miércoles, 28 de noviembre de 2012

MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS- 7


                                                                             

                                      MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS- 6



24-3-1907.-- CAZA DE ELEFANTES



Pocos días ha, nos dice nuestro corresponsal en Cabo San Juan fue matado de un solo tiro en la frente un gigantesco elefante, al norte del río Aye. Medía el paquidermo unos 5 o 6 metros de largo por tres y medio de ancho, sus colmillos de metro y medio, son tan recios que exceden la carga de un hombre. Ya que hablamos de elefantes, allá por el mes de noviembre, el conocido pamue Obiang Nguaza mató otro regularcito proboscídeo que los padres Misioneros de Cabo San Juan tuvieron el gusto de admirar y medir. De tres metros aproximadamente de altura, medía 5 metros desde el extremo de la tropa hasta la cola, sus orejas tenían un metro de anchas por uno y medio de largas, lo largo de sus colmillos pasaba también del metro.


                      TRAIDA DE AGUAS

Nos comunican de Basilé que hace unos días es con ansia esperado en aquella localidad el señor ingeniero de la Colonia, para empezar los trabajos de conducción de aguas potables a aquel poblado. En el ínterin se van reuniendo material contribuyendo cada vecino con un trabajador. Iremos dando cuenta de los trabajos que en tal sentido se vayan realizando.


                     CORISCO - 10 de marzo de 1907

Suprimido el antiguo Consejo de Vecinos que transitoriamente se había creado en esta Isla de Corisco, y sintiendo su falta para el mejor gobierno de sus habitantes, han adoptado estos una forma propia y especial para atender al progreso material, intelectual y moral de la isla, cual es celebrar juntas o asambleas periódicas en las que los hombres más ilustrados a la par que los más probos y merecedores de la confianza de los isleños, deliberan sobres los asuntos de interés general para la isla.

Permítame que le de cuenta de la reunión celebrada el 25 de febrero último.


Limpieza de los caminos.- Lo primero que trataron fue el arreglo y limpieza de los caminos acordando al efecto traer 15 trabajadores extraños que viviendo continuamente en la isla se dediquen al chapeo y arreglo de los caminos ya existentes y a la apertura de otros nuevos sobre todo del camino de circunvalación de la isla.

El sueldo de los mencionados trabajadores se satisfará religiosamente contribuyendo en metálico todos los vecinos de Corisco, Hablose también de practicar un vado fácil a través del famoso charco, si bien determinaron aplazar sus deliberaciones hasta la seca.


Misión Protestante.- Inmediatamente el jefe protestante hijo del célebre Ibia propuso que como quiera que el protestantismo esta en la isla bastante humillado y desprestigiado, debía protegérsele y levantarle para el bien de la isla, a este fin, dijo, hemos de procurar hacer una escuela protestante bien montada en la que se puedan instruir los hijos de Corisco, La inmensa mayoría rechazó la proposición respondiéndole que ya tenía Corisco una escuela católica a la que podían llevar sus hijos con toda seguridad; los demás respondieron que lo pensarían para las reuniones venideras.

Divorcio.- Otro punto interesantísimo para el bienestar moral de la isla decretaron en esta asamblea: cual proteger la santidad del matrimonio contra los que se atreven a profanarlo con el adulterio. La pena fue aceptada unánimemente por todos los asistentes fue la multa de 60 pesos en plata que el adúltero ha de ir pagando cuanto antes pueda. Ya se ha puesto en ejecución esta ley.

Maringa.- Por último trataron de la Maringa o sea uno de esos bailes en que peligra la honestidad pública por juntarse ambos sexos y casi siempre en locales cerrados, habiéndose dictado penas con las mujeres que asistan sin ir acompañadas de sus maridos.



Sanción de los acuerdos.- Todas las determinaciones o acuerdos que toman en dichas asambleas las someten a la aprobación del Subgobierno de Elobey. Con este objeto y con el fin de saludar al nuevo gobernador de Elobey partió de Corisco el jefe de la isla llevando consigo los acuerdos que en la citada reunión había tomado por si el señor don Manuel Martínez de Arenzana tenía a bien firmarlos y sancionarlos.



                        MI COMENTARIO

En lo referente a la caza, es cierto que en aquellos tiempos era muy fácil cazar elefantes que además destruían las pequeñas fincas de los nativos.

Antes de abandonar la Isla en 1964, se podría decir que todos los poblados tenían traída de aguas, que después por circunstancias políticas no se conservaron. En 1942 cuando llegué a la Isla Santa Isabel y San Carlos gozaban de un buen abastecimiento de aguas, aunque para evitar la filaria y otras enfermedades en muchas viviendas existían unos filtros porosos de minerales que garantizaban el agua potable.

