sábado, 12 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO - NOVELA

Con esto inicio la transcripción de una parte de la biografía.

                                                              GUINEA ECUATORIAL








Antes de internarme en la selva a la caza del elefante y del león, o de ser cazado por un mosquito que es lo adecuado a la realidad, desearía exponer algunos puntos sobre el colonialismo, que es palabra de leyenda negra y nunca mejor dicho en este caso.



Primero el colonialismo no fue inventado por los países europeos, a nosotros nos colonizaron los árabes ( africanos), los fenicios ( africanos) los cartagineses ( africanos), los romanos que parecen que tenían miles de esclavos españoles extrayendo oro en las minas situadas en la provincia de León, y mil otras civilizaciones. Otros están colonizados o bajo el Imperio de la mujer, y muchos por desgracia quieren imponer su colonización y su dictadura a la mujer por la fuerza de su envergadura física y no por la palabra, el dialogo o la razón, lo que significa que en el término amplio que entendemos por colonialismo, se podría definir como la explotación del débil por el fuerte, bien por la fuerza, por el poder económico y siempre con un halo paternal como barniz que oculta el color natural, tal vez para justificarse antes su conciencia e incluso premiarse en su fuero interno, haciendo como la madrastra de Blancanieves, reflejando la cara en un espejo y diciendo, ¡que bueno y humano soy, dando un sueldo mísero a este hombre, o regalándole esta camisa usada!.



Los mongoles colonizaron China, la nación más grande o por lo menos más habitada del globo, los egipcios hicieron su obra con esclavos nubios alimentados con lentejas como plato importante de sus proteínas, o por lo menos con trabajadores de colonias, por otra parte gracias a la colonización de África, se han hecho carreteras, hospitales, y se han valorado las riquezas naturales de este Continente, que a su vez en estos días siguen teniendo colonias y hasta esclavitud como en el Sudán, hecha por ellos para ellos pero que casi nadie comenta pese a ser una realidad en pleno siglo XXI.



No nos olvidemos que incluso en la esclavitud algo tan repugnante a la civilización, y a la democracia actual, los que venían a vender los esclavos a la Costa a los barcos, eran negros generalmente hausas o de influencia islámica, que habían capturado en sus guerras a tribus enemigas y las venían a ofrecer en la costa a los traficantes, por lo tanto en este tráfico todos estaban implicados blancos y negros, porque donde hay negocio o dinero hay individuos sin escrúpulos que están dispuestos a negociar por lo que no discriminemos por color. Entre algunas tribus africanas, la captura de prisioneros se celebraba comiéndose a estos, y aún hoy en día persiste el criterio de que comiéndose el corazón del enemigo valiente se heredan sus virtudes, así como si se devora el brazo se adquiere su fuerza. Con la llegada del hombre blanco a sus costas, llegaron a la conclusión de que en muchos casos era más rentable vender al individuo que comerse sus virtudes. El sultán de Zanzíbar es famoso por haber constituido el mayor mercado de esclavos de esa Costa africana, del Índico, otros puntos famosos de concentración de esclavos han sido la isla de Gorée, situada frente a las costas de Senegal y nuestra Corisco donde tuvieron sus depósitos, portugueses, holandeses y españoles.



La explotación del África negra, podría resumirse de que antes de la llegada del europeo o del árabe, era un pueblo nómada, que desconocía sus recursos naturales, o que algunos como el cacao, el coco, abacá, fueron importados, u otros como la minería : oro, cobre, uranio, se utilizaba concretamente solo para fabricar adornos, por lo que no existía explotación de los mismos, especialmente los minerales de alta tecnología: titanio, uranio, etc. Así que su posterior explotación por los países coloniales, duró décadas solamente, el blanco no les ha privado de algo irrecuperable para su habitat, lo que pasa que sus dirigentes en vez de volcar esas riquezas en su pueblo, lo han volcado en sus bolsillos. El problema es que en su afloración, de sus riquezas, no se han compensado con un buen salario, y una mejor infraestructura, lo terrible es que al lograr su Independencia se ha destruido la mayor parte de lo edificado, por ejemplo en algunas partes de Angola y casi toda la costa de Namidia, se cogían los diamantes con rastrillo, ahora no se pueden recoger por estar sembrado ese territorio de minas personales. ¿ Como se ha llegado a esto ¿ Las grandes compañías que dominan un determinado metal, alimento, o mercado, han presionado a sus gobiernos para financiar guerras tribales, o el enfrentamiento occidente ( USA como número uno) contra comunismo ( Rusia, China, etc.) ha hecho posible que en Angola estuvieran luchando cincuenta mil cubanos, y se pagara a estos y a otros mercenarios con los diamantes que antes se construían carreteras, o por lo menos parte se invertía en ellas.



