miércoles, 25 de enero de 2017

EL LEGADO DE LOS JESUITAS EN GUINEA







NOTAS EXTRAIDAS DEL LIBRO LEGADO DE LOS JESUITAS –
     Por ser algo largo lo extraído lo dividiré en tres partes  

Notas extraídas del libro El Legado de los Jesuitas en Guinea, escrito por el profesor Miguel Vilaró i Güell, misioneros que llegaron a Guinea en 1856, que mezclo con mis comentarios sobre el tema. Recomiendo al que pueda que adquiera este libro de bolsillo editado por Ceiba Ediciones.
                               Escrito Nº   1
La vida de esos misioneros, en aquellos años, debió ser muy dura. Independiente de que fallecían con un alto porcentaje y en corto tiempo de estancia, nos da un reflejo como relata estos hechos el padre Lorenzo Sanmartí  en la carta dirigida al Gobierno el 26 de diciembre de 1862. Hacemos la salvedad que estas descripciones corresponden a como veían al principio los misioneros a los bubis en el siglo XIX , siendo muchas de esas observaciones erróneas como se ha ido confirmando al conocer y tener un mejor contacto, no aquel en que se tenía un desconocimiento total de sus habitantes.
Hacen expediciones en la espesura del bosque buscando nuevos pueblos bubis. A la falta de comestibles tienen que pasar tres o cuatro días con las correspondientes noches, durmiendo en chozas de tablillas mal ajustadas, en las que el relente y la humedad imperan. Durmiendo en la dura tierra, llena de sabandijas y mosquitos abundantes en el bosque, chupándoles la sangre y cubriéndoles la cara y las manos de ronchas y un comezón que irrita todo el cuerpo. Los bubis han hallado un secreto específico contra los mosquitos y tábanos y otros insectos, embadurnándose todo el cuerpo con una mezcla de palma, tierra y yerbas machacadas y una untura roja, que produce un olor tan desagradable que hasta los bichos huyen al percibirlo.
                                
Hábitos y costumbres de  los bubis Ellos confiesan que hay un Dios Creador del Cielo y la Tierra, y que no tiene cuerpo. Aplican la palabra Mmó a un ser invisible o espiritual y así llaman a Dios Mmó Rupé, y generalmente le llaman solo con la palabra Rupé. Creen también en la existencia de otro ser espiritual invisible que es el causador de los males que afligen al género humano, aquí tenemos el dogma de los dos principios,. A ese espíritu o Diablo, le aplican también la palabra Mmó pero para distinguirlo del bueno o de Dios, le añaden dos palabras ,Sa Labé, que quiere decir obrador del mal, mientras afirman al mismo tiempo que Dios es muy bueno: Rupé sese al-lé  buqué buqué. Según ellos Dios es muy viejo.

Dios tiene muchos hijos los cuales llaman también Mmó, pero no tiene mujer, y a esos hijos los consideran como si fueran Ángeles custodios, y cada barrio les edifica una choza a la manera de la que las tienen, para que allí habite el Mmó que les han de guardar y le ponen el nombre que les parece. Esta casa o capilla le llaman Erojia, acuden a cantar al Mmó y a pedirle, el remedio a sus necesidades, que se reducen a estas cuatro: que les dé mucho de comer, mucho de beber, muchos hijos y larga vida.  Dicen que Dios les contesta con un silbido y según el tono saben si es afirmativo o negativo. 

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