sábado, 15 de septiembre de 2012

FERNANDO EL AFRICANO- NOVELA CAPÍTULO XXXIV

                                              Foto del buen  profesional Augusto                                                               

                      .. CONTINUACIÓN DE MOKA EL VALLE DE LOS BUBIS


Habiendo coincidido con un ripeló, o fiesta, nos sentamos con humildad, cerca de la Casa de la Palabra, donde unos guerreros armados de lanzas de madera, o mochikas, acompañaban a los trompeteros que con pausas señaladas hacían sonar sus muchukus o trompetas de guerra, pero que ahora se utilizaban para llamar a los habitantes de las cabañas alejadas del centro del poblado.


El butuku se sentó en un trono forrado de piel de mono, de color negro con grandes pelos, que hacían el asiento mullido y cálido, donde el pueblo le rindió pleitesía, desfilando los notables ante los reunidos y efectuando una reverencia delante del trono, el resto de asistentes, coreaba estas pleitesías, tal vez reconociendo la importancia de estos personajes que en parte se pavoneaban antes de tomar asiento, posteriormente el brujo después de un parlamento que no entendimos, lanzó unos polvos mágicos, al compás de las campanas de madera. Como no podíamos asistir al resto de la fiesta, el brujo se acercó para despedirnos. Tras unas palabras de salutación, Aí podí (Yo te saludo), mantuvimos una charla sobre nuestra visita, e impresiones del valle, nos despedimos con un pató, que significa gracias, ya que estos detalles de intentar nosotros decir algunas frases en bubi, lo agradecen mucho por ser un gesto de consideración hacia su cultura. Sorprendentemente en la charla nos dimos cuenta de que dominaba nuestros secretos íntimos, antecedentes a veces casi olvidados por uno mismo. No me cabe duda que alguno de ellos que he conocido en el devenir de los años estaba dotado de poderes mentales especiales. Aunque poco les sirvió contra Macias como todo el mundo sabe practicaba estos ritos y una parte de su poder estuvo basado en el terror que le tenía el pueblo, pensando que era casi inmortal y omnipresente, de tal forma que el inicio de un complot su hechicería lo detectaba. Cuando en realidad en muchos casos es que ante un soplo de un delator o la menor so0specha no se preocupaba de investigarlo sino de cercenarlo al momento, matando con torturas y sadismo al sospechoso.

El nivel social de este pueblo, no solo es importante como tal, sino que tiene trascendencia en el otro mundo, dado que la escala o poder que se llegue en la Tierra, es hasta el grado o techo que se logrará en el otro. Lo que ignoro si ese parámetro alcanzado vale lo mismo para el cielo (labakopua) que para el infierno (Ommo ichi orie) , ya que tendría gracia que en el infierno también hubiera categorías y discriminaciones, que ellos en cierta manera admiten para el cielo. En este caso en ese lugar estaríamos unos más tostados que otros, la ventaja para mi es que siempre tengo sensación de frío, y en ese lugar poco tendría, de todas formas prefiero no hacer la prueba del algodón.

Para los bubis existe la familia materna como un clan, que recibe el nombre de rijoe (casa materna), al que pertenecen todos los descendientes vivos o muertos de la madre, que parece que en el cielo igualmente siguen agrupados. El tronco o primera madre se le da un nombre, en cada clan, aunque el general es de buaíribo, y casi siempre está representado por una mujer, cosa curiosa si observamos como viven los hombres, rodeados de mujeres a su servicio, unas recogiendo los frutos de la pequeña huerta, otras cocinando o yendo de compras, y otras más jóvenes con funciones sensuales. Esto es la meta de un bubi, pero como es lógico pocos la alcanzan. Así que pensando que el clan es un matriarcado la buena vida se la da el patriarcado, menos mal que en el otro Mundo parece que es al revés. En cambio la fuerza del espíritu, lo que llaman linaje – loka-, se transmite por vía paterna casi podríamos decir que el poder terrenal se hereda por vía paterna y el poder espiritual se hereda por vía materna. Esa fuerza de linaje- mohulá-, es tan fuerte que cuentan que unos niños se durmieron sin saberlo en la casa del mohulá y se despertaron fuera, la misma fuerza los había sacado para que no recibieran ningún daño al estar tan cerca de ella.

