jueves, 3 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO- NOVELA- VI


La isla quedó abandonada por la colonización española, y los ingleses hicieron varios intentos de establecerse en la misma, hasta que en 1829, El capitán Owen declaró Fernando Poo colonia inglesa y sus terrenos propiedad del rey Jorge IV, duque de Clarence, con cuyo nombre bautizó a Santa Isabel (Port Clarence). Para celebrar el acontecimiento e impresionar a la población nativa, desfilaron las tropas ante las autoridades locales y el pueblo. Estas manifestaciones de pólvora, guerreras militares, armas, banderas ondeando al viento y demás parafernalias castrenses, impresionaban a la población, y servía de advertencia del poder de los colonizadores para imponer sus leyes. Aquí se aplica lo de- vale más una imagen que mil palabras-.


Es curioso que los ingleses que habían sido los mayores impulsores del esclavismo, que incluso tenían un Convenio con España para facilitarnos esclavos con destino a las tierras americanas, ahora fueran los impulsores de la persecución de ese negocio, y sus barcos apresaran a cuanto navegara por la zona, unas veces para perseguir la piratería y otras para amedrentar al comercio de otras naciones con el fin de que no le hicieran la competencia en su expansión comercial en el mundo africano y asiático, ya que en América habían llegado un poco tarde y aún así se hizo con lo que hoy es Estados Unidos y parte del Canadá. En esa parte de África, tal vez con la mala intención de controlar el nuevo comercio del aceite de palma, que necesitaba para el florecimiento de la industria, que intentaba sustituir en toda esa zona al comercio humano, aunque los jefes locales no estaban mucho por la labor, ya que el capturar esclavos era fácil pero el subirse a la palmera y elaborar el aceite precisaba esfuerzo y daba menos dinero. Parece ser que la Isla de Fernando Poo, y la zona de San Carlos especialmente era buen lugar donde adquirir este aceite de palma necesario para la incipiente industria europea, además de las famosas Oil Rivers en Nigeria en la desembocadura del Niger. En la isla se instaló por parte inglesa la Comisión mixta contra la trata de negros, hasta 1832 en que esta Comisión junto con el depósito de esclavos libertados, pasó nuevamente a situarse en Sierra Leona, pese a que esa zona era menos saludable que nuestra isla, como atestiguaba que los cónsules españoles que se nombraban duraban menos de un año y no había forma de encontrar voluntarios que representaran al Gobierno español ante el Tribunal contra la represión de la piratería. Port Clarence la actual Malabo, era poco saludable hasta que no se desecaron las zonas pantanosas y se urbanizó, como confirma, pocos años más tarde, el famoso explorador Henry Morton Stanley, sentenciando que- España posee la parte más sana y más fértil del golfo de Guinea, siendo Fernando Poo la joya del Océano; pero una joya en bruto que España no se toma el trabajo de pulimentar. De ahí que no tenga valor alguno comercial y por mi parte no daría cien duros por toda la isla en el estado en que se encuentra actualmente.- Eso decía en aquel tiempo el africanista Stanley.

Prueba del desvelo para sanear la ciudad, es que una vez promulgado el decreto de 6 de marzo de 1843 de Administración local por el gobernador de la isla el capitán de fragata don Juan José de Lerena, en cuyo decreto se proclamaba el justo y legal derecho y el soberano poder de S.M. doña. Isabel II, reina de España de nombrar gobernador de Fernando Poo al caballero don Juan Beecroft. Este gobernador publica las Leyes y Ordenanzas locales con fecha 10 de Abril de 1843 en cuyos apartados 1 y 2, lo primordial que hace es obligar a sus habitantes a limpiar los escombros, cortar las malas hierbas, llenar de grava y arena sus patios y prohibir que se planten plátanos u otros árboles que atraigan los mosquitos en las inmediaciones, bajo la pena de ser multado con dos o diez pesos, según la decisión del Consejo.


Anteriormente, en 1827 en el Anuario Real Inglés ya figuraba la isla como colonia de Inglaterra, figurando en el mismo hasta el año 1856.

