Repasando mi biblioteca he descubierto esta charla sobre Guinea que di en Valencia, hace años y como me parece muy interesante, la he dividido en dos partes y hoy publico una, espero os agrade a los lectores.
Isla de Annobón
1.
CHARLA SOBRE
GUINEA EN LA
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA, SAN VICENTE MÁRTIR
C/ Guillen de Castro 94
(detrás de las torres de Quart) el día 3 de diciembre de 2007 a las siete de la tarde
Buenas tardes. Soy Fernando García Gimeno.
Para que algunos no os preguntéis ¿Quien es este señor? Me
permito dar un esbozo de mi vinculación a Guinea.
Desde que me jubilé hace diez años he pasado parte de mi ocio,
publicando dos libros sobre la vida colonial y otro que tengo a punto. Así
mismo colaboro con varias revistas sobre Guinea, escribiendo artículos de las
costumbres y hábitos de aquellas tierras.
Es un placer tener el honor y
la oportunidad de presentarme aquí en la Universidad de Valencia, con el fin de
intentar ampliar el conocimiento de la República de Guinea Ecuatorial, único
país de África, que la lengua oficial es el español y en cuyas tierras he
vivido mi infancia, adolescencia y juventud hasta los 32 años. En otras
palabras, mis mejores años, por eso cuando abandone esta jungla de asfalto, mi espíritu
volverá a pasear por la selva africana, donde, según dicen los pigmeos, me
acogerá Eyengui el Dios de la selva.
Dado que se trata de tener un
coloquio sobre el África negra y más concretamente sobre Guinea, mi charla va a
ser corta y breve.
Por el Tratado del Pardo, del
11 de marzo de 1778, se confirma la paz entre Portugal y España en tierras
americanas, y España devuelve a Portugal la isla de Santa Catalina y algún otro
territorio. España recobra la colonia de Sacramento y la reina de Portugal
María I, sobrina del rey de España Carlos III, cede a la Corona de España todos
los derechos, posesión y acciones que tiene o puede tener en las islas de
Fernando Póo, Annobón y los puertos de río Gabón, de los Camerones, Cabo
Formoso y otros de aquel territorio.
En realidad a España solo le
interesaba en aquel momento aquellos territorios, como base y acopio de
esclavos, y no tener que adquirirlos a empresas extranjeras. Concretando entre
1701 y 1710 a
la Compañía de Guinea Francesa y a partir
de 1713 a
la South Sea Company a la cual
su Majestad Británica le había concedido el monopolio. Las guerras anglo
españolas, rompen esos acuerdos y España tiene que buscar otros proveedores
como: La Compañía de Caracas, La Gaditana de Negros, La Cia. Holandesa de
las Indias etc.
El 20 de octubre de 1778,
toma oficialmente posesión en nombre de España de la isla de Fernando Póo el
brigadier conde de Argelejo, muriendo al poco tiempo ante las costas de la isla
de Annobón que no pueden tomar por oponerse a ello los nativos.
Le sustituye en el mando el teniente coronel
Primo de Rivera.
Intentan establecer una base
en la isla de Fernando Poo en la Bahía de Riaba o Concepción, al poco tiempo de
los 547 expedicionarios que fueron, habían fallecido 370, y de los 177 restantes
ya se habían enviado a otros destinos o a España por enfermedad, 67.
En el campamento de Riaba, ante la falta de
alimentos, los enfrentamientos con la población, la termita blanca o carcoma,
que se come literalmente las naves y las instalaciones de madera, se amotinaron
los soldados y toman como rehén a Primo de Rivera. Resumiendo, el Gobierno
español ante tanto desastre y dada su débil economía para hacer una fuerte
inversión en aquellas tierras, opta por
seguir comprando esclavos en el mercado, como el acuerdo con la firma inglesa
Baker & Dawson de Liverpool, de 400 negros libres de impuestos situados en
Trinidad a un precio máximo de 150 pesos.
España que su meta principal
de la incorporación de esos territorios a la Corona, era el comercio de
esclavos, vistas las dificultades por motivos de aclimatación y falta de estructura para llevar a buen
término el negocio, prosiguió con la forma habitual de abastecerse en el
mercado. Hay que tener en cuenta que el proceso era el siguiente:
Contactar con un jefe nativo
en la costa, fijando un precio de compra, ir trasladando las compras al
depósito cercano en una isla o lugar fácil de proteger, para esperar la llegada
de las naves que surcaban el Atlántico transportando la mercancía. Tener
un almacén con existencias suficientes para el contravalor de la “mercancía”.