Igual que el colonialismo en otras zonas del mundo, fue una masiva llegada de colonos procedentes del país colonizador ( Australia, Estados Unidos, América Latina), en el continente africano, bien por motivos de salud, otrora por la circunstancias tales como la integridad física en el caso de los países del Norte de África, los colonizadores solo llegaron con el ánimo de conseguir materia prima barata y expansionar su comercio, o en parte por la idea misionera de las iglesias cristianas, donde estas tuvieron por antagonista la fe del profeta Mahoma, lucha que en general perdieron los cristianos y siguen perdiendo las batallas, al ofrecer el islamismo una doctrina más acorde con algunas ideas de las tribus africanas, especialmente la sumisión de la mujer, al papel de bracero al servicio del hombre y el derecho a la poligamia nunca la poliandria. La ablación del clítoris, propia de los pueblos islámicos, para asegurarse de que la mujer no tendrá desvaríos en su posible insatisfacción sexual, tal vez para evitar su prematura perdida de virginidad antes del matrimonio concertado o vendido por los padres, así no hay reclamaciones por falta de calidad del producto, ni baja el precio de la mercancía, ya que una mujer virgen tiene un precio muy superior a otra que no lo sea, es como si fuera una norma ISO , para la mujer nunca para el hombre. Tal vez tendrían que haber hecho una cláusula para el marido, por ejemplo levantar con el pene un peso determinado, o tener una erección a las dos horas de cada coito hasta un mínimo de tres, o cualquier otra bestialidad. Algunos lo hubieran pasado mal si Mahoma hubiera sido del género femenino en vez del masculino. La verdad es que esta norma de la poligamia muchos se apuntarían aunque eso de mantenerlas se ha puesto a un precio de inflación. En un libro de J. Mattws en que relata sus andanzas en 1785 por Sierra Leona, comenta la costumbre de la ablación en los mandingos y describe como en la pubertad de las hembras, durante la estación seca, y a la primera aparición de la luna nueva, las jóvenes de cada poblado que se juzgan casaderas se reúnen la noche precedente al día de la ceremonia, y son conducidas al bosque por una mujer de la aldea. Se colocan empalizadas, techumbres y señales para acotar el lugar de la ceremonia y las tienen aisladas del resto del poblado una luna más un día. No son vistas por nadie, y está castigado todo contacto con ellas, salvo por la vieja o experta que realizará la operación. En ese confinamiento les explica sus obligaciones como esposas, e incluso las preparan en aspectos religiosos que consideran que hasta esa edad, no se les juzga capaces de entenderlos ni practicarlos. Cuando termina el tiempo de su permanencia en el bosque, necesario para cicatrizar sus heridas mediante extractos de plantas para evitar la infección, las conduce al poblado en procesión. Luego de danzas , bebidas y celebraciones de todo tipo, entre las que el brujo las bendice o encomienda a los buenos espíritus, pueden ser entregadas al esposo al que han sido vendidas, o están en disposición para ello. Este acto como la circuncisión de los hombres, son las que marcan el inicio de la vida adulta en la mayoría de pueblos africanos. Aunque esta historia está narrada en 1785, quedan muchas reminiscencias de esos hábitos.



En la Conferencia de Berlín de 1899, los grandes de aquella época : Inglaterra, Francia, Alemania, se repartieron el pastel aunque a España, le adjudicaron 200 kilómetros de costa, que correspondía a unos 180.000 kilómetros cuadrados, ya que la norma era, que el que tenía costa le correspondía el terreno que se ubicara hasta la primera cuenca hidrográfica o cadena montañosa que pudiera servir como límite natural definido, por eso en el reparto de África no se tuvo en cuenta el hombre ( tribu, raza, costumbres) sino el terreno o las conveniencias para su comunicación. Por ejemplo los ingleses se preocuparon después de la Primera Guerra Mundial de adjudicarse la zona de Tanganica que había pertenecido a Alemania, de esta forma comunicaba la región de los Lagos con la Costa aprovechando las líneas de ferrocarril trazadas por los alemanes, su meta era unir por ferrocarril Kenia con Egipto de tal forma hacer un eje de norte a sur de África, lo que les facilitaría el comercio entre Europa y África y una forma económica de extraer las riquezas. Los franceses al no poder disputar ese hegemonía inglesa optaron otra que uniera la costa Atlántica desde Senegal al mar Rojo, dominando África de Oeste a Este.

