EL ORIGEN DEL RELÁMPAGO-
cuento bubi extraido del libro España en África, ayer y hoy de Adro Xavier , sin fecha de emisión calculo de los años 1940/50.
Muchos años hace, en una tarde lluviosa de invierno en que de vez en cuando brillaba un relámpago y poco después sonaba un fuerte trueno, sentados junto al fuego, mi abuelo contó un cuento que poco más o menos voy a contar yo.
En tiempos antiquísimos que no recuerdo en qué edad y era, en las afueras de un pueblo vivía un hombre de avanzada edad cuya mujer murió al darle un niño.
El buen hombre no sabía consolarse con la muerte de su mujer. Cuidose muy bien de su hijo en la esperanza de que sería el único sobre la tierra que pudiese consolarlo. La providencia dispuso que el hijo no muriese y creciera hasta llegar a jovencito de 18 años.
Su padre poseía una gran finca de ñame cuyas dimensiones nadie recuerda. Todos los días el padre muy de mañanita tomaba el machete e iba a su grande finca a trabajar dejando a su hijo el encargo de hacer la comida y traérsela a la finca.
El hijo, al levantarse encendía el fuego y diestro en el oficio, se ponía a cocinar el ñame y poco antes de una hora ya había acabado.
Cuando acababa, de repente aparecía un ogro amenazándole con devorarle si no le daba el ñame que acababa de cocinar y el hijo por miedo se lo daba.
El ogro al comer el ñame, muy tranquilo se marchaba y eso ocurrió durante muchos días.
El hijo que era bueno lo contó a su padre y éste fue a consultar al oráculo de un bojiamó, preguntando como podría valerse para matar aquel ogro que todos los días comía el ñame que cocinaba su hijo, el bojiamó le dijo:
Te esconderás detrás de la casa y cuando llegue el ogro, como tiene muy largo el cabello, mientras está amenazando a tu hijo, saldrás corriendo de detrás de la casa con un tizón encendido y lo aplicarás al largo cabello del ogro que come tu ñame.
Al día siguiente, muy de mañana , el padre con su antorcha preparada, se escondió detrás de la casa como le había dicho el bojiamó.
El hijo, al levantarse, como de costumbre, encendió el fuego y se puso a cocinar. Cuando hubo cocinado, de repente, como los demás días, se presentó el ogro que como siempre, empezó a amenazar al hijo, pero hoy además le dijo:
Comeré primero los ñames y luego te comeré a ti.
No había acabado estas palabras cuando salió de detrás de la casa el padre con un tizón encendido y lo aplicó a los cabellos del ogro que eran muy largos, y los cuales en un instante cogieron fuego y era como un incendio.
El ogro al notar que se le quemaba el cabello, en tres pasos se fue a un río cercano para apagar el cabello con el agua. Al llegar al río, al querer lavarse la cabeza, milagrosamente se separaron las aguas, unas corrieron hacia el mar y las otras se metieron en la tierra.
El ogro se fue a otro río y ocurrió como en el primero. Fue a un tercero y cuarto ríos y muchos más y le negaron también sus aguas.
No encontraba el ogro modo de apagar las llamas que consumían su cabello que era muy largo porque todos los ríos le negaban sus aguas. Por último, en tres zancadas, se vio en la costa del mar, se echó al mar, pero en vano: las aguas del mar se metieron en tierra y el desgraciado ogro se estrelló contra las piedras del mar.
Por fin ya muy desesperado, el ogro descubrió entre unas rocas altas un pequeño depósito de agua y precipitadamente metió en él su cabeza, y esta como no sabía, quedó atrapada entre las rocas y metía ruido y saltaban fuegos.
De allí deducen los antiguos bubis el origen del relámpago, que es cada vez que se mueve el ogro intentando sacar la cabeza entre rocas y salta el fuego y brilla en el cielo el relámpago.
D,E, 17 años.
