sábado, 31 de agosto de 2013

DANZAS AFRICANAS DE GUINEA- 3


                                                                     
                                                       Así era yo en 1950.

                        
                                      

                                    DANZAS AFRICANAS DE GUINEA-3

LA IVANGA.- Es la <> una danza corisqueña llena de un fuerte sabor erótico y pasional. Su ejecución requiere una preparación previa muy estudiada. Es un baile exclusivamente interpretado por mujeres.

El día anterior al que ha de bailarse el <>, las bailarinas comen con parquedad para encontrarse ligeras, pues que esta danza es un ejercicio que exige una habilidad excepcional. Por la noche se reúnen en la casa llamada<>, donde preparan el vestuario y pìntarrajean su cuerpo. Mientras dura esta ceremonia suenan en la plaza las <>. Los adornos típicos del bailen son: penachos de plumas a la cabeza, alguna piel y semillas a modo de cascabeles, que rodean el bajo vientre, sobre la cadera. Hoy suelen utilizar también un pequeño clote, que cubre sus partes pudendas. Como todos los bailes que ya se han reseñado, la <>tiene una bailadora directora, que se le conoce con el nombre de <>. Esta danza, que suele durar toda la noche, es sólo posible resistir y superar por la <> ingerida, bajo los efectos de una inconsciencia tremenda.

Posible es que de los bailes que pude presenciar, éste sea el más inmoral de todos. Según se dice, procede del antiguo Congo francés.

Doy a continuación a conocer algunas estrofas de este baile, que como todas, no son más que el relato escueto de cuantos actos van ejecutando las bailarinas. Con una traducción muy libre.

Apili ui pika
Ññyambe a Pili ui pika.  (ya nos hemos acabado de pintar)

Yo yoó ntyanga dyemami
 Yo yoó ntyanga dyemami   (ved y mirad nuestro baile y nuestra compañía)

Asellanongo bangua boluani
Asennanongo bangua            (tengan los instrumentos preparados que aquí
                                                está el grupo de bailarinas que os saludan.)

Ndongo a koka maganga
Yo manganga yo goni ma seva sellanongo  (pueblos y tribus, venid a ver
                                                                        nuestros bailes.)

Mbuiri ya koka ya sellanongo,
Dyemami dye bienio.               (Sois tan paradas como troncos de árboles.)

Kombisani egombe ya mojeba abieni
                                                 (estemos dispuestas a recibir a nuestra jefa)

             - Se canta esta estrofa a una hora muy avanzada-

En los pueblos playeros existen, además de las reseñadas, otras danzas menos populares, entre las que figuran las siguientes: Nyusa, Yvenga, Masingo, Bevala, e Yyemba.


Continuará. 






jueves, 29 de agosto de 2013

DANZAS AFRICANAS DE GUINEA- 2



                                                                           
                 

                           DANZAS AFRICANAS DE GUINEA- 2




OZILA.- Suele ser un baile mixto de varones y hembras. Lo practican los pamues en sus fiestas. El número de bailarinas no es, por lo general numeroso, seis u ocho, no así el de cantores, que siempre es elevado. Al ruido seco y monótono de las <>, que acompañan al canto, van saliendo una a una las intérpretes cubiertas de pieles de mono y otros variados animales, semillas a modo de cascabeles atados a las caderas y piernas y en cada brazo una pequeña máscara. La cabeza la llevan adornada de plumajes, que son más abundantes en la bailarina aventajada o principal, que aquí recibe el nombre de <>u <>, la que lleva a la vez la entonación y dirección de los cánticos.

AKENG.- Es éste otro de los bailes pamues, cuya descripción no hago por ser muy parecida al del <>. El << Mbatúa>> es otra variante pamue de escaso interés anecdótico.

