sábado, 30 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES E GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL-8


                                                 




                                                                           

                                                         Casas de jefes de tribu

Documento interesante es el que dice que los cameruneses quieren volver a la tutela alemana y no a la francesa que les quieren someter.

Los 117 jefes de tribu del Camerún que se encuentran alojados actualmente cerca de San Carlos han dirigido la siguiente súplica a su majestad el Rey.

Dice el documento:

A su Majestad el Rey don Alfonso XIII


Señor: los cabecillas que han puesto sus firmas al pie de este documento han seguido, por cariño y gratitud, a las órdenes del Gobierno alemán, y hemos venido a Fernando Poo a colocarnos bajo la protección de Su Majestad.

En el Camerún nuestra patria, hemos dejado nuestras familias y nuestros bienes, con la confianza de volver algún día a nuestro país, bajo las órdenes del Gobierno alemán, al que permanecemos fieles y al que nos unen lazos de gratitud.

Todos nosotros, lo mismo jefes de tribu que los demás refugiados, tenemos como aspiración única el volver al Camerún (siempre pone o Camerón o Kamerún) bajo el gobierno alemán.

Hemos oído que en la conferencia de paz se decidirá sobre nuestro destino futuro.

Señor: con el mayor respeto, imploramos a Vuestra Majestad su ayuda e intervención a favor de nosotros en la conferencia de paz.

Queremos seguir bajo la tutela patriarcal del Gobierno alemán, al que le debemos todo lo que sabemos y todo lo que hemos aprendido.

Tenemos el profundo convencimiento que los indígenas que han quedando en el Camerún tienen el miso deseo que nosotros, aunque por miedo, quizá, no se atrevan a exteriorizarlo.,

Tenemos plena confianza en el apoyo y ayuda de Vuestra Majestad y llenos de respeto y gratitud quedamos a los R.P. de V. M. -K. Atangana (cabecilla mayor de Banes y yaundes) Adigia Lifida ( cabecilla mayor de mahometanos) .

Siguen los nombres de 117 cabecillas.

La exposición a su Majestad es interesantísima. En ella los indígenas del Camerún demuestran una gran confianza en la persona de nuestro Rey, al que someten la petición.

Se ve también en la súplica de los cabecillas una adhesión y un afecto hacia sus protectores, los alemanes.

El documento elevado a don Alfonso, echa por tierra todas esas paparruchas de los políticos ingleses y franceses, que, para justificar sus ansias de rapiña y de despojo, han hablado constantemente del deseo de los indígenas del Camerún, de librarse del dominio alemán por gastar esos procedimientos crueles y bárbaros en su sistema colonizador.

El documento cordial y efusivo de los indígenas pone de relieve y saca a la luz todas las mentiras propaladas por la Entente para despojar a Alemania de sus colonias.

Las anteriores líneas están copiadas de un periódico de Málaga, hace días llegado a nuestra sección. Al margen de telégrafos nos hacíamos eco de este importante asunto, relatando los episodios y los diálogos sostenidos entre los representantes de la Entente y los indígenas de las colonias alemanas.

Por ello los indígenas de las colonias alemanas del Imperio germánico hacían resaltar ante el mundo que el trato recibido por los indígenas ha sido excelente y altamente humano.

Los indígenas demuestran tener más sentido común y más hidalguía que algunos europeos, que soportan sin protesta la mezquindad de ciertos gobiernos que han hecho de la mentira un arma para arrebatar a los alemanes sus colonias, mintiendo al mundo y calumniando a los alemanes, para justificar el despojo que debe calificarse de robo internacional.

El documento que copiamos, publicado por un diario de Málaga, tiene una grandísima importancia. Los 117 jefes que suscriben el documento  mensaje a don Alfonso, representan a todas las tribus del Camerún, y son por consiguiente  el total de la población indígena de esa gran colonia alemana que los aliados arrebatan al Imperio, haciendo caso omiso de las promesas hechas al mundo de que la paz, se haría sin anexiones ni indemnizaciones, y sin robar a nadie.

¡Pobre libertad de los pueblos! ¡Pobre sociedad de Naciones! y pobre Europa. La tiranía más desenfrenada se cierne sobre el mundo con el triunfo de los defensores de la libertad.

*** No cabe duda que el libro y los comentarios demuestran una simpatía germanofilia muy profunda, aunque si es verdad de que en mis primeros años en Santa Isabel, conocí a varios cameruneses que lucían en el pecho condecoraciones  alemanas y estaban muy orgullosos de la simpatía hacia esa Nación y demostraban mucha añoranza por aquellos tiempos.

Como último comentario mío, diré que los terrenos cercanos al antiguo campo de fútbol, cuyas viviendas eran conocidas como Campo Yaunde o Campo Hausa, proviene de la masa importante de cameruneses que se decidieron quedarse definitivamente e la Isla y con e tiempo tuvieron que dejar aquellos campamentos montados en Batoikopo, en parte por la presión recibida y por otra por su lejanía de la Capital, donde muchos habían establecido sus negocios comerciales o artesanos.

