EL PUEBLO
ANNOBONÉS.
El pueblo
Annobonés perdido en la inmensidad del océano se extravía también para los
escritores. Poco se ha escrito para lo que han debido sufrir.
Ojeando hoy
el libro del padre Pujadas : La Iglesia en la Guinea Ecuatorial ( Fernando Poo)
he vuelto a releer algo sobre los pensamientos del más allá de sus habitantes,
y lo escribe el padre Pujadas basándose en comentarios del ilustre escritor
annobonès Zamora. En realidad cada pueblo, cada tribu africana tiene un
pensamiento sobre la otra vida, quiere decirse que casi todos piensan que hay
un más allá. Alguna de sus mitologías nos recuerdan las de otros continentes,
como esta del río como frontera.
Cuando el
alma abandona el cuerpo, se dirige hacia el río San Juan o A- Bobo , lugar
donde los casados celebran su boda campestre y en cuyas aguas reciben las bendiciones de San Juan, al que
consideran padrino de Dios, hacen igualmente el lavatorio de manos.
Los casados
que no celebraron su boda en aquel lugar, vagarán mucho tiempo por la Isla como
alma en pena.
Pasado el
río que es frontera de la felicidad, harán turismo por todo el mundo, y al ir a Fernando Poo o a España, podrán saludar
a sus familiares de esos lugares, pasados tres días regresarán a su casa, donde
como no estará su cuerpo, su alma enfurecida se irá para no volver jamás.
Entonces irán a la casa de su madre para reunirse con los familiares muertos en
la gracia de Dios.
Si al
morirse no estaba en gracia divina, tendrá que vagar indefinidamente, con la
carga de su pecado: por ejemplo si robó gallinas deberá ir con sus gallinas si
mató a una persona deberá llevar el cadáver del asesinado, hasta el Juicio
Final.
En el juicio
se le condenará a uno de los 3 infiernos: Onfenu, Basu-dó y Talana.
Los
familiares deben ir llevando comida y bebida al muerto según sus gustos en la
vida, siempre que reciban el mensaje las llamadas soñadoras, intermediarias
entre los dos mundos.
Fernando García 15 de abril 2019 Barcelona
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