UKININYO.- Es éste baile festivo para los combes jóvenes. Su nombre original, españolizado, viene a significar <>, vocablo con el que suelen denominar esta pantomima los elementos más nuevos de la tribu. El hombre que lo baila, o <>, va embutido en un amplio disfraz hecho de rafia y hojas secas, que le cubre todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, dejando únicamente la cara al descubierto, que pintada de rojo y blanco, da a este personaje un aspecto verdaderamente pavoroso.- El <>, que baila a saltos y gestos acompasados, con maravillosa agilidad, al son del <> o <>(tambor), representa un ser fantástico, y suele ser un experto, pues que este papel sólo lo representan determinados elementos de la tribu, especialmente preparados para ello. Los hombres y las mujeres sometidos a una rigurosa separación mediante una cuerda, que distancia ambos sexos, presencian este baile recreativo y fantástico, que suele representarse en todas, las festividades principales del poblado playero.  

Todas las descripciones de estas danzas, están copiadas del libro de H. Ramón Álvarez, titulado Leyendas y Mitos de Guinea (año 1951).

Fernando García Gimeno ( Fernando el Africano)

Barcelona a 29 de agosto 2013





miércoles, 28 de agosto de 2013

DANZAS AFRICANAS DE GUINEA- 1




                                                      

                                   Monte Alen 

                    DANZAS AFRICANAS DE GUINEA

En África la danza no es solo ejercicio físico, movimiento y música, es la propia filosofía de sus habitantes, es la forma de exteriorizar sus estados psicológicos, es la plasmación de su alegría y dolor, sus deseos de venganza, lucha, su expresión religiosa, la forma de escenificar momentos puntuales de su historia y de sus avatares. Vamos a empezar con la:

AKOMAMBA.--

Esta danza pamue es como una pantomima bélica. En la actualidad se ejecuta con clarísimas adulteraciones hasta el punto de utilizar en ella, sustituyendo quizá las armas genuinas - ballestas y lanzas- , escopetas de madera de una burda imitación. En su mismo atuendo y vestuario se aprecia perfectamente esta influencia extraña. La máscara, la pintura, las pieles y algunas plumas y follaje de rafia integran el <> de las bailarinas, que según su grado, se emperifollan con más o menos esmero.

La jerarquización de los componentes obedece a nuestra peculiar nomenclatura militar, debido posiblemente a que en la actualidad el <> suele ser el baile más popular en nuestros campamentos militares. Así, la bailarina jefe, conocida con el nombre de <> tiene sus lugartenientes, que vienen a responder al grado de nuestros cabos, sargentos, tenientes. 

Convocadas las bailarinas del <>eligen el lugar adecuado donde ha de celebrarse la danza, que realizan dentro de un círculo formado por el público, y dentro del cual se sitúan también los músicos y cantores. El canto siempre es entonado por el principal, a quien sigue, obedeciendo a una indicación suya, el coro. En el centro del círculo humano, la bailarina que encabeza la fila de éstas para que inicie la danza, la que, a su vez transmite inmediata orden a la que sigue, y así sucesivamente. Esta señal es conocida por el nombre de <> . El baile no se interrumpe hasta que no concluye el canto del coro. Es una mezcla de instrucción militar y primitivismo. Nueva canción da origen a la repetición de la escena, que así se prolonga, con pequeñas intermitencias, durante todo el tiempo que se ha fijado para la fiesta. Este baile castiga a quienes, presenciándolo, no respetan sus leyes, a determinadas sanciones que han de satisfacer con donativos previstos.


La descripción está copiada del libro Leyendas y Mitos de Guinea de H. Ramón Álvarez -1951

martes, 27 de agosto de 2013

CUENTO BUBI, NTAO PÍO





                                                                   

                                         Caldera de Bioko 


                CUENTO BUBI - NTAO PIO

Vivió en un tiempo una mujer bubi que tuvo un hijo hermoso. Tan hermoso, que su madre no acertaba a separarle de sus brazos. Este niño se llamaba Ntao Pío.