Firmado  Fernando García Gimeno

Barcelona a 27 de noviembre de 2013

   FIN DE LA INFORMACIÓN SOBRE LOS ALEMANES EN GUINEA


viernes, 29 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL-7


                                            Avicultura y Casa de oficiales abajo
                                                                           


Para retener a los soldados en sus campamentos, se crearon despachos para la venta de mercancías, al precio de costo, muchos soldados se dedicaban igualmente a la avicultura y en menor escala a la cría de cerdos.

El médico jefe del hospital estaba asistido por auxiliares blancos y 20 enfermeros de color y personal sanitario. Allí fueron reconocidos y tratados diariamente todos los que solicitaban el servicio. Los enfermos graves así como los que precisaban ser operados fueron trasladados al hospital de los indígenas, el cual formaba un extenso pueblo a la salida del campamento.  Su edificio estaba construido bajo la dirección de un carpintero alemán y cubierto por hoja de lata. Contenía una sala para enfermedades internas y otra para las externas y una sala de operaciones, cuyo suelo era de cemento. Los enfermos recibían la nutrición correspondiente a su enfermedad, según prescripción facultativa, como carne fresca, pescado, leche, azúcar y legumbres frescas.

Se vigilaba constantemente la limpieza de moradas, las instalaciones de aguas potables y retretes, se hacia lo posible para aminorar la plaga de mosquitos, así como inspeccionar los víveres y la preparación de comidas. Una vez terminados los duros trabajos para montar los campamentos y en consideración a los jóvenes que habían recibido poca instrucción militar, se procedió a esa instrucción sin armas de conformidad con el Gobierno Español. Se instruía a algunos en la ejecución de tambores y pífanos y con algunos antiguos músicos se compuso una banda que bajo la dirección de un sargento de color tuvo notables resultados.

El gobernador español don Ángel Barrera y los oficiales españoles encargados de la vigilancia de esos campamentos, han expresado su admiración por esos trabajos ejemplares.


A los cabecillas del Camerún y sus allegados, después de trasladados a Fernando Poo, se les señaló una antigua hacienda de cacao, situada en la costa Oeste de la isla y a una distancia aproximada de dos horas del puerto de San Carlos, a la que se dio el nombre de Pequeño- Bokoko.

El gobernador general señor Barrera previsor como siempre, instaló en el Pequeño Bokoko, un puesto militar, al que se confió la vigilancia de los fugitivos del Camerún. Pero estos como no sabían español, la comunicación entre el jefe del puesto español y los cabecillas encontraba dificultades. A la disposición de ellos había solamente dos alemanes blancos. Que desde luego se esforzaron en prestar su ayuda en la vigilancia de los forasteros. 

A la llegada de los cabecillas no había en dicho lugar más que una choza de hoja de lata, que pudiera recordar la presencia del hombre.

Se construyó un campamento que corría a lo largo de la costa y a unos 500 metros del mar, constituía esta obra hecha en tres meses con un celo extraordinario la primera prueba del espíritu trabajador. Actualmente el camino tiene una anchura de cinco metros transitable en todo tiempo a pie, en caballería, en bicicleta o en carros ligeros. El terreno con una extensión de 200 hectáreas, aumentó paulatinamente hasta alcanzar unas 500 hectáreas.

Todo aquel que a fines de 1917 transitara por la carretera de Pequeño Bokoko habrá visto a ambos lados y durante horas enteras haciendas florecientes que se extendían hasta el mar y en todas surgían en los verdes alrededores, cientos de cobertizos limpios. Los hombres se instalaron también aquí, en varios pueblos, separados por tribus. El que conozca el paisaje del Oeste africano, no podrá por menos de sentir una agradable satisfacción al ver el aspecto que actualmente presenta la comarca.

Según la costumbre de la tribu, se diferencian los alojamientos de los Bane, de los Bambelles, pero todos ellos dan prueba de un trabajo bien hecho, El pueblo del cabecilla de los Esum, llamado Evini Ngoa, desaparecía casi dentro de los exuberantes campos de Makako y también los verdosos campamentos  de los yaundes, ofrecían un agradable aspecto con sus dispersas chozas. 

Esta colonia presentaba su mejor perspectiva, cuando pasaba en la canoa del jefe de tribu, llamado Atangana, a lo largo de la costa en un viaje de unas tres horas. En todas partes se bifurcaban de la carretera principal buenos senderos en tosas direcciones. En cada pueblo, un letrero indicaba visiblemente el nombre y tribu de su jefe.

La parte tercera de la colonia la ocupan los grandes mahometanos de las estepas: los Fulbes, Hausas, kamuris, y Lakas del norte. Estos habían elegido para el tiempo de su destierro a un jefe común en la persona de Adjia Lifida Ngaundere. De todos los soldados del Camerún fueron ellos los últimos en encontrar descanso. Meses enteros tuvieron que soportar una pobre existencia cerca de Gran Bokoko, separados de otros indígenas y construyendo primeramente la carretera hasta Pequeño Bokoko. Las viviendas de los notables distaban entre si unos cien metros, rodeadas de un hermoso campo de maíz. Al extremo de la Colonia, en la costa, se encontraba la finca de Adjia, con su esbelta casa de madera, con viviendas separadas para las mujeres y la servidumbre.