Igual que el capitán William Owen por encargo del gobierno inglés fundó la ciudad de Clarence en 1827 por considerar tanto su gobierno como él, la ubicación mejor para situar el Tribunal Mixto

Contra la esclavitud, así mismo la Sociedad Misionera Baptista en 1841, considera que para extender sus enseñanzas en los pueblos africanos, el mejor lugar es la Isla de Bioko, desde donde pueden hacer incursiones a la cercanas costas entre ellas las de Nigeria y Camerún, a cuyo fin se desplazan los pastores Jhon Clarke y el doctor Prince, y de la isla de Jamaica donde estaban establecidos envían un contingente de profesos y algunos negros artesanos para ayudar a la construcción y edificación de sus futuras casas, así como agricultores con semillas para intentar producir frutos tropicales propios de otras tierras pero de clima similar. Después de adquirir terrenos para establecer su capilla cercana y su escuela mediante acuerdos con el jefe bubi Bololo, ellos y sus colaboradores durante el tiempo que no apareció la iglesia católica en la Isla difundieron el cristianismo, establecieron escuelas, enseñaron el inglés, hicieron el primer ensayo del diccionario bubi. Cosa curiosa luego el obispado y la Iglesia católica adquirieron terrenos y edificaron junto a la iglesia protestante, con lo que hasta 1964 por lo menos convivieron a menos de cien metros una de la otra, según me consta personalmente.



miércoles, 2 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA- V

La Isla padeció dos epidemias importantes de viruela, la primera en 1862, cuando procedente de Tenerife llegó don Eduardo Carmona en el vapor Retriver que haciendo escala en Bonuy, parece contrajo la enfermedad en esa población como después se pudo verificar en el viaje de retorno. El enfermo señor Carmona murió a los cinco días de manifestarse los signos de la enfermedad, pero no se tuvo conciencia de ella hasta fallecer posteriormente un inglés que trabajaba en el depósito de carbón “Pontón Blanco” de Carboneras. Murieron 58 blancos, no afectando la enfermedad a los nativos por estar localizada entre los marinos y ejercito que hacían vida en la fragata Perla anclada en el puerto. En aquel entonces estaba de gobernador Gándara, que cuando habían sucumbido 12 confinados que estaba retenidos en la fragata, mandó construir un barracón en la montaña para el resto de presos, no solo con el fin de aislarlos de la población nativa, sino también con la esperanza de que con el frescor y cambio de temperatura en la zona de Basilé, ayudará a soportar mejor le epidemia. Esta obra la concluyó el nuevo gobernador Ayllón que lo había sustituido en el cargo.




La segunda epidemia trascurrió en 1864, apareció en 6 de marzo en el número 9 de la calle Sacramento, en que un kruman procedente de Cabo Palmas presentó los signos inequívocos de la viruela. Este trabajador prestaba los servicios en casa de Roberto Beckler vecino de color de esa ciudad.- Reitero aquí el testimonio de que muchas y extensas propiedades de la Isla, estaban y siguieron estando en manos de gente de color, y esa leyenda de que no podían tener nada más que cuatro hectáreas de terreno es falsa, como lo demuestra las anotaciones en el Registro de la Propiedad, lo que si parece cierto de que esas cuatro hectáreas las podían reclamar y previos informes del Patronato de Indígenas se les adjudicaban gratuitamente, pero ello no era óbice para obtener otras propiedades.- Al enfermo se le situó en una casa construida en el bosque al lado del río Cónsul, donde fueron incorporándose la mayoría de personas que contraían la enfermedad y que por desgracia donde causó más muertes fue en los poblados bubis que no quisieron vacunarse o tratarse por los procedimientos europeos. Parece ser que a los doscientos inmigrantes procedentes de Cuba no les afectó por estar inmunizados en una epidemia ocurrida en su tierra natal, o les afectó muy poco. Según los datos la viruela atacó a 601 persona y fallecieron 91, aunque esos datos se refieren solo a Santa Isabel que sufrió la enfermedad en una cifra cercana al cincuenta por cierto de su población, por aquellos años se calcula que la ciudad estaba constituida por unas doscientas cincuenta viviendas, a las que cabría añadir los barrios anexos que se iban constituyendo con la llegada de extranjeros y de los poblados cercanos que deseaban establecerse cerca del comercio floreciente de la ciudad y que posteriormente se integrarían en la capital. Así pasaba que en España se intentaba enviar a los “peligrosos” a Guinea y cuando alguna persona con el afán de mejorar tomaba la decisión de ir a Guinea, los amigos lo daban por fallecido y se despedían con lágrimas en los ojos, estando convencidos que no lo volverían a ver. Así pasó que mi tío Julián sin una formación académica pero con una gran cultura, lo reclutaron sobre el año 1934 para secretario del Ayuntamiento de Santa Isabel, él fue el que inició la saga de los García en esas tierras. Un dato desconocido es que Fernando Poo en 1865 se destinó a presidio mayor de África y más tarde como residencia de los deportados políticos, así que con la casi garantía de que el confinado en poco tiempo fallecía, era una método seguro de eliminar a la oposición política. -Mejor no dar ideas-.



