....Continuación.
Impresiones de Viaje ( Por nuestro director ) 25.05.1910n
Ahora antes pláceme consignar el efecto que en mi produjeron
los habitantes del Muni. Entre ellos apenas hay rastro de dominación española
ni se cuidan para nada las autoridades españolas. Si han de hacer una guerra,
si han de efectuar una muerte, no les ocurre siquiera presentarse a nuestras
autoridades que para ellos nada significan dentro del río. Tienen un concepto
muy bajo de los españoles y nos tienen por cobardes y miedosos que no somos
capaces de castigar sus fechorías, así como a los franceses y alemanes los
tienen por valientes. Es que quizás hemos abusado del sistema de atracción.
Bueno es dicho sistema, y muy propio de la dominadora del
mundo , pero extremarlo puede ocasionar y ha ocasionado muchos
males. El sistema de atracción habría que consistir en ser justos y equitativos
con ellos y no repartir regalos a troche y moche aun a los que no lo merecen,
que ellos atribuyen a cobardía y miedo. Bueno es proceder con toda prudencia en
el castigo de los malhechores, pero no hasta el punto de dejar impunes los
mayores crímenes. Hay muchísimos jefes del río y fuera del río que cobran del
Estado Español e ignoran ellos mismos por que cobran, pues nada hacen de
provecho para España. En buena hora que se gratifique a los jefes que se
distinguen por su amor a España, que en sus cuestiones saben acudir a nuestras
autoridades, o que de alguna manera trabajan para engrandecer a España, ya proporcionando
braceros, ya abriendo caminos y plantaciones, ya de cualquier otra manera, pero
la inmensa mayoría de ellos no son en nada útiles a España y muchos quizás
perjudiciales. Tanto Francia como Alemania en sus vecinas colonias retribuyen a
jefes indígenas, pero pocos y buenos, y ganan con creces lo que con ellos se
gastan. Entre nosotros pasa no pocas veces que un comandante de pueblo o un
subgobernador llama a un jefe y éste, si le parece bien, obedece, y si no le
parece bien, se queda tan tranquilo en el bosque.
Una palabra sobre braceros. Tuve harta ocasión de ver
hombres robustísimos y bastante numerosos cuyo trabajo haría prosperar las
fincas de Fernando Poo. Pues ¿ Como es que andando tan escasos de braceros, no
los aprovechamos? La mayor parte de ellos cuando se les propone esa idea, se
ríen sarcásticamente y señalando algún miserable del pueblo, dicen: < que
vaya éste> y es que el sueño dorado del pamues es la adquisición de muchas
mujeres teniendo las cuales puede vivir sin trabajar y sin tener que hacer otra
cosa que dormir, estirarse, rascar la panza y dar un paseo con la escopeta al
hombro. Ahora bien, como estando en el río, tienen más facilidad de comprar
mujeres, pues con dos o tres días de buscar goma sacan lo que ganarían en
Fernando Popo en varios meses, ¿ Quién les hace salir del bosque?. Más que más,
que no se sacia su apetito de tener más mujeres, conozco jefe bien retribuido
por España que posee ya más de 20, sin que por eso diga basta. Y una vez tienen
algunas de éstas que tanto trabajo les ahorran, ¿ Quién los separa de su
compañía? Tengo para mi que esta afición desmesurada, aparte de llevar otros
muchos inconvenientes, es un grave perjuicio para nuestra agricultura, y por lo
mismo, aunque el sistema de atracción no nos permita oponernos directamente a
esta poligamia, si que la podríamos perseguir indirectamente. Un medio para
ello podría ser el imponerles contribución por todas menos la principal, no ya
directamente sino de una manera indirecta. Como según hemos dicho atrás, para
cada una de sus mujeres hace el hombre una choza aparte, o por lo menos
habitación separada con tabiques, que paguen un tanto por casa cada trimestre o
cada año. Así al propio tiempo que se estorba algo ese indigno tráfico, habrá
un ingreso para el tesoro nacional y
mayor probabilidad de obtener braceros, claro que podrían ayudar mucho los jefes siendo fieles y
sumisos a nuestras autoridades.
Y para no molestar más a los amables lectores pongo punto
final a mis impresiones de viaje, por más que todavía podría hablar mucho.
Marcos Ajuria
C.M.F. Elobey 10 abril 1909