domingo, 9 de julio de 2017

LAS AGUAS MINERALES DE BALACHALACHÁ


LAS AGUAS MINERALES DE BALACHALACHÁ


LAS AGUAS DE BALACHALACHA   28.9.1903

Ya tengo en mi blog un escrito sobre las aguas mineromedicinales, pero en este de hoy, se fija más la zona y sus propiedades.
Uno de los tesoros más apreciables que encierra Bioko son sus aguas minerales o gaseosas en ebullición, con hermosos surtidores de una belleza a destacar, aparte de apagar por completo la abrasadora y ardiente sed, tienen maravillosas propiedades estomacales para las funciones digestivas, abren sobremanera el apetito, que tal vez haya desaparecido, y mitigan el malestar ocasionado por las fiebres. De mí, se decir que, cuando en una de mis expediciones, me hice con los mencionados hervideros de agua en Mioko, no lejos de Moka, costábame creer lo que veía, como quiera que jamás pensara que en nuestra isla de Fernando Póo, tan injustamente menospreciada por muchos, hubiera maravillas tan sorprendentes. Igual impresión debieron producir a mi distinguido compañero don Felipe Moreno, quien, al verlas, no pudo menos de desahogar su entusiasmo con unas cuantas salvas. Después de probarlas, todos expresamos nuestros juicios o parecieron estas palabras: ¡que ricas! Y que apetito que dan, y  lo digo de las aguas de Mioko, puedo afirmarlo también de las de Balachalachá, o Riaká, si bien en grado inferior pues no lanzan el agua a tanta altura ni contienen tanta cantidad de acido carbónico como aquellas. Dejando para otra ocasión hablar de las primeras, digamos algo de las de Riaká o Balachalachá, así denominadas por estar próximas a un pueblecillo bubi del mismo nombre. Hace algunos años, los misioneros enviaron varias botellas de dicha agua a Barcelona, a fin de que pudieran ser clasificadas por algún químico de la Ciudad Condal. He aquí palabras del químico farmacéutico doctor don Ramón Codina: Resultado de un tanteo analítico de una cantidad de agua (1 kilo 400 gramos) , procedente de un manantial natural , en la Isla de Fernando Póo, ha sido el poder clasificar dicha agua carbónica si bien no ha podido fijarse la cantidad volumétrica de dicho gas, debido a la perdida que él ha sufrido dicha agua por las malas condiciones del envase. De la cantidad de sales obtenida en la evaporación, resulta contener por litro 0,08, siendo por tanto muy escasa su riqueza natural en sales. Considerada como buena carbónica, sin contener o contener muy poca cantidad de materias orgánicas y de sales, se desprende la indudable utilidad que su uso puede obtenerse en el tratamiento de ciertas enfermedades.
Como verán mis lectores, dicho juicio no puede ser del todo exacto, a causa del envase mal acondicionado, y no hay duda que, a verificarse dicho análisis en los mismos manantiales, el resultado sería mucho más interesante. Por si alguno de mis lectores , deseando fortalecer el estómago o recobrar el apetito, perdido por las calorías tropicales, proyectara visitar alguno de estos hervideros, en números siguientes anunciaremos un itinerario para ir a uno de ellos desde la Misión de Concepción, trazado por un misionero que muchísimas veces los visitó, y a quién se debe el que fueran conocidos.
Firmado Guineófilo

COMENTARIO.
No hay duda que la isla de Bioko, tiene además de lugares atractivos y únicos como la caldera de Balachá, estos manantiales para poder establecer una red de balnearios en unos parajes fantásticos y gozando de un clima excelente todo el año, con la ventaja que sus habitantes hablan español y es mucha menor distancia que el Caribe. Por cierto la mayoría de los indígenas de la Isla en mis tiempos ignoraban esos manantiales, salvo los bubis de los valles cercanos a Moka.

Bioko además del manantial descrito tiene manantiales de aguas medicinales en Riaká, Oloitia, Musola, de las casi todas son bicarbonatadas sódicas, indicadas para el aparato digestivo y buenas para la mesa. 



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