GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL-V
(La Guinea Española
10.02.1916)
Ha llegado a nosotros la
noticia de un radiograma del general Dovel anunciando que se podía llevar
libremente víveres a los alemanes refugiados en Bata.
La miseria allí es espantosa.
El extenso campamento es insuficiente para contener el creciente número de los
que allí buscan asilo, no por huir la guerra, sino para escapar de la muerte
segura por hallarse heridos o enfermos a consecuencia de la falta de víveres y
municiones. Mientras tanto un puñado de valientes capitaneados por un héroe
luchan con las fatigas, el hambre y la enfermedad más acaso que con los
enemigos; y por más que ya no les queda sino un estrecho rinconcito de tierra,
no quieren abandonarlo hasta consumir la última esperanza.
Esta vez el lance le ha
tocado al “Villaverde”. Hallábase el día 3 dispuesto para zarpar de vuelta a
España, cuando por disposición gubernativa quedó aplazada la salida hasta nueva
orden, mandándole ir a Bata a recoger los alemanes que allí se hallaban.
Convenida la internación a
nuestro territorio marchó el “·Villaverde” a cumplir su cometido, y en su
primer viaje nos trajo el día 7, unos 112 europeos con 500 indígenas cargadores
y soldados.
En un principio tuvo gran
revuelo la noticia de la desaparición de “Apam” hermoso barco inglés recién
construido que nos había visitado varias veces. Díjose que una tempestad lo
había echado a pique, hoy confirmada la noticia por ingleses y alemanes, ha
llegado la legendaria proeza de un submarino que intima una orden al ingente
trasatlántico tripulado por 400 hombres, y hallando que unos 70 eran alemanes,
sube a bordo un oficial y cambiando la bandera inglesa por la alemana, conduce
el barco a playas de América, dejándole en buen recaudo en Newport.
El 29 del pasado mes, vino el
guardacostas inglés “Lagos – Remus”, trayendo dos padres misioneros de
camerones que habían tenido la residencia en Yaunde, donde fueron hechos
prisioneros al ser tomada aquella posición por los aliados.
NOTAS DE BASILÉ (25-02-1916)
Pocas veces se ha observado
tanto movimiento y animación en Basilé, como en estos días. Se ha pintado
enteramente el cuartel, se han arreglado algunos desperfectos y ha sido
habilitado para alojar buen número de personas. También se ha conducido a él,
el agua por medio de cañerías.
El objeto de tales reformas
es para poder alojar a los muchos alemanes que se espera llegarán en el próximo
viaje del “Villaverde” que ha salido de Bata para conducirlos aquí. Con este
mismo fin se ha pintado y amueblado la casa del Gobierno del poblado. También
para lo mismo la casa que la Compañía
Trasatlántica tiene en su finca de Nuestra Señora de la Paz.
Los trabajos preparatorios
del ferrocarril que en breve ha de unir Santa Isabel con Basilé, siguen con actividad.
Salidos ayer de Bata, han
llegado hoy en el vapor “Manuel L. Villaverde”, 160 alemanes que con su
dignísimo gobernador e invicto capitán Karl Ebermaier se ponen bajo la tutela
de nuestro señor Gobernador. Dicen que al salir el Villaverde, ya tenía el
Antoñico más de 40 alemanes a bordo, además del largo séquito de cargadores y
tropa indígena.
Anclado el buque se personó
en el muelle nuestra primera autoridad para recibir al egregio personaje. A
bordo de la lancha automóvil de Obras Públicas, fue el capitán de la Guardia Colonial
señor Tuser para saludar y acompañar al señor Ebermaier. Al llegar al muelle
fue saludado por la Banda
y Cornetas con la Marcha Real
Española, en medio de la admiración de la muchedumbre, subió a la jardinera del
tren cremallera, llegando en breves instantes a la esbelta Plaza de España.
(25.03.1916)
Siguen arribando a la bahía
de Santa Isabel los vapores Antonico y Villaverde repletos de nuevos internados
y deportados alemanes, así como indígenas de la tribu fullah kamerunesa.
El día 22 apareció
mayestático y airoso en nuestra bahía el hermoso crucero Extremadura,
construido en los arsenales de Cádiz y botado al agua en 1900. Tiene un
desplazamiento de 2134 toneladas con una dotación mínima de 266 hombres. Al dar la bienvenida a nuestros ilustres marinos hacemos votos para
su estancia en esta Colonia.
MI COMENTARIO
Sigue la vocación germanófila
del relator, aunque me inclino más por elo aspecto religioso. Los alemanes casi
todos eran católicos y los ingleses protestantes, además en sus primeros años
en Guinea los claretianos habían tenido que luchar con la tendencia de los
krumanes residentes en la isla, todos ellos anglicanos.
Al principio la llegada de
refugiados no significó problema, pero más tarde se tuvieron que habilitar
verdaderos poblados y hasta hospitales. Presumo que tendrían que habilitar
huertas de yuca y malanga para alimentar a tanta gente.
Fernando el Africano –
Algete 19 noviembre 2011
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