martes, 14 de octubre de 2014

LOS MULATOS Y SUS HIJOS





Uno de los personajes más polifacéticos de la ciencia que hemos tenido en la Guinea Española,
ha sido don Luis Báguena Corella, lo reflejan sus numerosas obras, entre las que tengo, podría
 citar las siguientes:


                               
                                                             

                                           De derecha a izquierda: Luis, Su primo, Mariano y yo


En la Revista trimestral AGER, del Servicio Agronómico, hay muchos artículos suyos
El  Anuario Agrícola que elaboraba con su jefe don Jaime Nosti, cada año
Un estudio del Stephanoderes Hamper
Oto sobre los coleópteros
Los efectos del taladro en los cacaotales y cafetos de la Isla
  1. Tribus y situación de las mismas en la Guinea Continental Española
Manuales de África
Toponimia de la Guinea Continental Española

Hoy descubro entre mis papeles un artículo que publicó en la Revista La Guinea Española el
10 de enero de 1946, número 1212. Su título El Secreto del  Color en los Mulatos y sus Hijos.

Hay que tener en cuenta que la ciencia ha avanzado mucho en la genética desde aquellos tiempos, pero ello no quita mérito a artículo. Dado su extensión lo publicaré en dos partes.

PRIMERA PARTE

Los más simples y pequeños seres vivientes, plantas o animales están constituidos generalmente, formando a modo
de un globulillo al que conocemos como célula, cualesquiera  otros más complicados, hasta los gigantescos, sus
masas de miles de millones ellas, resultado de las múltiples divisiones de una primera, el huevo, agrupadas en
maravillosas organizaciones; el mismo hombre no es más que un conjunto armónico de células innumerables y el
misterio de la reproducción está en la unión de un solo representante de cada sexo; el zoospermo y el óvulo.

En la intricadísima constitución celular, destaca la existencia constante de otro globulillo interior, el núcleo en el
cual todas las teorías científicas vigentes, admiten que reside el secreto de la herencia biológica , no ya el que explica
porqué de un grano de maíz nace una planta de maíz, o de un ser humano otro de la misma especie, sino el que
enseña, por ejemplo , como de las gallinas andaluzas, nacen pollos  negros, blancos, y azulados o de las semillas
de los “Dondiegos” de flores de color rosa, salen plantas que las dan blancas, rosadas o rojas.

Entre los diversos componentes del núcleo hay uno, la cromatina, dispuesto en gránulos minúsculos, los genes que desperdigados en aparente desorden durante el reposo celular se agrupan de un modo siempre constante en el
momento de la multiplicación, formando una especie de hilo  en forma de rosario, y bien enredado, el ovillo,
que durante el proceso se rompe en cierto número de sectores invariable en cada especie, y que son llamados
cromosomas.

Secretos de la mitosis o kariokineses, aquel proceso de multiplicación celular, cuyo sólo recuerdo, nos hacia temblar
en sexto de bachiller, ante el temor de trabucar las fases, los aspectos o las denominaciones.

En cierto momento la célula tiene un número fijo y predeterminado de cromosomas constituidos cada uno de ellos
por una cantidad siempre constante de genes, en los que reside individualizado el mágico poder que dará a los hijos,
los diversos caracteres de sus progenitores: color de los ojos, forma del pelo, manchas de la piel, timbre de voz,
tipo corporal, estigmas… en los animales; forma de las hojas,, color de las flores, sabor de los frutos, resistencia al
clima en los vegetales.  

En todos los fenómenos de multiplicación celular, llega un momento en que los cromosomas se doblan sobre sí
mismos, formando a modo de horquillas, las que a su vez se agrupan ordenadamente para constituir una especie
de corona, conocida por estrella madre, después se parte cada cromosoma a todo lo largo y exactamente la mitad,
con lo que se forman dos estrellas hijas, que tienen  el mismo número de filamentos que la madre, compuestos por
la mitad de todos y cada uno de sus genes.

Al madurar las células madre de machos y hembras, ocurre un fenómeno muy particular; en cierto momento de sus divisiones, distinto para cada sexo, los cromosomas no se parten sino que se reparten y a las células hijas, tiene la
mitad del número de los que el normal, y así resulta que al unirse una célula de cada sexo, el huevo resultante tiene
otra vez el número corriente y en su sustancia hay exactamente una mitad provista por el padre y otra por la madre.
Un carácter cualquiera que sea científico y puro en ambos progenitores aparecerá exactamente igual reproducido en
la descendencia que por uniformidad de origen, es llamada homocigoto así hijos de padres de piel blanca o negra
serán respectivamente blancos o negros, y si padre y madre son de iguales ojos azulados o pelo liso, así lo tendrán sus descendientes.  

Pero no ocurre lo mismo en cada uno de sus caracteres que en los ascendientes difieren o no son puros y fue el
famoso Padre agustino Gregorio Mendel, quién descubrió las leyes que rigen las correspondientes combinaciones y
sus resultados.