Hay una casa destinada a cada linaje, estando prohibida la entrada al que no pertenece al mismo. En Bososo era conocido el mohulá Eao, cuya casa estaba repleta de objetos de hierro, pues en bubi eao significa hierro. Este poder transmitido de generación en generación de padres a hijos variaba su fuerza en función del comportamiento del heredero. En el nombre dado al linaje está lo distintivo del mismo, igual que hemos comentado en –eao el hierro, en Basakato consta el linaje de Barakopó- El devorador de búfalos- y así muchos otros. Lo de este animal está bastante extendido ya que el linaje del rey de Moka, es la familia bahitaari, y como base de su fuerza es la casa tenía tres cráneos de búfalo, si faltara uno se debilitaría su poder. Dice la leyenda que a veces faltaba un cráneo que se transmutaba en búfalo y se iba a pasear por las cañadas del valle, con el cráneo de la otra familia hermana real, llamada bamuedaari. Tal vez por eso existe la niebla tan densa en esta zona, para que no veamos pasear a los dos búfalos. Siempre en estos datos mi Biblia es el libro Los Bubis Ritos y Creencias del padre Amador Martín del Molino.

De todas formas, aún siendo relativamente pequeña la Isla, y pocos los pobladores, entre veinte mil a treinta mil, según la parte de la Isla sea Norte, Sur, Oeste o Este, cambian los nombres de la mitología, y hasta algunos conceptos del Olimpo.

La isla tiene una época seca, que dura aproximadamente de octubre a principios de marzo. Una época de tornados que dura todo el mes de marzo, y el período más largo, de abril a septiembre o a veces hasta noviembre, de lluvias intensas, que pueden durar horas, hasta días, incesantemente lloviendo, pero que parece como una descarga de depósitos de agua que se derraman uno tras otro sobre tu cabeza. Alguien desde el cielo parece que juega a intentarte ahogar con una ducha a presión, pero que no afecta al ritmo de la vida, generalmente no se inunda nada, dada la capacidad del suelo para absorber el agua, el calor reinante para su evaporación y el grado de inclinación de las montañas hasta el mar, para que los ríos descarguen su agua en las playas sin peligro.

Cuando llueve en el bosque los nativos buscan un platanar cercano, dado que llevan habitualmente un machete, cortan una hoja, que es el mejor paraguas, considerando el tamaño de la hoja y la facilidad de cogerla por el nervio que lleva la hoja en su centro. De una forma u otra la verdad es que empaparse en la lluvia africana no es peligro de constipados ni otras secuelas, salvo el reuma, ya que como las distancias son cortas, al llegar a casa se cambia uno de ropa y se queda como nuevo. A veces hasta que los ríos no han bajado su nivel hay que pasar los puentes con los camiones, tanteando con dos personas delante del vehículo, una a cada lado, con un palo van indicando la vereda por donde pasar, de esta forma es la única que se está segura de que el camión no pasa por fuera del puente, asunto algo peligroso. La suerte es que dada la inclinación de la Isla y que sus ríos van casi verticales al mar, el agua de la lluvia llega pronto a su desembocadura y su desbordamiento dura máximo pocas horas, cuando llueve con intensidad.

La mayor parte de la isla , salvo la zona sur de Ureka, tiene una carretera de circunvalación cercana, paralela a la costa, por lo que cuando te pierdes en la frondosidad del bosque, es un buen consejo bajar por la orilla de uno de los numerosos ríos que existen, al ir todos a desembocar al mar, llega en algún momento a la carretera general, donde el asiduo paso de coches te garantiza que te llevarán a casa, o a buscar la finca de donde has salido. Las cortas distancias permiten esa colaboración, de que siempre a quien encuentres, te lleva donde deseas.

Barcelona a 15 de septiembre de 2012





LOS IBOS- PRIMERA PARTE

Selección de Fernando Poo  Amorós- Garcia- Gerardo. X- Carlos- Varona- Gabino- Sánchez Mota                                                                             