Un dato indicativo del tema de las epidemias es que en el siglo siguiente, concretamente agosto de 1917, en un poblado como Rebola, murieron 38 niños de la enfermedad llamada tétano infantil, y que en 1944, en el mismo poblado fallecían de coqueleche (tos ferina )70 niños, todos ellos nativos. Hace algún tiempo averigüé que Rebola, significa lugar de niños o algo parecido, tal vez porque ese besé siempre ha sido el más numeroso en población bubi. Habrá que pensar si existe algún alimento, o circunstancia climatológica que aumente la fabricación de espermatozoos por parte de su población varonil, en cuyo caso se podría crear un balneario para procreación. –Quince días en Rebola le aseguran una descendencia- Con este lema tenemos turismo seguro. Rebola a las orillas del río Bolaboona, a unos cuatrocientos metros de altura tiene al noroeste Basupú y al sureste Santiago de Baney las playas quedan lejanas de su población, ya en 1904 se da como población de la zona 4.500 habitantes, siendo después de Santa Isabel y San Carlos el más habitado y el primero en población autóctona.



La mayoría de poblados bubis están situados lejos de la playa, hacia las estribaciones de las cadenas montañosas, para ello puede haber muchos motivos, los dos destacados podríamos definirlos en : Clima mejor en temperatura y aire, lejanía de la costa para evitar rafias de piratas para proveerse de alimentos y agua, o de barcos negreros. Este último es el más importante, tanto es así que el camino hacia los poblados estaba disimulado para evitar que fuera fácil encontrarlo. Hay que decir que la naturaleza exuberante ayudaba a esa función.



L

martes, 1 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA-IV

Una vez tomada posesión en presencia del comisario regio portugués Frey Cayetano de Castro, que vino al mando de la fragata Nuestra Señora de Gracia, volvieron las fragatas españolas sin dejar destacamento alguno, dada la extraña conducta de los nativos y por encontrarse algo indispuesto el comisario español, que moriría días más tarde frente a las costas de Annobón. La conducta extraña de los nativos se supone que era debido a que la bahía de San Carlos actual Luba, es el puerto natural frente a las costas de Nigeria más adecuado para proveerse de alimentos, agua o protegerse de las tormentas tropicales, ello daría lugar a las precauciones ejercidas por la población de la Isla con el fin evitar la toma de alimentos por la fuerza, esclavos, mujeres etc. En la mitad y finales del siglo XIX esa zona que producía mucho aceite de palma, donde igualmente el ñame, las frutas tropicales y el agua potable eran fáciles de conseguir, se transformó en lugar habitual de recalar parte del tráfico comercial del Golfo con el fin de comerciar y abastecerse.




