LEYENDA DE
LOS CIPRESES
Los
seguidores de la mayoría de religiones, son a veces ermitaños que se apartan
del mundanal ruido y escogen el camino de la oración permanente y visitar los
lugares emblemáticos de sus creencias. Así a pie en la mayoría de casos,
recorrían grandes distancias con su mochila al hombro.
Eso presenta
el problema, especialmente con mal tiempo: comida, lavado de ropa, descanso,
así que cuando veían un convento, monasterio o posada, a lo mejor a 20 o 30
kilómetros de distancia, recorrían esa ruta, ya que tal vez en mucha más
distancia, no encontrarían otro, el problema que esos caminos de fe, aglomeraba
peregrinos y tenían que negarles el auxilio, por no poder atender a todos.
Cuenta la
leyenda, que se ideó un sistema para ahorrar esfuerzos inútiles a los
caminantes.
Si el
monasterio, convento o fonda, solo podía suministrarles agua, tenía un ciprés
visible a muchos kilómetros. Si podía suministrarles comida, lucía dos hermosos
cipreses, y por fin si les podía atender en agua, comida y cama, gozaba de tres
hermosos cipreses.
Fernando el
Africano Barcelona 2 de abril del
2021
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