                                                         LOS IBOS - PRIMERA PARTE



Repasando la revista la Guinea Española, creo que sobre agosto de 1960, he encontrado un artículo firmado por A.M. sobre los ibos, UNA DE LAS MUCHAS ETNIAS DE Nigeria con sus actuales 135.000.000 habitantes, así que voy a copiarlo, dado mi afecto a los nigerianos, especialmente ibos,calabares,yorubas, ibibios e ijaws. La razón es que mi trabajo en Guinea era atender a unos 800 trabajadores que tenían nuestras firmas representadas, a los que yo me encargaba de pagar nóminas, de contratarlos de negociar sus nuevos contratos, resolver sus juicios laborales etc. Mi dominio del piching, y algo de Calabar e igbo, aunque analizando la variedad lingüística del país con sus 521 idiomas es imposible entenderse con todos, por eso el pidgin ha sido adaptado por la mayoría, y me permitía tener muy buenas relaciones con ellos, a los que admiraba por su capacidad de trabajo y su desarrollo físico desde que llegaban en barco en el Río Francolí, casi con un taparrabos y famélicos y volvían al cabo de los dos contratos labores ( 2 años y 1 ½) hechos unas masas musculares que cargaban una máquina de coser en la cabeza y arrastraban un baúl con una mano como si fuera un souvenir. Vaya de antemano mi admiración por sus esfuerzos, por las penalidades pasadas en la Guerra de Biafra y por la magnífica labor agrícola que llevaron a cabo en Guinea. En el trabajo mis colaboradores Tomas Akpan y Daniel Udo, calabares los dos, fueron mis ojos y mis asesores en los conflictos laborales que había que resolver. Hay que destacar que el primer gobernador que tuvo Guinea Española, fue un inglés Beecroft que con su vapor Etiopía fue un explorador del Niger y hasta responsable del gobierno británico en esa zona.


                                 DESPUÉS DE LA MUERTE, LA VIDA.

Hay una tradición entre los ibos que dice que cuando la muerte bajó por vez primera a la tierra, el hombre lloró y envió un perro como mensajero ante Chukú (Dios,) pidiéndole que devolviese pronto a su hermano la vida.

El perro se entretuvo en el camino jugueteando y mientras tanto el sapo, enemigo de la humanidad, enterado del mensaje, se adelantó al perro y presentó ante Chukú un mensaje distinto: los hombres, muy conformes con la muerte, no quieren volver de nuevo a su mundo. Vino después el mensaje del perro, y Chukú, para congratularse con los dos, resolvió que las almas de los hombres volviesen al mundo después de la muerte, pero nunca en el cuerpo y con la personalidad que antes había tenido.

Entre los bubis, como en las tribus del norte de Nigeria, el mensajero no es el perro sino el camaleón, que se le considera transmisor de las órdenes de Dios a los hombres.

Esta leyenda de los ibos resume su concepción tradicional sobre la muerte y la vida. Muchos de los ibos trabajan resignadamente en este mundo, para reencarnarse después de la muerte en una persona rica y más feliz.

Al alma del hombre la llaman los ibos MMUO. Si un hombre se desmaya es que huye su MMUO temporalmente. La sombra es una manifestación del MMUO, y así, se cree que los cadáveres no proyectan sombra.

Asociado al alma vive un ser espiritual, como especie de genio que la acompaña, llamado CHI. Este es el que pide a Dios que nazca un alma, que él acompañará durante la vida. Si un niño muere al nacer es que el Chi no ha querido asociarse con su alma. Cuando un hombre se reconoce malhechor, puede siempre excusarse, diciendo que la culpa no es de él, sino de Chi, que le indujo a ejecutar la mala acción. Un mismo Chi puede acompañar a las almas de dos individuos, los cuales por esto mismo no podrán casarse entre si. También un mismo Chi puede haber estado primeramente en un animal y a su muerte juntarse al alma del hombre; es fácil que en este caso resulte un hombre bruto, de esos que apenas pueden distinguirse de un animal.

Las personas ricas o los jefes de familia (Okpara) no suelen reencarnarse, no sea que les toque una condición peor. Forman en el otro mundo el grupo de los antepasados, que intervienen continuamente en la buena suerte o desgracia de los que aún viven en la tierra.

Como es necesario tenerlos propicios, los ibos forman sociedades secretas con sus antepasados, donde estos se manifiestan, expresan su voluntad y reciben el homenaje de sus súbditos de la tierra.

Las máscaras tienen la honda significación de hacer presentes a los antepasados en las ceremonias, danzas y demás festejos de la sociedad. Las sociedades se multiplican hasta el infinito. Una de las más comunes entre los ibos de Onitsha es la llamada AYAKA.