Causaría alegría y satisfacción ver como estos hombres, que tanto han sufrido. No perdieron nunca el valor y vencieron sin vacilar todos los obstáculos, hasta que al fin pudieron cosechar lo que habían sembrado, resurgiendo sus alegres canciones, bailes y juegos

La comunicación con San Carlos, era por vía marítima, de donde se traía lo necesario imposible de obtener en la colonia misma. Para ello construyeron canoas, algunas de las cuales podían cargar hasta 16 toneladas, construyendo en una pequeña bahía como un puerto para las mismas. Pronto se originó con las barcas la pesca en pequeña escala, que amortizó en poco tiempo todos esos gastos y aún sobró dinero para la comunidad.

Cerca de ese puerto se encontraba la finca principal con las casas de dos alemanes que administraban el campamento, así como la administración, talleres, establos y otras construcciones necesarias. La casa del ayudante se encontraba algo alejada, la del veterinario formaba el centro y contenía el despacho y habitaciones para invitados.

Los cabecillas recibían gratificaciones y subvenciones mensuales para ellos y sus allegados y a los auxiliares de color también se les pagaba allí sus sueldos y retribuciones.

Las atenciones sanitarias exigían considerables gastos, así como la manutención  de los animales de silla allí existentes y por último el transporte de los considerables víveres, sobre todo los primeros meses.

Al mismo tiempo se llevaba la contabilidad y caja, se despachaba la correspondencia con las autoridades españolas y con los comerciantes de San Carlos y Santa Isabel.

Desde una torre que existía en la finca principal se convocó por medio de redobles de tambor a los cabecillas para recibir sus atribuciones o órdenes de las autoridades españolas.

Las fuentes estaban construidas con cemento en su mismo manantial, por lo que era imposible su suciedad. Los retretes disponían de instalaciones para la producción artificial de humos desinfectante o de agua corriente de mar y con una escrupulosa limpieza.


El que más ayuda ha prestado siempre, es el jefe de los yaundes Karl Atangana, sabía proceder como juez y jefe de sus paisanos directos o indirectos. Atangana fue educado en la religión católica, saber leer y escribir correctamente y habla varios idiomas. Su posición se destaca por la construcción de su vivienda que se levanta en medio de la colonia de su tribu, así su hacienda y de sus allegados forman el centro de la colonia, donde se han construido iglesia y escuela. Misioneros vecinos ejercen el culto religioso y la instrucción escolar bajo la dirección de un maestro de color, ejerciendo el método que se empleaba en las escuelas del Gobierno alemán en el Camerún. 

jueves, 28 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL- 6





                                                                 
                                                          Almacenes de víveres
El Gobierno Español había entregado a los alemanes para el alojamiento de sus soldados, terrenos en la costa a ambos lados de la ciudad de  Santa Isabel, así la mayor parte de esos soldados encontró alojamiento en la firma alemana Moritz, que puso a su disposición su hacienda de cacao.

Los soldados fueron agrupados en 12 compañías de 500 hombres cada una, disponiéndose un campo para cada cuatro compañías. Dos campamentos con dos compañías cada uno se establecieron frente a frente en la hacienda Moritz, y el tercero se instaló en la hacienda Puente. A cada compañía estaban agregados de 700 a 800 mujeres y niños, de modo que en total se contaban de 1.200 a 1.300 almas, quedando encargados de la inspección de cada uno de los campamentos un capitán con un oficial ayudante, con dos sargentos que se ocupaban de los asuntos de manutención. La inspección general era ejercida por un comandante.

En todos los campamentos se habían instalado servicios de sanidad militar, con la asistencia de médicos y personal sanitario alemanes, además existían bajo dirección alemana un hospital para europeos y otro para indígenas.


Empleados alemanes y sargentos versados en asuntos comerciales estaban encargados de los servicios de contabilidad, pagos, etc. y vigilaban la manutención, los utensilios, herramientas y simiente. Misioneros españoles y alemanes prestaban sus cuidados a los soldados  en lo que se refiere a tratamiento de enfermos y otros asuntos, aparte de los espirituales.

Los territorios de los campamentos I y II, coincidiendo en lo general con la hacienda Moritz, se hallaban a una distancia de un cuarto de hora al oeste de la ciudad, ocupando desde la orilla del mar, una anchura de unos 800 a 1.500 metros hacia el sur, limitando al este por la línea de ferrocarril y al oeste por un pequeño río. Estaban divididos en toda su longitud por una carretera recta plantada con viejos árboles de mango, en dos partes casi iguales. Lo que había sido hacienda de cacao, estaba atravesada por una garganta profunda, salvaje y pantanosa, los senderos se hacían intransitables en época de lluvia, aire y luz hallaban poca entrada y la atmósfera era bochornosa.