Antes de partir los que oficialmente habían tomado posesión de los territorios en nombre de España, por medio de dibujos y pantomimas, que enseñaron a los pocos bubis con que pudieron contactar, llegaron a la conclusión que en la isla había gallinas, cerdos, ñames (el ñame es un tubérculo medio patata medio boniato, de diversas formas pero más bien alargados siendo un alimento casi sagrado, por el que celebran la fiesta de la cosecha con ritos sagrados en la cueva del Morimó o creador bueno, ya que hay otros morimós malos de segunda categoría, a este principal espíritu celestial se le llama Rupé), cocos y bananas, pero desconocían el ganado vacuno, las legumbres y el arroz. Todo poblado tiene un lugar destinado a plantar ñames que se llama bujaba. Cosa curiosa en parte de África es que sus pueblos no tenían el sentido de la propiedad, sino que cuando en un terreno habían esquilmado su caza y su flora se trasladaba la tribu entera a otros terrenos más ricos, y parte o casi toda su alimentación actual es original de otros continentes, tanto en sus frutos : aguacate, papaya, piña ,banana, plátano, naranjo, etc, como en la base de sus harinas y vegetales : arroz, maíz, yuca, malanga etc. En este sentido es posible que muchas personas en todos los Continentes tengan el chip preparado para quedarse con la propiedad ajena ( la cartera por ejemplo) ya que sus antepasados cuando llegaban a una zona virgen, consideraban que todo aquello era suyo. Lo malo es que el propietario de la cartera no ha heredado el mismo código genético y si el de la propiedad individualizada. De todas formas debía ser maravilloso que uno al llegar a un paisaje idílico pudiera tomar la decisión de vivir y tomar posesión del mismo,sin tener que : comprar la propiedad, pagar derechos reales, solicitar permiso de construcción, edificar según legislación vigente, y encima pagar hipotecas. Ahí la única hipoteca era luchar contra las fieras y las adversidades climatológicas, las segundas siguen siendo las mismas y las primeras o sea las fieras ahora se les llama inspectores de Hacienda, ediles municipales, o entidades bancarias, pero no por eso son menos peligrosos.( hay que aclarar que esto es broma, no vaya a ser que mañana tenga contra mi las demandas de Hacienda, Ayuntamientos y Bancos, en cuyo caso tendría que volverme a la selva africana como lugar de paz y tranquilidad).



Un nuevo desembarco con el fin de establecerse definitivamente en esas tierras, tiene lugar en Concepción, precisamente la parte opuesta de la isla en la costa Este, en septiembre de 1779, ordenado por el teniente coronel don Joaquín Primo de Rivera, que se encontraba al mando de la expedición cuyo cuartel habían establecido en la isla de Santo Tomé y que posteriormente llegó a la zona en el paquebote Santiago, para iniciar la construcción de cuarteles, almacenes, un hospital, un horno e instalar unos cañones, por eso se bautizó esa zona como Punta Cañones, aunque éstos y todas las instalaciones se perdieron. La selva en la zona tropical es como el gigante Gargantúa de Rabelais, se traga y devora todo. El hierro de las cañones con la oxidación, la madera con el carcoma y la humedad, su agresión es tal que he visto caminos asfaltados por donde no existía mucha circulación, y la vegetación había traspasado la capa de piedras, cemento y asfalto, mostrando su catálogo de arbustos y hasta tiernos árboles que amenazaban con sus poderosos troncos en hacerse dueños de la carretera.



Medio año después del primer intento serio de asentamiento en la maravillosa bahía de Concepción, habían fallecido 85 hombres, estando hospitalizados otros 45. El 15 de julio del año siguiente salían enfermos para Santo Tomé la casi totalidad del resto. Murieron en total 370 de los 547 expedicionarios. Por otra parte, todas las construcciones, así como las naves, estaban atacadas de un agresivo devorador de madera, llamado hormiga blanca o comején. Los supervivientes tomaron preso a Primo de Rivera, para obligarle a abandonar la zona y dirigirse a Santo Tomé, donde fueron detenidos los amotinados, aunque luego fueron indultados a petición del teniente coronel, en la celebración del juicio acaecido en Montevideo.