Fundamentalmente una reunión Ayaka se desarrolla de la siguiente forma: A las nueves de la noche, los socios se dirigen hacia un bosquecillo y allí comienzan a gritar con esa voz falsete que hiende las noches africanas: ¡Koko! ¡Koko! A lo que otros responden ¡ Ehei! ¡Ehei! ¡ Ehei! Todos, hombres, mujeres y niños, que no formen parte de la sociedad, han de encerrarse en sus casas- dicen que aquellas son las voces de los antepasados Ayaka- Mientras tanto en el bosque los socios se visten con atavíos raros e inician una danza con letras como esta: Los Ayaka están todos reunidos aquí, dispuestos para el combate. Concluidas las danzas , se dirigen al poblado,. Donde procuran ocultarse siempre a posibles miradas de las mujeres y niños. A estos aterran cuanto pueden, agitando por ejemplo, las calabazas-sonajeros junto a las habitaciones de dormir. El objeto de la visita al poblado es pedir donativos a los jefes de familia, hablando siempre en nombre de los antepasados. Si alguno se resistiese a dar, le bloquean la entrada de la casa con troncos, ramas y piedras y puede esperar que se le burlen en las próximas canciones. De una casa van a otra y en los intervalos organizan pantomimas remedando palabras, gestos y actitudes de los muertos. Estarán así toda la noche, hasta que el pájaro Obu, hacía las cuatro, los amoneste, con su canto, que se retiren.

Este conjunto de creencias ha hecho de los ibos un pueblo alegre y resignado.


                                          POCA TIERRA PARA MUCHA GENTE



Decir que el ibo a de emigrar, no por lujo, sino por necesidad, podría parecer una perogrullada. Mas es una verdad que no conviene olvidar y sería triste que un mal nacionalismo privase a muchos ibos, resolver el problema de su alimentación, de su vestido u de su casa, no permitiéndoles la única solución posible para él, que es la emigración. Actualmente los ibos emigran hacia naciones próximas más ricas, Ghana, Costa de Marfil y nuestras provincias de Guinea Española. En Ghana es muy frecuente que las factorías de los poblados estén en manos de mujeres ibos.

Hay que considerar para explicar la emigración- La enorme concentración humana en el territorio de los ibos. Estos ocupan la totalidad de las provincias de Owerri y Onitsha y la mitad de la provincia de Ogoja, con grupos muy extensos en Warri, Benin y Rivers. En una extensión de unos 30.000 kilómetros cuadrados- algo más que nuestra Guinea, han desarrollar su vida cuatro millones de ibos, la densidad media de la población sobrepasa los 100 por kilómetro cuadrado, y los 300 junto a las carreteras y cerca de las ciudades. Y pensar que no muy lejos, en el Gabón hay solo 400.000 habitantes para 300.000 kilómetros cuadrados.

Las principales ciudades de los ibos son Enugu, Onitsha, Umuahia, Aba y Aro-Chuku. Políticamente los ibos nunca han estado sometidos a un solo jefe común. Ni existe entre ellos una concepción clara de la tribu y el clan como entre nuestros pamues. Del conjunto ibo podría decirse que son pueblos reunidos que hablan una misma lengua y que por tradición o por instinto están prestos a defenderse todos mutuamente. A pesar, pues, de la falta de grandes jefes, los ibos han conservado entre si una perfecta cohesión y se han multiplicado hasta llenar plenamente la tierra de sus mayores.

                  Fernando García Gimeno-  Barcelona a 15 septiembre 2012

miércoles, 12 de septiembre de 2012

LOS HOLANDESES EN CORISCO SIGLO XVII


                                                                             

                                  LOS HOLANDESES EN CORISCO - SIGLO XVII


Un general holandés del fuerte de Mina (Costa de Oro) envió aquí cerca de cuarenta holandeses en el año 1.679, con el fin de fundar una colonia de su nación, que preparara y arase el campo, pensando que el buen resultado en la producción de maíz, de otros cereales y de las distintas plantas de Guinea sería altamente beneficioso en el abastecimiento de los barcos de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, que aquí se proveerían con todo lo que necesitasen para proseguir su viaje hacía Holanda o hacía América, sin tener que recurrir a las islas portuguesas de la bahía o a Cabo Lope, con el consiguiente gasto y pérdida de tiempo. En realidad, muchos barcos holandeses que traficaban en Guinea abandonaban estos parajes por las fuertes mareas y turbonadas.

