MISCELANIAS DE
OTROS TIEMPOS- II
SOBRE EL
DESMONTE EN FERNANDO PÓO
En 1904 hay varios artículos sobre este tema en la Revista
la Guinea Española, así que voy a resumir las opiniones y consejos sobre este
tema que aparecen en la citada revista.
No cabe duda que la isla en ferocísima y posee terrenos para
toda clase de cultivos de países tropicales, pero ¿qué sitios son los que con
preferencia se han de escoger para abrir esas plantaciones? Esto es en lo que
no siempre se acierta.
Las numerosas fincas ya abiertas y que con asombrosa rapidez
se van abriendo, adolcen del mismo defecto, y es: que son demasiado litorales,
o sea muy próximas al mar, de donde se sigue el que las plantas padezcan mucho
por la influencia del salitre y de las brisas marítimas que, saturadas del
mismo llegan.
La causa o razón porque los finqueros se determinan a elegir
tan poco ventajosa situación, ya se sabe, es la gran falta de comunicaciones o
de caminos en la Isla, lo que les obliga a optar a esa medida, ya que en la
actualidad los transportes por mar son los más fáciles y económicos y casi los
únicos factibles. Las fincas a nuestro entender, deberían reunir cuatro
condiciones:
1ª Que se abrieran lo más en sudeste o sudoeste.
2ª Que estuvieran sitas desde
3ª Que fueran oreadas por los vientos del Sud o Sudoeste.
4ª Que las plantas estuvieran resguardadas de los rayos
solares, sobre todo los de la mañana, y por ello protegidas por
sombras suficientes, máxime las que se hallan hacia
el Oriente.
Por la última condición que hemos señalado para las fincas,
se desprenderá que abogamos por la sombra y arbolado y que no somos partidarios
de desmontes al raso. Hasta hace algún tiempo abríase en Fernando Poo las
fincas talando por completo el bosque; hoy por fortuna, se ha cambiado esa
práctica y síguese diferente rumbo, lo que no podemos menor de ver con
satisfacción. Para apoyar más y más nuestra opinión, comenzamos por solventar
las objeciones o razones aparentes que se suelen alegar en Pro de la práctica
contraria. A cinco las reduciremos nosotros, a las que procuraremos
cumplidamente, y nos darán materia para publicar en otros números de la Revista
La Guinea Española. -
1ª Objeción: La belleza de una finca.
¡Que hermosa es- dicen- una finca bien desmontada de 10
hasta
2ª Objeción: El desprendimiento de ramas perjudica a las
plantas
Las ramas se desgajan de los árboles, y caen sobre las
plantas, pero más males y mayores perjuicios se seguirán de un sol abrasador
que no solo echará a perder a planta, sino 20,30 y hasta la mitad de nuestra
plantación. Lo cierto es que, ateniéndonos al café, sabe todo
3ª Objeción: Las brisas corren mejor
Es natural que si tanto se extrema lo que decimos de la
conveniencia de la sombra, lejos de ser esta beneficiosa a la plantación,
resulta un gran daño para la misma, por falta de brisas y la consiguiente
continua humedad, pero no es esa la sombra por la que nosotros abogamos sino
aquella que sin ser excesiva y dejando en la finca la necesaria claridad para
que corrijan los vientos, resguarde a las plantas del ardor de los rayos
solares, además, ya dijimos al principio que no todas las brisas favorecen
igualmente al cacao, sino los mejores son las que no van saturadas de salitre y
que son frescas y de la banda sudoeste.
No es posible señalar una regla fija para la mayor o menor
espesura del arbolado destinado a sombra, sino que depende de la naturaleza de
los terrenos. Así, por ejemplo, en nuestra isla no debe ser esta espesa como en
la de Santo Tomé, por ser la muralla más húmeda a causa de su misma posición
geográfica, o sea más medida en el Golfo de Guinea, más próxima a la costa
continental y por ello menos ventilada.
4ª Objeción: Las raíces perjudican las plantas y sirven de
estorbo al machete.
Conviene que distingamos los árboles dañinos de los que no
lo son.
