El rey bubi Malabo
EL
NACIMIENTO EN EL PUEBLO BUBI
Hace pocos
días tuve una conversación con una comadrona que había estado en Guinea y me
contaba los posibles problemas económicos que
representa el parto para una familia actualmente, y entonces se me
ocurrió repasar como eran los nacimientos en el siglo pasado y la verdad que
esas tradiciones y protocolos hoy en día, no se podrían cumplir, para ver sus
dificultades resumo los datos que nos facilita el claretiano A. Martin del
Molino en su magnífico libro Los Bubis Ritos y Creencias.
Para dar a
luz existe una casita pequeña, dedicada al espíritu buaíribo mayor del clan, es
decir el de la Madre de todo el clan. De su veneración se encarga la mujer de
más edad del poblado. La noticia de estar próximo el parto, la dará el padre de
la mujer, pues su esposo pertenece a otro clan, el padre es también el
responsable de llamar a las mujeres parteras propias de su clan.
El
alumbramiento se hará en secreto, silencio que habrán de cumplir las parteras,
pues como es obra de los espíritus cualquier ruido podría perturbar, no estando
permitido que se acerque ningún hombre, ya que son espíritus femeninos y la
presencia masculina podría repercutir en el nuevo ser.
El
nacimiento se produce sobre unas hierbas especiales llamada mboto y oye. No encima de la cama porque el primero que
tiene que aceptar al niño es la tierra, madre de todos. Al fondo de la casita
detrás del fuego se hará un lecho sobre el cual tendrá que dormir dos noches,
la considerada impura mujer.
La placenta
será enterrada en el mismo sitio que ha nacido el niño, como homenaje a la
tierra y al espíritu de la casa que a tantos hace nacer, la madre no podrá dar
de mamar al niño hasta que la placenta sea enterrada. El cordón umbilical mookori
no se considera por el contrario como elemento de impureza. Se guardará como
veneración dentro de la capilla, abriendo una caña en dos mitades y colocando
dentro atado, y colgado del techo hasta que pasado un tiempo se entierra y se
planta un arbusto que prosperará como la vida del niño.
Si existe
dificultad en el nacimiento, se temerá que la causa esté en la misma
parturienta por algún pecado cometido. Se le obligará a confesarse del
adulterio, indicando con algunos palitos el número de hombres con quienes a
convivido en secreto.
Pasadas las
dos noches de purificación la madre presentará al recién nacido a la familia y
a los ocho días al resto de toda la tribu.
En el rito del lopuam o iniciación a la vida, los padres del niño
nombran a un padrino o madrina. Llevando el niño o niña en brazos se efectuará
un acto bajo una palmera, donde el padrino le dice : Tú serás un buen trepador
no resbalarás ni caerás de la palmera. Si es niña le dirá: Ya tienes los frutos
de la palmera no dejarás que se pudran bajo ella. Luego en un acto los
invitados van depositando los regalos al pie del nacido, que es revestido con
pinturas de ndola. Ya en casa, la mayor de la familia recoge agua con una hoja
de malanga y formando con ella una bolsa o cucurucho, la hace caer sobre los
pechos de la madre recitando la siguiente plegaria: espíritu que has comprado
esta mujer, haz que tenga leche para alimentar el niño. Con una abundante
comida en que está invitado todo el poblado terminan los festejos del
nacimiento.
La mujer que
da a luz gemelos es felicitada de un modo especial y es llamada basaloté, es
decir mujer que ha hecho una gran cosa. Para los familiares es motivo de una
gran alegría, pero al mismo tiempo de mal augurio, porque con ello los
espíritus indican que sobra uno en la familia y que pronto este morirá, como
una víctima de un feliz acontecimiento.
2 comentarios:
Me ha encantado Fernando.
Gracias por la aportación.
Un fuertísimo abrazo
Mi amigo guineano Fernando el Magnifico, el número uno en todo lo que se propone.
Un abrazo de Antonio Holguín.
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