AÑORANZAS Y NOTICIAS DE
NUESTRA GUINEA-IV
De Bata
El Antonico después de ocho
meses de naufragio, embarrancado en la playa de Bata, tratan de ponerlo a
flote. Con el Vigilant llegaron en 16 de febrero una potente bomba, par achicar
el agua de sus bodegas y cemento suficiente para tapar las vías de agua, El 23
vino de Río Benito el tan conocido mecánico don Camilo Fernández, llamado por
el subgobernador y el 24 comenzó las operaciones de reconocimiento de la
avería.
Según hemos oído, se han encontrado
tres vías de agua, una de ellas de 27 centímetros de
larga y 14 de ancha. Todo esperan confiadamente, merced a la pericia del
mecánico y aprovechando las mareas vivas de marzo, que se avecinan para lanzar
al Antonico a alta mar.
Al Interior de Río Campo
Entrábamos en un terreno
virgen, ocupado por tribus que vienen del interior hacia la playa, empujadas
por otras más fuertes y que buscan también como ellas, por las cuencas de los
ríos, el tráfico del mar y la vida. De aquí que en esos pueblos no se vean las
ventajas que se encuentran en los pueblos asentados y fijos del interior del
África, que no tienen una fisonomía nómada y errante, y por consiguiente rica
en comercio y agricultura y amor por el terruño, en los nuestros no se ve ese
carácter, debido a la vida más o menos nómada en que pasan los años.
Emprendimos un viaje de
veinte días por lo menos hacía el interior del país. Habíamos visto organizar
expediciones semejantes, presenciando el desfile de numerosos cargadores con
cajas, bien aprovisionados. Nosotros sólo contamos por todo convoy dos niños,
que unos días antes habíamos recogido para educarlos, y un dependiente de la Misión de Bata, para
conducir la caja del altar mayor portátil.
Eran las siete de la mañana
del día 26 de julio del año transcurrido de 1921, cuando la pequeña caravana de
los dos misioneros, los dos niños, el fidelísimo cocinero José se despedía de
los cristianos de Embonda, para dirigirse a Río Campo.
Después de pasar en cayuco el
río Evedi y atravesar el fangal que
rodea la demarcación de los Marry, llegamos a la Capillita, que de
antiguo tenemos allá los misioneros, donde descansamos un poco, después de
fortalecer el espíritu de algunos de sus habitantes, dejamos la monotonía de la
playa, para internarnos en el imponente bosque virgen.
Anda que anda, llegamos al
caudaloso Kokolondo o Nkoolon en cuyas márgenes sentamos para apagar nuestra
sed. Tras otras dos horas de andar y después de pasar una serie de 4 o 5
pueblos bujebas, en los cuales admiramos limpieza y buen orden, llegamos al
puesto militar de Yengüe, donde el bondadoso comandante del puesto don Rafael
Díaz nos obsequió con afectuoso recibimiento.
Después de cambiadas
impresiones Con el sargento Díaz emprendimos la marcha a Nkomaka a donde
llegamos bien caída la tarde.
Posteriormente los padres
Pelayo y Ferraz, subieron el río Ndote con la intención de estimular los ánimos
de la gente de Bitika. Es un primor lo de aquellos simpáticos balengues que nos
han relatado. Quieren hacer de su poblado un centro de cultura, a la europea.
La mayoría de sus jóvenes, hablan español, y así que den cima a la bonita
iglesia, que hace meses comenzaron a edificar, seguirá su turno la escuela, que
según sus deseos, ha de ser la mejor de estas tierras
Los balengues son aptos para
toda clase de trabajos manuales y mecánicos. Son excelentes marineros, y sin
rival constructores de embarcaciones del país. En el bosque son los reyes,
únicos conocedores de todos los secretos que encierra, Pero a esto, y haber
estado hasta ahora retraídos de la civilización, y muy aferrados a sus
prácticas y creencias indígenas, se debe el que sea una de la tribus más
atrasadas. No obstante los de Bitika, quieren salirse de se ambiente. Quieren
dejar el salvajismo en que está sumida su tribu, que por sus condiciones de
sociabilidad está llamada a ser similar a los bengas y kombes. El paso ya lo
han dado.
Subieron al Mingakue, por
todos los poblados pámues que en sus riberas hay, y que son numerosos. Los
misioneros despiertan vivos deseos de aproximación. Lo que ahora necesita más
esta zona es vida febril de negocio que comienza a desenvolverse en la Colonia. Todos desean escuelas que
les den de comer y vestir.
Mambón y Achimilán. El río
Ndote y su afluente el Mingakue, que se separan más arribas del Bitika, corren
largo tiempo separados, pero poco antes de llegar al poblado balengue de
Mambón, se vuelven sobre sí, pasando muy cerca el uno del otro, dejando en medio
una hermosa colina, que forma la estribación de una larga cordilla de montañas,
entre las que se encuentra el monte Yubu y el Mbomboandyoku, cuyas vertiente
del otro lado, forman la cuenca del río Kongüe y de su afluente el
Mandyani.
