cañonero, mandó al barco al secretario don Nicolás Bernabéu y al teniente jefe de la fuerza, fueron recibidos en medio de vivas al Rey y la nación española. Pusieron en conocimiento del capitán del barco, la protesta y como es natural respondió que se guardaría de bombardear desde aguas españolas, pero que el paso por aguas neutrales no se le podía impedir. Todos estos detalles los confirmamos después de labios del comandante francés Mr. Miquelard, que nos recibió amablemente..

Los alemanes que han podido salvarse, nos confirman que han sido 11, sin contar los cinco prisioneros.



MI COMENTARIO

En mis primeros años en Guinea, tuve ocasión de hablar con algunos de los cameruneses (supongo de la etnia Fullah) que llegaron a la isla con las tropas alemanas, y todos hablaban con nostalgia y afecto de los alemanes. En la crónica del padre Doce, también se nota su mejor afecto hacia los alemanes.

Fernando el Africano - Algete 7 noviembre de 2011