OGROS Y CEIBAS

LOS OGROS Y LAS CEIBAS

En la tradición bubi, existe la creencia de los ogros, cuya residencia eran los pozos de agua y subían a las ceibas donde habitaban, casi todos los poblados tienen su noko (ogro). Las grandes ceibas no son aconsejables para refugiarse bajo ellas, al ser su lugar preferido.

Cuando el hambre se apodera del ogro, el terror invade el poblado, pues cada día exigirá víctimas- me recuerda la leyenda de San Jorge- . Los bubis de Baney habían empezado a edificar un poblado y al ponerse a cortar una ceiba, oyeron chillar “¿Quién es el que intenta derribar el árbol de Bulaka- Kalekato, botê, Bulaka- Lo bualo?”. Aquellos valientes le respondieron: “Nosotros, el pueblo fuerte de Balopolopé. “ Me tragaré ahora a todos uno a uno, no dejando ni las hachas” contestó el noko, y así empezó a tragarse a toda la gente. Acudieron todos a luchar contra el ogro, todos morían y solo quedaron en el pueblo, cuatro hombres y una mujer embarazada.

Uno de ellos, cada si un niño, se dirigió a consultar con el espíritu, que le contestó: Vete en busca de animales y peces, y cocina como para un banquete hasta que llenes veinte ollas, después las pones bajo el árbol, y das unos golpes para que los oiga el ogro, y el ogro preguntará ¿quién es?, tu le dices: soy yo.

Así lo hizo el joven y el nokokoko , respondió lleno de furor: yo pensaba que os había matado a todos y salió y al no ver a nadie, comentó, estas veinte ollas es un manjar sabroso, así que se las comió. Al comer tanto entró en un sopor, que aprovechó el joven lanzándose sobre él y le abrió el vientre. Del vientre comenzaron a salir todos los habitantes que se había tragado anteriormente. El primer  que salió fue el padre del chico, llamado Bolulupeumé, que fue el último que se había tragado. Muerto el ogro, cortaron el árbol y proclamaron al joven vencedor del nokonoko.

Extraído del libro Los bubis Ritos y Creencias del claretiano A. Martin del Molino.

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