De las malas condiciones sanitarias de la isla en esos primeros años, podemos extraer los datos de las dos expediciones inglesas de 1830. De la primera expedición, de 200 constructores perecieron 150, y de la segunda, de 300 hombres seleccionados por el capitán Beawer sobre la base de una constitución fuerte y excelente salud, murieron 272 en la isla, el resto salvo dos cayeron igualmente enfermos o fallecieron a su regreso a Inglaterra.

lunes, 30 de abril de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA-III

Aunque la llegada del hombre a la Isla no se puede fechar, si se puede afirmar por las excavaciones efectuadas, principalmente en


la playa de Carboneras y por la cerámica encontrada en Timbabé, que hace dos mil años ya existían agricultores en la zona, es seguro que los primeros pobladores trajeron en sus embarcaciones semillas de su dieta alimenticia en origen, como garantía de que podrían subsistir en aquellas tierras donde llegaban huyendo de la presión recibida en el Continente.



El historiador Tessman, cuenta que en las costas cercanas un hijo cometió incesto y tuvo que huir, refugiándose en la Isla, donde renegando de su condición de continental, inició una nueva tribu que para diferenciarse de las otras, se marcó la cara con cicatrices largas (Biahó). Se supone que de estos descendientes los primeros habitaron en Eoko poblado cercano a Concepción( actual Riaba) en el camino de Riasaaka y hasta para distinguir estos primeros pobladores y familias del resto, las cicatrices que se marcaron el la cara, se hicieron en vertical y al resto de las tribus de la Isla llevan las señales en horizontal. Estas costumbres ya se han perdido pero hoy en día en algunos poblados todavía se practican escarificaciones en la piel, para impregnar en los cortes substancias extraídas de plantas para curar enfermedades, estas prácticas son generadas por brujos indígenas o por ancianos que conocen sus propiedades. Cuando decimos brujos es en el sentido de persona que actúa como sacerdote de la tribu o poblado y que es guardián de las tradiciones seculares.

Por otra parte durante la vigencia de la ciudad de Clarence, los ingleses comprobaron que algunos poblados de la parte Sur de la Isla, o los de la parte Este con el Oeste, tenían dificultades para entenderse lo que es prueba de sus diferentes puntos de partida para su llegada a la Isla. Eso pasa actualmente en que hay dos lenguas bubis distintos entre Norte y Sur como sucede en España entre distintas regiones, aunque con buena voluntad nos entendemos y se entienden.



Otra tradición cuenta que huyendo del mal trato de su marido, llegó a la Isla una mujer embarazada procedente de la costa cercana de Victoria, y que esta mujer en la isla, dio a luz de dos hijos, niño y niña, y de que la unión de estos se formó el primer poblado en la zona de Ureka o cercanías. No parece tan verosímil, aunque la verdad que pese a la dictadura de los hombres, la Gran Madre Bisila tiene arraigo importante en el país, y tanto es así que celebran el día de la Virgen de Bisila, como sucedáneo de sus creencias traspasadas a la Iglesia Católica.



En un libro de notas de Francisco de las Barras de Aragón de 1929, habla del viajero Zingraff y de las tribus dualas que llegaron a Fernando Poo, según Frobenius en unas cuevas de Senegal se encuentran armas de cobre, vasos de barro pintados de rojo, que demuestran la influencia mediterránea en esa zona de Guinea, donde llegan los indicios por dos empujes, el náutico y el terrestre procedente del mar Rojo y la Península arábiga, pruebas de ello es que cuando los ingleses llegaron a Benin descubrieron la costumbre de revestir los muros de latón de sus habitantes.



En 1882, el marino Francisco Romera, que conocía parte de las costas del Golfo de Guinea, estimaba que los bubis pertenecían a la tribu yoruba de Nigeria, donde la rama de los ocoos, se tatuaban de forma similar a los isleños y tenían una divinidad llamada Morimó, igual que en Fernando Poo.

Tessman encuentra similitud en el lenguaje de los bubis y los galoas pueblo situado en las riveras del río Ogué en Gabón.

En la desembocadura del río Benin en el delta del Níger existe un pueblo llamado Bubi.



Concretando lo que está claro que por su situación geográfica podía ser punto de emigración para tribus, familias o personas perseguidas bien por las luchas feroces entre tribus, para su asentamiento en un territorio y siglos después por los traficantes de esclavos.



El dominio de esas tierras, fue cedido a España por Portugal en el tratado de San Ildefonso en 1778 confirmado posteriormente por el tratado del Pardo), tomando posesión de las mismas oficialmente el 20 de octubre de 1778, al mando de las fragatas Santa Catalina y Nuestra Señora de Soledad, el brigadier Felipe José Santos Toro, Villalón, Santaella y Bertrán, Freyre, González de Andrade, Altamirano y Amadeau de Felerie, conde de Argelejo, regidor de la ciudad de Antequera y brigadier de los Ejércitos de Su Majestad Católica (¿A que parece todo un ejército? Pues es sólo el nombre del brigadier) en nombre del rey de España Carlos III, desembarcando en la isla de Fernando Poo, en la bahía que bautizaron con el nombre de San Carlos, en honor del rey, los nativos la conocían como Osemba.




domingo, 29 de abril de 2012

FERNANDO EL AFRICANO - NOVELA-II




RESUMEN HISTÓRICO





Se supone que ya los cartagineses, pudieron haber llegado a la Isla, pues un faraón egipcio encargó al cartaginés Hanno o Hannon que saliendo de Gadex con posible tripulación hispana, según cuenta Plinio y Herodoto, dar la vuelta a África, cosa que hizo en tres años, con treinta naves y un ejercito que le apoyaba desde la Costa, calculado en treinta mil hombres. Se habla de que llegaron frente a un volcán en erupción, lleno de emanaciones de humo y arroyos de fuego, al que llamaron Carro de los Dioses, que podría ser el monte Camerún, y de una isla con peludos salvajes ( pudieron ser monos grandes o gorilas), y de haber capturado tres hembras y debido a su resistencia las tuvieron que matar, claro si eran monos o gorilas no me extraña. ( No creo que en aquel entonces hubiera discotecas y los gorilas fueran los guardaespaldas de estos establecimientos)También la pequeña isla podría haber sido Corisco, y los gorilas que hubieran llegado de la cercana costa donde abundaban mucho en esa época. La Isla de Corisco situada frente de la desembocadura del río Muni de tan solo seis kilómetros de largo por cinco de ancho, fue enclave importante para el negocio de esclavos, ya que al estar separada del Continente pero muy cercana, era fácil de defender y servía de almacén para la trata efectuada por los portugueses y en 1642 cuando Portugal luchaba por su independencia contra España, los holandeses establecieron el depósito de su cargamento humano, que obtenían entre el río Camarones y Cabo López. Se tiene constancia que diversos animales salvajes propios de la costa vecina incluido cocodrilos llegaron encima de troncos de árboles, que las corrientes marinas hacían embarrancar en Corisco, sus hermosas playas de arenas blanca se ven siempre con troncos varados que las corrientes han arrastrado de la cercana costa.



En todos estos viajes de la antigüedad se habla de Libia, pero no es la Libia que conocemos actualmente, ya que la Libia de esos relatos llega hasta el cuerno de África, y por otra parte habla de ríos llenos de cocodrilos, hipopótamos y otras especies en demasía, y aunque la regresión de la sábana africana haya sido mucha, es difícil imaginar que hayan existido estos animales en la actual Libia. En las mapas de Eratóstenes y Estrabón, se ve que Libia llegaba hasta Zanzíbar.



Platón en la Atlántida hablaba de una palmera que daba alimento, vestido y bebida, ( Parece un cerdo vegetal se aprovecha todo) efectivamente la Helaseis Guineensis propia de Guinea, da aceite, fibra vegetal para tejer y hacer techo de viviendas y vino de palma o topé( ba-u, en bubi), una especie de aguardiente.



No hay que olvidar que el pueblo normando conquistó Canarias en 1400, y es probable que sus naves, bien por tempestades, por deseo de conquista o comercio, bajaran hasta el Golfo de Biafra, o por lo menos exploraran las costa cercanas hasta Cabo Blanco.



Según consta en el Roteiro de navegacao de Antonio de Maris Carneiro, publicado en Lisboa en 1642, la isla de Fernando Poo,está habitada por gente de guerra que sus habitantes reciben los desembarcos con agresión por lo que recomienda no intentar el desembarco, especifica que en sus costas abunda la pesca, peces grandes e incluso ballenas.



