Toda mi familia en Punta Fernanda
SENSACIONES AFRICANAS
El recuerdo africano está grabado
en mi mente
los cincuenta años de lejanía
forzosa
no influyen para tener Guinea
presente.
A veces, recuerdo sus fuertes olores
las comidas con aceite de palma
que de tu cara cambian hasta los
colores.
Del contrití la suavidad de su
aroma
o tal vez el famoso kinkilibá
que el riñón protege al que lo
toma.
Los gritos de una pareja de
nativos
que parecen que se van a matar
y termina con caricias y ritmos.
Dejar el coche con sus llaves
sabiendo que nadie se lo lleva
para pasear por sus calles.
Bañarse en sus playas por las
noches
con el rumor de sus olas de fondo
sin ropas y sin ajenos reproches.
Paseando en pesadas bicicletas
a la piscina del Servicio
Agronómico
saltando la prohibición con
nuestras tretas.
Subiendo a coger un coco a la
palmera
para beber su néctar y apagar la
sed
ignorando en peligro que ello
conlleva.
Jugar a los de dados una partida
bebiendo wisky o mucha cerveza
con nuestra gente querida.
Resumiendo, todos éramos hermanos
amigos de la familia guineana
y así seremos hasta que
muramos.
Fernando García Gimeno
13.07.2014
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