domingo, 27 de noviembre de 2011

GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL -VI


GUINEA Y SU ENTORNO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL –VI

Abril 1916

Los hidalgos correos de la Compañía Trasatlántica, en sus numerosos viajes a Bata han transportado a un pueblo que yacía en lamentable miseria. Émulos de sus proezas los vapores Antonico y Mediterráneo, allá fueron con muy buena voluntad, mayor sin comparación que los angostos senos que los moldearon sus constructores, han ido día tras día con la constancia de una hormiga labrando la felicidad ajena en repetidos viajes.   
Bien pudimos darnos cuenta de la magnitud de la empresa al ver interminables filas de seres famélicos y andrajosos que iban subiendo la penosa cuesta que arranca desde el mismo muelle. Dato revelador de su miseria es el afán con que se entretienen en mondar los troncos de la caña brava que infesta ribazos, y prepararla a su estilo para cocinarla y que les sirva de alimento.

Atareados se les ve estos días paseando en interminables hileras sus enormes cargas de hojas de plátanos, palmera, y estacas con que han de formar sus exiguas y miserables chozas. Lástima da ver a esa multitud que no bajará de unos ¿15.000? , acampados en extensísimos campamentos bullidores y ocupados como laboriosas abejas en acarrear leña, víveres y material de construcción.

Nos hallamos en el periodo álgido de preparación de la magna expedición germana a tierras de España, conducida en los dos hermosos correos Panay y Cataluña y escoltada por el crucero Extremadura. Hay que ver lo movido de la vida y opinión isabelina conforme se acerca el día del embarque.

Mientras tanto por si nos quedábamos a oscuras ha venido a ayudarnos el gran buque mercante inglés Bassam con notable cantidad de cajas de petróleo.

(25.04.1916)

¡Se fueron ya! Y la extensa planicie que abarcan nuestros ojos ha dejado borrar las huellas de su paso, y nuestra alegre bahía de nuevo se ve desierta sin rastro de la pasada animación que le prestaban tantos barcos anclados en el recinto.
Contentos los alemanes, que se marchaban y algo más los que con su ida quedamos un poco desahogados; fue el derroche de entusiasmo y animación, los días aquellos del embarque y salida.
Omitiendo la tripulación y algunos soldados del crucero Extremadura puestos en cada barco para asegurar el orden, resulta que el Panay se comprometió con 296 y su compañero el magnífico Cataluña con 561. Hay que ver lo que suman y lo que supone 857 hombres de más para unos y de menos para otros.
Nadie, empero, vaya a creerse que al fin hemos vuelto a quedarnos como en tiempos de la Arcadia feliz, 17.000 nos restan todavía, si no tan costosos por lo menos temibles por el cúmulo de miserias a que siempre está expuesta la vida de los indígenas, máxime no abundando el chopi chopi (comida)como ellos en su jerga dicen.
Sus recelos inspiran el empeño del Gobierno en acondicionar su modo de vivir en habitación y alimento con tanta mayor urgencia, cuando se acerca la funesta temporada de las lluvias, tan expuesta en la vida indígena a catarros, pulmonías y otras enfermedades mortales.
Parece que se va abriendo la feliz idea de poblar esta isla, con los restos de esta desgraciada tribu de camerones, para constituir el engrandecimiento y adelanto de nuestra agricultura, tan necesitada de robustos brazos.
Varios son los viajes que han ejecutado nuestros vapores inter coloniales. De ellos los más sobresalientes por la novedad han sido por dos veces recoger y llevar telegramas oficiales a Duala, y el del Antonico que nos ha traído de Bata otra buena remesa de camerones.

MOVIMIENTO MARÍTIMO

Pasaje alemán europeo embarcado para Cádiz el 16 de abril de 1916:

En el vapor Cataluña……………   561.--
En el vapor Isla de Panay……….   206.—
                                                       _____
Total …………………………….  857.--  (9 son indígenas)

Pasaje indígena conducido desde Bata a Santa Isabel:

En el vapor M.L. Villaverde……..2.882.--
En el vapor Cataluña……………. 8.821.--
En el vapor Isla de Panay……….. 3.101.—
                                                       ________
Total indígenas………………….14.804.—