- A la primera clase
pertenecen aquellos cuyas raíces son muy chupadoras como el mango, a las
segundas por ejemplo el plátano, estableciendo reglas orientativas
podríamos decir que los que benefician son los árboles cuyas hojas son
pequeñas y cuya sabia tiene a ser más acuosa que lechosa y serán poco
favorables los contrarios. Procuren dejar para sombra árboles de pocas
raíces.
5ª Objeción: Ya se procura sombra al cacao por medio de
plátanos y bananas.
A esto respondemos que dicha sombra no le basta, antes es
muy deficiente. Verdad es que el plátano y la banana protegen algo el cacao;
pero de ordinario no se extiende dicha protección más allá del tercer año,
cuando el cacao domina ya a las mencionadas plantas y aún las mata. Sabido es
por otra parte que el 4º y 5º año, tras las primeras cosechas, queda el cacao
bastante desmejorado y en esa misma época es cuando más perseguidas son sus
raíces por el gusano enemigo. Pues bien, si caen sobre él con fuerza los
abrasadores rayos del sol, ¿Qué sucederá en el pobre cacao? Lo que nos dice la
experiencia es que poco a poco va padeciendo y perdiendo vida y no es raro
verse en los plantíos grandes porciones de los mismos como atacadas de una
maligna plaga. Perdida su fuerza inicial no puede luchar contra adversidades
tales, como la falta de lluvia y humedad.
Resumiendo, el cacao le sirve los dos primeros años la
sombra del banano, aunque no es la ideal pero cuando los árboles crecen por
encima del banano hay que tener otra sombra. La ideal es la teca que evita los
rayos de sol pero que protege la humedad del suelo, ejemplo de estas fincas con
sombra y bien ventiladas son las de Francisco Romera en la parte occidental y
las de Jeremias Barleycorn y la de la Vigatana** en la opuesta banda. Las dos
últimas han desmerecido mucho, por estar al Oriente, y la primera no es lo que
al principio prometía.
Los ataques del gusano merman las producciones, su
genealogía se ignora todavía. Quienes le hacen venir, tal vez la podredumbre de
los troncos, quienes de la palmera. ¿ No podrían estos gusanos estar en embrión
en forma de huevos o de diminutas larvas dejadas por las mariposas en las hojas
del cacao o debajo de los mismos cacaos, y luego, mediante las primeras lluvias
o la acción del sol germinar?. Lo cierto es que los indicados roedores tras los
primeros tornados, introduciéndose pronto en las raíces, seca el árbol.
MIS NOTAS
** La firma La Vigatana fue la primera empresa que trabajé
en mi vida, en Santa Isabel. Encargado del almacén. Mi trabajo consistía que el
cacao, aceite de palma y café que se almacenaba, cuando llegara el barco con
destino a la Península nos daban 2 días para embarcar, lo que bajabas al puerto
era lo conseguido, pero a veces en el almacén había una acumulación importante
de miles de sacos y bidones. A veces parta agilizar la carga de camiones,
montábamos una cadena cuyo ritmo lo marcaba el que los lanzaba a la carrocería
del camión, me ponía con el bracero más fuerte a blandear los sacos de 60
kilos, al camión, cuando llevaban media hora mis brazos estaban insensibles.
El problema es que lo que no se embarcara en esos dos días
se quedaba en almacén, lo que representaba un problema económico, de merma de
peso del cacao, y de calidad del producto al poder coger humedades.
En este informe de 1904, habría que añadir el problema grave
que para el cacao representan las ardillas, al ser muy aficionadas a morder las
piñas del cacao y como muerde muchas más que come, destroza una parte importante
de la cosecha. Por eso todas las fincas (En mis tiempos 1942-1964) como mínimo
tenían un cazador indígena que equipado de escopetas de calibre doce con
perdigón del 8 0 6, salían cada mañana a cazar como mínimo 8-10 ardillas.
Debían cazar las mismas que cartuchos les daban. Los cazadores eran tan
profesionales que en muchos tiros cazaban 2 ardillas, ya que buscaban su
agrupamiento. Con el cartucho que les sobraba cazaban un gronbif (rata de
bosque) o un fritambo (pequeño antílope).
En mi época los gusanos estaban muy controlados gracias. (Fernando García) 4.11.2021
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