lunes, 30 de abril de 2012

FERNANDO EL AFRICANO-NOVELA-III

Aunque la llegada del hombre a la Isla no se puede fechar, si se puede afirmar por las excavaciones efectuadas, principalmente en


la playa de Carboneras y por la cerámica encontrada en Timbabé, que hace dos mil años ya existían agricultores en la zona, es seguro que los primeros pobladores trajeron en sus embarcaciones semillas de su dieta alimenticia en origen, como garantía de que podrían subsistir en aquellas tierras donde llegaban huyendo de la presión recibida en el Continente.



El historiador Tessman, cuenta que en las costas cercanas un hijo cometió incesto y tuvo que huir, refugiándose en la Isla, donde renegando de su condición de continental, inició una nueva tribu que para diferenciarse de las otras, se marcó la cara con cicatrices largas (Biahó). Se supone que de estos descendientes los primeros habitaron en Eoko poblado cercano a Concepción( actual Riaba) en el camino de Riasaaka y hasta para distinguir estos primeros pobladores y familias del resto, las cicatrices que se marcaron el la cara, se hicieron en vertical y al resto de las tribus de la Isla llevan las señales en horizontal. Estas costumbres ya se han perdido pero hoy en día en algunos poblados todavía se practican escarificaciones en la piel, para impregnar en los cortes substancias extraídas de plantas para curar enfermedades, estas prácticas son generadas por brujos indígenas o por ancianos que conocen sus propiedades. Cuando decimos brujos es en el sentido de persona que actúa como sacerdote de la tribu o poblado y que es guardián de las tradiciones seculares.

Por otra parte durante la vigencia de la ciudad de Clarence, los ingleses comprobaron que algunos poblados de la parte Sur de la Isla, o los de la parte Este con el Oeste, tenían dificultades para entenderse lo que es prueba de sus diferentes puntos de partida para su llegada a la Isla. Eso pasa actualmente en que hay dos lenguas bubis distintos entre Norte y Sur como sucede en España entre distintas regiones, aunque con buena voluntad nos entendemos y se entienden.



Otra tradición cuenta que huyendo del mal trato de su marido, llegó a la Isla una mujer embarazada procedente de la costa cercana de Victoria, y que esta mujer en la isla, dio a luz de dos hijos, niño y niña, y de que la unión de estos se formó el primer poblado en la zona de Ureka o cercanías. No parece tan verosímil, aunque la verdad que pese a la dictadura de los hombres, la Gran Madre Bisila tiene arraigo importante en el país, y tanto es así que celebran el día de la Virgen de Bisila, como sucedáneo de sus creencias traspasadas a la Iglesia Católica.



En un libro de notas de Francisco de las Barras de Aragón de 1929, habla del viajero Zingraff y de las tribus dualas que llegaron a Fernando Poo, según Frobenius en unas cuevas de Senegal se encuentran armas de cobre, vasos de barro pintados de rojo, que demuestran la influencia mediterránea en esa zona de Guinea, donde llegan los indicios por dos empujes, el náutico y el terrestre procedente del mar Rojo y la Península arábiga, pruebas de ello es que cuando los ingleses llegaron a Benin descubrieron la costumbre de revestir los muros de latón de sus habitantes.



En 1882, el marino Francisco Romera, que conocía parte de las costas del Golfo de Guinea, estimaba que los bubis pertenecían a la tribu yoruba de Nigeria, donde la rama de los ocoos, se tatuaban de forma similar a los isleños y tenían una divinidad llamada Morimó, igual que en Fernando Poo.

Tessman encuentra similitud en el lenguaje de los bubis y los galoas pueblo situado en las riveras del río Ogué en Gabón.

En la desembocadura del río Benin en el delta del Níger existe un pueblo llamado Bubi.



Concretando lo que está claro que por su situación geográfica podía ser punto de emigración para tribus, familias o personas perseguidas bien por las luchas feroces entre tribus, para su asentamiento en un territorio y siglos después por los traficantes de esclavos.



El dominio de esas tierras, fue cedido a España por Portugal en el tratado de San Ildefonso en 1778 confirmado posteriormente por el tratado del Pardo), tomando posesión de las mismas oficialmente el 20 de octubre de 1778, al mando de las fragatas Santa Catalina y Nuestra Señora de Soledad, el brigadier Felipe José Santos Toro, Villalón, Santaella y Bertrán, Freyre, González de Andrade, Altamirano y Amadeau de Felerie, conde de Argelejo, regidor de la ciudad de Antequera y brigadier de los Ejércitos de Su Majestad Católica (¿A que parece todo un ejército? Pues es sólo el nombre del brigadier) en nombre del rey de España Carlos III, desembarcando en la isla de Fernando Poo, en la bahía que bautizaron con el nombre de San Carlos, en honor del rey, los nativos la conocían como Osemba.




1 comentario:

fernando africano dijo...

Se me ve en la foto con un cayuco que me regalaron, en la finca Mercedes Montero, con mi hermano Salvador, debía ser sobre 1949. Estaba yo como un saco de huesos.