En este terreno crearon los soldados en los primeros seis meses un vasto parque de más de 100 hectáreas, por el cual el aire fresco del mar encontró libre paso, para que fuese absorbida la humedad origen de la putrefacción. Los árboles que quedaron ofrecían protección y alivio contra el ardor del sol. Fronterizas a este territorio había en los tres lados unas 500 hectáreas florecientes. En el centro de este jardín se hallaban las casas de las ocho compañías, formando pueblos ordenados.

En los primeros meses, al venir de la ciudad, se tenía que andar media hora por fangales y pantanos para llegar a una pobre choza. Todos esos caminos han sido reforzados con piedras, con el centro un poco combado y apisonado con una fuerte capa de arena gruesa de lava negra, a fin de evitar los destrozos del agua. A ambos lados existen conductos de agua, en buen estado siempre, con la inclinación necesaria para evitar estancamientos.

En la construcción  de las largas barracas de soldados hechas el primer año, se ha procurado un alojamiento seco y sano.

Detrás de las casas están situadas las cocinas. Cientos de botes de conservas de pescado o carne se utilizaban diariamente. Las basuras eran abundantes, pero en ninguna parte se encontraban objetos tirados al descuido o abandonados, todo se llevaba con la más cuidadosa limpieza, a tal efecto, desaparecía bajo el fuego, del agua o enterrado.

Para traer las maderas, cortezas, hojas de palma, etc. para la edificación, los soldados tenían que ausentarse durante varios días dada la ingente cantidad de material necesario, que ellos mismos cortaban y convertían en planchas y estacas.

Las construcciones en la costa fueron las mejores, la casa de la dirección del campo y el casino de los oficiales, rodeados de huertas y jardines, tablas llenas de flores, destacando algunos árboles de hojas frondosas sobre la bahía donde se mecían canoas sólidas y fuertes construidas por sus carpinteros. .

El campamento III al este de la ciudad de Santa Isabel, se creó en terreno montañoso, atravesado por profundas gargantas y que estaba ocupado por algunas haciendas en estado salvaje.

Durante semanas cientos de soldados se ocuparían de traer arena y piedras desde la orilla del mar para la construcción de un camino transitable por el terreno pantanoso y construir puentes.

Plantaron maíz y kassada, trayendo el agua por medio de escalones que procedían desde los puntos elevados a los llanos.

La obra en Fernando Poo es alemana desde un principio, no solamente porque los alemanes la habían proyectado, sino ante todo porque una educación alemana de muchos años, había capacitado a los indígenas para ejecutar, sin necesidad de vigilancia, los proyectos de sus maestros. 

Para establecer esos campamentos, tuvieron que cortar árboles de las selvas, limpiar los bosques, conseguir casas y cabañas, traer los materiales para la construcción, prepararlos convenientemente, secar pantanos, construir caminos, puentes y diques, fuentes, retretes.

Fabricar, puertas, ventanas, escaleras, entarimados, armarios, bordas, mesas, y bancos, hasta dos juegos de bolos alemanes fabricados por carpinteros indígenas, cesteros, fuentes e instalaciones de baño cimentadas con agua corriente.

De mucha utilidad eran los sastres para prendas militares y civiles, zapateros, las barcas para poder traer y llevar cargas de doce toneladas,


Mantener la disciplina, cuidar de la manutención, arreglar e intervenir en disputas entre los nativos y sus soldados, despachar asuntos de la administración, bien todo esto se efectuó con minuciosidad y aspecto agradable, 

LOS ALEMANES EN GUINEA. PRIMERA GUERRA MUNDIAL.- 5


                                                                 

En mi captura de libros sobre Guinea efectuada en las casas de compra-venta de libros antiguos, encontré uno  titulado: Una Obra de Colonización Alemana en Fernando Poo. No tiene autor, ni editor ni tan siquiera fecha de su publicación. Aparte de sus páginas de texto de las cuales voy a ir anotando contenidos, viene con un plano del campamento de las tropas en Fernando Poo y otro de los que llama colonias de cabecillas, que en realidad son los campamentos de las diferentes tribus que llegaron huyendo de la Guerra. Así mismo contiene 106 fotos de poca calidad pero dan un testimonio de las urbanizadas edificaciones que construyeron en la Isla. Esos planos son los que vienen copiados en la edición Nº 4 anterior. 

Huyendo del Camerún dispuestos a seguir a sus jefes militares alemanes, cruzaron la frontera para entrar en Guinea Continental, unas 60.00 personas según manifiesta el gobernador español don Ángel Barrera, se supone que sobre el mes de febrero de 1916.

Las dificultades de mantener tantos hombres obligaron a las autoridades españolas a hacer reintegrar al Camerún lo más pronto posible las dos terceras partes. Cerca de 6.000 soldados de color y 12.000 mujeres y niños, así como otros 3.000 indígenas se encuentran hoy en Fernando Poo.

En la isla se les cedió unos terrenos, donde han edificado pueblos, haciendas, carreteras, puentes, instalaciones, un hospital y un cementerio, todo ello con orden, limpieza, educación y los jefes o cabecillas han obedecido a sus mandos militares alemanes.

Las fuerzas aliadas dirigieron el ataque principal contra Yaunde, cuya población constituía entonces el centro de la colonia alemana, por lo tanto era el centro de  la administración y el mando militar. Hasta el último momento los alemanes en manifiesta inferioridad numérica resistieron los ataques, pero en enero 1916, unos cien cabecillas del Camerún, con sus familias entraron en terreno español, encontrando alojamiento provisional en el litoral de Bata. Si se tiene en cuenta que pasaron la frontera unos 60.000 en total, no se puede dudar cuando los alemanes afirman que cientos de miles les hubiesen seguido con un verdadero sentimiento de fidelidad.

Ya en abril de 1916, el Gobierno Español, se veía en la necesidad de  presionar a los aliados, para llevar a todos los indígenas del Camerún a Fernando Poo, cuyo transporte se efectuó  en los cuatro meses siguientes, por fin en julio de 1916, todos habían encontrado abrigo seguro y deseado.

En los primeros meses, estos hombres habían hecho de este terreno situado a la orilla de mar, cubierto de vegetación virgen, un alojamiento provisional con las maderas y hojas que el bosque les proporcionaba, con herramientas rudimentarias, que ofrecían un aspecto agradable, que ponía de manifiesto su buena disposición para el orden y la higiene.

Las primeras siembras de maíz y otros productos que hicieron en Bata, que solo prometían una cosecha débil por ser un terreno pobre, las tuvieron que abandonar cuando estaban madurando. El orden se impuso después de los primeros días, gracias al jefe de la tribu de los Ekaba, llamado Nanga Eboko, quien con mano de hierro ha dominado durante decenios en una independencia casi absoluta su gran territorio natal. Su sepulcro en la ciudad de Bata será recordado por los muchos indígenas del Camerún que lo habían seguido voluntariamente.

Las tropas del Camerún alojadas en la Isla no habían de sufrir en los primeros meses menos privaciones que sus compañeros en la costa de Bata. Evidentemente como ellos se componían de unas 16.000 almas, las dificultades de manutención de tan enorme masa eran aún mayores. Se hacía casi imposible proporcionarles alimentos frescos en la Isla, insuficientes se mostraban también las haciendas de los indígenas españoles para cubrir las necesidades.

El cargamento de uno de los pequeños vapores españoles, que de vez en cuando traían víveres de la costa oriental de la isla, apenas bastaba para proporcionar a la mitad de soldados una sola y mezquina comida.

Así pues, al hambre se juntaban numerosas enfermedades, que hacían al principio muchas víctimas, particularmente entre mujeres y niños. Además se habían hacinados en un terreno pantanoso, que por sus emanaciones e insectos dificultaba el alojamiento, no encontrando lo suficiente para la construcción  de sus chozas sencillas, tal como cortezas, hojas y fibra de palmera.


                                                       

miércoles, 27 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL-4



CAMPAMENTOS DE LAS TROPAS ALEMANAS E INDÍGENAS

Los tres primeros planos se deben de unir de izquierda a derecha, según el orden en que están y corresponde a los campamentos de tropa indígena. 

Los otros tres de la misma forma, corresponde a los planos de las tropas europeas alemanas. 








martes, 26 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA, PRIMERA GUERRA MUNDIAL-3




                                                          

                                               Carpinteros preparando el mobiliario
                                               de los campamentos.


                      ALGUNAS NOTICIAS SOBRE LOS ALEMANES



10.01.1916
 Se ha anunciado con mucho fasto por los aliados que se han posesionado de Yaunde centro de defensa y posición importante para los alemanes, la cual encontraron abandonada, refugiándose a lugar más seguro sus mermados defensores. Los aliados llegaron al Camerún en 1914, han estado constantemente avituallados con municiones, armamento y personal de refresco, con un contingente de 50.000 personas contra 3.000 defensores escasos, faltos de municiones y bloqueado su suministro entre Gabón y Nigeria y el control de los aliados del Atlántico.

Salidos de Bata ayer, han llegado hoy con el vapor Manuel L. Villaverde, 160 alemanes que acompañan a su gobernador y se ponen bajo la tutela de nuestro Gobierno. Según nuestras referencias quedan aún muchos súbditos alemanes en aquella población que están esperando ocasión propicia para pasar a esta isla o ir a España.

Apresamiento del vapor Isla de Panay.-  El día 27 del pasado mes, a eso de las 10 de la mañana presenciamos el bochornoso espectáculo de ver secuestrado nuestro vapor correo peninsular y conducido a Duala escoltado por tres barcos de los aliados.

