jueves, 3 de enero de 2013

MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS-10



                                                                          

                                  MISCELANIAS DE OTROS TIEMPOS-10


                                           DE GEOGRAFÍA – agosto 1908

Encuentro una poesía del padre C.M.F. Agapito Ajuria, y dado que describe el nombre de algunos pueblos guineanos me permito transcribirla.

Los pueblos de la Guinea
si los conoces no sé;
sus nombres si tú lo quieres
con gusto te los diré.

Nombres de santos hay muchos,
iba a decir a granel:
la capital por ejemplo,
se llama Santa Isabel.

De Concepción a San Carlos,
San José de Banapá,
y de Maria Cristina
ninguno se olvidará.

Si marchas al Continente,
al encuentro te saldrán,
el famoso San Benito
y también San Juan.

Si busca ambiente puro
que vida y salud te dé,
sube corriendo a Moka
a Musola o Basilé.

Y en esa población bonita,
la que guardaba el francés,
es la que llaman Bata
que ya español es.

¿Y esa que un chalet semeja,
isleta que ahí se ve?
fue centro de un subgobierno
es el pequeño Elobey.

No lejos y separado
por una lengua de mar,
otra isla está que podemos
Elobey Grande llamar.

¡ Ay! Ya te veo Corisco
isla hermosa y sin rival:
la de los rayos, relámpagos,
la que llaman del cristal.

Otra isla, que muy lejana,
se escapa a nuestra visión,
la llaman de las ballenas,
isla grande de Annobón.

Los puestos de Grande y Asobla
tu ya los quisieras ver
la moderna Calatraba
debe ser un placer.

Más, todavía un nombre,
de importancia excepcional;
es el Muni celebérrimo,
en la historia colonial.

Y basta que no te quiero
con más nombres molestar
si bien quedan por contarte,
de tales nombres la mar.

Agapito Ajuria C.M.F.



                                                    MARFIL VEGETAL – 25-08-1908

Hace algunos años que, impelido nuestro cayuco “Muni” por la marea y por el acompasado bogar de nuestros colegiales, nos internábamos rápidamente en el río Bañe. Mientras yo rezaba el Santo Oficio y nuestra tripulación se entretenía en relatar historias
y cuentos en castellano, se oye a uno de los tripulantes decir en pamue: “Deguega alen Mon Nzama dele aolang eyala”. -Mirad aquella palmera del hijo de Dios, que alta es.-
Interrumpí por un momento mi rezo y pregunté a los colegiales; ¿a que árbol llamáis así? Los muchachos me señalan una palmera gigantesca, situada en la parte derecha, en el lugar llamado Mboka-Mbañe; la cual es conocida entre nosotros con el nombre de “palmera del marfil o Tagüa” ( Phytalephas macrocarpa).

Me ocurrió de pronto que nuestros colegiales habían oído hablar de nuestra palmacristi , y que aplicarían ese nombre a dicha palmera; más ello me contestaron que no era así, sino que los pamues la conocían con aquel nombre. No quedé satisfecho con la respuesta, y así al día siguiente, tuve ocasión de hablar a solas con un anciano, señalándole una de las palmeras, le pregunté como la llamaban los pamues, a lo cual me contestó como me habían contestado los muchachos. Después he vuelto a preguntar en diversas partes, y en todas es conocida dicha palmera, entre los pamues, por la palmera del Hijo de Dios.

Hasta ahora no he podido saber en que se fundan para darle ese nombre, mas, lo he querido apuntar aquí, para que pueda servir de punto de partida  para ulteriores investigaciones.

Como la Togúa o palmera del marfil se da espontáneamente en nuestra Colonia, no sería tiempo perdido en aprovecharse de ella, no solo para adornar nuestros paseos y jardines, sino también para obtener el marfil vegetal, que resulta de líquido extraído de sus frutos maduros el cual se va consolidando lentamente hasta llegar a adquirir notable dureza y semejanza del marfil animal.

Generalmente todos los aceites tienen hoy en día mucha aplicación en la industria. Por fortuna nuestra Colonia no escasa en este punto, pero lo sensible es que, o no se aprovechen, o se vayan en su mayor parte al extranjero. Conocidos son ya los aceites de las diversas palmeras, el no despreciable del árbol llamado Boyabe por los bengas y Asa por los pamues, el abundante y exquisito Fo de los pamues etc. Hoy me concretaré
A dar a conocer un aceite animal. Se obtiene este de un pequeño insecto , es cual me es imposible describir concretamente, pues aún no he tenido ocasión de verle, si bien poseemos su aceite y también he probado la gustosa pasta que resulta, una vez machacado y cocido, operaciones necesarias para extraer el aceite.

Según me han dicho, es una especie de hormiga o mosca. Nvele, la cual en tiempo de lluvia se esconde en la tierra, de la cual forma montones, a semejanza del comején u hormiga blanca. Los bikos y los balenges del interior del Muni son los que se aprovechan de este producto.

Firmado :  N. González, C.M.F.

                                                            MI COMENTARIO

En la poesía del padre Agapito, hay un versículo que dice en la población bonita que guardaba el francés pero que ahora ya es española. Por si algún lector ignora hasta ya entrado el siglo XX, los comercios, iglesia y control militar en la ciudad de Bata, todavía estaba en manos de las mismas autoridades francesas que controlaban el Gabón actual.

En el artículo del padre González sobre el marfil vegetal, hay que significar el potencial forestal de Guinea Ecuatorial en aquellos tiempos inexplorado y el desconocimiento aún hoy día de especies arbóreas capaces de curar enfermedades u otras aplicaciones desconocidas.


Fernando García Gimeno 

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