HACE
CIEN AÑOS
Noticias sueltas que aparecen en la revista La Guinea
Española de los años 1913.
DE ELOBEY
Minas de hierro.--
En una expedición de
dos días de camino, bosque adentro, un pobre misionero después de cumplir con
sus deberes en el tiempo que le quedó libre pude ver el monte Bidogo, de
excepcional importancia por lo que diré. El predicho monte puede jugar papel
importante en el porvenir, si se explotan las minas de hierro que encierra.
Examinada la tierra que de allí se ha mandado visto todo el elemento más
abundante es el hierro.
No ha mucho que un inglés visitando los pueblos sitos en la
falda y cercanías del monte les dijo que las minas de hierro ocultas en el
monte, serían causa en el porvenir,. De que allí se formase un núcleo de
población en nada inferior al de las grandes poblaciones europeas y la riqueza
allí encerrada abriría los ojos de muchos ciegos. Oír esto y exigir desde
entonces derechos de entrada a todo blanco que quería ver las minas fue una
misma cosa.
Es el entendimiento práctico de estas gentes que se revela
en cosas parecidas a estas, sin duda por aquello de que a todos nos gusta sacar
la tripa de mal año, Sin embargo al Padre, tras no exigirle un perro chico y
darle paso libre según nos dice un testigo presencial, le permitieron coger un
poco de tierra para que lo examinara y más, hasta le propusieron que gustosos
recibirían cualquier factor blanco que quisiera establecer factoría para así
dar un paso en el camino de la civilización , alias la explotación.
Noticias.--
De nuevo han comenzado a surgir hostilidades entre las tribus pámues próximas al río
Otoche, hoy son los ambones entre si por la cuestión de siempre, el robo de
mujeres, que en estas regiones está a la orden del día, a la hora en que esto
se imprima la tribu Unghué habrá declarado la guerra a los ambones por lo
mismo, no lo habían hecho antes por respeto al padre misionero que estaba con
varios colegiales en el territorio ambón.
Aprendamos
En esta quincena ha estado el vapor Yugo de la Compañía
Woermann cargando las siguientes trozas, 371 trozas en Kongo y 290 en Bunche ;
de la compañía Trasatlántica por el señor Nuñez 181 , de la casa Hatton Cookson
unas 207. En la parte alemana del río Muni cargó de diferentes marcas unas 500
trozas. Total 1543 trozas en un barco fletado por la misma compañía para este
objeto. El día que alguna compañía española se ofrezca a hacer lo mismo, no se
quedarían paralizados los capitales de muchos comerciantes españoles que en la actualidad
duermen el sueño de la muerte. Y no vayan a creer nuestros lectores que el
punto único de la riqueza en trozas de la acreditada compañía Woermann sea
precisamente nuestro territorio, no, en Cabo López pueden cargar de dicha
compañía unas 4000 trozas mensuales.
La goma exportada por la casa Woermann fue de 945 kilos en
Elobey.
En el vapor Slavonia vino el apoderado general de la
compañía Woermann, mister Ritter en viaje de inspección de los distintos
puestos que tiene la compañía establecidos en las dos costas oriental y
occidental de África.
Nos escriben del Otoche que hace unos días, el joven Agustín
Bakale mató de un tiro una enorme boa de 50 centímetros de
grueso y 4 metros
de largo. Mucho hubiéramos deseado hacernos siquiera con la piel, pero no nos
dieron lugar a ello, y cada uno arreó con su trozo para comérsela.
En ese mismo río los muchachos de la Misión mientras
limpiaban el camino que separa aquella del pueblo Atamaka, dieron con una
cerastes de extraordinaria magnitud y gracias a la valentía del padre Ardóiz
que machete en mano emprendió contra ella, estando en un tris de no ser mordido
en el dedo pues le plantó cara furiosamente.
Basilé
El domingo de Pascua, ya de mañanita volvió el tornado que
fue muy desapacible, esto no impidió el que acudieran en tropel los indígenas
al templo, siendo no pocos los que desafiando el tornado hicieron dos horas de
viaje. Dios se lo pague.
Los últimos tornados han dejado intransitable el camino de
Santa Isabel a Basilé a causa de los árboles caídos que lo atraviesan. No
sabemos si el tornado o el hacha hicieron caer también unos gigantescos árboles
sobre el puente Maura, parte del cual ha quedado destrozado. .