En los referente a la propuesta del pastor protestante hijo de Ibia, demuestra la lucha entre los pastores protestantes ( la mayoría nativos) con mucho más peso en la población y con más antigüedad y los misioneros claretianos que deseaban echarlos pero evitando el enfrentamiento directo con los corisqueños muy encariñados con los protestantes.

Lo de la Maringa es curioso. Cuando llegué al viejo espigón del puerto de Santa Isabel, la banda de la Guardía Colonial dirigida por don Antonio Casaurrán nos deleitó con el ritmo de la Maringa que los cargadores del muelle bailaban con sus cargas a la cabeza.



Fernando García Gimeno

domingo, 25 de noviembre de 2012

MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS-6


                                                               

                                 MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS- 6


LAS LLUVIAS DE FEBRERO - SENTENCIA CONTRA EL CULPABLE -2.03.1907.


A cualquiera que lleve algunos años de campaña en esta isla de Fernando Poo habrá llamado la atención el temporal lluvioso y tempestuoso de la primera quincena del mes de febrero. Cosa verdaderamente extraña en esta época de rigurosa seca. Personas que llevan más de veinte años en la Colonia nos han asegurado no haber visto jamás cosa semejante.

Efectivamente, ha sido tal el aguacero en algunos puntos, que los ríos han crecido como en lo más lleno del periodo lluvioso; y el estampido de los truenos eran tan grande y pavoroso que no podía menos que recordar a unos el día tremendo de las venganzas del Señor, y a otros como el supersticioso, la cólera irritada de algún gran morimó de los bubis.

Sabido es que los bubis atribuyen al diablo todos los trastornos de la naturaleza. Para ellos el es el autor de las tempestades, el que promueve las guerras, inspira los incendios, los envenenamientos, injusticias y todas las disensiones de familia, de la miseria y de la misma muerte. Por eso, no temiendo a Dios, ni esperando de él nada absolutamente, solo cuidan de hacerse propicio y benévolo al diablo por medio de extravagantes ceremonias de y sacrificios de ovejas, cabras, gallinas, seres todos dignos por cierto de mejor destino.

Sucede no pocas veces, sobre todo entre viejos, que incomodados por disgustos de familia o disensiones con los vecinos salen a la calle o camino, y teniendo una campana de madera comienzan a dar voces invocando a su diablo a quien piden venganza contra todos sus enemigos. Los bubis, al oír tales invocaciones, se llenan de terror y espanto, temiendo las iras del común enemigo. Al momento, y con la velocidad del rayo, se transmiten las noticias unos a otros, dando cuenta exacta del nombre del fetichero y lugar de sus invocaciones.

¡Ay del pobre viejo! Si por casualidad sobreviene en aquellos días alguna tormenta o contratiempo. Si bien es verdad que en adelante es más admirado y temido por el gran poder de su diablo, con todo, el butuku principal cuyo gran morimó jamás puede ser superado en poderío por el de algún particular, le llama a cuentas y haciéndole serias reconvenciones le impone una multa en castigo y para escarnio de los demás.

Con este motivo fue procesado en Bokoko el día 5 de febrero un pobre viejo, que decían haber hecho pocos días antes las aludidas invocaciones diabólicas.

Más de 500 bubis se habían reunido para celebrar juntos una gran fiesta popular que ellos llaman siome ripelo. La alegría y animación eran indescriptibles, porque indescriptibles eran la comida y la bebida, verdadera causa de buen humor en todos los que no piensan más que en las cosas de por acá abajo. La presencia de más de treinta ollas llenas de carne supliendo a la música instrumental de nuestros países, daba la vida y movimiento al tan celebrado baile bubi en el que todos tomaban parte ebrios de alegría. Todos estaban en descampado, reunidos en extensa llanura, cuando estando en lo más animado de las danzas, he aquí que se presenta el botuku en traje de ceremonia, como si dijéramos vestido de uniforme, e imponiéndose a la muchedumbre bullanguera, manda guardar absoluto silencio.

De repente cesaron danzas y todos sellaron sus labios para escuchar la voz autorizada de aquel mandarín del paganismo. En medio de aquel silencio admirable y no oyéndose otra voz que la del jefe bubi, comienza este a desfogarse contra un pobre hombre, asegurando a las masas que le escuchaban que, efectivamente, son sus diabólicas invocaciones, de aquel hombre, la causa de la lluvia, vientos y truenos de aquellos días, siendo así impedimento para los preparativos de aquella gran fiesta, lo mismo que para los trabajos de fincas, propios de la época.

