Nubes negras, compactas renebrosas,
van llegando en rebaño presurosas
el viento empieza a mandar mensajes,
vuelan chapas, nipas y ramajes.
El sol asustado se oculta tras las nubes,
el viento expulsa sus repletas ubres,
cimbrean como juncos las palmeras,
sus hojas se dejan acariciar cual cabelleras.
Huyen buscando refugio los animales,
el trueno brama, el agua cae a raudales,
alguna puerta se cierra con fuerte impacto,
Eolo, amaina, termina el acto.
La calle queda llena de ramas y despojos,
el agua cubre las aceras, como arroyos,
algún cristal queda roto, se ve un techo suelto,
el sol vuelve a salir tímido, todo ha pasado.
Fernando el Africano
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