domingo, 26 de julio de 2015

OPERACIÓN DE CATARATAS



                                         

                                            Cuando no tenía cataratas


Aunque en este blog, nada más pongo cosas de Guinea, me ha parecido interesante escribir algo de mi vida particular.

                                                                   


OPERACIÓN DE CATARATAS.-

El viernes pasado, día 24,  me operaron de cataratas y aunque es una operación muy normal, implica ciertos riesgos  y para un alma ingenua como la mía, mucho impacto.

Llegué a la clínica a las trece horas, me pasaron a secretaría donde me hicieron firmar un montón de papeles, que nunca tienes ocasión de leer. Supongo que en los mismos se especifica que las equivocaciones son culpa mía y a mi cuenta.
Durante tres horas cada veinte minutos me ponían unas gotas en el ojo, para que se me nublara la vista y no pudiera ver claro lo que me esperaba.
A las cinco de la tarde vino una agraciada enfermera y muy gentilmente cogida a mi brazo como si fuera una novia me llevó al quirófano, nada más entrar en aquella sala vi cuatro enmascarados, que se tapaban el rostro , tal vez para ocultar su identidad, me tumbaron en una camilla o cama, me sujetaron la cabeza firmemente para que no me escapara y uno con decisión me dijo, dame un brazo, que aprovechó para pincharme no sé qué líquido y al otro lado, otro enmascarado me comunicó, dame este otro brazo para mí. A ese segundo brazo le colocaron una abrazadera y una pinza en el dedo, de cuyos latidos se reflejaban en la pantalla, como si fueran a retransmitir el asesinato.
Resumiendo al cabo de un tiempo, que parece lo pasé dormido, me despertaron, me volvió a recoger la agraciada enfermera y tras atravesar pasillos me dejó ante mi familia, diciendo : Os lo devuelvo sano y santo. 
Así que en este momento estoy en casa, lleno de frascos de colirio y empiezo a ver las cosas tan claras, que al mirar a la calle he visto una persona que en principio parecía un sueco y resulta que era un senegalés.

Fernando García Gimeno

Barcelona  a  26 julio 2015

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