viernes, 23 de septiembre de 2022

CAPRIMERA EXPEDICIÓN A UREKA

 

PRIMERA EXPEDICIÓN DE LOS ESPAÑOLES A UREKA

 

 

Los datos del presente texto están extraídos de la revista La Guinea Española que publicó desde 1903 hasta 1969, datos y costumbres de los habitantes de la actual República de Guinea Ecuatorial. Estos datos los escribía el padre Aymemí que vivió más de 43 años en esa zona.

 

 

Ureka una de las regiones más espectaculares de la isla de Bioko. Ya en bubi Örekka significa lugar lejano, hasta hace poco según creo, no existía un camino fácil de llegar, tanto partiendo de Moka por la zona del lago como por Balachá, Riokoritcho y peor aún por Riabba. El viaje por mar es un desafío a los marinos por sus acantilados y mar bravía.

Los ríos vierten sus aguas como cascadas que desean regar sus playas, las tortugas de carey desovan en  las mismas, y ocultan sus huevos con sus aletas inútilmente. Sus habitantes siempre han sido unos excelentes cazadores y atrevidos marinos.

En el siglo XIX sus pobladores estaban distribuidos en 9 poblados, ya en los albores del siglo XX se había reducido a dos, Arijá y Mobbechuè, hoy en día es San Antonio de Ureka su única población.

Con deseos de conocer y fijar sede católica en esa zona desconocida para los españoles, el 7 de enero de 1896, partieron de Batete el padre Aymemí,

El padre Gaspar Pérez, un bracero y tres colegiales rumbo a Riokoritcho donde pernoctaron. Su llegada al poblado produjo alarma en sus pobladores, y iniciaron una serie de preguntas a los misioneros, tales como:  ¿ Donde Van?, ¿ Cual el es motivo de la visita?, . Cuando en la intimidad preguntaron al bötùkku del poblado el camino de Ureka que es donde deseaban ir, este se negó en un principio ya que los urekanos no querían bajo ningún concepto recibir visitas de los potó (extranjeros), en parte porque en sus playas habían albergado esclavos huidos de Santo Tomé y Angola y aunque la esclavitud estaba abolida no se fiaban de los potó. Al fin el jefe del poblado accedió a indicarles el camino, con la condición de que no les dijeran a los urekanos quién les había facilitado la orientación.

 

Iniciaron el camino que les indicó el bötùkku ,de madrugada, los monos saltaban como saludándoles desde las ramas de los árboles, los faisanes parecían mensajeros dispuestos a llevar la noticia de su llegada, piedras, barro y ramaje obstaculizaban el camino.

En un cruce  existían dos camino que iban hacia la playa, uno llevaba a Orome y el otro a Mobbechué, también llamado Ureka Potoki (ya que había acogido a varios huidos de Santo Tomé que hablaba portugués - potoki-). Cogieron este último.

 

Por fin llegaron a la entrada del poblado todos mojados por haber soportado un fuerte aguacero. En principio no salía nadie, después de media hora de espera mandaron a uno de los muchachos para que llamara al jefe del poblado. Apareció una mujer manifestando que los hombres estaban en el bosque recogiendo vino de palma y ñames, y en el poblado solamente había niños y mujeres.

Al final ya muy tarde aparecieron algunos hombres y volvió el interrogatorio. ¿De donde vienen? ¿Por donde han pasado? ¿Quien les ha indicado el camino? ¿A que vienen? ¿Para que llevan una escopeta? Sentados en las rocas de entrada al poblado se hacia de noche y estábamos fatigados, mojados, hambrientos y se lo expusimos. Nos dijeron que como no estaba el jefe del poblado no les podían permitir la entrada en el mismo. Llegó un momento que tuvimos que amenazarlos de que daríamos cuenta a la autoridad española y tomarían represalias contra ellos. Al final el hijo del bötùkku asumió la responsabilidad de acogernos contra la voluntad de su padre, que fingiendo ser uno de sus habitantes era el que nos interrogaba.

Dos días permanecieron en el poblado y aunque los urekanos eran reacios a

Las explicaciones de los misioneros y aducían que sus böribbò ya cuidaban de ellos y no precisaban de otra religión ni de la palabra de Dios. Al fin tal vez penando en la parte positiva de la educación de sus hijos y las visitas médicas aceptaron una nueva visita de los misioneros.

Muchas visitas hicieron los misioneros a esa zona, aunque los primeros años, existieron periodos largos sin visitas, en muchos casos por fallecimiento de los misioneros.

La dificultad del camino era un impedimento importante. Algunas veces como en 1918, la embarcación que llevaba al padre Quiroga naufragó antes de llegar a  Mobbechuè y los misioneros tuvieron que pasar la noche en el bosque y reanudar la marcha por la mañana.

Recuerdo que en mis primeros años en Bioko, vino un grupo de Hermes Films para filmar reportajes de Guinea, a su director Manuel Hernández Sanjuán y su equipo,  les acompañaron como conocedores del terreno, el delegado de Industria Eduardo  Cárcamo y su mujer  Pilar, a la entrada de la ensenada de Ureka una ola de mayor potencia los hizo naufragar. Contaban los rumores en la isla, que gracias a Pilar excelente nadadora no se ahogaron algunas personas, ya que los rescató entre las turbulencias marinas.  

Aunque hace 47 años que no estoy en Guinea, sigo día a día la vida de mi añorada Guinea, y tengo entendido que están terminando una carretera de circunvalación que pasará cerca de San Antonio de Ureka. Ojala eso beneficie a los pobladores de esa zona. .   

 

 

Fernando el Africano

Barcelona a 22 de septiembre de 2011-

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