Como no podía ser menos, al entrar en la isla cerca de 1.000 alemanes, que se establecieron en Santa Isabel, algunos en Basilé y otros en San Carlos, no bien nutridos durante los veinte meses de guerra y bloqueo, escasearon los víveres para los demás europeos. Apenas se encontraban en los comercios artículos de primera necesidad para la alimentación del europeo, merced al injusto trastorno sufrido en más de un año por nuestro comercio, con tanta detención, revisión y retraso de barcos, y aún a precio de oro, como suele decirse. Nuestro gobierno con brevedad envió a los vapores Cataluña, Isla de Panay y el crucero Extremadura, con alimentos y ello unido a la salida de la magna expedición germana de 860 internados, alivió algo la situación, pese a que todavía quedan entre nosotros 150 alemanes internados.
Desde la salida de la expedición alemana transcurrieron veintidós días, esperando nuestro pobre estomago la llegada de algún barco. En la mañana del día 8 de mayo, todos respiramos ya alegres, aunque luego se esfumó la alegría al ver que el vapor Villaverde no traía más que arroz, pescado salado o seco, tabaco y harina, para ponerlo a disposición del Gobierno. Con esto se remediaba en parte el hambre de los morenos, pero no las duras molestias de los europeos. Otra vez pues sin jamón, garbanzos, sin tocino o cosa equivalente para el puchero. Sabemos de algunos que han tenido que echar mano, a falta de bacalao del tiburón salado que viene para los morenos, del aceite de palma, del plátano, de la malanga, y quiera Dios que no falten estos recursos.
A falta de pescado y so pena de enfermar los braceros, vense los propietarios en la precisión de  darles libertad parte del tiempo laborable para que con su industria se hagan de algún grompi (rata de bosque), ardilla o reptil, langostinos, cangrejos, caracoles, ranas etc.
Por el hambre se han tenido que cerrar algunos colegios.
La plaga de langosta es la llegada a la isla de 17.000 camerones, alojados en su inmensa mayoría, en sus limpios y alineados campamentos a las afueras de Santa Isabel. Esta avalancha de extranjeros ha causado la carestía y horrorosa subida de precios en las factorías, claro que los comerciantes han hecho su agosto con los precios. La carestía de plátanos y demás alimentos indígenas es debido a que pese a la feraz vegetación de la Isla, no está preparada para alimentar 17.000 nuevas bocas.
Así se ve numerosos grupos de veinte, y hasta cuatrocientos hombres, mujeres y niños llegar a los poblados bubis, con el saludo “plantí” (plátano) al propio tiempo que alargan alguna moneda de plata.
Nada decimos del asalto a los riachuelos para apoderarse de los pececillos, incluso llegando a desviar la corriente del riachuelo para hacerse con la codiciada presa. 
Sabido es que los indígenas de nuestra isla cubren sus chozas o viviendas con bambú o nipa, o sea con las hojas de esta planta cosidas o entrelazadas entre si con la corteza de las ramas. Los tejados o cubiertas así construidos y bien cuidados, dura poco más de dos años, al cabo de ese tiempo tienen que ser renovados. Pues bien la construcción de los campamentos para extranjeros, les impedirá renovar a los bubis sus casitas en unos tres años por lo menos.
En pos de los camerones han venido unos molestísimos huéspedes, como son la plaga de moscas y tábanos.

MI COMENTARIO

Hay que comprender que en aquella época la Isla, tendría un máximo de 25.000 personas de las cuales entre 15.000 y 20.000 de bubis (nativos), así que la llegada de 17.000 camerunenses representaba un porcentaje muy difícil de asumir para las huertas y canales de abastecimiento limitados que existían en aquel tiempo. Lo mismo pasa con los alemanes que llegaron a una cifra cercana a 1.000. En la Isla es seguro que no existía tal número de población europea.

Habla el escrito que la población europea tuvo que recurrir a utilizar productos del país para su alimentación, como la malanga, yuca, incluso tiburón. Personalmente padecí o disfruté según se mire, ese mismo problema en la Segunda Guerra Mundial, en que no llegaban a Guinea, patatas y otros comestibles españoles y la yuca y la malanga era habitual en nuestra alimentación, o el plátano frito, y entre los animales marinos, la tortuga y algo parecido al tiburón.  Aunque en esos mis años, ya estaba realizada la red eléctrica en la Isla,  funcionaba solo hasta las doce de la noche y fallaba con cierta frecuencia durante el día. La lámpara de petróleo, el quinqué, el petromax y demás artilugios de alumbrado, fueron mis compañeros en mi lectura, así que mis conocimientos huelen algo a petróleo.
Comenta el escrito los campamentos de los alemanes y camerones. Tengo un libro editado sobre el tema, en que se ven fotos de esos campamentos, perfectamente trazados, incluso con hospital, y parece ser que seguían haciendo todos los días instrucción militar, pero como no podían tener fusiles según el convenio, lo efectuaban con palos en vez de fusiles. 

Fernando el Africano – Algete    27 nov. 2011

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