domingo, 1 de julio de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA-XXI

Una tarde, cerca de la plaza de España vi a varios negros corriendo descalzos como galgos detrás de lo que creí era una liebre y como la liebre esquivando y haciendo zigzag huía del malicioso acoso, al acercarme la liebre resultó ser de un tamaño enorme. Me extrañó el interés en acorralarla, por lo que indagué el tema. Me comentaron que era lo que llaman gronbif (ground-beef) o rata de bosque, nombre que se ha traído por la población nigeriana de la Isla, ya que el decirle su nombre técnico sería muy complicado “ Cricetomys dissimilis “ muy estimada por su carne por los morenos, animal que se alimenta de vegetales, teniendo predilección por las piñas tropicales y los frutos que crecen al nivel de suelo, donde a ellas les es fácil acceder, su tamaño llega a los 40 centímetros de cuerpo y otros tanto de su parda cola. La pobre tuvo un final importante, pues una vez muerta, se pelearon, discutieron y subastaron su cuerpo, lo que le hizo ser más importante muerta que viva, aunque a ella presumo le hubiera gustado no ser tan protagonista y pasar desapercibida por el mundo urbano, volviendo al bosque viva, donde perjudica a los tallos de nuevas siembras, ya que es animal capacitado para escarbar o trepar. Gracias a Díos al gustarle a los braceros nigerianos, cuando chapean la hierba los acorralan si detectan su presencia y contribuyen con ello a eliminar la prolífica reproducción de estos roedores.


Por la tarde mi tía Antonia nos llevó a Newton, al Campo Hausa, en realidad Newton y el Campo Hausa habiéndose establecido en diferente época el primero sobre 1940 y el otro sobre 1916, estaban unidos al irse expansionando sus casas hasta juntarse. En esa zona pegado al Estadio de Santa Isabel se encontraba el mercado indígena cuyos puestos en recinto cerrado se habían ampliado desbordando sus instalaciones municipales y expandiéndose por la ancha calle donde se ubicó ; allí pudimos apreciar toda la variedad de ahumados ensartados en enormes palos puntiagudos que atravesaban ground beef (ratas de bosque), monos de todos tamaños y especies, pescados de un abanico de tipos; cosa extraña que adquirieran pescado ahumado, dado que las costas de la isla tenían una abundante pesca y los pescadores, casi todos annoboneses (naturales de la isla de Annobon), pasaban por la puerta de las casas ofreciendo su pesca en enormes palanganas blancas. Parece ser que los bubis pueblo de origen playero ya que llegaron en cayuco a la Isla, abandonaron su hábito de pueblo pescador al llegar las primeras oleadas de mano de obra extranjera, krumanes, nigerianos, cameruneses, y empezar a tener enfrentamientos con ellos, para evitar esto, fueron retrocediendo hacía la zona montañosa donde podían protegerse mejor y evitar las redadas para capturar mujeres bubis que hacían estos nuevos habitantes de la Isla, que al venir en su mayoría hombres precisaban mujeres y las bubis eran sus únicas presas.

Todos los ahumados que se mostraban en el mercado, estaban rodeados de su corte de moscas, que parecían conocerse unas a otras ya que cuando llegaba una nueva al ahumado, se apretujaban y se reunían como para saludarse y hacerse las presentaciones, la gente era muy educada y no las molestaba en sus reuniones, para mantenerlas en activo de vez en cuando la vendedora ( casi siempre mujeres) agitaba un plumero de fibras vegetales que permitía a las moscas hacer turismo, visitando otros productos descuidados en su acción, lo que fomentaba el turismo de las moscas y su cata de nuevos alimentos. Las mujeres negras habitualmente “mamis” o sea hembras cercanas a los treinta años en su mejor esplendor de carnes, de anchas espaldas y pechos generosos, engalanadas con sus clotes y blusas de vivos colores, mostraban en palanganas diferentes guisos picantes, verduras frescas desconocidas eran presentadas en manteles de periódicos o en pencas de un verde muy oscuro, la hoja del banano o el periódico eran los envoltorios para facilitar a los clientes su transporte, las hojas del plátano igualmente se utilizaban como mantel de exposición de las variedades alimenticias. Supongo que los olores serían variados y para todos los gustos, pero ni recuerdo el tema, ni creo me molestara mucho, tal vez mi desviación del tabique nasal por causa de una pelea, me ha servido para no sufrir los acosos de los efluvios malsanos. Yo siempre digo que pertenezco a la especie del camaleón, que me adapto a todo y adquiero el color o los hábitos de donde vivo. Será que mis antepasados zoológicos vienen de esa especie, y por eso igualmente me encuentro muy a gusto, estático al sol, dorando mi lomo o mi abdomen.