Un día la madre se fue al campo en busca de leña. Antes de ausentarse, le dijo a su marido:

-Bue ebo bolan- (No despiertes a mi hijo).

Y el padre lo dejó durmiendo, tan tranquilo que a la vuelta de la madre aún seguía Ntao Pío, feliz, entregado al sueño.

Otro día volvió la madre al bosque en busca de comida, y también le dijo a su esposo:

-Bue ebo bolan-

Y el niño siguió durmiendo plácidamente hasta que llegó a la casa una mujer que sufría una grande envidia, porque ella también tenía un hijo igual, pero feo, de ojos sin brillo y con un cuerpo bastante contrahecho. Ntao Pío, al verla, sintió miedo y huyó al bosque.

Al llegar la madre de Ntao Pío se encontró con la terrible noticia de que su hijo había desaparecido; le buscó llorando por los bosques; anduvo días y noches enteros gritando con todas sus fuerzas y sin cesar:

Ntao Pío… Ntao Pío…. Ntao Pío… Pío,…Pío…Pío..

Pero Ntao no aparecía.

Y así un día y otro, hasta que la infeliz madre, cansada de andar, se convirtió en pájaro. Desde entonces, de rama en rama, de árbol en árbol, de bosque en bosque, atravesando la selva, pasó su vida la infeliz madre.

Pero su hijo no volverá jamás a aparecer. Y la madre continuará por siempre su hermosa y triste canción:

Ntao Pío.. Ntao Pío.. Ntao Pío..

Con esta narración de la mujer que se volvió en pájaro para mejor poder buscar a su hijo explican los bubis el por qué del eterno cantar de las aves: Pío, Pío….. 

Relatado por F.B. de Basakato del Este año 1942

En el libro Leyendas y Mitos de Guinea

De H. Ramón Álvarez - año 1951

lunes, 26 de agosto de 2013

CUENTO FANG AKUEN NZAMA- SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

                                             
                                             


                 CUENTO FANG AKUEN NZAMA-                                                   SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

Caminaron las tres hermanas solas hasta llegar al sitio que Akuen les había indicado. Pero aquí surgió la disputa, Meseko y Nchama quisieron tomar el camino angosto; Mangue, que había salido del mismo vientre que Akuen, las convenció con hábiles palabras para seguir el ancho y llano. Caminaron por él hasta que divisaron una choza. Como su cansancio era mucho, pidieron a una vieja mujer que a la puerta de ella se hallaba que les diera cobijo, por aquella noche. La vieja, que no deseaba otra cosa, las contestó con engañosa dulzura:

Bienvenidas seáis, hijas mías. Pasad, reponed vuestras fuerzas y saciad vuestra hambre.

Las desobedientes hermanas de Akuen no sabían que aquella vieja, cuyos dientes se le veían muy afilados, era antropófaga y deseaba hacer con ellas un rico festín. Pero Akuen, inspirado por su magia, supo el peligro en que se encontraban sus hermanas, por lo que encaminó sus pasos hacia la choza de la hechicera. Al verle llegar ésta, quiso con amabilidad invitarle a pasar y reponer sus fuerzas. Akuen tenía trazado su plan, por lo que aceptó si invitación, no sin antes advertirla que si algún daño causaba a sus hermanas, la quemaría viva.

Entró en la casa, donde encontró a Mangue, a Meseko y a Nchama, a quienes reprendió por su desobediencia y les habló del peligro en que se hallaban. Llegada la hora de la cena, la pérfida vieja llevó a los hermanos abundante comida, que previamente había envenenado. Pero Akuen, como siempre, evitó el mal, prohibiéndolas tomar bocado de ella. Cuando llegó la hora de dormir, Akuen tomando un poco de su ungüento maravilloso, lo disolvió en agua, con lo que roció los ojos de sus hermanas mayores, pero al ir a ponerlo sobre los de su hermana de madre, Mangue, ésta se opuso a ello, diciéndole que lo que él quería era matarla. El hermano respetó su voluntad. Se fueron a dormir, y él quedó vigilándolas al umbral de la puerta.