Nos ha producido muy buena impresión, la noticia que nos
llega ahora de que se ha efectuado una limpieza en el poblado bubi de Basilé,
gracias a las diligencias del nuestro delegado de puesto. La misma impresión
sentimos al encontrar que dichos bubis se entretenían en limpiar el barranco
próximo al poblado y en facilitar el paso del río, por medio de piedras
debidamente amontonadas. Buena falta haría eso en muchos ríos y barrancos que
se encuentran a continuación del camino de Rebola,.
Por muerte del Batuco del poblado bubi de Basapo, que, dicho
sea de paso recibió antes de morir el santo bautismo , ha sido nombrado
oficialmente para dicho cargo el bubi Isaqué.
De Basupú.
Acabo de hacer la excursión tantas veces proyectada al
antiguo besé de estos habitantes de Basupú a 400 metros sobre el
nivel del mar. Se ve que los bubis antes preferían morar en las zonas medias de
la isla, por eso se conservaban más robustos, vivían sin tantas enfermedades ni
achaques y llegaban a prolongar su ancianidad.
Emprendí la marcha como a las siete y media acompañado de expertos guías
para no perderme en la maleza y tras una hora de andar entre las finquitas de
cacao de esos indígenas casi todas en sus comienzos con un camino casi bueno,
de repente desaparece este, concluyen aquellas, y aun antes de subir al monte,
me encuentro en pleno bosque. Machete en mano nos abrimos camino, hasta
tropezar el antiguo por el que han pasado tantas generaciones, y que se conoce
solo por lo hundido que está, a veces dos metros, de las orillas por su
continuo tránsito.
Tras hora y media de andar por él, nos encontramos con la
cuesta en cuya cima y en una bonita meseta estaba edificado el antiguo pueblo.
Dos largas horas nos costó ganarla, no tanto por su distancia, cuanto su mal
camino, pues tuvimos que salvar un extenso cañaveral que encontramos al paso.
Al fin llegamos al pueblo de Dilopá el último bubi que vivió en estas alturas,
pues hace solo unos años que murió sin haber querido tener comunicación alguna
con los europeos.
Estaba contemplando sus casas ya medio caídas y cubiertas de
enredaderas cuando un guía, cuatro pasos más allá me hizo fijar en una porción
de planchas de cinc, varias cumbres, etc. ¿Que es esto? Hube de preguntarle.
Son restos que conservaban los bubis con el mayor cuidado de la que fue casa de
los Padres, ¿ Pero aquí vivieron ? No padre, aquí está la última casa bubi del
Besé y por esto aquí lo recogió Dilopa, pero la casa de los P.P. jesuitas está
más allá, señalando el sur, allí estaba el gran pueblo, y en él vivían los P.P.
Como yo me encontraba cansado, comimos y pasamos allí la noche, sirviéndome de
cama y colchón una de ellas.
Al día siguiente muy de madrugada continuamos nuestra
excursión hasta llegar al punto donde tuvieron los bubis el poblado y con decir
que hacia más de seis años que nadie transitaba por allí quedan dichas las
fatigas y sudores que costarían penetrar entre aquellos matorrales, y
enredaderas hasta que al fin calados por el sudor llegamos a la plaza.
Lo primero que vimos, que alegres contemplamos y que nos alivió
y refrigeró fue el río Apú, el que abastecía de agua al poblado. Parece mentira
que tenga el agua tan fría, dicen que siempre está así, es una delicia. He
bebido agua fresca en Musola, en Basilé y en otras partes, pero todavía es más
fría la de este río, solo puede compararse con las aguas de Moka. Cuentan que
cuando una mujer hacía alguna fechoría o se portaba mal con sui marido la
traían a este río a eso de las seis o siete de la mañana y la tenían un buen
rato metida en el agua, dándole al mismo tiempo fuertes latigazos saliendo de él
medio muerta de frío, A unos cinco minutos se encuentra la plaza y el lugar
donde levantaron su casa los P.P. jesuitas. Todavía se ven los hoyos de las
columnas, algunas paredes trozos de verja y un plato que por cierto estaba bien
amarrado con una enredadera rastrera. Como todo es ya bosque, no se puede ver
nada, ni la playa, la cual dicen que antes se veía muy bien hasta los botes que
atracaban. Una vez enterado de todo lo que era objeto de mi visita me volví por
el mismo camino.
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