LOS CAYUCOS
Y LA MANO DE OBRA EN BIOKO
Pocos países
precisan importar mano de obra por carecer de ella, eso ha pasado siempre en la
isla de Bioko, el Continente no hay tenido tan pronunciada esa necesidad.
La importación
de mano de obra, por acuerdos de Gobierno, las ha habido con Malí, Sierra Leona
y la más estable y eficaz, Nigeria, de eso sabe mucho nuestro amigo Baltasar
Pérez Portabella, ya que intervino en la firma del último acuerdo.
El sistema
era que los agricultores solicitaban por medio de la Cámara Oficial Agrícola de
Guinea, los trabajadores que precisaban para ampliar su plantilla para la siguiente
cosecha, pero Nigeria, pese a disponer de personal suficiente para cubrir esa demanda,
y con el fin de presionar al Gobierno Español según le interesara, siempre daba
menos de los solicitados, así que había necesidad de más braceros.
En la bahía
de Santa Isabel junto al espigón por debajo de Punta Fernanda, existe una bahía
llamada de Los Cayucos. En ella amarran los nigerianos (básicamente) que con
sus cayucos vienen a comprar cigarrillos de tabaco y bebidas alcohólicas, especialmente Brandy, por
ser en su país mucho más caro, al no haber impuestos de Aduana en Santa Isabel.
Esos
cayucos, capaces de albergar 30 o 34 remeros, luego de cargado el material que
adquieren, salen a media tarde con rumbo a las costas de Nigeria, donde llegan
de madrugada descargando el material en sitios convenidos con los compradores.
A veces la operación
de compra de mercancía y carga s¡ no se efectúa el mismo día, esos ratos de
asueto los remeros pululan por la ciudad.
Un
espabilado, pensaría “Estos remeros poco ganarán y aquí podría ganar mucho más”,
así que inició conversaciones con algunos, les enseñó la finca, les dijo lo que
podrían ganar y llegaron a un acuerdo.
Ahora el
problema es como documentarlo “legalmente”. Presumo que ya habría planificado
antes el asunto, así que los diez nuevos candidatos a braceros, se los llevó al
foto-matón del Barato, y les hizo 3 fotos carnet a cada uno, las llevó a su amigo
en el archivo de la delegación de trabajo, que cogió la ficha de 10 fallecidos,
les puso las fotos de los nuevos () los resucitó) y así mismo en el archivo
general también cambió la foto, donde se cogió una cartilla de trabajador de
los fallecidos, efectuando el cambio.
Nada más
había un problema al ir a firmar el nuevo contrato, los llamaban por el nombre
de la ficha que no se parecía en nada al suyo, para lo cual ya estaban
aleccionados, y en el momento de citarlos, había que darles un empujoncito para
que se enteraran de su nuevo nombre y tribu .
Esa historia
hay que considerarla factible, dada la falta de mano de obra y el bien que proporcionaba
al país esta contratación.
Al
contratado el primer día, se le compraba algo de ropa adecuada, como pantalón
vaquero, camisa, un cubo para el transporte de productos del campo que cogía
para su comida, un machete y una lima, y alguna cosas más que no recuerdo.
Fernando
García – Barcelona a 11 de Agosto 2020
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