Llegado a Suélaba quedó rodeado nuestro Panay por 7 barcos para la pesquisa, digo el latrocinio, que se habían propuesto perpetrar y que contra todo derecho de neutralidad llevaron a cabo los aliados, robando 1.083 bultos de víveres, conservas alimenticias, arroz, harina y azúcar, procedentes de puerto español, con destino a puerto español y consignados a súbditos españoles. Los destrozos ocasionados en todo el cargamento que ascendía a más de 24.000 bultos, no es para ser referido, sino tan solo para vituperar tan público y patente agravio a nuestra bandera.

Muchos días atrás estuvieron yendo y viniendo varios barcos de guerra de los aliados atreviéndose a curiosear incluso nuestro puerto, llegando a boyas un remolcador armado, según datos fue el mismo de la famosa aventura realizada con el Mediterráneo, en aguas jurisdicionales, como jurisdicional era la zona invadida para registrar nuestro puerto.

No contentos con la presa del Panay, habiendo llegado a Campo el vapor intercolonial Antoñico, fue detenido y por más que toda su documentación estaba al corriente, quisieron nuestros cariñosos vecinos occidentales,. Que el capitán y la tripulación del Antoñico tuvieran el gusto de enterarse de las innovaciones realizadas por los aliados en Duala.


25.02.1916
Anclado en el puerto y previo aviso del honroso pasaje, se personó en el muelle nuestra primera autoridad. A bordo de la lancha automóvil de Obras Públicas, fue el capitán de la Guardia Colonial señor Tuser para saludar y acompañar al señor Ebermaier. Al llegar al muelle el capitán alemán, fue saludado por la banda y cornetas con la Marcha Real Española.  Saludando conmovido a nuestra bandera subió en el tren cremallera que en breve instantes lo trasladó a la Plaza de España, donde admiró los magníficos edificios y la estatua erigida en honor del señor Barrera.,

Parece que la llegada del gobernador del Kamerún, tiene que ver con el descalabro del cañonero inglés Rinaldo con un navío alemán. Que por cierto los franceses para aumentar sus efectivos en África han enviado 400 instructores a Senegal para que instruyan a tropas africanas. Da la coincidencia que este cañonero Rinaldo hace pocas fechas trajo del Camerún a este puerto 13 misioneros y 5 religiosas procedentes del Camerún y parte de ellos se han trasladado a San Carlos.

Por fin ayer día 23, cuando las tinieblas de la noche algo esclarecidas por el tenue resplandor de las estrellas, vimos llegar a Basilé  con paso firme, pero revelador de grandes fatigas pasadas, el valiente gobernador de la extinguida colonia del Camerún, Karl Ebermaier. Se aloja en una casa cedida galantemente por el Gobernador General de nuestra Colonia, y con ese objeto ha sido cuidadosamente pintada y amueblada.

10.03.1916

Son tres los viajes que en esta quincena lleva hechos a Bata el  Villaverde en busca de alemanes internados en nuestro territorio, pero muchos más que traiga le costará dar abasto a todos los que allí se encuentra.


Según noticias recibidas son allí 800 los europeos civiles y militares con 3.000 soldados indígenas. A su cargo tienen 40.000 cargadores del país. La peste en perspectiva cuentas además del exorbitante número Con grandes dosis de buen apetito atizado por muchos días de privaciones, de cansancios y fatigas, y ya son insuficientes los campos y las fincas de Chinda hasta Tika para proporcionarles un solo bocado con que socorrer su necesidad.

Un dato revelador de tan crítica situación es el darse de un modo corriente 2 marcos por 10 yucas cuando antes de este coyuntura se daba 20 por 1 peseta. Por esta causa se han registrado varios casos de muerte por inanición y de seguir así no sabemos que sucederá.

A socorrer en algo esta necesidad llegó el día 5 el tan suspirado Cataluña, que según dicen viene habilitado para 1.000 pasajes de cabida, con ánimo de llevarse los más que pueda de regreso a la Península.

También se portó como bueno el Mediterráneo, pues se iba notando carestía de carnes, hizo un viaje a Concepción para surtirnos de reses del potrero de la Compañía Trasatlántica tiene en Moka y aquí nos llegó el día 4 con una buena porción de toritos de muy halagüeña perspectiva.

Importante la labor de la Cia. Trasatlántica que con sus barcos ha socorrido las necesidades de estos refugiados, transportado en sus senos a todo un pueblo que yacía en la miseria. Bien pudimos darnos cuenta de la magnitud de la empresa al ver las interminables filas de seres famélicos y andrajosos que iba subiendo la penosa cuesta que arranca desde el mismo muelle. Dato revelador de su miseria es el afán con que se entretienen en mondar los troncos de la caña brava que infesta nuestros ribazos, y prepararla a su estilo para cocinarla y que les sirva de alimento.

Atareados esos días los vemos paseando en interminables hileras sus enormes cargas de hojas de plátanos, palmera y estacas con que han de formar sus exiguas chozas. Lástima al ver a esta multitud que no bajará de unos 15.000, acampada en extensivos campamentos bullidores ocupados como laboriosas abejas en arrancar leña, víveres y material de construcción.


