Mi primer disfraz de teatro, con mi hermana Paquita y mi prima Paquita Paz
CHARLA EN LA
UNIVERSIDAD DE BARCELONA-. CAPÍTULO 9
En el
deporte, tanto en la selección de futbol como en la de baloncesto, donde fui
capitán muchos años, estábamos mezclados, aunque hay que reconocer que los que
jugaban al fútbol eran emancipados, en cambio en la de baloncesto estábamos
totalmente mezclados sin distinciones.
La política
colonial española, en principio no hizo caso absoluto a aquellas posesiones, en
parte porque había hecho el cambio con
Portugal a cambio de otras tierras en la zona de Brasil, con la intención de
poderse abastecer de esclavos en esta zona de Guinea, pero tuvo la desgracia
que al demorar su dominio se aprobó internacionalmente la Ley de la Represión
de la Esclavitud y eso le arruinó su negocio, hasta que en la posguerra, vio
que podía ser un filón de materias primas, como aceite de palma, yuca, cacao,
café, banana y maderas.
En los
primeros años de la Colonia al darse algunos casos de compra de terrenos por
parte de europeos, mediante el préstamo de dinero vinculado al aval de la
propiedad, se establecieron una serie de legalismos basados en las Leyes de
Indias, de tal forma que los negros estaban divididos en dos grupos, los
emancipados que en cierta manera tenían los mismos derechos que los blancos y
los no emancipados que no podían vender o comprar sin permiso o el visto bueno
del Patronato de Indígenas, lo que obligaba al africano a una buena conducta y
unos estudios mínimos para poder ser considerado emancipado, esa discriminación
entre blanco y negro no traía grandes tensiones, pero si una desventaja para el
natural de aquellas tierras, dándose casos paradójicos. Por ejemplo en los colegios.
En el Instituto de Enseñanza Media Ramiro de Maeztu, teníamos las clases mixtas
a todos los efectos, en cambio en el cine, los negros no emancipados estaban
separados por una barrera de los blancos.
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