domingo, 13 de abril de 2014

NOTAS SOBRE LA TRATA DE ESCLAVOS EN GUINEA


                                                                   
                                                                Bata

                                   NOTAS SOBRE LA TRATA DE ESCLAVOS




Hojeando mis libros, vuelvo a repasar uno titulado Reivindicaciones de España, escrito por José María de Areilza, Consejero Nacional y Fernando María de Castiella catedrático de Derecho Internacional, y que luego sería Ministro de Asuntos Exteriores. La fecha del libro editado por el Instituto de Estudios Políticos es 1941. 

Así que encontrando datos sobre este tema tan nefasto, copio estos datos y sus pensamientos.

Desconozco la razón de llamarle Trata de Esclavos, a este repugnante tráfico de esclavos, aunque hasta entre los mismos africanos, tenían a veces justificación. El explorador Richard Burton que fue cónsul de Inglaterra en Fernando Poo, cuenta una entrevista con el rey Gelele de Benin, y al preguntarle la razón de que vendiera esclavos a los traficantes, le respondió de la siguiente forma:
Yo lucho con mis vecinos, y en defensa de mis súbditos y como defensa de nuestras vidas, capturamos prisioneros, a veces en número importante. No puedo alimentar a tanta gente, independiente  que es un peligro y un esfuerzo enorme el custodiar a 300 o 500 prisioneros. Solo conozco tres soluciones, que son matarlos, comérmelos, o venderlos. Creo que la mejor solución para ellos es venderlos, de esa forma siguen teniendo la esperanza de fugarse o sobrevivir. Burton ante tales argumentos reconoció, que por lo menos actuaba con lógica.
La Trata a finales del siglo XVII y inicios del XVIII, estaba en pleno apogeo, dado que la nueva agricultura de América  se estaba consolidando y para ello precisaba cada día más mano de obra, para el algodón, tabaco, caña de azúcar etc. Los indios no solo se negaban a trabajar como esclavos con los europeos establecidos, sino que luchaban contra ellos por no aceptar ser sometidos y esclavizados.
Arribaban al Nuevo Mundo, navíos llenos de esclavos, Inglaterra, Francia, Holanda y Portugal eran los países que casi como un monopolio comerciaban con esclavos.  España en sus numerosas colonias americanas le urgía entrar en aquel comercio, en principio el 12 de julio de 1696, firmó un tratado con la Compañía Real de Guinea, de Portugal, para el suministro de esclavos, y aunque cifró una cantidad, esta siempre se sobrepasaba con el clandestino. Antes ya había firmado contratos con Francia para la adquisición de 49.000 negros y con Inglaterra una cantidad cercana a 20.000. España necesitaba una posesión que le sirviera de almacén de esclavos en la costa africana, para comprar braceros a los jefes indígenas que vendían a sus prisioneros y hacían redadas sobre tribus cercanas o en algunos casos en su propia gente.

Como el comprar a otros mercaderes, ese sistema era oneroso, y deseaba su emancipación en la provisión de mano de obra, movió al conde de Floridablanca, artífice del Tratado del Pardo, a solicitar de Portugal, que le cediera sus posesiones africanas en el Golfo de Biafra, en compensación a cederle la Colonia de Sacramento en América.
Según el Tratado de Aquisgrán el privilegio de asiento y navío de permiso, estaba concedido a Inglaterra. El 5 de octubre de 1750, bajo Fernando VI, se firmaba en Madrid el acuerdo con el Reino Unido en virtud del cual nos librábamos de tan pesada hipoteca a cambio de pagar una fuerte suma y a sugerencias de Ensenada, adquirir el antiguo derecho para la Trata de la que había  gozado La Compañía de Corisco.
Con el Tratado del Pardo, se le adjudicaba a España la soberanía sobre las islas de Fernando Poo, Annobón, Corisco y los Elobeyes  y de la costa africana en la extensión comprendida entre las bocas del Niger y la desembocadura del Ogoué, es decir cabo López.
Eso alborotó algo a los negreros, pero el 16 de mayo de 1778 se encargó a los ministros de España en Inglaterra y Francia que comunicaran a los gobiernos de esos países que si bien el tratado  servía a España para abastecerse de brazos para América, las necesidades eran tantas, que seguirían adquiriendo una buena cantidad a los proveedores habituales.  
Todos los traficantes de esclavos, establecían un depósito para ir acumulando sus compras, hasta que tenían el número suficiente o conseguían el transporte adecuado. Los sitios adecuados, eran islas cuya defensa era fácil, (Gore, Zanzíbar, Corisco,) y donde se cargaban los negros y los víveres necesarios para el viaje. La experiencia les había enseñado que de no ser así, los mismos  reyezuelos que les vendía la mano de obra, luego se la robaba.
Esto funcionó hasta que el 8 de febrero de 1815, a raíz del  Congreso de Viena, se promulgó la declaración colectiva de Austria, España, Francia, Inglaterra, Portugal, Prusia y Suecia contra la trata de esclavos. El 27 de septiembre de 1817, diciembre de 1822 y junio de 1835 se firman nuevos acuerdos bilaterales entre Gran Bretaña y España, relativos al mismo asunto.
Me temo que esos acuerdos estaban promovidos por Inglaterra que ya no precisaba de nuevos remanentes de esclavos en sus colonias y en cambio ese comercio había abierto la puerta al comercio en el Atlántico que hasta entonces controlaba, lo que perjudicaba su floreciente industria comercial y el dominio marítimo que impulsó su comercio. .
Se estableció un Tribunal para la Represión de la Esclavitud en la colonia inglesa de Freetown, y los barcos ingleses vigilaban las costas atlánticas africanas, capturaban y hasta hundían los barcos de traficantes de esclavos, es más con esa excusa, a veces cuando capturaban barcos sin que llevaran negros, si en su registro verificaban que el contenido en agua y comida era muy superior al normal, daban por detenido el barco alegando que iban a buscar esclavos.
Como se sabe alegando motivos de salud, ya que en Freetown el personal europeo fallecía a los pocos meses de su llegada,  fundaron la ciudad de Clarence en territorio español de la actual Malabo, desembarcando en la bahía de Venus el 27 de octubre de 1827. En ella establecieron el Tribunal de la Represión con los funcionarios que trajeron de Freetown. Al abandonar la Isla el gobernador Nicolls en abril de 1835, queda otra vez a isla bajo el dominio español representado por el inglés John Beecroft (No había ningún español en la isla).
Pese a que España tras el Congreso de Viena había cerrado su depósito en la isla de Corisco, los ingleses mandaron al bergantín Wolverene , bajo el mando del comandante William Tucker, que destruyó en 1840, las factorías comerciales que tenían dos españoles en aquella zona,  con la excusa de que seguían dedicándose a la Trata. Prueba de que no era así es que se  llevaron preso a Londres, al comerciante Miguel Pons, y posteriormente en el juicio probatorio, lo tuvieron que dejar libre al demostrar que las acusaciones eran falsas. (Ver  en la página 9 de este blog dos artículos sobre el tema).
Aunque los españoles empezaron tarde en este repugnante negocio, hubo algunos que sobresalieron, tal es el caso del más conocido traficante de esclavos el malagueño Pedro Blanco, (ver entradas página 9) cuyas factorías en Sierra Leona (Gallinas) fueron igualmente destruidas por los ingleses en 1840. Blanco que llegó a tener negocios en Londres, Liverpool, Habana. Madrid, Cádiz, etc. , tuvo como clientes al famoso pirata Drake, cuando ya funcionaba como empresa   Drake y Cia.

Fernando García
Barcelona a 13 de abril de 2014



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