Para llegar a tan apartados
parajes, es preciso trasponer las pesadísimas colinas de Makome, que son en
número de ocho. Por ambos lados corren los citados ríos, y el Ndote cerca de
Achimilán, pueblo pámue y balengue.
En muchos de ellos no habían
visto un blanco antes.
Visitada la zona, se
volvieron los dos misioneros por Bitika y Ndote.
Aprovechando la estancia en
esta zona, visité Río Benito adentro, a visitar los pámues Ngama del río
Bicaba, los cuales viendo que la Misión
Americana de Bolondo, hacia propaganda por los alrededores, y
no gustando de ellos por ser presbiterianos, me llamaron para que les diese
instrucciones sobre la construcción de un pequeña Reducción.
Son los Ngama de ese río,
émulos de los pámues Macomo, pueblos del alto Ekuku, visitados por los
misioneros de Bata.
Me han contado sus historias
más íntimas y una de ellas fue la existencia no lejos de allí, de una Colonia
de enanos de la raza de los negrillos Pigmeos (Bekui los llaman ellos y Bakuca
los kombes).
He tenido siempre deseo de
verlos, de hablarles y de aprender su modo de vida y sus secretos, que puedan
guardar acerca de la población de esta parte de nuestra Colonia continental.
Fui a su pueblo situado no lejos del pueblo pámue de Masiá, que viene a dar
sobre el poblado kombe de Tubana a cuatro o cinco horas de camino, tierra
adentro.
El recibimiento fue
recíprocamente cordial, diciéndoles que tenía por amigos a los pámues de
Bikaba, y ellos también querían que les contara en ese número. Me respondieron
que sí, que deseaban ser visitados con frecuencia. Me parecieron buena gente,
pero se extrañaban que para verlos hubiera hecho tan largo y dificultoso
camino.
Estos hombrecillos resultan
interesantes, fuertes y membrudos, hallábanse cortando bosque para su
plantación de yuca y demás productos que constituyen sus alimentos, dando
cuenta ante mis ojos, en muy poco tiempo, de sendos árboles de bolondo y de
akoga, que son los reyes de la dureza vegetal de estas tierras. Conté cinco o
seis hombres maduros, alguno de ellos venerable anciano a quién llamaban
Bilogo, algunas mujeres y varios niños y niñas.
El proyecto Lloveras
El día 28 de febrero se
publicó en la Gaceta
de Madrid una Real Orden encaminada a aumentar el consumo de cacao en la Península. En el
artículo 1º se dice: Se denominará con la palabra chocolate, la pasta preparada
por el molido en caliente de cacao, desprovisto de su cubierta y mezclado con
cantidad variable de azúcar y aroma. La proporción de azúcar no debe exceder de
un setenta por ciento. La grasa de chocolate oscilará entre 32 y 14 grados.
Más abajo dice, que se
tolerarán otras mezclas de sustancias alimenticias en una sola sustancia, pero
en este caso se denominarán con la composición del producto, así se dirá
chocolate-harina, chocolate cacahuete, chocolate arroz, etc. No tolerándose en
este caso que estas mezclas contengan menos de un 18 por ciento de cacao.
Nuestra enhorabuena al señor
Lloveras iniciador del proyecto.
Hacia el volcán
El día 23 de marzo a bordo
del Vigilant salió para Victoria un nutrido grupo de turistas de Fernando Póo,
con el objeto de ver más de cerca los efectos del volcán, que hace más de un
mes está en perfecta ignición. Allí pasaron el día y regresaron con la
impresión de lo imponente que se manifiesta la naturaleza al alardear de sus
fuerzas ocultas.
Se halla el fenómeno a unas 20 millas de Victoria,
corriendo hacia el Río Rey y a una altura sobre la playa una corriente de más
de 18 kilómetros
de lava incandescente ha llegado hasta bastante dentro del mar, donde ha
formado una regular masa montañosa, ha destrozado alguna hermosa finca de
cacao. Los fenómenos continúan observándose desde Santa Isabel y a las alturas
de Basilé, las grandiosas luminarias que nos sorprenden ciertas noches. Han
vuelto a reproducirse los ruidos subterráneos.
MI COMENTARIO
Es curioso que de los pìgmeos
que habitaron o incluso habitan actualmente en la Guinea Continental,
se tengan pocas noticias, viven en lo intrincado del bosque y huyen del
contacto con las otras tribus, tal vez por esto no han sido exterminados. Su
carácter nómada les ayuda a esa indefinición de su zona de habitat.
El volcán del Camerún hermano
mayor del de Santa Isabel, en esos años creo que fue la última vez que ha
asustado a la población. En los años 42 o 43, vi. salir humo de los dos
volcanes aunque la gente decía que eran nubes. A mi me pareció humo.
Fernando el Africano 6 de marzo 2012