LA ARDILLA VOLADORA
En el libro
La Vida Animal en la Guinea Española, publicado por el Instituto de Estudios
Africanos en Madrid 1962, el escritor padre claretiano Aurelio Basilio, que era
profesor de Historia Natural en el Seminario de Nuestra Señora del Pilar
(Fernando Poo), relata un cuento pamue cuyo fondo moral y humano es muy interesante,
así que resumiendo el mismo lo voy a narrar.
Refiere una
leyenda pamue que en una ocasión apareció en el bosque, junto al tronco de un
helecho arborescente, el cadáver de una ardilla voladora. Cuando la vieron los
primeros animales que pasaron por allí dijeron: Que la entierren sus hermanos,
así que avisaron al grompi y le dijeron : Vete a enterrar a tu hermano que
acaba de morir. Acudió presto el grompí y después de examinar atentamente el
cuerpo, dijo: se parece mucho la cabeza, pero las alas son de un murciélago o
un pájaro, así que no me corresponde a mí enterrarlo. El murciélago dijo que
ellos no tenían la cola tan larga, otros que llamaron fueron los pájaros, y
estos concretaron que sus especies no tienen dientes. El pangolín al que
también llamaron manifestó que ellos no tenían alas.
Por fin
convocaron a todos los animales de la selva, y uno tras otro fueron concretando
su diferencia con el fallecido, que ya empezaba a oler su cadáver. Terminando
por corromperse su cuerpo y no verter nadie un puñado de tierra sobre su cuerpo
muerto.
Semejante leyenda,
es con la que los pamues quieren significar que una persona que se enorgullece
de pertenecer a varias tribus, pero si se encuentra en apuros y solicita ayuda
o auxilio, todos se excusarán por no pertenecer a su familia, que es donde
tienen que buscar la ayuda. Uno no tiene
que presumir de tener muchos amigos, ya que sobran dedos en las manos para
contar los verdaderos.
fernandoelafricano.blogspot.com
Madrid
a 28 de noviembre de 2016
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