Conformes los holandeses en establecerse en las playas de esta isla, eligieron un lugar llano y desboscado, donde edificar sus alojamientos. Los fortificaron con algunos cañones de hierro, más bien para estar prevenidos de un asalto sorpresa de los pocos nativos de la isla, todavía algo salvajes y ladinos. Procedieron enseguida a cultivar el suelo y tuvieron bastante buena suerte, favorecidos durante algún tiempo con buenas cosechas de granos de maíz y otros comestibles. Pero los malos aires de Corisco y las grandes penalidades que tuvieron que sufrir en el cultivo de la isla, produjeron enfermedades tan malignas en la pequeña Colonia que murieron 17 hombres y los que quedaron, también enfermos, resolvieron retirarse a su puesto de Mina, después de destruir todos sus alojamientos y los que hubiera en el reducto. Incluso su factoría comercial, que habían puesto, no teniendo ya la importancia de antes, fue abandonada y desde entonces no han vuelto a residir allí los holandeses.


                                              LAS ISLAS MOUCHERON - ELOBEYES-


Las tres pequeñas islas de Moucheron, han recibido el nombre de un holandés que en el año 1.600, en ruta hacia las Indias Orientales, fue arrastrado por las mareas a este Golfo de Guinea y aquí o bien perdió el barco en una de estas pequeñas islas o bien fue incapaz de proseguir su proyectado viaje. El caso es que el tal Moucheron se resolvió a construir un pequeño fuerte en la isla más grande y dedicarse desde ella al comercio con los negros del Continente opuesto. Habiéndose detenido aquí durante algún tiempo, dejó por fin su establecimiento en manos de un tal Hensis. Apenas habían pasado cuatro meses de la marcha de Moucheron cuando los indígenas de Gabón, temerosos de que los holandeses llevaran hacia si todo el comercio de marfil de sus ríos y de los puertos vecinos de la bahía, después de algunas tentativas infructuosas para arruinar el comercio, habiendo encontrado medios para asaltar por sorpresa el fuerte, se lanzaron sobre él y asesinaron de forma inhumana al holandés y a todos los negros de la bahía de Angra que allí habían acudido a traficar. Los nativos del río Angra (Muni) no se atrevieron a oponerse a este atentado por miedo a provocar a todos los del Gabón. Pero el asesinato de sus compatriotas en la isla Moucherón, exasperó en tal grado sus corazones, que al fin estalló la guerra entre los de la bahía de Angra y los Pongo y pueblos de Gabón, guerra que aún continúa.


                                     COMERCIO EN EL RÍO DE ANGRA ( RÍO MUNI)


El río Angra, es un lugar de comercio, muy frecuentado por barcos holandeses y a veces también por barcos ingleses, que exportan de allí colmillos de elefantes, cera de abejas y algunos esclavos. Suelen anclar en la isla de Corisco, y desde allí envían faluchas, piraguas o grandes botes,

Bien tripulados y armados, al río Angra, volviendo con la mercancía transportada en cayucos.

Los nativos del río Angra dicen que el río viene de muy lejos tierra adentro, y así debe ser por el gran caudal de agua que siempre se ha observado trae en su desembocadura. La entrada del río está situada exactamente en los dos grados de latitud.

El comercio en este río sería mucho más voluminoso, si los negros que habitan este país y las comarcas vecinas no estuvieran siempre en guerra unos contra otros.

Como han de estar sometidos para todo a los mandatos de un único jefe, a quién acudir como requisito indispensable para adquirir colmillos y cera de abejas, les resulta difícil atender al comercio, que por otra parte sería la cosa más fácil, si tuvieran la libertad y pudieran internarse en los países vecinos, transportando todo a este río para el comercio con los europeos. Pero tal como están las cosas en la actualidad, debido a las continuas contiendas y luchas intestinas y la guerra con el Gabón y los Pongo, una falucha termina en tres días con todo lo acumulado en colmillos y cera de abeja, y esto yendo con calma, pues como sucede en otros puertos y ríos de Guinea, donde abundan los colmillos y comercian allí los europeos, se necesitan ocho o diez días para cargar unos pocos colmillos y aunque los negros prometan más, lo mejor es macharse que continuar allí por más tiempo.

En los otros puestos y ríos mencionados desde el río Camarones hasta el río Angra, nos hemos enterado por los mismos nativos, que ellos apenas tienen medios para procurarse colmillos, cera de abejas o esclavos y que escasamente cuentan con las provisiones necesarias para subsistir ellos mismos. Por esto y debido a la esterilidad del suelo, los nativos han de establecer más bien en el interior que en las playas.



                                                             MIS COMENTARIOS


Primero significar que esto es copia de un escrito aparecido en 1960 en la cueva de los Tesoros, La revista de los claretianos La Guinea Española, pero como al escribir mi historia de Corisco desconocía este tema me parece oportuno insertarlo en mi blog.