Ya los búhos habían abierto sus ojos cuando la vieja, con pasos silenciosos, se acercó a la habitación donde las tres hermanas descansaban, pero al encontrar al vigilante Akuen se disculpó, diciéndole que iba a recoger la comida sobrante para dársela a su hijo pequeño, que estaba llorando de hambre, Akuen se la dio.

Horas más tarde volvió a repetir la vieja hechicera su intento, pero con más cautela; al ver a Akuen en su puesto de guardia retrocedió silenciosa. La tercera vez, dispuesta a llevar a feliz término su plan, cogiendo unos blancos polvos, que extrajo de una renegrida bolsa que llevaba al cuello, los esparció por la habitación diciendo:

Quiero que todos se duerman profundamente.

 En el acto Akuen quedó, como sin vida, sumido en intenso sueño, entonces la vieja, penetrando en la habitación donde dormían las hermanas del aventurero Akuen Nzama, se encontró a una sola de las tres. Sucedió que las dos mayores, Meseko y Nchama, se habían vuelto invisibles por el agua maravillosa con que su hermano las había rociado los ojos. Mangue, en cambio, por su testarudez, yacía en su camastro, a la vista de la hechicera, sumida en profundo sueño. Sacó los ojos a las desgraciada Mangue, respetando los de su hermano por temor a la "medicina" que éste sin duda poseía. Pero una vez fuera de la choza, emitiendo un agudo silbido, toda la casa quedó cerrada  por una densa empalizada, con la que estaba segura de aprisionar al invencible Akuen. Satisfecha de su argucia, corrió al bosque en busca de sus amigos los <>, a los que invitó al convite que iban a tener con los hermanos, a quienes consideraba ya en su olla.

Apenas empezó a hacerse la luz y pasado el maleficio, Akuen despertó. Al encontrar a su hermana Mangue con las cuencas de los ojos vacías adivinó el pensamiento de la bruja, que esta vez había logrado sorprenderle. Despertándola la reprendió nuevamente por su testarudez y mala voluntad hacia él. Al intentar huir con sus hermanas se encontró el camino cerrado por la tupida valla que la vieja había levantado con su magia, pero poniendo un poco de <> sobre aquella muralla de troncos, enseguida se hizo un hueco lo suficientemente grande para poder por él huir. Una vez fuera del recinto amurallado, tomando de nuevo el talismán, dijo:

Quiero que aquí haya un gran estanque lleno de ranas, y al momento sucedió.

Pero antes de irse, Akuen se dirigió a la casa donde vivía el pequeño hijo de la vieja con su madre, entonces ausente, a quién le exigió los ojos de su hermana. éste, muerto de miedo, se los dio. Entonces Akuen, con su poder mágico, los colocó de nuevo en las cuencas vacías de Mangue, que al instante volvió a ver como si nada le hubiera pasado.

Ya estaban lejos, sanos y salvos los cuatro hijos de Nchama, cuando regresó la vieja hechicera rodeada de una cohorte de fantasmas dispuestos a celebrar el festín prometido, pero su asombro fue grande al ver que en derredor de toda la casa donde les había dejado no había sino un gran lago lleno de ranas, que croaban con algarabía infernal. Los fantasmas, al verse burlados, dieron muerte a la vieja, a quien comieron para satisfacer sus insaciables apetitos de antropofagia.

Entre tanto los hermanos, llegaron contentos a su nuevo poblado, donde las hermanas arrepentidas de su mal comportamiento para con Akuen Nzama, se hicieron lenguas para ensalzar el poder y magia de que era poseedor aquel a quien siempre habían tenido por fatuo y tonto. Y aquí acaba la historia de Akuen Nzama, cuyas aventuras han sido celebradas de toda su larga parentela.