continuará

viernes, 11 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA-VIII




En 1859, siendo nombrado nuevo gobernador el brigadier don José de la Gándara, llegó una expedición numerosa, compuesta de 128 colonos, casi todos valencianos, además de otros cuatro misioneros, que se sumaron a los españoles habitantes de la colonia, y a los europeos que componían la fuerza militar que estaba ubicada en los barcos que iban turnándose en las aguas de la bahía de Santa Isabel. El hábito de sustituir una fuerza estable en tierra firme por una tropa naval, ya venia siendo utilizada por los ingleses en el tiempo que estuvieron en la Isla. En ellos existía la razón que precisaban dos o tres navíos constantemente en la zona para perseguir a los barcos que traficaban con esclavos, pero en el caso de España tal vez la explicación estaba en la seguridad propia de la tropa al ser fácil proteger un barco de guerra en el que acceder al mismo solo se podía hacer a través de una escalera extensible y la facilidad de desplazar el dispositivo militar a cualquier zona con rapidez y seguridad. En aquel entonces entre las dos ciudades más importantes de la Isla lo que hoy son Malabo y Luba no existía carretera, según manifiesta el periodista Francisco Madrid en su libro escrito en 1933 La Guinea Incógnita, ni camino forestal transitable y las barcas de vela o remo con las que se hacían los desplazamientos entre las dos ciudades, precisaban veintitrés horas a veces, para hacer el viaje de escasos cincuenta kilómetros de costa. Con los navíos se lograban en menos tiempo pero sobre todo se garantizaba la posibilidad del desplazamiento al no haber una ruta regular. El primero que regularizó ese trayecto con una lancha a motor fue Maximiliano Jones el prócer negro de San Carlos.


Dada la fama de insalubre que tenía la zona, se nombró a dos capitanes para las fuerzas, por si fallecía uno, tener sustituto al momento. Al cabo de un año de la llegada de los colonos quedaban tres de los 128 que llegaron, y de los capitanes nunca se habló. Equivocadamente a los colonos los dedicaron a trabajos duros del campo, que con aquel clima no podían soportar, en vez de llevarlos a Basilé, Musola u otras zonas de la isla, cuyas temperaturas son suaves y su clima es más parecido al peninsular.

Independiente de que como se demostró más tarde el europeo debía dedicarse a organizar, enseñar y dirigir el trabajo agrícola, pero ser ejecutado por el africano, aclimatado y en general con mayor capacidad física, y su adaptación a las enfermedades locales. Agravó mucho más la circunstancia de no haberles provisto de casas adecuadas y con la suficiente profilaxis para combatir las malarias, insolaciones, filarias, hepatitis, etc.

El 6 de mayo de 1882, dada la renuncia de los jesuitas a su labor misionera en esa zona de África y la muerte por enfermedad de los sacerdotes enviados, el superior general de la nueva orden fundada por el padre( hoy santo) Antonio María Claret, de misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, solicitó autorización al Gobierno de su Majestad para la instrucción, moralidad y salvación de aquellos habitantes, y que facilitara los medios indispensables para tal efecto, en los territorios de Guinea Española. Siéndole concedido tal permiso, con una aportación de 4.000 pesetas por sacerdote y 2.000 por hermano coadjutor. Aclaro que se trata de aportación anual.


En aquellos tiempos, dada la situación de la isla, su seguridad, y características de flora y fauna, era territorio visitado por botánicos, exploradores, y científicos como don Antonio San Martín y Montes que en 1867 publicó un estudio topográfico-médico sobre Fernando Poo, después de estar casi un año sobre el terreno estudiando las pandemias. Uno de los más significados fue el explorador Iradier, que recién casado con 30 años, consigue la ilusión de su vida, viajar a África junto con su mujer y su cuñada dos aventureras como él en el buen sentido de la palabra. Recorrió la zona, especialmente la zona continental y las islas de Elobey, y Corisco, sus viajes duraron desde 1875 a 1877. Vuelto a Madrid, intentó convencer al Ministerio de Ultramar de la necesidad de estudiar y expansionarse en aquel territorio que no estaba delimitado por lo que podría extenderse el dominio del mismo hasta la desembocadura del Níger. El mismo David Livingstone consideraba Fernando Poo la llave de esa zona. Los intentos de Iradier para un nuevo viaje, cuyo presupuesto era de 20.000 pesetas, sólo encontraron eco en la Sociedad Geográfica de Madrid. Al fin, en 1884, siete años de lucha en los Ministerios logró el apoyo necesario. En esta ocasión, como la anterior, dedicó sus esfuerzos a la zona de Río Muni, estableciendo cartografía y estudios botánicos de la zona. Estos viajes fueron continuados por Montes de Oca y Osorio. Sobre esta segunda expedición cuenta en la biografía de Manuel Iradier, el escritor Ángel Martinez Salazar, una anécdota, muy graciosa y que no puedo menos que mencionarla:

