BALELE 1947
ASOCIACIONES SECRETAS AFRICANAS
Vuelvo a sacar del manantial del conocimiento que refleja el
libro Los Pámues de Nuestra Guinea, escrito en 1946, por el doctor en derecho
don Luis Trujeda Incera, que estuvo de administrador territorial en Nsok y
Niefang , unas conclusiones del capítulo titulado La Superación de los Círculos
de Consanguinidad.:
Podemos referir las asociaciones secretas a tres tipos
fundamentales: Corporaciones profesionales, asociaciones de protección y sectas
de brujos antropófagos.
a)
Corporaciones profesionales.- El repertorio de
actos técnicos del pámue es muy reducido y fácilmente asimilable por la población. Sin embargo ciertas técnicas
han quedado circunscritas a determinados círculos y reservadas a ciertas
personas, siendo castigados los que vulneren su reserva con serios castigos. Su
conocimiento depende de potencias invisibles que se heredan o les son
transmitidas con sortilegios adecuados, y así se vinculan a familias por
herencia, las técnicas de curanderos, adivinadores, forjadores, bailarines, cazadores de ciertos
animales etc. Las obligaciones de los miembros se reducen a deberes de
hospitalidad, protección y rituales de ceremonias.
b)
Asociaciones de protección.- Contra la actuación
intencionada y malévola de las potencias invisibles. Las hay de todas clases y
categorías, las más conocidas corresponden a la serie ngü, *la fuerza.
El principio de un animal (secta
del ngü,* el gorila) o el alma de un muerto prestigioso,
Lo esencial en estas sociedades
es que, a cambio de ciertas prohibiciones observadas, de las ceremonias
rituales y de los sacrificios, acaso humanos, ofrecidos, la potencia vinculada
dotas a los miembros una protección especial que les protege de las acometidas
de brujos mal intencionados.
El miembro destacado de una
poderosa sociedad ngü* se siente inmune ante las enfermedades y adquiere una
mayor valentía para afrontar los peligros. Si sucumbe no es que haya fallado la
protección, es que él no ha cumplido una de sus normas.
En casos extraordinarios puede
entrar en sus ritos el sacrificio humano y en consecuencia la antropofagia.
No hay que olvidar la creencia
total de que al comerse una parte del individuo se adquieren sus virtudes, si
es de un gorila su fuerza y del cerebro de una persona su inteligencia. Toda
parte de un ser es como si fuera el mismo. Eso también se aplica a la
hechicería para perjudicar a una persona. Entregando el cabello, la uña o una
prenda de vestir a un brujo este actúa sobre la misma, como si fuera el mismo
sujeto.
La conocida secta del Mbueti o
Mbiti, tiene su origen, al parecer, en una asociación de este grupo.
c)
Sociedades de brujos antropófagos.- Penetrar en
los secretos de estas sociedades es muy difícil, el secreto es total y exigido
a sus iniciados. Quien vulnere el secreto morirá irremediablemente.
Los fang reúnen estas sociedades con el
nombre de evú. El evú es un ser misterioso y potente capaz de producir
enfermedades. Los nlén o brujos mantienen las relaciones y el poder de estas
sociedades.
Los nlén se reúnen en grupos autónomos por
comarcas. No se sabe mucho de su jerarquización por el secreto de esas sectas.
La antropofagia desempeña en ellos un papel fundamental.
El negro estima que se asimilan las
propiedades de la cosa ingerida en determinadas condiciones. Comiendo carne de
un animal o de una persona se ingieren sus propiedades.
Esta es la base de la ceremonia
fundamental. Siempre que existe victima propicia a repartir el brujo encargado
de ello convocará a los restantes iniciados al festín. Toca para ello un cuerno
(akú) de sonido característico, cuyo toque no pueden oír sin estremecerse. El número de llamadas depende de la
dispersión de los iniciados. Tras la última llamada los nlén se reúnen en un
lugar previamente determinado, La ceremonia tiene lugar una noche de luna
llena.
Una vez reunidos, el que ha ordenado la
convocatoria toma la palabra. Indica el cadáver que ofrece al reparto. Si es
aceptado se nombran las personas que han de acompañarlo al desenterramiento y traslado. Verificado
esto, se procede al descuartizamiento y reparto, que se hace según las reglas
establecidas. Cada miembro de la secta tiene, con arreglo a su posición
jerárquica, determinada una parte fija del cuerpo. Está prohibido comer una
parte distinta. La sangre y las vísceras son ofrecidas al evú.
La ceremonia transcurre silenciosa. El
banquete de carne humana no se consuma en ella. El festín tiene únicamente un carácter simbólico. Los cantos se limitan
a una letanía de invocaciones, sorda y monótona. Se hace gran uso de brebajes
excitantes que producen un estado especial de frenética exaltación.
Todo el que participa de un banquete tiene
la obligación de aportar a su vez una
víctima, cuando en turno le corresponde. Esta se elige casi siempre entre
familiares o incorporados al grupo. Si no falleciere naturalmente ninguno
durante el periodo de la obligación, habrá que acudir a la intervención del
veneno en cuyo manejo los nlén tienen gran habilidad. La determinación de la
víctima ha de someterse a la aprobación de la secta. Si no se hiciese la
obligada aportación de carne humana, el obligado haría que pagar con su persona
la deuda, sería víctima de sus compañeros, que se repartirán en ceremonia
extraordinaria. Esta tiene también lugar a la muerte no provocada de cada
miembro de la secta.
El hueco dejado es cubierto por el heredero
principal del muerto, quien asume todos los derechos y obligaciones de éste.
Las deudas de carne humana y los derechos a participar en las aportaciones de
los demás se van transmitiendo generación tras generación en incesante
encadenamiento.
MI COMENTARIO.- * el autor escribe ngü, aunque siempre he
visto escrita esta palabra como ngí. Y así suena en la conversación.
Lla evolución del mundo, en parte por la
televisión y la escritura, ha hecho cambiar los principios de estas prácticas cavernícolas.
Fernando García Gimeno
Barcelona a 2 de julio 2014
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