Relatado por B.B. del distrito de Kogo 1944 - Extraído del libro Leyendas y Mitos de Guinea de H. Ramón Alvarez , año 1951.




domingo, 25 de agosto de 2013

CUENTO FANG AKUEN NZAMA- PRIMERA PARTE


                                                               


                                     Akuen Nzama


Cuenta las antiguas historias pamues que en los más remotos tiempos existía un ser extraño y poderoso, llamado Nyama. Casado con tres mujeres, tuvo, de la primera, una hija, que llamó Meseko ; de la segunda, otra, llamada Nchama , y de la tercera, también otra hembra, a quien puso de nombre Mangue, y un hijo, medio tonto, al que denominó Akuen.

Residía Nyama con toda su familia en un poblado situado en medio de un tupido bosque, que de pronto se llenó de <> (seres fantásticos), que hicieron imposible la permanencia a los hombres en aquel lugar. Por ello Nyama se vió obligado a emigrar en busca de lugar más pacífico y seguro. Encontrólo en otro bosque cercano, donde estableció sus nuevas chozas, en las que prometía una vida feliz.

Las tres hermanas, Nchama, Meseko y Mangue, añoraban las aguas de su antiguo río, que les daba abundantes y ricos pescados, por eso decidieron ir a él a pescar. Solicitaron de su padre, Nyama, que les acompañara; pero este temiendo el poder de los <> moradores de sus bosques vecinos, negose a sus peticiones. En cambio el tonto de Akuen, despreciado por sus hermanas, y muy especialmente por su hermana de madre, Mangue, se ofreció a servirlas de acompañante. Ellas se oponían a aceptarle como guía, pero él las convenció afirmando con juramento que tenía poder suficiente para librarlas de la influencia de los temidos fantasmas.

Antes de partir, Akuen visitó a su madre, conocedora de muchos secretos mágicos, con el fin de que le hiciera <> contra los <>. Esta le proveyó de un ungüento, llamado <> que extrajo del árbol <> de una lanza y de una bolsa llena de cordones.

Provisto Akuen con los misteriosos talismanes, emprendieron los cuatro hermanos el camino de su antiguo pueblo. El viaje lo hicieron en la más absoluta tranquilidad. Cuando llegaron al lugar de su residencia, apenas si encontraron rastro de chozas, que estaban casi cubiertas de espeso bikoro. Mientras las hermanas se encaminaron al río. Akue se quedó solo en el lugar donde había tenido su antiguo pueblo. Cuando se hubo convencido de que nadie podía verle, untó con un poco de <> a su frente, e inmediatamente, impelido por una fuerza misteriosa, comenzó a remontarse por los aires, volando con tanta soltura como si poseyera las mejores alas. En su vuelo acercose al río para vigilar a sus hermanas, que llenas de alegría estaban recogiendo abundante pesca. Cuando se hubo convencido que nada anormal sucedía, volvió al lado de su antigua choza, y utilizando el maravilloso ungüento trazó en el suelo el croquis de una casa, diciendo:  

Quiero que aquí aparezca una casa con tres aposentos, uno para cada una de mis hermanas.

Apenas había acabado de pronunciar estas palabras cuando una hermosa casa surgió en el indicado lugar.

Acabada su tarea, las tres hermanas se dirigieron al sitio donde habían dejado a su hermano. Como era ya demasiado tarde para atravesar el bosque que les conducía a sus cabañas, iban pensando en como podrían arreglárselas para pasar aquella noche. Su sorpresa fue grande al encontrar al tonto de Akuen sentado a la puerta de una magnífica choza, que en tan poco tiempo y sin ayuda de nadie había levantado.

Como las tres hermanas desconocían el secreto de Akuen, tuvieron miedo de que aquélla fuera obra de los <>. Pero éste las invitó a entrar en ella y descansar. Prepararon la cena, ahumaron los pescados, y ya se disponían a dormir, cuando advirtieron que sólo había en la casa tres camas. Akuen les dijo que él no la necesitaba.

