BATA
La palabra Bata es el participio
del verbo ndowe (kombe) ebatama= posarse (atenuando prosódicamente la voz en la
primera sílaba, en vez de acentuar.), y como sea que el monte Bata visto desde
el mar adentro, ostenta la forma de media bola puesta sobre otro cuerpo, como
si estuviese posada por si sola, he aquí el verídico nombre de BATA= posada.
Pues su traducción literal corrobora fielmente la explicación dada, esto es.
Monte Bata= Mokodi Bata, dando a entender por consiguiente que este nombre no
corresponde al pueblo de Bata, sino a su monte, cuyo verdadero cognomento es
< Mandungue> en ndowe (kombe) y BINDUNG, en fang. Según dice la leyenda,
hubo un jefe kombe con atribuciones de rey, antes de Vilangua I, llamado Ikaka, quién conocía la lengua europea y a
bordo de un barco iba indicándoles cosas a los comerciantes europeos sobre la
costa, y al preguntarle sobre Mendungue pensó la prohibición de pronunciar
aquel sagrado nombre en alta mar, y se
limitó a informarles que la montaña se llamaba
BATA.
El nombre primitivo general dado
a la población por los primeros comerciantes ingleses fue el de Black Coast y
los indígenas lo corrompieron con la pronunciación de < Bilakosi>.
Confirmando esta leyenda de la
toponimia en la revista Industria en Guinea, número 1, de septiembre de 1955, extraído de las afirmaciones del
culto nativo Andrés B. Ikuga Ebombebombe, sobre Monte Bata y Bata, se lee:
Antiguamente e incluso hoy en
día en algunas partes del este Continente donde la civilización no ha logrado
borrar del todo las supersticiosas huellas del primitivismo, estaba prohibido
nombrar, mientras navegaban, los cognomentos de las montañas más grandes y
visibles, así como los cabos y puntas más pronunciadas, so pena de sufrir las
consecuencias de una furiosa tempestad. De modo que cuando se iba la gente de
pesca en alta mar, como es sabido en sus diminutas embarcaciones, conocían los escollos
que más peces anidaban y picaban, por medio de esta montaña llamada hoy <
Monte Bata> cuyo verdadero nombre es Mendungue, la cual utilizaban de base y
señal para recordar donde y sobre que escollo se hallaban anclados para
comenzar la faena. Si algún novato del oficio preguntaba cuál era la parte
donde se encontraban, el más experto o adiestrado en navegación, sin atreverse
a mencionar el nombre prohibido en alta mar, o sea el de Mendungue, le
informaba tan sólo con las siguientes palabras Leh yendi mokodi me a bata e
Ngaba, dyele e Ukomba, dyele e Asonga>> Tenemos a la montaña posada sobre Ngaba, ora
Ukomba, ora Asonga>>.
BATA
Otra versión del origen del
nombre, la encontramos en el libro de Gutiérrez Garitano, La Aventura del Muni, este
escritor recuerda una leyenda que aparece en el libro de nuestro amigo
fallecido Carlos Fleitas, sobre el nombre de Bata, que paso a transcribir:
Los kombes huyendo de la
persecución de los fang, atravesaron la desembocadura del Utonde y divisaron a
lo lejos otro río, que era el Ekuku. Aparece una zona llana, llena de
cocoteros, con extensas praderas, lugar que al anochecer cubren el cielo
grandes bandadas de palomas y pareciendo bien este lugar para la caza y pesca,
al estar cerca del mar, dirigen sus cayucos a la playa desembarcando. El jefe
con un grupo de hombres se dirige al cercano bosque y verifica, que hay agua dulce
para su gente. Entonces se vuelve a sus guerreros y pregunta ¿ Os gusta este
sitio?. Sus hombres les contestaron <
EBATA > = Está muy bien, nos gusta. Y así nació lo de BATA.
Seguro que indagando podríamos
encontrar otras leyendas del nombre, ya que las leyendas es como un joven
árbol, que cada año le nacen nuevas ramas y cada una es más bonita que la
anterior.
ÑANGÜE
Esto lo explica muy bien don
Carlos González Echegaray en su volumen I de Filología, titulado
Estudios Guineos. Viene del
cubanismo ñañigo o ñaguio, sociedad folklórica fernandina, que toma el nombre
de los mascarones (mamarrachos) que constituyen el elemento principal de los
bailes. Según la mayoría de opiniones, procede de Cuba y su remembranza de los
ñañigos. También en Fernando Poo se les llama ÑANKUES. La forma Ñangüe parece
más próxima al cubanismo descrito como el negro vestido de mamarracho o
arlequín, que en el día de Reyes, anda por las calles dando brincos y haciendo
piruetas, algunas veces con un muñeco de la misma figura y nombre. De todas
formas en algunos libros que he leído de las culturas yorubas de Benin, parece
que representan los espíritus del pasado, que con sus espejos adheridos al
traje reflejan sus pensamientos y una forma de reencarnación para asistir a los
festejos de la tribu. Esos trajes están confeccionados con vegetales secos,
tales como hojas de palmera, la llamada nipa etc.
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