En vista de ello, y viendo que el reo nada respondía a los cargos que le hacia, le condenó a pagar la fiesta del día y a entregar lo antes posible, cinco cabras, multa que el bubi, fiel guardador de sus leyes, no dejará de satisfacer exactamente sin regateos.

Tan pronto como aquel déspota terminó su perorata, todos los presentes por unanimidad absoluta aprobaron la sentencia y se entregaron de nuevo al jaleo y a la danza para no terminar hasta el día siguiente.



                                        NUEVAS AGUAS MINERALES - 28.2.1907



El nuevo superior de la Misión de Musola, R.P. Isidro Abad, puede quedar muy satisfecho con el descubrimiento que acaba de hacer de un nuevo manantial de aguas minerales en las cercanías de Musola.

Era el día 31 del pasado enero y el padre Abad salía como de costumbre a girar visita a los indígenas ocupados en las faenas agrarias de sus finquitas de cacao. En este día le dio la ocurrencia de internarse por entre las malezas y espesuras de la selva, toda vez que la configuración del terreno y clase de vegetación le hacían sospechar la existencia en aquellos parajes de algún manantial semejante a los de Mioko y Oloiitia.

Y así fue, que no salieron frustradas sus esperanzas, pues a pocos metros del camino de Musola, se encontró con nos hervideros de aguas tan ricas t excelentes en buenas cualidades que quizás superan a las renombradas de Mioko, Oloitia y Balachalachá. ¡Loado sea Dios! Exclama en estos momentos el misionero y es tan grande el gozo que inunda su pecho que no puede menos de alzar las manos al cielo y entonar un himno al Creador que tantas riquezas y maravillas dejó escondidas en los senos de nuestro globo.

A losa pocos días de tan feliz descubrimiento llegó a la Misión de Musola el célebre naturalista y simpático caballero Don Enrique D´Almonte, quien, en virtud de la misión que lleva del Gobierno, no quiso despedirse de los misioneros sin antes presenciar por el mismo las recién descubiertas aguas minerales. En efecto, acompañado del padre Abad y de algunos braceros de la Misión, fue a visitarlas y con gran placer y satisfacción suya bebió un vaso en el mismo manantial, pasando acto continuo a tomar nota de la configuración del terreno, situación de las fuentes, y, sobre todo, de las propiedades del agua que la encontró de condiciones altamente estomacales.

Al día siguiente y después de cariñosas despedida de los misioneros, don Enrique bajó a esta bahía de San Carlos, yendo a hospedarse en la hacienda Barcelonesa de los señores Rius y Torres. Por dos veces tuvo la amabilidad de visitarnos, entreteniéndonos agradablemente con su amena conversación. Era sumamente placentero oír contar de tan autorizados labios las impresiones de viaje a las alturas de Moka y demás puntos del interior de la isla por él visitados.

Por momentos anhelábamos nos dijera su dictamen sobre las nuevas aguas minerales, cuando he aquí que sacando del bolsillo su cartera de viaje nos lee la siguiente nota: Las nuevas aguas minerales han sido descubiertas a 2 kilómetros más abajo de Musola a 150 metros al norte del camino del poblado y a unos 370 metros sobre el nivel del mar. Aunque precisa un análisis perfecto de las mismas, con todo, puede asegurarse que son frías, gaseosas, bicarbonatadas, alcalinas, menos gaseosas y más minerales que las de Mioko.

Al llegar aquí, no podemos menos de hacer pública nuestra más sincera gratitud a don Enrique por su amabilidad para con los misioneros, ya que él también, como me lo encargó publicar no encuentra frases con que encarecer la buena acogida que le han dispensado en todas las Misiones, mayormente en Concepción, cuyo superior el R.P. Feliciano Pérez, deseoso de contribuir algo a la misión patriótica del tan ilustre señor, no vaciló un momento en acompañarle en sus excursiones haciendo de guía y de intérprete con los bubis de Moka y ayudantes braceros de la expedición.

Que todo ceda a mayor gloria de Dios, provecho de la Patria y engrandecimiento de la Colonia.


Firma el padre León García - C-M-F.


                                                  MI COMENTARIO


No he querido cambiar el texto y en él se ve claramente estar escrito por un misionero, que es el padre claretiano León García.

No que es una pena es que salvo la época en que los misioneros intentaban comercializar las aguas de Mioko, llevándolas en burro hasta Concepción donde las embarcaban con rumbo a Santa Isabel en lancha, nunca más se han aprovechado de esas aguas minerales para la isla de Fernando Poo e incluso enviarlas a su venta a la parte Continental. Estoy seguro de que se traen aguas minerales de España y otros países, cuando se tienen en casa.


Fernando García Gimeno