Cuando habla de las islas Moucheron, que son los Elobeyes, y poner tres me llamó la atención. Siempre hemos dicho que eran 2, Elobey Grande y Chico, perop repasado el Mapa famoso en colores de los Claretianos, aprece encima de Elobey Grande, un pequeño islote llamado Belobi, por lo que parece que lo incluyó en el conjunto.

En el escrito se demuestra que en el Siglo XVII se seguía practicando la trata de esclavos y Corisco era un depósito de esclavos hasta que llegaban los grandes barcos a llevárselos a las costas americanas, en Corisco podían proteger mejor contra el ataque de algunas tribus de la costa.

Llama la atención que en los primeros tiempos de la exploración africana, además de los portugueses, franceses, ingleses, alemanes y españoles, estuvieron los holandeses y los daneses pero no dejaron huella ni posesiones, les interesó más las islas asiáticas y algo menos América.



                                       Fernando García Gimeno - Barcelona a 12 septiembre de 2012 .

lunes, 10 de septiembre de 2012

LA ISLA DE FERNANDO POO (1891) 7 Y ÚLTIMO CAPÍTULO

                            

                                   LA ISLA DE FERNANDO POO (1891) CAPÍTULO 7 Y ÚLTIMO



Día 26.-- Al amanecer seguí ascendiendo hasta la altura de 450 metros. Chozas grandes, con mucha gente, me anunciaron el pueblo de Banibá: entre los indígenas noté que predominaban los jóvenes adultos y armados con escopetas. Un hombre de regular estatura y fornido, llegó a los diez minutos, se llamaba Eboco, y le esperaban para aprender prácticas de guerra.

Después de beber topé y repartir tabaco en nombre de nuestra patria, salí con un guía que nos acompañó hasta el río Ebuchú, límite natural del levantisco y numeroso territorio de Bani, pues además de los pueblos enumerados, abarca los de Balobete, Babichó, y Basupú.

En este río, unas mujeres que se quitaban la capa de la pintura roja, con que al igual que los hombres se cubrían el cuerpo, se escondieron a nuestra llegada.

En territorio de Batete, y dejando a la derecha el pueblo de Bayla, que efecto de sus contiendas con Banibá le ha cedido palmeras y terrenos para plantaciones, fuimos descendiendo, pasando por Rebola, el de más habitantes de la isla y residencia de Bebichupó, jefe principal. Desde este pueblo y por una senda bubi bien trazada, cambiamos de dirección (O) describiendo una curva y entrando en la costa N. A la hora distinguíamos Basupú y la plantación de Margarita, en la que se cría ganado vacuno, y un poco más adelante, Basilé y las casitas blancas del Gobierno y de la Compañía Trasatlántica. Vadeando el río Gándara, se observa que el bosque se tala de prisa, son los cubanos que piensan cultivar cacao. También en esta zona posee Jeremías Barleycorn otra plantación. Pasamos enseguida los ríos Campillo y San Nicolás, sobre troncos de palmeras a guisa de puentes, obra de la iniciativa particular, y por último, el Cónsul que circuye por la ciudad. Lo vadeamos con agua hasta la rodilla y saltando de piedra en piedra.

Esta jornada, que se considera propia de bubis, nos costó ocho horas de marcha.

El declive del terreno es apenas perceptible: los krumanes de las plantaciones del N. y NE, los indígenas que trabajan en las suyas y que salían a nuestro paso ofreciéndonos topé, y los que iban y venían a la capital, la hicieron agradable y animada en la última parte del trayecto. Únicamente me mortificó el sol.

Desde la terminación de estos viajes hasta el 5 de mayo, en que emprendí mi vuelta a la Península, puede visitar las plantaciones de la Compañía Trasatlántica, las de Benson, Rogozinski ( hermano del explorador) , Lolin , don Jerónimo Lopés Roca y trabajos preparatorios para obras de importancia, todas próximas a Santa Isabel. Busqué además antecedentes en los archivos, y consulté la opinión a personas que por sus cargos oficiales o residencia en la Colonia pudieran servir para ilustrar y comprobar mis juicios.

Fundado, pues en lo expuesto, me permito rectificar errores, que considero perjudiciales al desarrollo de tan importante Colonia, y al conocimiento de sus habitantes y costumbres que debe tener nuestra nación.



                                                 MI COMENTARIO FINAL



Aprovechó bien el tiempo el señor Valero, que se confirmó la necesidad de trabajadores que ha tenido la Isla hasta su Independencia.

Destaca que dado el beneficio que daba el cacao, todos se convertían en empresarios agricultores, tanto los cubanos que trajeron como libertos desde Cuba, así como los krumanes y sierra- leonas que habían llegado de braceros. Los españoles como la Companía Trasatlátncia, vieron que era mejor negocio el cacao que el transporte marítimo, pese a que su carencia dificultaba el desarrollo de la Colonia.



                                          Barcelona a 10 de Septiembre de 2012





domingo, 9 de septiembre de 2012

LA ISLA DE FERNANDO POO- CAPÍTULO 6

                                                              


                                   LA ISLA DE FERNANDO POO- CAPÍTULO 6


Dia 23.-- Antes de partir traté de reconocer el lugar del descanso. Bososo es importante por el comercio del aceite de palma, exportándose anualmente 80 bocoyes. La circunstancia de no existir factorías en un largo trayecto de la costa obliga a que bajen y se reúnan muchos indígenas; seis negros, entre hombres y mujeres, procedentes de Santa Isabel, cambiaban los productos europeos; dos balleneras esperaban la carga fondeadas al abrigo de un montón de rocas; las chozas medio caídas que servían de almacenes, o los harapos, y la miseria de aquellos pobres comerciantes, que representaban la civilización, justificaba el desdén y atrevimiento de los salvajes, que fumaban y bebían alegremente , buen ejemplo pensé, para que deseen instruirse. También Wivour cultivó aquí unas 10 has. De cacao, que se conservan en regular estado.

Sin guía, por comprender que los presentes no se hallaban dispuestos a perder de la vista los barriles de ron ni sus cestos de aceite, me interné, encontrando a la media hora de marcha una choza. El bubi que se entretenía en arreglar las calabazas, nos enseñó una senda, con la cual anduvimos hasta desembarcar en una extensa playa con hileras de naranjos y mangos. La tela del bosque, los plátanos y la caña de azúcar confirmaban la existencia de una plantación abandonada; pertenecía a Don Laureano Acunha de Santo Tomé.

Gran número de indígenas con las mujeres y niños corrieron en distintas direcciones; mi risa y los saludos en alta voz fueron atrayéndoles; el tabaco estrechó las distancias y pude tomar unas cuantas notas. Después de una hora y nada menos que con cinco de ellos, me puse en marcha; todos se despidieron en el río Balidisuba, límite del territorio Basakato que comprende los pueblos de Bepara, Basinoká y Basupú.

Otra vez solos, caminamos por espacio de una hora hasta una pequeña ranchería, de Bomosochi; un muchacho nos llevó a una plantación de cacao y en ella decidió comer y pasar la noche. El detalle más saliente de esta jornada se redujo simplemente a observar que los bubis usaban el sombrerito plano sujeto con un punzón, prenda ya olvidada, pues desde principio de la expedición por el O. no lo había vuelto a ver.

Los dueños de la plantación son bubis del distrito de Basuala. Las líneas del rostro, indican que nacieron y se criaron durante la primera edad en el besé; educados por los ingleses; aprendieron en su idioma, religión y varios conocimientos; últimamente nuestros misioneros lograron su conversión y que contrajeran matrimonio; el marido Balakake, goza fama de inteligente carpintero, demuestran que lo es, la casa y dependencias construidas con más solidez que las anteriores. Trabajan en la finca como braceros tres krumanes y un bubi. El cultivo principal es el cacao, en producción; ñames, plátanos, yuca y maíz, ocuparán una tercera parte del terreno desmontado: la cría de gallinas y cerdo y el comercio, les permiten vivir desahogadamente, y no tardarán en avecindarse en Santa Isabel.

Tres sendas, anchas y limpias, comunican el besé con un arroyuelo que les surte de agua y con el mar, por donde reciben y envían productos y efectúan sus viajes. Ofrece el embarcadero una particularidad entre las rocas desprendidas de la costa y que las mareas cubren, crecen siete u ocho árboles que utilizan para sujetar a ellos los botes y cayuco. Por la noche llamó mi atención que se alumbraban con teas mojadas en líquido parecido al petróleo, y recordé que en los puntos visitados lo usaban también, averiguando ahora que por medio de incisiones lo extraían de un árbol, que examiné al día siguiente y que debe ser o pertenece a la especie de cacahuey (arachis hipogea).

Día 24.-- A las siete de la mañana nos dirigimos hacia la punta del Frontón, límite del término de Basuala, formado por tres pueblos, Batoi, Bacoña y Bamosochi. En la primera ranchería de Bososo (Territorio de Bani) un bubi alto, llamado Bissapá- Bisebú, mostró deseos de enseñarnos su finca de cacao, a que accedí con gusto; la constituye poco más de una ha. Con las plantas pequeñas por estar colocadas a cortas distancias unas de otras; y con algunos plátanos y malangas; el año pasado vendió la cosecha por seis cajas de ginebra.

De esta plantación marché a la más importante de la costa oriental, situada en la ensenada Armero y en el territorio de Botaribó- Kopuapá. La forman unas 20 ha. De cacao, muy lozano, con secaderos de fábrica y con los cultivos y dependencias auxiliares y propios de las grandes haciendas. Su dueño Laureano Acunha, negro de Santó Thomé, falleció no hace mucho, la administra en nombre de su heredero otro de la misma isla, llamado Nacimiento.

Continuando el camino tropiezo con chozas y plantaciones de ñame a 90 metros de altura, me sorprende porque comúnmente la sitúan al interior y a mayor elevación, pertenecen al pueblo de Basariche. Bajando a la playa llamado Topé por los de Santa Isabel, recorrí las plantaciones de cacao de Jeremias Barleycorn y de Gainza cubano; el último me dice, al recordarle la belleza y fertilidad de Cuba, que en Fernando Poo todos los cafetales se desarrollan y dan frutos antes que en aquella.

Estas plantaciones, en producción y bien conservadas, las ensancharían sus dueños si no tropezaran con la resistencia de los bubis a venderles sus palmeras. A pesar de esto las noticias me animaron. Se extendía ante mi vista una zona explotada con recursos propios; penetré en ella atravesando primero dos pequeñas plantaciones; una recién sembrada y otra en preparación, y media hora después, una de 6 Ha. En producción, comprada por Gainza y tres en buen estado, de Wivour, Dewis y Stop, todos Sierra- leonas. Hicimos parada en Elaka por cansancio.

Día 25.-- A primera hora, y hacia el N. visité cuatro plantaciones más de Macfoy y Stop, dueños de otras ya mencionadas; y de Sara, hija de bubis, la de esta última en mal estado. Retrocediendo al punto de partida, me dirigí sin perder tiempo al besé. Truenos lejanos anunciaban tempestad; al cuarto de hora de una calma que asfixiaba,. Empezaron a agitarse los árboles y las plantas del bosque: una fuerte racha de viento llegó hasta nosotros y empezó a diluviar; era un tornado que iniciaba el principio de la estación lluviosa. La temperatura baja bruscamente a 10º.

A la hora y media de ascender, resbalando a cada paso por convertirse la senda en arroyo, se destacó un pequeño y elegante edificio de hierro, estábamos en la Misión inglesa. Un negro, en nombre de mister Bell, pastor protestante, puso a mi disposición las habitaciones; según me dijo, dicho señor le avisó desde Santa Isabel para que se enterara de mi excursión por aquella parte de la isla; a la verdad, fui, tratado con cortesía y respeto, y aprovecho esta ocasión para hacer constar mi agradecimiento.

Entre otros, cultiva la Misión cacao y ñames, para una altura de 300 metros, las plantas del primero no pr4sentan mal desarrollo. Niños no vi más de cinco, pero en cambio pude apreciar que ejerce dicho establecimiento, alguna influencia sobre los habitantes adultos de las cercanías.


                                                    MIS COMENTARIOS


Se nota que el señor Valero se preocupa de estudiar los cultivos de la Isla, y las alturas en que se adaptan cada producto, labor por la que vino a la Isla entre otras. .

Se destaca que contra la Leyenda Negra de que los negros no podían tener más de 4 hectáreas, es falso, tanto es así que hasta los extranjeros ( sierra- leonas y krumanes) tenían las mejores fincas. La leyenda está basada en un Decreto que por cada hijo nacido dentro de las normas cristianas, se les regalaba 4 hectáreas a los nativos y ya no podían solicitar más donaciones, pero si en cambio podían comprar nuevos terrenos. En mi capítulo de Leyes Coloniales, se puede ver al detalle este decreto.

                                           Barcelona a 9 de septiembre de 2012