lunes, 11 de octubre de 2021

LOS BOTUKUS Y HÁBITOS BUBIS

 

EL BOTUKU O JEFE DEL POBLADO

Habitualmente al fallecimiento de un jefe de poblado, heredaba el cargo u hijo o hermano, en el caso que no tuviera descendientes directos, se trataba por elección entren los personajes y nobles de la tribu, dirigiendo la ceremonia el boajiammó, que consultaba con los espíritus como si fueran amigos personales suyos, y de esa reunión salía el nuevo jefe.

Comunicada la decisión al elegido, este se retiraba a una cabaña fabricada especialmente para este acto, llamada ribeka o lopando, situada en el centro del poblado. Se albergaba en la misma solamente con su segunda mujer, llamada boareña, alimentándose solamente de carne de cabra y gallina y ñame sin sal, teniendo la obligación de quemar los residuos de las comidas.

Pasados siete días, se dirigió al santuario de más tradición en la zona, con lo altos dignatarios. Allí se dirigió a los espíritus convocados, explicándoles su programa de gobierno, en caso de no oír voces de ultratumba oponiéndose a su programa, quedaba oficialmente nombrado nuevo botuku.

Al día siguiente empezaron las ceremonias oficiales, bajo la sombra del bosoppo árbol sagrado para esta ceremonia. Con la sangre de una cabra le rociaron sus ropas y le hicieron subir a una palmera y efectuar las operaciones habituales para sacar aceite de la palmera. Ya bajado al suelo, el más anciano de los presentes, le manifestó que nunca debería subirse a efectuar aquella manipulación, para ello tendría vinateros que le harían aquel trabajo del esaha  (calabaza de vino recién hecho).

Una vez bebida na calabaza entera de vino, s trasladaron al río donde se bañó, para quitar las impurezas de su vida anterior. Después fue ungido con n´dola rojiza, y en procesión volvieron al poblado cantando canciones ceremoniosas, salvando antes una barrera de tronco colocada por jóvenes del poblado manifestando que no lo dejarían pasar, hasta prometerles que accedería a sus peticiones, así lo hizo. (era un acto del protocolo)

La fiesta de la coronación fue esplendida, desde entonces sería soberano absoluto, sus vasallos tendrían que labrarle sus fincas, para hablar con él, deberián ponerse de rodillas , su mujer le serviría la comida en cuclillas y pata dormir tendría siempre la acogedora almohada de los muslos de una de sus esposas, quien le velaría el sueño y espantaría los mosquitos.

Todas estas costumbres y las muchas luchas entre poblados al ir llegando a la Isla nuevos pobladores, se dulcificaron al reinar el emperador Moka y los primeros españoles.

 

Libro base para consulta del texto : Ischulla (la Isla) de Domingo Manfredi  - 1950-

 

 

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