Desde 1493 la isla de Fernando Póo depende de la autoridad portuguesa de Sao Tomé, y aunque Luis Ramos Esquivel estableció un fortín en 1641, se supone duró poco tiempo máxime cuando la holandesa Compañía de las Indias hizo un punto de busca de esclavos las costas del Golfo de Guinea, suponiendo que esas incursiones llegarían a la Isla, lo que es lógico que lo tantearan.





La isla de Fernando Poo, de 2.017 km2, es la mayor de las islas de los Territorios de Guinea, teniendo unos 70 Kms. de largo por 32 de ancho.



Descubierta por los hidalgos portugueses Fernán do Poo y López González, a quien el rey Juan II de Portugal había cedido los posibles descubrimientos al sur de Sierra Leona. Pero curiosamente pese a ser aguas muy navegadas incluso por naves españolas que recalaban en Nigeria, nadie había dado con esta isla, cuyo pico de más de 3.000 metros se divisa a mucha distancia. Tal impacto emocional causó a sus descubridores que quisieron bautizarla como Formosa, pero al final primó el nombre de uno de los descubridores para la isla, y el cabo del continente cercano lo llamarían López en honor del otro descubridor.



Una tradición estima que los bubis proceden de la ciudad de Vitoria, en la costa del Camerún, donde existía un lazareto en una pequeña isla, que se divisa desde las costas de Fernando Poo, concretamente desde la playa de Bakake, sitio que parece recalaban mucho los piratas para intentar capturar esclavos, o proveerse de abundante agua; por eso, un poblado cercano se llama Baho, que tiene referencia a comida o bebida en bubi. Lo que sí es seguro de que hubo varias oleadas de migración, y no todos venían de la misma zona, el nombre del poblado muchas veces va asociado al nombre del clan o tribu que llegó a la zona. Uno de los clanes los bareka veneran las piedras donde desembarcó su caudillo Muametó, los baabba llegaron por Bilélipa, los bateé dicen que su jefe Ripecha procedía del Camerún cercano. Riolí desembarcó con los basakato en Basakato del Oeste, y se presume que los ureka llegaron desde la Isla portuguesa de Príncipe, de donde parece que esporádicamente fueron llegando esclavos huidos, en parte debido a que las corrientes marinas en esa zona de África van de sur hacía norte, muy cercanas a la costa lo que llevaría a las embarcaciones a las cercanías de la isla de Fernando Poo.



Los menhires de Moka, pertenecen a la migración baelá. Los portugueses en sus crónicas del siglo XV hablan de los grandes cayucos bubis, se presume que en aquella época se incrementaron las llegadas de gente, como los batete que en las costas cercanas tenían una lengua muy similar. No está muy claro de donde procede el origen de la palabra que define a los habitantes de la Isla, los bubis, si viene de boobe (hombre) o de bubí que significa pescador, al fin y al cabo vinieron por mar, y por eso la fiesta del Cayuco es una de las más importantes de la Isla. La primera embarcación (cayuco) que arribó a las playas se quedó como testimonio en Ureka, y con el tiempo a medida que se pudría el casco de la embarcación, se construía un nuevo cayuco con madera cortada del bosque sagrado, que previamente se había seleccionado con permiso del rey de Moka con el boato y ceremonia celebrada por el oficiante, medio sacerdote medio brujo . En esa embarcación, se clavaba un trozo de madera del antiguo en cuyo acto se procedía a una botadura simbólica de la nueva embarcación, tal vez como mensaje de que siempre estuviera dispuesta para un regreso o su origen, o que ello facilitaría no perder sus raíces continentales. Esa zona de Ureka a Moka hoy en día sigue sin carreteras ni caminos, son simples sendas que la exuberante vegetación desafía al afilado machete para que se abra paso bajo sus ramajes, tal vez por eso los habitantes del poblado de San Antonio de Ureka, cuando los conocí, eran amables, cariñosos, hospitalarios, en fin que todavía no habían sido intoxicados por la malas costumbres de la llamada civilización.