jueves, 19 de septiembre de 2013

LA GUADAÑA DE LA MUERTE


                                                         
                                               Cuadro completo de alumnos y profesores del Instituto
                                             Colonial de Enseñanza Media, Ramiro Maeztu 1944/1945

                       LA GUADAÑA DE LA MUERTE

Mi vida, frente a una parca con velo de muerte,
me enseña el libro de los tiempos,
entre la desgracia y la suerte.

La dirección de los vientos,
ampara en algunos casos o desfallece,
en el pulular de nuestra existencia,
y no siempre depende de quien merece,
ni de la prudencia ni la violencia.

Al pasar página con su dedo afilado,
recuerda mi nacimiento en Barcelona,
en su antiguo barrio amurallado,
y me avisa que no perdona.

Repasa bombardeos, escombros y metrallas, 
huida de terror a la frontera francesa,
colas de hambre donde vayas,
dolor, muerte y tristeza.

Esos sufrimientos que hemos relatado,
suman a la vida  positivo valor,
dado que el mal acto será restado,
eso me produce mucho temor.

No se si mi vida aportó más bien que mal,
pero aquí ya no se puede dar un paso atrás,
así que nuestra ambición  puede ser fatal,
no robé, abusé ni maté jamás.

Aunque siempre los actos tienen dos lecturas,
y hasta latrocinio si me apuras,
aquí no vale ya el perdón del cura.

Volvamos a la parca llena de negro luto,
perdona sin  negativas notas,
toma mi infancia de Guinea, como nuevo punto,   
me dice que no cuenta mis palabrotas.
ni fumar a escondidas de mis padres,
ni pequeñas al bosque escapadas,
significan para la pena coste,
pero siguen en alto las espadas.

Tu vida de juergas, sexo y pasiones
Será con mano dura castigada,
así que no te hagas muchas ilusiones,
que eso en la cuenta  está cargada.

Apareció en ese preciso instante,
un ángel como abogado defensor,
y con muy buen talante,
le recordó que el cielo es amor.

Cargaron todo, en la balanza de la justicia,
los platos temblaron  sin inclinación,
por un lado inclinaba la avaricia,
por el otro, tal vez mi sumisión.

Quitó el ángel algunos pecados de un lado,
un platillo cedió con lento movimiento,
en el cuadro se borró todo mi pasado,
y hoy con alegría y en paz me siento.

Os aconsejo pecar con placer pero con mesura
Matar solamente bichos  y molestos  mosquitos
No caigáis en el robo y la usura
E iréis directos al cielo sin inciensos ni ritos.

Fernando García Gimeno    Barcelona a  19 septiembre 2013
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