Nos hallamos en el periodo álgido de preparación de la magna expedición germana a tierras de España, en los dos hermosos correos Panay y Cataluña, escoltados por el crucero Extremadura, y hay que ver lo movido de la vida isabelina a cerca del embarque. 


lunes, 25 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL-2



                                                                         
                                                     Cuadra y abajo casa oficiales alemanes


LOS ALEMANES EN  GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL- 2º

En fecha 10 de noviembre  de 1919, aparece un artículo en la Guinea Española titulado Epilogando una obra colonial, y voy a resumir  su contenido.

Con la marcha del Ciudad de Cádiz que zarpó para la península el 26 de octubre, puede darse por terminada la obra de desinternación de los numerosos elementos civiles como militares de la antigua colonia alemana del Kamerún, sólo restan de aquellas masas de internados 619 indígenas del campamento de Bokoko, más ochenta que quedarán allí esperando acompañar a Atangana (jefe de los fulah) a sus lares.

En su estancia, construyeron unos magníficos campamentos ordenados, modelos de limpieza, ajardinados, con su cementerio, hospital, gallineros, cuadras y todos los servicios que iremos describiendo.

La desinternación se llevó a cabo por los vapores españoles de la Compañía Trasatlántica y por el intercolonial Antoñico.

De los campamentos internados de Santa Isabel, se han repatriado con el Ciudad de Cádiz y en San Carlos, el siguiente personal:


Soldados……..5.637
Mujeres………4.031
Niños…………  966
Boys (criados)_1109
_________________
Total……..     11.743

 Que han conducido 30.000 bultos de sus bagajes, con 653 animales entre gallinas, patos, perros y gatos.

Refugiados civiles de Bokoko:

Jefes…………    105
Hombres……  1.431
Mujeres…….      703
Niños………      227
__________________
Total………    2.466   


Refugiados civiles de Santa Isabel desde julio 1919  hasta hoy.

Hombres…..    3.285
Mujeres……       213
Niños………        63
__________________
Total……….    3.561






Suma de repatriados

Jefes…………       105
Hombres…….   10.353
Mujeres……..      4.947
Niños……….       1.256
Boys………..        1.109
______________________
Total………….. 17.770 

De todos estos repatriados al Camerún son :

Repatriados militares……..    11.743
Repatriados civiles……….       6.027
Total……………………..      17.770

Dinero en metálico distribuido a los internados por nuestro Gobierno General, unos 18.000.000 de pesetas, más que menos, con los que se ha beneficiado en mayor parte el Comercio de la Colonia, principalmente de Santa Isabel y San Carlos.

Los alemanes procedentes de Fernando Poo. Cuando llegaron a España fueron recibidos efusivamente  con entusiasmo por su lucha en mermadas condiciones en las tierras de Camerún, por el trato que efectuó España con ellos, el Kaiser envió una nota de agradecimiento a nuestro monarca.

En octubre de 1919, la revista La Guinea Española, relata el embarque de las compañías séptima y octava del campamento número 2, y el espectáculo al pasar por la plaza de España de esos mil quinientos hombres, todos cargados con los variados objetos que han ido adquiriendo en los comercios de la Isla, y los aires de júbilo, tan diferentes cuando llegaron seguidos de enjambre de insectos, cebados en la miseria.

No hay que olvidar que la gente procedente del Camerún era igual o mayor de la que vivía en la Isla, ese desfase trajo al principio muchos problemas sanitarios, de alimentación e incluso de orden público.




domingo, 24 de noviembre de 2013

LOS ALEMANES EN GUINEA- PRIMERA GUERRA MUNDIAL






                                           Banda de las tropas alemanas en Fernando Poo


LOS ALEMANES REFUGIADOS EN GUINEA GUERRA DEL 14


Con la invasión y el inicio de la Guerra en Camerún, por las tropas inglesas y francesas, cuyo principio fue la toma de Duala en septiembre de 1914, y el bloqueo de toda la costa del Golfo de Biafra por la escuadra inglesa, presentó un problema para el comercio entre España y Guinea, por el registro indiscriminado y detención de nuestros correos, hasta el punto de incautar la mercancía destinada a Guinea.

El asunto se agravó en 1916, cuando huyendo del Camerún entraron en el territorio de la Guinea Continental, unos 60.000 cameruneses siguiendo a las tropas alemanas, según informe del gobernador Ángel Barrera en febrero 1916.

Esto fue un problema grave para la ciudad de Bata y pueblos por donde transcurrió la masa emigrante, terminando con las existencias de todo tipo, pero básicamente con los comestibles, lo que hubo incluso enfrentamientos con las tribus fang y los fulah procedentes de la zona de Yaunde del Camerún. Unos volvieron a su patria al ver la falta de alimentos, otros por medio de los transportes españoles básicamente fueron trasladados a la isla de Fernando Poo, dado que los aliados exigieron esta medida por temer que esas tropas pudieran volver a internarse en el Camerún. De esos 60.000, al final quedaron con destino a Fernando Poo unos 6.000 soldados, y 12.000 personas entre mujeres y niños, así como cientos de oficiales alemanes.

Las cifras de esas poblaciones en movimiento, son difíciles de concretar, dado que cada libro da una, según las fechas, tal vez.

Antes de relatar algo más sobre ese problema que representó para España, voy a resumir un artículo aparecido en la Guinea Española de fecha 25.05.1916, firmado con las iniciales M.A.G. C.M.F. ( un claretiano por lo que se ve).:

España se atuvo a la estricta neutralidad en parte obligada por los aliados, aparte de su significada inclinación germana de aquel tiempo. Nuestros barcos dada la aglomeración en Bata de alemanes y de indígenas cameruneses, tuvieron que efectuar múltiples viajes de Bata a Santa Isabel, para descongestionar el territorio continental, donde el hambre y las enfermedades empezaban a tener víctimas y la peste enseñaba sus aceradas uñas. Llevados a Fernando Poo donde ya existía un mal abastecida plaza, agravado el problema con el bloqueo del Atlántico por la flota británica.

Al entrar en la Isla cerca de 1.000 alemanes que se establecieron entre Santa Isabel, Basilé y San Carlos, durante los 20 meses de guerra y bloqueo, escasearon los víveres para los demás europeos. Apenas se encontraban en los comercios artículos de primera necesidad para la alimentación del europeo. Es verdad que nuestro Gobierno con la mayor brevedad envió el vapor Cataluña con provisiones al Gobierno general de la Colonia, y este lo distribuyó equitativamente, pero el vapor no dio abasto  a las muchas necesidades existentes.  Poco después llegó el Panay con provisiones y carga general, incluso la salida del crucero Extremadura con 800 alemanes que estaban internados en la Isla, mejoró la falta de alimentos., dado que parte de estos alimentos se destinaba al aprovisionamiento de los 3 barcos que componían la expedición que salió para Cádiz, quedando unos 150 alemanes internados. 

En la mañana del 8 de mayo, todos respiramos alegres, aunque luego pasó la alegría, al conocer que el vapor Villaverde, no traía más que arroz, pescado salado o seco, tabaco y harina para ponerlo a disposición del Gobierno y alguna cosilla más. Con esto se remediaba en parte el hambre de los morenos, pero no las duras molestias de los europeos. Otra vez sin garbanzos, sin tocino, sin jamón o cosa equivalente para el puchero, y sin vino. Los precios quintuplicados y poco en las factorías. Sabemos que algunos a falta del bacalao, han echado mano al tiburón salado que venden los morenos y al licor de palmera , de la malanga o del plátano frito.

El día 16 zarpó para la Península el vapor Villaverde, con regular expedición germano española. Menos mal que disminuyen los comensales.

Segunda salpicadura.-- El hambre en los trabajadores, por falta de arroz y pescado, alimento reglamentario para los trabajadores. La falta de Ardoz se suple con el plátano, pero éste escasea mucho también en las fincas por lo que diremos  muy pronto, que  va a ser un artículo de gran lujo.

A falta de pescado y so pena de enfermedad a los braceros, se ven los propietarios a darles libertad en parte del tiempo laborable, para que se hagan con un groundbeef ( rata de bosque) , ardilla o reptil, así como pececillos, langostinos, cangrejos, caracoles y ranas.

La llegada de esos 17000 cameruneses a la Isla, Actualmente afincados en limpios y alienados campamentos situados fuera de la Capital, ha traído carestías, como la horrorosa subida de precios. Como venían hambrientos, pero con regular acopio de moneda, los comercios quedaban vacíos, claro que sus propietarios habrán hecho su agosto.

Allí donde se ha instalado esa multitud de 17.000 nuevas bocas que alimentar, por feraz que fuera la zona, se ha quedado sin nada.

El Gobierno ha tenido que tomar medidas para evitar robos y desmanes, dado los numerosos grupos de gentes que van buscando comida por las fincas, lo mismo pasa en los ríos capturando pececillos, a ves se ven grupos de cuarenta mujeres haciendo esto cerca de poblados bubis.

Carestía de bambú. Sabido es que los indígenas de nuestra Isla cubren sus chozas o viviendas con bambú o nipa, o sea con hojas de esta planta cosidas o entrelazadas entre si con la corteza de sus ramas.

Los tejados así construidos, bien cuidados, durante un par de años, al cabo de ese tiempo han de ser renovados.

Pues bien, para la construcción de su innumerable construcción de chozas para sus campamentos, están haciendo una verdadera riza de los criaderos  o plantaciones de nipa, en donde hasta ahora se abastecían los bubis, que deploran amargamente  este horroroso consumo que les impedirá renovar sus casas en un par de años.

Pasamos por alto la verdadera plaga de moscas y tábanos y otros molestos huéspedes que se nos ha venido de los camerones, todo ello para valorar el enorme sacrificio que ha hecho esta Colonia para albergar a esa gente.

CONTINUARÁ……………….