Mientras estábamos en la plaza, el ruido de unas campanas y algunos toques de un instrumento de viento nos anunció lo que nuestra vista percibió después. Apareció una llamativa comitiva, formada por varios negros vestidos con blancos y característicos trajes árabes, sus cabezas cubiertas lucían turbantes rojos y azules, en su cintura iban armados de relucientes alfanjes, como si fuera una tropa armada (lujúa en bubi) escoltando a un personaje montado en un caballo y bajo enorme sombrilla de color azul celeste de la que colgaba una mosquitera o red de tela en forma de malla fina, para protección del caballo. Era el rey Hausa, Wavu Waya, rey de la extensa y rica colonia hausa de Fernando Poo.

Los hausas son junto con los yorubas las tribus mayoritarias de Nigeria, pero que se enfrentan con frecuencia, en parte debido a que los primeros son islámicos y los segundos cristianos, y en el fondo porque los dos desean el poder como raza o tribu sobre el resto.

Los hausas son originarios de la franja que une la selva africana con el desierto, los de la isla provienen principalmente de Nigeria y Camerún. Se calcula que hay unos 40 millones de hausas, unidos por su lengua y el Islam. Controlan el comercio de la artesanía de ébano, marfil y materias preciosas, sus mejores clientes son los turistas y las clases medias y altas. El signo de procedencia de esta etnia es el caballo. Por ello, pese a los problemas que les representa, entre todos aportan el dinero para que su rey tenga el símbolo “El caballo”.

La leyenda atribuye a Abayejidou hijo del rey de Bagdad la fundación de las tribus hausas. Este príncipe en su visita a Daura lo recibió Daurama sobrino de la reina, quien se negó a facilitarle agua para calmar la sed de su séquito. La fuente estaba protegida por una serpiente llamada Ki- Serki.El valiente guerrero Abayejidou dio muerte a la serpiente dando de beber a sus hombres, conquistando a la reina posteriormente con quién se casó, no se aclara si esa conquista fue pacífica o de otra índole. Este hecho dio origen a la dinastía de May-Kai- Serki ( el hombre que mató a Serki) Serki significa rey en la lengua hausa. Lo que no cuenta la leyenda a cuantos decapitó para llegar al poder, entonces y ahora es la forma convencional en las tierras africanas, tal vez con el ejemplo de África del Sur, se inicie un cambio algo más democrático, ya que eso de eliminar al adversario por las malas no parece adecuado.

Como se sabe la mosca tse-tse ataca a los caballos y otros animales y no pueden vivir mucho tiempo en esa zona tropical, el rey se proveía de los caballos que se criaban en estado semisalvaje en el valle de Moka, a más de mil metros de altura, donde la mosca no resiste ni se aclimata por el frío de la noche. Este potrero lo mismo que la ganadería salvaje era propiedad de la Compañía Colonial de África, heredera de las múltiples propiedades que tuvo la Cia. Comercial Trasatlántica.

Dicen que los animales salvajes han subsistido en África gracias a esta mosca, ya que ellos están inmunizados, y al no estarlo los animales domésticos (vacuno, caballar y lanar), el hombre no los ha podido implantar en esa zona del mundo. Para ello hubiera tenido que eliminar a las moscas para posteriormente erradicar a los animales salvajes con el fin de que no atacaran al ganado doméstico. Una forma de luchar con la tse-tse es plantar una gramínea llamada Meliminis Minutiflora, que según parece exuda una sustancia pegajosa que atrae a la mosca, y se queda pegada en ella, pereciendo de este modo. Ataca mucho más al negro que al blanco, debido a que le atraen los colores oscuros. De todas formas esta mosca, de forma alargada y grande como un tábano, con un punto rojo en su lomo, lo que la hace identificable, sólo transmiten la infección un cuatro por ciento aproximadamente, las otras se ve que no son portadoras de la enfermedad, gracias a Dios, sino hubiera sido imposible la vida en algunas regiones africanas, como por ejemplo la zona de río Benito, donde esta especie, parece que tuviera su cuartel general. La mejor forma no obstante de combatirlas es eliminar las aguas pantanosas y la fumigación en algunas zonas.

Un jeque árabe persiguiendo a una tribu enemiga vadeó el río Niger y se internó en la región forestal con sus jinetes con la intención de exterminarlos, pero el jeque con cierto espanto iba observando que a medida que se introducía en el bosque, iban muriendo sus caballos, y pensando que era una maldición dejó de perseguirlos. La maldición era la mosca tsé-tsé que inoculaba el bacilo de tripanosoma a sus cabalgaduras. Durante muchos años los sudaneses les daban terror pensar en internarse en aquella zona maldita, pensando que la hechicería y sortilegios de las tribus del sur los castigarían, lástima que perdieron ese miedo y ahora hacen sus incursiones para capturar esclavos, niños y mujeres básicamente, en pleno siglo XXI, sin que las naciones occidentales se escandalicen y hasta los africanos que tanto han criticado la esclavitud, hacen oídos sordos al problema, pero están apoyados por el dinero del petróleo de los jeques árabes, y donde manda dinero no manda marinero.

Hay que hacer una salvedad, ya que en la isla parece que hubo bueyes que traídos del cercano Camerún estaban inmunizados a la mosca tsé- tsé, así como posteriormente unos toros enanos que trajo hacia 1958, la firma Potau y los cebús más conocidos en toda el África negra, de una forma u otra ninguna de esas especies prosperó en nuestros territorios, pero aumentado la ganadería del valle de Moka y zonas limítrofes, podían haber suministrado carne no solo a Guinea sino a parte de las colonias cercanas como Camerún y Nigeria.

Mi tía saludó al rey hausa a quien conocía, fui presentado al mismo con gran satisfacción y emoción por mi parte. En el transcurso de los años, tuve la oportunidad de conocer a varios reyes hausas, pero los últimos ya no tenían caballo, dada la mala experiencia y el gasto que significaba su corta vida por causa de la mosca tse-tse. Se podría significar que una mosca ha impuesto su ley a un rey, o que el rey ha claudicado ante una mosca.

En el mercado, los niños a gritos proclamaban su mercancía, enseñando su tierna sonrisa, sentados en el suelo en cuclillas, mostraban una palangana entre sus rodillas y debajo de esta un montón de uniformes trozos de periódico, se dedicaban a vender cacahuetes tostados, tomando como unidad de medida un vaso de porcelana; una vez medido se envolvía con papel del periódico local Ébano, único diario de la isla, en la parte de Río Muni se editaba el Poto-poto (significa barro), las mujeres con vestidos multicolores, moviendo sus desarrolladas nalgas, entre risas y discusiones intentaban vender sus verduras, su palangana llena de las semillas de la bitacola, o sus condimentos cuyos olores de la unión de picante y aceite de palma atraían al transeúnte que había llegado a la ciudad para renovar su contrato y aquel frito servido en una hoja de malanga como plato, le proporcionaba energías para todo el día. Los makará o buñuelos de plátano, las ndole plato de espinacas típico del Camerún, el kinnini una especie de guiso de arroz con carne y tomate, los platos de hojas de yuca ( mendja) estaban preparados para pagar y comer. Mi tía nos invitó a cacahuetes, que yo no había probado nunca, y me encantaron, la verdad es que en Europa no tienen ese sabor especial que les da el tostado casero, o tal vez sea que son cacahuetes recién cogidos y cambia el sabor; aunque podría ser el gusto al periódico lo que le da el toque de gracia, por otra parte, cuando se presiona con la yema de los dedos sobre la corteza tostada, ésta se desprende con facilidad, de una vez, lo que no experimenté es si el periódico Ebano daba mejor sabor que el diario Poto-Poto.

Una vez leí una anécdota africana sobre el poto-poto. Un explorador con su camioneta tenía que adentrarse en una zona algo pantanosa. Los guías negros le advirtieron que había mucho poto-poto. El explorador entendió que aquello era un animal, así que se puso contento de añadir a sus trofeos una especie tan rara, por lo que pese a la insistencia de los nativos en que no siguiera por aquella ruta dada su peligrosidad, él les exigió que le ayudaran a adentrarse por aquellos territorios, alimentando la idea de ser el primero en cazar tal fiera. Cambió de criterio cuando su coche empezó a hundirse visiblemente en el barro. En ese momento los negros le dijeron: “Masa”. ¡Esto es poto-poto! Tuvieron que acudir de un poblado cercano para poder, entre todos, sacar el vehículo de las” garras “del famoso animal salvaje “poto-poto”.

Fernando el Africano- Barcelona a 1 de julio de 2012

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