jueves, 5 de noviembre de 2015

ANNOBÓN IV







ANNOBÓN IV
Poco  antes de la llegada de los claretianos, se lanzó a la calle un famoso soñador o espiritista, que decía tener relaciones extraterrenas y conversaciones con los santos y con las almas (fa,cu santu, fa cu limi).
Era conocido por el nombre de Pagalu, aunque su verdadero nombre era Ngunsalu (Gonzalo) Mana Bizga , el cual a la vuelta de sus fingidos éxtasis , pedía al cielo la muerte para no tener que ver las abominaciones que se avecinaban.
Entre convulsiones gritaba:
Mate fo.. lo, mate..fo..lo ¡ Pa me be. ¡ A…a..a.. xigá ye za, na mina! ( Mátame ya, mátame ¡ para no verlo . ¡Oh, ya está cerca, niños!) A continuación se lanzaba a hacer numerosos pronósticos, algunos de los cuales en realidad eran más positivos.
Para reforzar su poder extendió la noticia de que los misioneros eran herejes y venían a propagar sus malas costumbres, les daba el nombre de “tela jabadu” , o sea, degeneración de la tierra ( de Annobón) .
Uno de los enfrentamientos contra los misioneros fue el traslado del poblado, al considerar los misioneros que era un lugar insano el vigente y sin ventilación. Además con el agravante de que destruyeron el poblado antiguo para obligarles al traslado.
El día 14 de enero de 1895, llegó a la isla el gobernador general, don José de la Puente Basabe, disgustado por haber tenido revueltas en San Carlos y de Cabo San Juan, en el Continente.
Después de visitar el nuevo poblado, regresó al barco parta pernoctar, pero a la mañana siguiente lo visitó una comisión de ancianos, llenándole la cabeza de quejas y manifestando que deseaban morir en el mismo poblado donde habían nacido.
El anticlerical señor Puente, no le costó darles crédito, sin nuevas averiguaciones. Hizo enviar comunicado a los misioneros , privándolos de su autoridad civil, pasándola a los nativos, y manifestando que se presentaran  a bordo para ser llevados  a Fernando Poo y entregados a la disposición del prefecto, tanto al padre superior Juan Serrallonga como al que ejercía de gobernador Juan Coll.
Eso hizo que los annoboneses les entrara un delirium tremens de grandeza, lo que se manifestó destruyendo el nuevo poblado, dejando de acudir a la iglesia y lanzándose a las pendencias y borracheras que se habían controlado.

Continuará…

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