Ya dormidas las hermanas, Akuen salió al umbral de la casa, y cogiendo su ungüento poderoso volvió a untarse la frente. De nuevo se remontó por los aires, con intención de buscar a los fantasmas que habitan aquel bosque. Pero no pudo encontrar ninguno, satisfecho de su excursión, regresó a su casa, donde a la puerta esperó se levantaran las tres hermanas. Así pasaron los dos días primeros.

La tercera noche salió de nuevo Akuen en visita de exploración, cuando de pronto se encontró que a lo lejos, y por los aires, se dirigía al antiguo poblado un numeroso grupo de <>, sin duda con el fin de averiguar quién pudo enfangar las aguas del río, que hasta entonces habían corrido claras y limpias.

Entre los poderes que tenían las <> que a Akuen le diera su madre había una que consistía en poder ser reconocido el que las usaba por todos los seres visibles e invisibles. Por esto los temibles fantasmas, en cuanto le descubrieron, empezaron a reclamar:

Akuen Nzama, Akuen Nzama, ¿A que has venido a este bosque? Caerás en nuestro poder y te daremos muerte y nos servirás de goloso bocado. 

Pero Akuen, el "tonto", como le llamaban sus hermanas se reía, porque no ignoraba la impotencia de aquellos seres ante su magia. Así, cuando los tenía muy cerca, cuando casi lo tocaban con las puntas de sus feas garras, Akuen, por un deseo de su poder, quedó convertido en cuerpo pútrido, cuya hediondez era tan penetrante y tantos los gusanos que devoraban su carroña, que los enemigos, ante aquella visión asquerosa, se sorprendieron y lo abandonaron por muerto. Al ver Akuen que los fantasmas se habían retirado sin conseguir su propósito volvió a su estado normal, y acercándose al lecho donde dormían sus hermanas, las despertó diciendo:

Recoged pronto las cosas, que hemos de huir a nuestro poblado. He visto a los terribles <>, que intentan devorarnos.

En un momento cargaron los nkues y emprendieron la marcha, apenas habían traspasado los umbrales del espeso bosque, cuando los temidos seres volvieron al lugar del antiguo poblado, donde llenos de furia por la presa que se les escapaba, destruyeron la casa de Akuen Nzama y salieron en persecución de los fugitivos. Akuen que advirtió inmediatamente el peligro que ya tenían encima, cogiendo un poco de su maravilloso ungüento fue señalando las frentes de Meseko, de Nchama y de Mangue, las que fueron convirtiéndose en monos saltarines que huyeron por las copas de los altos árboles. Sin embargo Akuen esperó tranquilo el ataque. Ya los fantasmas se prometían tenerlo en sus manos, cuando, por medio del poderoso talismán, quedó reducido a un estado todavía más asqueroso y repugnante que el de la vez anterior. Por segunda vez habían quedado burlados los terribles <>.

Cuando se hubieron ido los fantasmas, Akuen volvió a su ser y con un agudo silbido llamó a sus hermanas, convertidas en monos, que al llegar a su presencia tomaron su forma normal. Akuen Nzama las dijo:


Id por este camino hasta llegar a un lugar en que se divide en dos. Tomad el angosto; dejad el ancho y llano, porque si vais por él podréis sufrir males terribles. Este camino siempre tiene su castigo. 

continuará.......
  COMENTARIO 

Hay dos palabras, que la gente no habitual de esa zona, puede desconocer. 
Una de ellas es Nkue, es el cesto típico que lleva las mujeres fang a la espalda, tejido en mimbre (nipa) , donde trasladan comida, productos de la huerta y hasta una pata de elefante. 

La otra palabra es bikoro. Es la hierba que crece después de haber abierto un bosque y derribado sus árboles, y nace esa vegetación de corta altura que no perjudica y permite ver si hay alguna alimaña cercana.