Llegados a Elobey, partieron para Cogo, en el estuario del Muni , al llegar a Punta Botica se les presentó Gaandu el rey cocodrilo, un verdadero diplomático, un mentiroso de siete suelas, un tuno rebozado- en palabras de Iradier-que tanto pronto es francés, como inglés, español, como alemán. Llegan los españoles y exhibe una carta de nacionalidad española que despliega con cuidado al pie de nuestra bandera; llegan los franceses y esconde el documento y el pabellón de Castilla bajo siete estados de tierra, pero en cambio saca no sé de donde una bandera francesa y alega no tener documentos en francés porque los que poseía se los han comido las ratas.

Gracias a estas exploraciones de Iradier y Osorio, que justificarían en las negociaciones nuestra presencia en ese entorno, mitigarían las apetencias de los franceses, ingleses y alemanes que estaban ocupando toda esa zona con navíos militares, y estableciendo factorías, fuertes o destacamentos con el fin de reclamar su propiedad. Estos exploradores españoles, trabajando desde un plano privado no representando al Gobierno o en una misión del mismo lograron salvar un porcentaje de un diez por ciento de lo que nos habían adjudicado, evitando el perderlo todo.

De resultas de estos estudios, en 1884, para dar testimonio internacional de la presencia española estable en los territorios del continente ecuatorial africano, vistas las apetencias colonialistas hacia esas zonas de franceses y alemanes, el presidente del Consejo del Gobierno español, don Antonio Cánovas del Castillo, encargó al misionero padre Xifré de colocar misiones en todas las posesiones, especialmente en las que nunca se habían concretado, para ello con casas prefabricadas en Liverpool, se envió una expedición de nueve padres, diez hermanos y las cinco primeras misioneras a dichos territorios. No hay que olvidar que los misioneros, además de la fe, llevaban la enseñanza de la lengua y la cultura española, y en este caso justificaban el dominio español sobre la zona, ejerciendo una labor medio militar y diplomática. Algún familiar del presidente del gobierno estuvo por esas tierras, ya que en el libro de Leyes Coloniales de Agustín Miranda Junco, aparece en el escalafón del personal de la colonia el cese en 1918, tras cerca de cinco años de servicio del funcionario don Francisco Canovas del Castillo y Tejada.








martes, 8 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO- NOVELA- VII








En 1842, España envió la expedición mandada por el capitán de navío don Juan José de Lerena y Barry, siendo recibido en Port Clarence solamente por los krumanes (originarios de la región de Kru, Sierra Leona-Liberia) Kir y Yegüe, informándole de la situación de la isla donde ondeaba la bandera inglesa, estando el poder en manos de la Compañía West Africa, dedicada al comercio en toda esa parte del África ecuatorial. Lerena destituyó a los mandos ingleses, y como se comenta anteriormente, nombró gobernador provisional a un inglés ya que no había un español que echarse al coleto, este fue el famoso explorador del Níger John Beecroft, que se había convertido en una de las personas más influyentes de la zona, teniendo incluso el vapor Etíope de su propiedad anclado en la bahía; seguía compartiendo sus negocios con la exploración, siendo el primero que subió al pico de Santa Isabel, en cuya expedición murieron dos negros de frío según parece, aunque tal vez fuera a causa de una neumonía provocada por las bajas temperaturas; dato curioso si tenemos en cuenta que es el centro del África tropical, aunque algunos nativos afirman que han visto caer agua nieve algunas noches en la zona del pico. Su explicación exacta es que llovía agua de color blanco. Beecroft urbanizó la ciudad le dio un impulso importante, y facilitó que el tráfico marítimo por la zona, pudiera aguar y proveerse de alimentos frescos, sin el peligro que esto representaba en otras zonas de la costa. En realidad fueron los fernandinos quienes impulsaron la urbanización de Santa Isabel. Beecroft en el periodo que abandonaron los ingleses la ciudad y todavía no habían aparecido los españoles permitió que esa población de fernandinos llegados de Nigeria, Sierra Leona y Liberia principalmente, se adjudicaran unos terrenos simétricamente trazados en unas calles rectas, donde construían sus viviendas con una pequeña valla de protección y un jardín o huerta para su uso, se empezó a enjalbegar las pocas casas construidas con ladrillo pero que marcó el signo así como el color de los pueblos coloniales. Este curioso personaje a la par que era el representante de España alternaba el cargo con el de cónsul inglés para la zona de Oil Rivers, ya que al disponer de barco propio le permitía los desplazamientos y el contacto necesario con esas comarcas.


