LA MENTIRA CUANDO SE CUENTA MUCHAS VECES PARECE VERDAD.
Este escrito me va a traer muchas críticas y crear algunos enemigos,
pero hay que contar verdades.
Así pasa con la
mentira de los asesinatos por las autoridades militares españolas en el proceso
de la independencia de Guinea.
Como premisa y sin entrar en estudios profundos, cuando
hablan de la explotación española de esa Guinea, tendríamos que recordar que
hasta finales del siglo XIX, España no ejercía colonización en aquellas tierras
y por ejemplo hasta 1930 ya en el siglo XX, no se terminó la carretera Santa
Isabel San Carlos, primera carretera de aquella isla. Lo mismo pasaba con el
Continente. Así que podríamos decir que nuestra explotación de Guinea tuvo 38
años efectivos, lo demás es pura fantasía. Raspando un poco en la historia,
diríamos que a nosotros nos explotaron muchos años Fenicios y cartagineses, que
curiosa casualidad eran africanos. Los árabes que estuvieron en España 800
años, parece ser que bereberes, almohades, almorávides etc. Casi todos eran
africanos. Como chiste diríamos que como el primer homínido en la tierra era
africano, se supone que ya entonces nos enviaron algunos a explotarnos.
Nosotros de estos pueblos que nos explotaron y en algunos
casos esclavizaron, recordamos lo bueno que nos dejaron: de los romanos su
derecho, sus vías de comunicación, de los fenicios su sentido comercial de los
árabes sus regadíos, parte de su medicina.
Acabo de adquirir un libro titulado Acacio Mañé Elá una Historia
por Contar, escrita por una periodista Sh. Carmela Oyono Ayingono. Siempre que
se habla de los asesinatos de las autoridades españolas en Guinea, aparecen
únicamente dos nombres Acacio Mañé y Enrique Nvo. Aunque yo podría añadir alguno más como Sas
Ebuera, pero pocos más. En cambio tengo un libro editado por el movimiento de
resistencia popular de Guinea Ecuatorial, titulado INFORME FAM, que detalla los
asesinatos de Macias en aquellas fechas (siguió matando después) , da nombres
y apellidos y los agrupa de la siguiente
forma
ALTOS CARGOS
4.-
MIINISTROS 24.-
CONSEJEROS
6.-
ALCALDES
4.-
CONSEJALES
5.-
DIPUTADOS
10.-
MÉDICOS 3.-
DELEGADOS GUBERNATIVOS.
6.-
FUNCIONARIOS
22.-
ADMINIS. CIVIL 75.-
PROFESORES 33.-
TÉCNICOS SANIT. 7.-
MILITARES GUARDIA NACIONAL. 29.-
POLICIAS
7.-
JEFES POBLADO 21.-
GERENTES EMPRESAS ESPAÑOLAS 14.-
EMPLEADOS Y COMERCIANTES 34.-
AGRICULTORES
148.-
JOVENES Y NIÑOS POR PRSUNTAS CULPAS
DE SUS PADRES 27.-
SEÑORAS POR PRESUNTAS CULPAS DE MARIDOS 9.-
CAMPESINOS
35
Estos 533 asesinados son los que se sabe nombre y apellidos.
Así que me parece que las autoridades españolas eran algo más benignas que su
líder africano. A ver quién me facilita una relación de asesinatos de las
autoridades españolas que en dos años haya superado la anterior.
Por cierto lo de Acacio Mañe, estoy seguro que fue verdad
por muchos detalles, la de Enrique Nvo hasta su autora esparce una profunda
duda. Según ese escrito lo asesinaron en Camerún dos cameruneses afincados en
Guinea, por orden del Gobierno español, podría ser por encargo de sus
opositores políticos ecuatoguineanos.
Otra de las versiones que cuenta en su libro es que
intentado pasar al Camerún cruzó el río M’ vila , y les pareció como que se
ahogaba (¿ Había, como en otras zonas de los ríos continentales ,caimanes?) ,
así que no hay una sospecha clara de las autoridades españolas estuvieran
implicadas en el asesinato, suponiendo que lo hubiera.
Alguna vez he comentado una conversación que tuve con un
ilustre universitario bubi, que aseguraba en una conferencia que a finales del
siglo XIX , los españoles habían asesinado a unos veinte mil bubis, y al
manifestarle yo, que como era posible asesinar a veinte mil bubis, cuando la
población era de quince mil. Su respuesta, no muy académica, fue: cuando los
blancos ponéis una cifra, yo le añado dos ceros.
En los escritos de los ingleses que estuvieron en la isla
con el Tribunal de la Represión de la Esclavitud, hablan de quince mil
habitantes.
Tengo un libro editado el año 1867, escrito por Antonio San
Martin y Montes. Titulado Estudio topográfico médicos de la isla de Fernando
Poo, que se había trasladado a la Isla para estudiar la geografía médica, por
lo tanto no tenía ningún interés en dar datos falsos, que habla de quince mil
habitantes.
Así podría encontrar muchos libros que coinciden con las
cifras estimativas.
Los bubis cuando llegaron a la Isla en diferentes oleadas,
se establecieron, como pescadores que eran, en las playas de la isla. (Véase
las excavaciones de Carboneras). Se supone que cuando empezaron a llegar barcos
a sus costas para capturar esclavos, violar a sus mujeres y robarles sus
cosechas alimentarias, desplazarían sus poblados hacia la zona montañosa. Tanto
es así que los únicos poblados en la costa son Santa Isabel y San Carlos,
edificados por europeos.
Otro detalle, en libros de las cultura bubi, se afirma que
muchos poblados, sus caminos estaban disimulados y así mismo la situación de
sus viviendas era estilo laberinto, ello es demostración que si los traficantes
llegaban a sus poblados a ellos les daba tiempo suficiente para huir al bosque,
donde eran dueños y señores, por su conocimiento.
Desde el poblado se dominaban las cuestas para llegar a él,
en aquel entonces en muchos poblados de las montañas usaban el silbo como
lenguaje de comunicación a largas distancias.
Resumiendo que los bubis no eran tontos, no se dejarían
matar veinte mil por las escasas fuerzas militares españolas, que aparte de los
15 o 20 instructores militares, tenían un barco de guerra anclado en el puerto,
cuya tripulación la mayoría moría de malaria en pocos meses.
En los libros de la memoria africana, está muy bien documentado
que cuando han tenido que luchar en algún poblado ( Balachá) han precisado la
ayuda de los braceros krumanes que les facilitaba en muchos casos Guillermo
Vivour (un negro de Sierra Leona) , sin ellos era un fracaso.
Así que basta de contar mentiras, no cabe duda que los españoles,
como otros pueblos conquistadores, abusaron del poder, encarcelaron a los
nativos, intentaron explotar el territorio, pro olvídense de miles, que no los
había.
Fernando García Gimeno
Barcelona a 3 agosto
2014-
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