Ocurre unas veces que el carácter heterogéneo, por ejemplo el color de la piel, y tal caso es bien conocido en la Colonia,
es miscible, y los hijos de individuos de color diferente “sacan” una tonalidad intermedia; he aquí tres ejemplos
conocidos:
Cuando se cruzan gallos negros con gallinas blancas, de razas puras, nacen pollos que se llaman azulados andaluces.
Si se fecundan flores rojas de “Dondiegos” con polen de otros “Dondiegos” de flores blancas, las plantas que nacen
de sus semillas las dan de color rosa. 

Hijos de un progenitor blanco y otro negro, tienen la piel de color intermedio, “achocolatado claro”, de mulato.

Contrariamente, en otras ocasiones sucede que ciertos caracteres heterogéneos, no son miscibles, y en el hijo aparece
cada uno exactamente igual al de uno de sus progenitores, que es siempre el mismo en cada aspecto de la cuestión.
He aquí algunos ejemplos:
Dos progenitores, uno de pelo negro y otro pelirrojo, si el primero es de ascendencia uniforme, nacerán hijos de pelo
negro, nunca rojo.
De un padre con ojos negros o pardos, y una madre con azules o verdes, o viceversa, siempre que el primero sea de ascendencia uniforme, los hijos los tendrán negros o pardos y nunca azules o verdes.  

Llamándose heterocigotos a todos los que resultan de uniones heterogéneas. Pero en los nietos de unos y otros o en
los hijos de éstos, las cosas varían de forma que llega a sorprender, y solo el estudio de lo que pasa con aquellos
cromosomas y sus genes nos podrá explicar lo que le ocurre y sus causas.

Veamos primero el caso de los caracteres no miscibles, y sea por ejemplo el color de los ojos.
El que aparece en los hijos es llamado dominante, y emplearemos la notación  A-A-para el cromosoma homocigoto que representa este carácter, precisamente el color negro o pardo; el que se esfuma, toma el nombre de recesivo, tal como el azul o el verde, y lo representaremos por a-a. Al partirse los progenitores, se formará A-A- por parte y a-a-, por la otra, que al reunirse constituirán el heterocigoto A-a, en que dominando uno sobre el otro, sólo se percibirá el primero: el ojo parecerá negro o pardo. 

¿ Pero que ocurre con los nietos?. Al partirse el A-a paterno y el igual materno, que es el caso general en individuos de ojos pardos o negros entre cuyos ascendientes tengan alguien con ojos azules, resultarán los A-a del espermatozoo y los A y a del óvulo, y al unirse en parejas encontradas para formar el huevo podrán combinarse en A A de ojos oscuros puros a-a azules o verdes y A a, también oscuros con posibilidad de que sus descendientes vuelvan a tenerlos azules.
   Así se explica como un sevillano de pura cepa y una irlandesa de pelo cobrizo y ojos azules, todos los hijos sean francamente morenos, pero estos, al casarse con hombres o mujeres morenos de origen mezclado en este sentido, podrá tener hijos perfectamente morenos, morenitos de ojos azules, pelirrojos de ojos negros y, aproximadamente uno de cada cuatro, con los colores de la abuela extranjera. Menos mal si ello ocurre cuando los padres de éste saben su ascendencia y hablan entonces del famoso salto atrás, pero cuanto ésta es desconocida en cierto grado, y en un matrimonio moreno y de ojos negros, aparece un pelirrojo de ojos azules…. Puede haber sin fundamento un serio disgusto.

Sólo en los individuos que tienen este tipo de cromosomas heterocigotos A-a , de caracteres no miscibles, es posible el salto atrás, en sus descendientes.

Examinemos ahora el caso de los caracteres miscibles. Llamaremos B B al gene portador del carácter piel blanca y N-N al de negra; al dividirse en los padres durante la maduración de las células sexuales, quedarán en éstas, como B en unas y N en otras, las que al unirse formarán cromosomas B-N, de “mulato”, portadores del carácter color intermedio.

Para los nietos, al unirse dos mulatos, el cromosoma heterocigoto B-N del padre y el igual de la madre, se repartirán en B y N paternos y maternos, cada uno por su cuenta si quedasen completamente aislados y al unirse en parejas encontradas, podrían combinarse de cuatro modos diferentes con tres resultados: B-B-, N-N, B-N, y N-B. En los dos primeros casos nacerían hijos homocigotos, blancos o negros puros y no cuarterones, y en los otros dos, serían heterocigotos, perfectamente mulatos. Pero en este caso particular, es raro que ocurra de este modo, debido a que al partirse los cromosomas suelen entrecruzarse, soldarse en parte y cambiar entre si algunos de sus genes, y entonces los hijos sacan la mitad, no de los caracteres, de sus propios progenitores, sino del conjunto familiar. Los resultados pueden ser los siguientes:

Si hubo intercambio de genes, caso el más frecuente, podrán salir de cualquier color entre blanco y el negro, en todos los grados y proporciones imaginables, aunque con doble tendencia al tipo mulato que al blanco o al negro. Si no hubo intercambio de genes, caso el más raro, de mulatos nacerán blancos, negros, o mulatos, puro cada uno de ellos en su tipo.  



No hay comentarios: