A veces cuando estoy dormido,
sueño en ese paraíso perdido,
sus baleles, sus blancas sonrisas,
su forma de andar sin prisas..
Ese verde exuberante de esplendor,
calles tranquilas de andar sin temor,
ni coches, ni atracos, solo calor.
Muchos mosquitos cabreados y atrevidos,
el jején visitando mi curtida piel,
la alegría de ver a todos mis amigos,
la llegada del pleno sol amigo fiel.
Esa playa del kilómetro cuarenta y dos,
las almejas escondidas en sus arenas,
la subida a Baney por Botonós,
atravesando sus espléndidas palmeras.
Moka con sus valles y grandes helechos,
luciendo ganaderías y hermosos caballos,
entre la niebla por caminos estrechos,
con lluvias torrenciales y furiosos rayos.
Dar vueltas a esa hermosa plaza España,
viendo el "nuevo material" femenino,
contándoles historias y falsas hazañas,
hablando de todo sin pausa ni tino.
Un baño y un wisky en la piscina del Casino,
el partido de tenis desafiando al astro sol,
una vuelta en la moto, Banapá como camino
mucha marcha, como establecía el rol.
Una reunión de todos los del teatro,
hay que preparar una nueva representación,
hacer los decorados entre todos, es el trato,
hay que colaborar por pura vocación.
Un partido de competición en baloncesto,
unas risueñas admiradoras en el público,
nosotros presumiendo con figura y gesto,
ellas mirando con disimulo púdico.
De noche, en Anita Wuau, a mover el esqueleto,
a bailar la Maringa con frenético movimiento,
a veces separados, otras bien prieto,
en la juventud hay que aprovechar el momento.
El despertar me lleva a la triste realidad,
Los sueños eran ficción todo era fantasía,
mi cuerpo ya no tiene esa capacidad,
la vida es una desvariada utopía.
Fernando el Africano
Barcelona a 15 de Agosto 2010
sueño en ese paraíso perdido,
sus baleles, sus blancas sonrisas,
su forma de andar sin prisas..
Ese verde exuberante de esplendor,
calles tranquilas de andar sin temor,
ni coches, ni atracos, solo calor.
Muchos mosquitos cabreados y atrevidos,
el jején visitando mi curtida piel,
la alegría de ver a todos mis amigos,
la llegada del pleno sol amigo fiel.
Esa playa del kilómetro cuarenta y dos,
las almejas escondidas en sus arenas,
la subida a Baney por Botonós,
atravesando sus espléndidas palmeras.
Moka con sus valles y grandes helechos,
luciendo ganaderías y hermosos caballos,
entre la niebla por caminos estrechos,
con lluvias torrenciales y furiosos rayos.
Dar vueltas a esa hermosa plaza España,
viendo el "nuevo material" femenino,
contándoles historias y falsas hazañas,
hablando de todo sin pausa ni tino.
Un baño y un wisky en la piscina del Casino,
el partido de tenis desafiando al astro sol,
una vuelta en la moto, Banapá como camino
mucha marcha, como establecía el rol.
Una reunión de todos los del teatro,
hay que preparar una nueva representación,
hacer los decorados entre todos, es el trato,
hay que colaborar por pura vocación.
Un partido de competición en baloncesto,
unas risueñas admiradoras en el público,
nosotros presumiendo con figura y gesto,
ellas mirando con disimulo púdico.
De noche, en Anita Wuau, a mover el esqueleto,
a bailar la Maringa con frenético movimiento,
a veces separados, otras bien prieto,
en la juventud hay que aprovechar el momento.
El despertar me lleva a la triste realidad,
Los sueños eran ficción todo era fantasía,
mi cuerpo ya no tiene esa capacidad,
la vida es una desvariada utopía.
Fernando el Africano
Barcelona a 15 de Agosto 2010
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