lunes, 9 de septiembre de 2013

SENTÍ LA HUMEDAD DE TUS LABIOS



                                                             

                                   SENTÍ LA HUMEDAD DE TUS LABIOS
                     


Sentí la humedad de tus labios en toda mi piel,
me juraste por tus muertos, serme siempre fiel,
tus caricias me hicieron llorar de placer,
imaginé tu cuerpo como parte de mi ser,
atravesamos continentes en lujosas avionetas
sin reparar en gastos ni fijar cortas metas.

Pero ahora me llamas a cobro revertido,
y me comunicas que el amor es olvido,
ahora que no tengo ni para subir al metro,
me dejas sin explicación por real decreto.

Me dices que las flechas de otro Cupido,
te hace olvidar lo que conmigo has reído,
el Cupido tiene una buena cuenta corriente,
que hace malo al arruinado saliente,
cuyos negocios van cada día peor,
así que lo tuyo no es interés sino error.

Para colmo dices que me cedes el piso hipotecado,
que tu te quedas con el coche y el adosado,
los dos que están de toda carga libres,
así que deseo te coman los tigres.

Que  al ladrón de mujeres, le de un infarto,
y de pechugonas y culos ya estoy harto,
me voy a un monasterio con voto de castidad,
ya que no puedo con tantas letras y maldad.


Fernando García Gimeno
Barcelona a 9 de septiembre 2013




ÉRASE UNA VEZ




                                                                 



 LA IMAGINACIÓN DEL CURRANTE

Aunque este blog siempre ha estado dedicado a el tema Guinea, 
me permito ayudar esta poesía, dado que el tema abuso de poder
encaja mucho con Guinea Ecuatorial, por desgracia de sus pobladores,

Érase una vez, un político truhán y altanero,
que desviaba los fondos con esmero,
montaba anónimas y suculentas sociedades,
acumulaba mucho dinero y propiedades.

Para disimular y engañar a nuestro fisco,
abría cuentas a la familia y a todo cristo,
ingresaba fondos a benéficas sociedades,
y prometía acabar con pobres y males.

 Sus viajes a Suiza, Jamaica y Gibraltar,
 mejor por su frecuencia  no relatar,
su mujer legal y las otras,
comprando se ponían las botas.

Hasta que llegó un avispado periodista,
director de una afamada revista,
que le pidió ayuda de unos pocos millones,
ya que tenía pruebas en sus averiguaciones,
de sus viajes, sus cuentas  y sus amores,
 si no se los daba, le sacaría los colores,
 y con la Tributaria tendría problemas
sobre esto, los sobres  y otros temas.

Este país es el de la Celestina y el Fisgón,
donde los expedientes se guardan en el cajón,
y a los  ladrones de guantes blancos
los tendrían que dejar  algo mancos.

Las leyes no bastan con promulgarlas,
hay que con justicia aplicarlas,
mandar a tanto "pájaro" a Perejil,
y sepan lo que es pobreza y sufrir.


Fernando García Gimeno

Barcelona a 8 de septiembre 2013