Fijaros que el guerrero lleva el escudo del Barsa
hace 500 años ya en Nigeria y Benin lo conocían
Jorge Sabater Pi,”El hombre que amaba a los simios” 2ª Parte
Por Fernando Casas, español de Basakato de la Sagrada
Familia.
En el año 1949, Sabater es destinado a una finca de
cafetales en Ncumadjap,a 210 Km. de Bata y a 20 de Ebibeying,cuya producción
hace aumentar considerablemente por su preocupación por el bienestar de los
braceros.A partir de ahora, y durante los 25 años que permaneció en Rio
Muni,ayudado siempre por su esposa Nuria,va a compaginar el fatigoso trabajo de
las plantaciones con la investigación etnológica y biológica.En este mismo año
cayó en sus manos un ejemplar de la revista “La Brousse”,que se editaba en
francés en el entonces Congo Belga,y en la que el conservador de aves del Museo
Nacional Americano de Nueva York solicitaba el envio de algún ejemplar de un
ave extraordinariamente rara que solo poseían 3 museos en todo el mundo;Se
trataba del “indicador de la miel cola de lira”, cuyo ámbito de distribución se
reducía a algunas regiones del Camerún, Gabón y Guinea.Sabater mandó a Mr.
Chapin diferentes tipos de indicadores de la miel ,pero ninguno era el de “cola
de lira”, el “Melichneutes Robustus”de los ornitólogos.El Sr. Chapin le
agradeció los envíos y le animó a continuar en la búsqueda de esta “rara
avis”.A Jorge Sabater le costó 13 años encontrar en Guinea a este indicador,
ave muy difícil de ver y de cazar, que
los fang solo conocían por el ruido que producía, pero que nadie había visto.Se
trata de un ave del tamaño de un estornino, de color verde oliva y la cola en
forma de lira, con dos plumas timoneras que ,al rozarlas, producen un ruido
característico, algo así como el chirrido que producen unos frenos de bicicleta
mal ajustados;para los fang “ntumu”este sonido lo representaban
onomatopéyicamente como “vévek”, y así llaman a esta ave tan singular.Los fang
“okak”lo conocen como “selem-ngomió”, y los pigmeos bayeles de Rio Campo como
“lesí-lengué”.Fue en Octubre de 1962,cuando, encontrándose en la región de
Akassí, un nativo le suministró un ejemplar ahumado que Sabater no tardó en
enviar al Museo de Nueva York; era el 4º ejemplar que podía encontrarse en un
museo.El nombre de “indicadores”le viene a estas aves del órden de los
“Piciformes”de la costumbre que tienen de guiar a los hombres o a otros
animales como el “ratel”, volando en forma característica de trenza,hasta el
hueco del árbol en el que se encuentra la colmena;una vez extraida esta , los
indicadores se alimentan,no de la miel de la colmena, sino de su cera.Sin
embargo, el comportamiento del “cola de lira” es diferente al del resto de los
“indicadores”, porque sube en espiral a unos 200 m. sobre la bóveda forestal y
se lanza después en picado sobre el
árbol en el que se encuentra la colmena produciendo el característico sonido de
los frenos de bicicleta.Este comportamiento tan peculiar no se pensó en un
principio que tuviera alguna acción indicadora para los hombres o los animales,
pero posteriormente se descubrió que guiaba hasta la colmena al cálao negro, el
“ngung” de los fang, que hacía las funciones que en las otras especies de
“indicadores”hacen los hombres o los rateles.A las dificultades anteriores
inherentes a esta especie se unía la creencia entre los nativos de que quien
viera a un “cola de lira” moriría.
El mismo Dr. Chapin fue también el que lo incitó a estudiar
los “póngidos”,gorilas y chimpancés de la costa occidental africana, sobre los
que había muy pocos estudios realizados.Chapin también puso a Sabater en
contacto con eminentes primatólogos ,como Dietrich Starck, profesor de Zoología
de la Universidad de Frankfurt y Schultz y Biegert,de Zurich.El Dr. Shapiro lo
orientó en el campo de la antropología y le mandó las obras completas de la
ilustre antropóloga norteamericana Margaret Mead.No siendo Sabater un experto
en el estudio de estos animales,Chapin le da una serie de instrucciones
fundamentales: Sr. Sabater, le escribe,debe hacer observaciones meticulosas del
entorno en el que se desenvuelven los animales y dibuje todos los gestos y
actitudes de su comportamiento.Sabater dibujaba desde los cinco años, así que
no le fue difícil convertirse en un experto dibujante de la naturaleza y con el
tiempo , también, en un magnífico fotógrafo.
Sus dos primeros encuentros con los gorilas los hace
acompañado de una persona muy experta en el manejo de los animales salvajes: Se
trataba de Luis Lassaletta Delclos, que llevaba ya tiempo recorriendo los
bosques del Camerún, Gabón y Guinea,recolectando animales para los zoos de todo
el mundo.Su especialidad eran las serpientes, en especial las venenosas,e,
ironias del destino, murió en 1958 a los 36 años , manipulando una víbora del Gabón,
la “cerastes de los coloniales,que le picó en la mano y en la sien
.
Fin de la segunda parte
MI COMENTARIO
Lo que es importante de este artículo, aparte de que el gorila blanco es único en la historia de los gorilas, es que una persona sin formación universitaria y ya algo mayor, se involucre en el estudio de los primates y llegue a ser una autoridad mundial y profesor en la Universidad de Barcelona.