jueves, 3 de mayo de 2012

FERNANDO EL AFRICANO- NOVELA- VI


La isla quedó abandonada por la colonización española, y los ingleses hicieron varios intentos de establecerse en la misma, hasta que en 1829, El capitán Owen declaró Fernando Poo colonia inglesa y sus terrenos propiedad del rey Jorge IV, duque de Clarence, con cuyo nombre bautizó a Santa Isabel (Port Clarence). Para celebrar el acontecimiento e impresionar a la población nativa, desfilaron las tropas ante las autoridades locales y el pueblo. Estas manifestaciones de pólvora, guerreras militares, armas, banderas ondeando al viento y demás parafernalias castrenses, impresionaban a la población, y servía de advertencia del poder de los colonizadores para imponer sus leyes. Aquí se aplica lo de- vale más una imagen que mil palabras-.


Es curioso que los ingleses que habían sido los mayores impulsores del esclavismo, que incluso tenían un Convenio con España para facilitarnos esclavos con destino a las tierras americanas, ahora fueran los impulsores de la persecución de ese negocio, y sus barcos apresaran a cuanto navegara por la zona, unas veces para perseguir la piratería y otras para amedrentar al comercio de otras naciones con el fin de que no le hicieran la competencia en su expansión comercial en el mundo africano y asiático, ya que en América habían llegado un poco tarde y aún así se hizo con lo que hoy es Estados Unidos y parte del Canadá. En esa parte de África, tal vez con la mala intención de controlar el nuevo comercio del aceite de palma, que necesitaba para el florecimiento de la industria, que intentaba sustituir en toda esa zona al comercio humano, aunque los jefes locales no estaban mucho por la labor, ya que el capturar esclavos era fácil pero el subirse a la palmera y elaborar el aceite precisaba esfuerzo y daba menos dinero. Parece ser que la Isla de Fernando Poo, y la zona de San Carlos especialmente era buen lugar donde adquirir este aceite de palma necesario para la incipiente industria europea, además de las famosas Oil Rivers en Nigeria en la desembocadura del Niger. En la isla se instaló por parte inglesa la Comisión mixta contra la trata de negros, hasta 1832 en que esta Comisión junto con el depósito de esclavos libertados, pasó nuevamente a situarse en Sierra Leona, pese a que esa zona era menos saludable que nuestra isla, como atestiguaba que los cónsules españoles que se nombraban duraban menos de un año y no había forma de encontrar voluntarios que representaran al Gobierno español ante el Tribunal contra la represión de la piratería. Port Clarence la actual Malabo, era poco saludable hasta que no se desecaron las zonas pantanosas y se urbanizó, como confirma, pocos años más tarde, el famoso explorador Henry Morton Stanley, sentenciando que- España posee la parte más sana y más fértil del golfo de Guinea, siendo Fernando Poo la joya del Océano; pero una joya en bruto que España no se toma el trabajo de pulimentar. De ahí que no tenga valor alguno comercial y por mi parte no daría cien duros por toda la isla en el estado en que se encuentra actualmente.- Eso decía en aquel tiempo el africanista Stanley.

Prueba del desvelo para sanear la ciudad, es que una vez promulgado el decreto de 6 de marzo de 1843 de Administración local por el gobernador de la isla el capitán de fragata don Juan José de Lerena, en cuyo decreto se proclamaba el justo y legal derecho y el soberano poder de S.M. doña. Isabel II, reina de España de nombrar gobernador de Fernando Poo al caballero don Juan Beecroft. Este gobernador publica las Leyes y Ordenanzas locales con fecha 10 de Abril de 1843 en cuyos apartados 1 y 2, lo primordial que hace es obligar a sus habitantes a limpiar los escombros, cortar las malas hierbas, llenar de grava y arena sus patios y prohibir que se planten plátanos u otros árboles que atraigan los mosquitos en las inmediaciones, bajo la pena de ser multado con dos o diez pesos, según la decisión del Consejo.


Anteriormente, en 1827 en el Anuario Real Inglés ya figuraba la isla como colonia de Inglaterra, figurando en el mismo hasta el año 1856.

Igual que el capitán William Owen por encargo del gobierno inglés fundó la ciudad de Clarence en 1827 por considerar tanto su gobierno como él, la ubicación mejor para situar el Tribunal Mixto

Contra la esclavitud, así mismo la Sociedad Misionera Baptista en 1841, considera que para extender sus enseñanzas en los pueblos africanos, el mejor lugar es la Isla de Bioko, desde donde pueden hacer incursiones a la cercanas costas entre ellas las de Nigeria y Camerún, a cuyo fin se desplazan los pastores Jhon Clarke y el doctor Prince, y de la isla de Jamaica donde estaban establecidos envían un contingente de profesos y algunos negros artesanos para ayudar a la construcción y edificación de sus futuras casas, así como agricultores con semillas para intentar producir frutos tropicales propios de otras tierras pero de clima similar. Después de adquirir terrenos para establecer su capilla cercana y su escuela mediante acuerdos con el jefe bubi Bololo, ellos y sus colaboradores durante el tiempo que no apareció la iglesia católica en la Isla difundieron el cristianismo, establecieron escuelas, enseñaron el inglés, hicieron el primer ensayo del diccionario bubi. Cosa curiosa luego el obispado y la Iglesia católica adquirieron terrenos y edificaron junto a la iglesia protestante, con lo que hasta 1964 por lo menos convivieron a menos de cien metros una de la otra, según me consta personalmente.



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