GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL –IV
(La Guinea Española 10.07.1915)
El
día 27 del pasado, a eso de las diez de la mañana presenciamos el bochornoso
espectáculo de ver secuestrado nuestro vapor correo peninsular y conducido a
Duala escoltado por tres barcos de los aliados. Llegado a Duala quedó rodeado
de 7 barcos para la pesquisa, digo el latrocinio, que se habían propuesto
perpetrar y que contra todo derecho de neutralidad llevaron a cabo los aliados,
robando 1.083 bultos de víveres, conservas alimenticias, arroz, harina, azúcar,
procedentes de puerto español con destino a puerto español y consignados a
súbditos españoles. Los destrozos ocasionados en todo el cargamento que
ascendía a más de 24.000 bultos, no es para ser referido, solo para vituperar
el agravio a nuestra bandera y protestar por tal atropello. Para el
apresamiento del Panay muchos días antes estuvieron merodeando nuestro puerto,
llegando hasta boyas, un remolcador armado, según datos fue el mismo de la
famosa aventura del Mediterráneo en aguas jurisdiccionales, como era la zona
invadida para registrar nuestro puerto.
Satisfechos
deberán estar a estas horas los comandantes y oficiales de tales barcos
guerreros por una hazaña tan significada.
El
territorio del Kámerum, a pesar de los 20.000 hombres del desembarco, lo cual
no impide que de cuando en cuando sufran serios contratiempos de parte de los
contados alemanes que pueden proseguir defendiendo con las armas su
territorio., como sucedió no ha mucho en la región de Eseka entre Edea y
Yaunde, viéndose los aliados a retroceder varios kilómetros.
No
contentos los aliados con su hazaña realizada con la presa del Panay, quisieron
completar su befa al pabellón español , así pues, habiendo llegado a Río Campo
el vapor ínter colonial “Antoñico” ( que ya lo deberían conocer los aliados) en
aguas jurisdiccionales de nuestro Continente fue detenido y por más que toda la documentación estaba al
corriente, quisieron nuestros cariñosos vecinos occidentales, que el capitán y
la tripulación del “Antoñico” se enteraran de las nuevas normas restablecidas
por los aliados, así conducido nuestro vapor a Duala, fue minuciosamente
registrado casi por dos días, resultando encontrar de flagrante contrabando dos
cajas y unas planchas de cobre, de zinc liso, las cajas contenían unas cuantas
libras de chocolate y otras tantas de quinina, precaviendo que los de Bata
podrían engolonosinarse con el chocolate y acaso con la quinina producirse
demasiados zumbidos de oídos , dijeron que su conciencia les urgía prevenir
aquellos males y por lo tanto se quedaban con el chocolate y con la quinina.
Por lo que respecta a las planchas lisas, que eran para forrar un bote del
subgobierno de Bata. Unos pareceres, unos afirmaban que tales planchas se
convertirían en cápsulas para fusilería, otros defendían que estaban destinadas
a cascos de una división de Hulanos que opera en el Kamerum. Resumiendo que
fueron decomisadas.
(10.09.1915)
Llegado
de Duala el intercolonial “Antoñico” , se confirma su apresamiento militarmente
en aguas españolas y poco menos que saqueado, los desperfectos y roturas de
cajas y envases, así como el robo de víveres, 800 sacos de sal, y cuanto les
vino en gana. Al día siguiente en Bata un barco inglés desembarcó para
establecimientos ingleses, 2.000 sacos de sal y abundancia de arroz. Lo que se
tendría que hacer en toda la
Colonia es un boicot al comercio inglés en la colonia, por ser
el único elemento de defensa disponible ante el robo de los aliados de las mercancías
españolas.
Ha
atracado el nuestro puerto el vapor inglés “Appam” que trajo algunos pasajeros
para esta, llevando gran cantidad de material y personal de guerra para Kamerun
en calidad de transporte.
(25-10.1915)
El
viaje del Ciudad de Cádiz, uno de los pasajeros interrogado por nosotros nos
manifestó que salieron de Barcelona el día 2 de septiembre, al pasar el
estrecho de Gibraltar, los ingleses desde el peñón examinaron con cuidado, por
medio de potentes reflectores, nuestro barco y luego se dirigió hacia nosotros
un torpedero haciéndonos señal de pararnos, después de una entrevista con el
capitán, nos dejaron proseguir la marcha.
En
la mañana del día 18 entramos en Free
Town, Sierra Leona, después de haber cargado agua y carbón, vinieron unos
agentes de aduana, con la correspondiente policía, unos cincuenta morenos
custodiaron el barco día y noche y además hicieron desmontar y sellar la
telegrafía sin hilos. Descargaron toda la carga de nuestro barco, llevándosela
a la Aduana ,
registrándola minuciosamente y la volvieron otra vez a bordo. En dichas
operaciones emplearon diez días. Señalando el día 1 de octubre para la salida.
Cuál fue nuestro desencanto cuando en la madrugada de dicho día prendió fuego
en la carbonera, producido por los gases del carbón. Esto obligó a Descargar todo el carbón, a fin
de sofocar el voraz elemento, y luego volverlo a cargar. De ello resultó que
hasta el día 5 no pudimos salir, pero con tal desventura que a los pocos
minutos tuvimos una avería en las áncoras. ¡Otras tres horas de parada!,.
En
Monrovia recogimos braceros para la
Colonia y lo mismo hicimos en cabo Palma, a la salida con
nuevas averías. Llegando a Santa Isabel el día 12 de octubre, tras CUARENTA
DÍAS, de penosa navegación y otro nuevo registro en las cercanías de la Isla.
Cuatro
detenciones por los aliados tuvimos en el viaje, sufriendo robos, desmontaje de
antena de radio, destrozo de mercancía,
y desprecio a la neutralidad española.
El
día 24 de Noviembre, ancló en nuestra bahía el cañonero inglés Rinaldo,
trayendo a esta, dos hermanos misioneros y tres religiosas que residían en la Misión de Dschang a 270 kilómetros hacia
el norte de Duala, los cuales fueron capturados por los ingleses. De sus labios
hemos oído que hubo un encuentro por aquellas regiones de 800 soldados ingleses
en su mayor parte de la India
y unos 50 alemanes al principio, que luego llegaron a un centenar. A pesar de
tener aquellos 8 ametralladoras y varios cañones y estos solamente fusiles del
antiguo modelo, sin cañones ni ametralladoras , resistieron durante dos
semanas. Después vencieron los ingleses y su botín fueron los 2 hermanos y las
tres religiosas. Durante tres semanas han estado rodeados de bayonetas inglesas,
sin embargo los soldados les han robado sus baúles y maletas, la quinina,
palancas y libros de meditación.
MI
COMENTARIO
Aunque
no había nacido en esa época, si tuve la oportunidad en la Segunda Guerra Mundial de
experimentar algo similar. En mi primer
viaje a Guinea en 1942, nos obligaron a entrar en Gibraltar y tener un pequeño
registro. Así mismo tuvimos que entrar en Accra para dejar a unos ingleses que
habían subido en Gibraltar. En plena travesía atlántica un submarino nos hizo
detener y subieron a bordo, aunque si no recuerdo mal eran alemanes. Así mismo
recuerdo en las cercanías de la bahía de Santa Isabel, una pequeña flota aliada
de barcos de guerra, vigilando en la lejanía, según decían los entendidos,
esperando la salida de un submarino alemán que se había refugiado en nuestras
aguas.
Fernando
el Africano 17 nov. 2011
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