Granja Agrónoma Evinayong
ACACIO MAÑE Y OTRAS HISTORIAS´
Siempre que
se habla de la represión del Gobierno español en el periodo de la presión para
lograr la Independencia de Guinea Ecuatorial, salen los nombres casi únicos de
los llamados mártires de la Independencia, Acacio Mañe y Enrique Nvo. Hasta hoy
no había leído algo que me diera una visión
de quién era Acacio Mañe. Mira por donde en el libro Memorias de un
Viejo Colonial y Misionero, hay una mención a este personaje.
Cuenta el
claretiano que estando en Bata, se presentaron varias comisiones de diferentes
pueblos, solicitando que construyeran capillas en sus poblados. Al poco tiempo
de haberse llegado a Bata una comisión de ngamas que mandara el jefe Nzamio, se
presentó procedente del norte, un muchacho esambira solicitando cosa parecida
para sus compañeros y hermanos de tribu residentes por Njiakom y sus
alrededores. El muchacho en cuestión, que entonces vestía por toda indumentaria
una cuerda en cintura, es hoy dueño de un capital que para sí quisieran muchos
de mis lectores. Mañe m´Elá era su nombre en aquellos días, hoy se llama Acacio
Mañe.
De la forma
que habla el vicario de Acacio, hace pensar que se había convertido en un
hombre muy considerado por la sociedad, así que no se comprende la poca visión
del Gobierno Español en no atender las posibles demandas razonadas de este
señor.
En el libro
cuenta , que en una ocasión se hallaban los cristianos de Njiakom rezando en la
capilla primitiva el Santo Rosario, mientras a unos cincuenta metros de
distancia jugueteaba y preparaba su mvoc otro gorila en un árbol muy alto, sin
parar mientes ni hacer caso del ruido que producían aquellos al rezarlo en voz
alta.
Cuenta que
decidieron en 1924, crear una capilla en Nkue, en el kilómetro 103 de la
carretera Bata Micomeseng, la expedición hasta llegar a su destino empleó
diecinueve días, en cuya travesía sufrieron aguaceros y dificultades por
atravesar algunos ríos, entre ellos el Ekuku cerca de Bata.
Al llegar al
poblado muchos de sus habitantes nunca habían visto un blanco, y las barbas
largas de alguno de los misioneros les llamaban tanto la atención que hacían
colas para mesarlas. Alguno de sus vecinos, pensaban que eran hombres venidos
de otro mundo.
Hasta 1927,
no fue inaugurada por el gobernador Nuñez del Prado, la carretera Bata-
Micomeseng.
Fernando García Barcelona 28 abril 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario