PRIMER CONTACTO CON EL REY MOKA
En 1887 los bubis
prácticamente no tenían contactos con la administración colonial, y salvo los
poblados cercanos de Basilé y Banapá, el resto era desconocido para el comercio,
intercambio y desarrollo de la Isla. Para
lograr esto era indispensable la aprobación del botuko Moka que era el poder
que aunaba todos los pueblos, y su desconocimiento proyectaba un aura
misteriosa reverencial sobre los bubis de la isla e incluso sobre los europeos.
La primera expedición española a las alturas de Moka, fue
encomendada por el gobernador Luis Navarro Cañizares, con el fin de lograr
sumisión y reclutar indígenas para la agricultura de la Isla, dado que no prosperaba
por falta de mano de obra.
Según cuenta la profesora Dolores García Camus en su
magnífica tesis doctoral, esta misión se encargó al teniente de Infantería de
Marina don Luis Sorela, que había sido encomendado por el Gobierno Español por
sendas RR.OO para estudiar las colonias extranjeras en África Occidental y
después de recorrer desde Liberia al Niger había llegado a Fernando Poo.
La expedición para conocer a Moka iba Sorela como jefe
acompañado del padre Juanola, José Aguirre Montes de Oca, encargado de Obras
Públicas , el contramaestre Antonio López Vázquez, dos marineros de primera del
pontón “Ferrolana”, un indígena llamado Malanga, 27 krumanes contratados y tres
intérpretes.
Salió de Santa Isabela tarde del 23 de noviembre de 1887,
recorriendo los pueblos de Regala, Kutan, Rioba y llegando al pueblo de
Moka el 1 de diciembre. Sorela cuenta su
encuentro con el botuko:
Después de algunos minutos de expectativa apareció ante
nosotros un personaje que se distinguía de todos no sólo por sus formas
hercúleas sino por el extraño disfraz que vestía: sombrero de anchas alas
tejido en el país rodeado de cuernos y plumas de aves y multitud de huesos cubrían
su cuerpo, todos aquellos accesorios innumerables era para mi otras tantas
pruebas no sólo del poder temporal sino de la autoridad religiosa de aquel
hombre que tenía ante mi vista. Este hombre era Moka puede V.S. calcular la
impresión que en nosotros hacia aquel cuya vida había sido tan misteriosa para
nosotros y con el cual habíamos podido ponernos en relación.
Sorela señala que Moka le recibió espléndidamente increpando
al guía bubi por haberlos retrasado y matando uno de sus mejores corderos para
celebrar la llegada. Al día siguiente y procurando exhibir todo el boato de que
eran capaces, los españoles se presentaron oficialmente ante el rey: hice
formar toda nuestra gente, di regalos a cada uno de los krumanes y banderas
haciendo salvas de fusilería al llegar a la morada del rey Moka. El explorador
hace hincapié en la inteligencia práctica que demostró Moka e todo momento
preguntando para qué servía cada objeto de regalo, de la materia que estaba
hecho etc.
Al final Moka me afirmó el placer con que vería establecerse
en las inmediaciones de su residencia una misión , y que le enseñáramos como se
fabricaban aquellos objetos.
Al volver Sorela hizo un informe detallado de los lugares
visitados, así como entregó a la
Biblioteca de Ultramar, planos, mapas y fotos de Fernando
Poo, lamentando en el mismo el abandono que lo tenia el Gobierno Español.
En 1894 realizó un segundo informe, del que se han extraído
datos para este escrito, en el que se desprende un gran respeto para las
personas y costumbres de los indígenas, cosa que no se tuvo posteriormente con
el gobernador Adolfo de España en 1897, especialmente en la expedición
organizada para sofocar los enfrentamientos de los bubis en Concepción con los
dueños de las fincas.
MI COMENTARIO
De todo ello se deduce que lo heredado por los dirigentes políticos actuales de Guinea Ecuatorial, es la enorme labor que realizó España en 68 años, ya que hasta principio del siglo XX, no existían ni carreteras, ni contacto, ni trabajadores para progresar en aquellas tierras. Y en la parte Continental todavía se retrasó esto mucho más.
Fernando el Africano 12 de Junio 2013