Lerena regresó a España, después de recorrer todos los territorios, y confirmar en los mismos la soberanía española, llevándose a los dos krumanes que le habían recibido, para ser bautizados en la Real Capilla del Palacio de Madrid, con los nombres cristianos de Felipe y Santiago. Eso de nombres cristianos nunca lo he entendido muy bien, ya que si a uno lo bautizan se presume se convierte en cristiano aunque le llamen coca-cola, para eso hay el día de Todos los Santos. De esa forma haríamos a coca-cola figurar en un santoral, que es lo único que le falta.

Esto me hace hacer un paréntesis en mi narración.- Hoy en día que todo el mundo pone a parir al pueblo americano, sus hábitos, costumbres, política y modos. El que te está dando la charla progresista, está tomando coca-cola, zampándose una hamburguesa en Mack Donald, usa pantalones vaqueros fuma Philips Morris o Camel, y así podríamos decir que usa y abusa de los vicios exportados de los malvados USA, que son los romanos de nuestro tiempo, pero de momento no nos echan a los leones aunque el circo de la vida es tan peligroso como las fieras del Coliseo.- Esperemos que igual que el tiempo del dominio romano se esfumó, este dominio actual de Estados Unidos, se diluya como el azúcar en el agua, veremos quienes acceden a la Tribuna del poder y nos obligan, tal vez, a comer con palillos y sustituir la coca- cola por la sopa de serpiente.

Posteriores expediciones y la llegada de los misioneros católicos iniciaron la influencia española, la civilización y especialmente la salubridad de la zona, desecando pantanos, limpiando de maleza toda la zona que rodeaba a la ciudad y otras medidas vitales que se podían tomar en aquellos tiempos.

Una de las mayores expediciones misioneras fue la dirigida por el sacerdote Miguel Martínez Sanz que en 1856 en la goleta Leonor llegó a la Isla con cuarenta miembros religiosos entre sacerdotes religiosas y profesos artesanos como carpinteros, sastres y agricultores, pero llegados a la Isla el primer problema que encontraron fue que no tenían ni vivienda donde pernoctar, gracias al cónsul inglés que les cedió su vivienda pudieron dormir bajo techo. La segunda dificultad que encontraron era comunicarse con la población ya que en aquellos tiempos, hablaban bubi o inglés, con el agravante que el pastor Sauker de la iglesia baptista tenía encandilados a los nativos con sus bautismos en el río Cónsul donde los neófitos eran revestidos de ropas de inmaculada blanco y con cantos y mucho público expectante introducía en las aguas a los nuevos fieles a su iglesia, escenificando el acto a gusto de la concurrencia. Así mismo en su capilla se les ofrecía ágapes y se les animaba al canto coral cosa que el carácter africano agradece, sobre todo si es en su idioma y no en latín que era lo que en algunos casos promocionaba la iglesia católica con sus “tamtum ergo sacramentum”. Pese a ello aquella expedición pudo romper el hielo entre los habitantes de la zona y la prevención contra todo lo español que llegaba al odio pensando que los españoles deseaban llevarse a algunos nativos de la Isla a España para comérselos o esclavizarlos, cuando el verdadero motivo era educarlos para convertirlos en misioneros, con el fin de captar a nuevos fieles gracias a la palabra de sus propios paisanos. Como siempre, el regreso de algunos expedicionarios por enfermedad y la muerte de la mayoría, redujo los cuarenta llegados a un matrimonio compuesto por don Nicolás un maestro catequista y una de las aspirantes a beata.

El 20 de noviembre de 1858, el primer gobernador español en Fernando Poo, el capitán de fragata don Carlos Chacón, realizó un censo de la población de Santa Isabel, en la que constaban 858 habitantes de los cuales, salvo 20, todos eran de religión protestante, no había ningún español, contabilizándose 7 ingleses, 20 portugueses, 67 bubis o naturales de la isla, 209 krumanes, y el resto trabajadores traídos de diversas partes de África, aunque hay que consignar que en la expedición del nuevo gobernador llegó un grupo importante de maestros artesanos para iniciar la presencia de España en sus posesiones, además de que en misión evangélica llegaron los primeros jesuitas y así en el censo de 1859 ya figuran 83 españoles (sólo dos mujeres).