Dinero, aguardiente de caña, ron, armas, pólvora, tabaco de virginia,
abalorios, elementos de hierro, piezas de cobre para poder fabricar objetos,
telas pintadas, ropa, etc. Aunque ya los traficantes nativos habían aprendido
mucho y en una parte de la costa la divisa era la onza de oro y en otros, paños
o barras de hierro de medidas normalizadas.
Lugares y depósitos famosos
fueron la isla de Zanzíbar en el Ìndico, Gore en Senegal, Corisco en Guinea. En
Axim tenían los holandeses una fortaleza, lo mismo que habían construido el
castillo de San Jorge en la Costa de Mina, y los ingleses en Juda ( Widah).
En esas circunstancias,
España abandona cualquier acción en Guinea, de tal forma que la Corona Británica ,
que ya había prohibido el tráfico negrero en 1807, adhiriéndose a las posturas
de Dinamarca y Estados Unidos, decide trasladar el Tribunal para la Represión
de la Esclavitud, desde Freetown a la actual isla de Bioko (Fernando Poo),
fundando la ciudad de Clarence, actual Malabo, el 25 de diciembre de 1827.
Donde estuvieron hasta 1835.
Gran Bretaña no
precisaba esclavos, si en cambio
materias primas para su incipiente industria, tales como aceites, maderas,
minerales y además necesitaba nuevos mercados consumidores de sus nuevas
industrias, ropa, tejidos, bicicletas, ferretería, etc. Con la excusa de
perseguir la trata de esclavos, detenía a los barcos extranjeros que intentaban
comerciar en las costas africanas, les decomisaba el barco y la mercancía,
aduciendo que el género que llevaban era para el pago de la trata, así
terminaba con la competencia.
A mediados del siglo XIX,
España se da cuenta de que en la eminente revolución industrial precisará de
materias primas, entonces se acuerda de aquella colonia que tiene en África y
para actualizar sus posibilidades, en 1842 envía una expedición al mando del
capitán de navío don José de Lerena y Barry. En la ciudad de Clarence es
recibido únicamente por dos krumanes, se supone que antiguos funcionarios o
trabajadores del Tribunal de la Represión que hubo en la isla. Se les llama
krumanes por ser originarios de la sierra de Kru, situada entre Sierra Leona y
Liberia. En la ciudad ondea la bandera inglesa, los tratos comerciales se hacen
en inglés y los que manejan el comercio, es la Cia. West África. Lerena
bautiza la ciudad como Santa Isabel, levanta la bandera española y nombre gobernador a un comerciante inglés
Jhon Beecroft, dado que no vive ningún español en la zona.
Hasta 1858 que llega otra
expedición a la zona, no se puede nombrar un gobernador español, el capitán de
fragata Carlos Chacón, quien para situarse, hace un censo de la población que
da como resultado 858 habitantes, de los que no había ningún español: 7
ingleses, 20 portugueses, 67 nativos bubis, 209 krumanes y el resto vario pinto
de los países cercanos. Los nativos prefieren vivir en sus poblados y sus
relaciones con los trabajadores krumanes no son buenas. A Santa Isabel le
llaman Ripotó, traducido, pueblo de blancos.
En 1899, en la conferencia de
Berlín, las grandes potencias,
especialmente Francia y Gran Bretaña se reparten como un pastel África, sacando Alemania un
trozo de la tarta, donde curiosamente nunca había ejercido poder. Se quedó con
Namibia, Togo, Camerún y Tanganika. Posteriormente y a consecuencia del indefinido
reparto, Francia y España concretan las fronteras, y de los 280.000 kilómetros
cuadrados que se suponía nos había cedido Portugal, nos limitan nuestros
dominios a 26.000 en la parte continental y a unos 2.000 en zonas insulares. El rey
Leopoldo II de Bélgica había sido más listo, y en 1876 fundó la Asociación Africana
Internacional , que con supuestos fines humanitarios, explotó
la cuenca del Congo.
España inicia una agricultura
de cacao, café y algo de banana en la isla
de Fernando Poo. La madera y el café es la base en la parte Continental.
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