sábado, 14 de abril de 2012

LAS GUERRAS ENTRE LOS BUBIS MANUSCRITO DE UN ESCOLAR- 1911






















 No me extraña que con tanta montaña la tradición cuenta que en tiempos remotos los bubis se comunicaban por el silbo, ya que era la forma más rápida de llegar la noticia. Con el tiempo el tambor se impuso





LAS GUERRAS ENTRE LOS BUBIS- MANUSCRITO DE MOKA

        ESCRITO POR UN COLEGIAL DE MUSOLA EN 1911



Yo soy de Relebó de Balachá. Según me ha contado mi madre, en los tiempos pasados de los bubis, la isla estaba más habitada que ahora. Solamente en el caserío de Relebó, en el que ahora hay apenas 20 hombres, contaba antes más de 200 habitantes.



Los bubis se dividen en muchas familias. Ombori comprende los pueblos llamados Babiahoma, de Relebó, Roymeriba y Rachá y los pueblos llamados Balachálachá con tribus que reciben el mismo nombre. La familia de los Baloketo comprende los pueblos de Musola, Rilaja, Rilako, Holoita, Bombe, Risule, Maddo y Moeri. Estos pueblos tenían antes muchos habitantes, pero a causa de tantas guerras, como había entre Baloketo y Ombori, no quedan ya ni siquiera la mitad.



Mi madre es acreedora de estas guerras, porque ella nació en Rilaja por haber sido raptada su madre por la gente de Baloketo en una guerra que tenía Rilaja contra Relebó. Más tarde pudo escapar su madre- mi abuela- a su pueblo, que era Relebó.



Pero nunca ha faltado en este país quienes conserven la ley de diferentes modos. Como hubo muchas guerras tampoco faltó quien velase por la paz. En los tiempos guerreros, la gente de Moka fueron los más valientes. Como llenaron con sus victorias la isla, quedaron dueños de la isla entera y ellos empezaron a conservar la ley en todas partes. Para esto eligieron a un hombre valiente llamado Bilobbe, no el jefe supremo, sino el jefe solo de los pacificadores.



Bilobbe era de tan mal humor que nunca se ha visto otro igual. Prohibía los homicidios. Si uno había cometido homicidio venía enseguida a su pueblo, y hacía mil destrozos, no perdonando cabras, ovejas, ni gallinas aunque estas no fuesen del criminal. Para esto contaba con un ejército poderoso, que en bubi se llama ijua, que quiere decir hombres militares que proceden del estado mayor.



Cuando viajaba de Moka a estas partes, quien lo viese y no lo saludaran con mucha humildad, sería reo enseguida de terribles multas; cogerían las cabras del poblado, sin que nadie osara el dar la mejor queja, antes al contrario habían de mostrarse agradecidos al ejército poderoso.



Por último actuaban también en cualquier riña, como en el homicidio. Mas esto no era buena justicia porque no hacían sino aprovecharse de su poder y darse a conocer como los más poderosos.



En Balachá sin embargo, nunca pudo entrar la ijua. Según dicen ellos, era porque en gran morimó Lombé, ayudaba a los suyos de Balachá.



Pero, a pesar de que los de Moka hacían conservar la ley, ellos se mataban unos a otros y nadie les castigaba por esto. Gracias a la divina providencia, que vinieron los extranjeros. Desde entonces han ido dejando estas costumbres por temor a los españoles; nunca se han atrevido a desobedecer a la justicia europea, sino fuera por las continuas burlas que les hacen los krumanes, diciendo que los bubis son cobardes. Por estas injusticias hoy día los de Balachá no quieren obedecer al Gobierno.



MI COMENTARIO



Ese último párrafo en que agradece a los españoles que no haya luchas y justifica el enfrentamiento a las autoridades por las burlas de los krumanes (extranjeros que trajeron los ingleses de funcionarios para el Tribunal de la Represión contra la Esclavitud, y después por los españoles como mano de obra para las fincas de cacao), se nota influido por sus maestros en el colegio, los misioneros.



Fernando el Africano Barcelona a 14 de Abril 2012

( Copiado de la Revista La Guinea Española enero 1960)

1 comentario:

Félix Corral (Pantone) dijo...

Me encantan estas historietas de la Guinea profunda. Muchas gracias Fernando por toda la información que nos subes al blog.
Espero seguir leyendo durante mucho tiempo tus entradas.

Un fuerte abrazo