Atravesando Río Benito
HUNDIMIENTO
DEL FERNANDO POO EN LA BAHÍA DE BATA
En Santa
Isabel el levantamiento de una parte de España contra la República, el llamado
Alzamiento Nacional de julio de 1936, hizo que viendo su consolidación el 18 de
septiembre de ese mismo año, destituyen al Gobernador y se proclaman del bando
Nacional, no así en Bata donde se constituye Un Comité a lo Frente Popular de
España, lo primero que hicieron fue reducir a obediencia y adueñarse de la
Guardia Colonial y del armamento de la misma depositado y declarar un bando en estado
de guerra en la población. Ese comité
presionaba al jefe de las fuerzas militares señor Fontanet para detener entre
otros a todos los misioneros.
Organizaron
levas para proteger y vigilar las playas de Utonde y del Ekuku, por sin
desembarcaban tropas procedentes de Santa Isabel. Bien provistos se lanzaron a mano
armada a la caza de cuantos no comulgaban con sus ideas, entre ellos los
administradores del interior como los capitanes Roncaño, Aguilar y don Antonio
del Valle y Furundarena.
En eso llegó
a Bata la motonave Fernando Poo. El día 1 de octubre llegó a la Misión el
practicante del hospital y destacado comunista, señor Paco Diez, y dado que era
amigo desde la infancia del padre Bruno, les dijo con toda reserva , que si
querían salvarse¡ debían salir y esconderse inmediatamente, fuera donde fuese,
ya que aquella noche los vendrían a buscar los del Comité del Fernando Poo,
para llevarlos a las bodegas del barco.
El padre
Superior convocó a la Comunidad y les notificó la gravedad de su situación. Oír
lo que decía el padre Larraya y marchar todos a sus cuartos para dejar las
sotanas y cambiarlas por chaquetas y americanas que a buen recaudo cada uno
guardaba en su maleta. Todos salieron de
la Misión salvo el hermano Isidoro Gil que se quedó como guardián de la casa.
Al final
todos cayeron en manos de los milicianos y trasladados a las dependencias de la
Alena, donde permanecieron encerrados, salvo los de Kogo que huyeron a
Libreville y dos de Nkue que se fueron al Camerún el día 13 de octubre a las
cinco de la mañana, fueron trasladados a las bodegas del Fernando Poo, con
ánimo de desentenderse de todos ellos hasta el día que se les antojara.
Los primeros
de la Comunidad de Bata en caer en manos de sus perseguidores fueron los padres
Egusquiza y Boixadera, iban nuestros padres camino de Movó, por detrás del
cementerio de la Misión, cuando al llegar encima de la loma les avistaron
algunos indígenas, los cuales al verlos con indumentaria peregrina y con sendos
bultos en la mano, creyendo que eran unos señores que escapaban de los
milicianos con armas sustraídas a los mismos, dieron parte. Las armas eran los
paraguas que llevaban en las manos. Así fueron cayendo uno a uno.
Serían, en
efecto, sobe las ocho y media de la mañana del día siguiente que nuestros
hermanos llegaron al Fernando Poo, cuando en la lejanía y entre brumas empezó a
perfilarse la silueta de una motonave que a todo meter intentaba colarse en el
puerto de Bata (en la ensenada, no había puerto en Bata entonces)Sorprendida
con semejante aparición la oficialidad del Fernando Poo, enfilaron todos sus
prismáticos hacia la misma por ver si lograban distinguir la nación y matrícula
que se correspondía a aquel navío.
Mientras
tanto, la motonave, asegurada de que se hallaba ya cerca del puerto a cuyas
aguas se dirigía, adelantaba cada vez más, cuando al cabo de media hora escasa,
retumbaron en el espacio, con horrísono estruendo, dos cañonazos, disparados
con tan certera puntería, que ambos dieron al Fernando Poo, inutilizándolo por
completo para navegar. Tras estos dos disparos vinieron otros contra la
población y caserío de Bata, con lo que ya nadie dudó que la motonave que con
tanta certera puntería así disparaba, no podía ser otra que algún navío que hubieran
artillado para el caso las fuerzas nacionalistas de Franco, enviándolo a Bata
para libertarla del yugo comunista que tan villanamente la oprimía.
Así era en
efecto: la motonave era el vapor Ciudad de Mahón, salido de Canarias hacia unos
diez días con unos ochocientos voluntarios y uno o dos tabores de Ifni y la
conveniente oficialidad. La partida se había liquidado, quedando la victoria
para las tropas de nuestra España nacional.
Las bajas:
dos misioneros muertos por el disparo de popa, el padre Acacio Ferraz y el
hermano Angel Roig, más un paisano de la casa Abascal y cuatro heridos más,
todos hermanos nuestros, alguno de ellos con tanta gravedad, como el hermano
Isidoro Gil, que a los pocos días
fallecía en el Hospital de Santa Isabel.
La oficialidad del Fernando Poo y los milicianos, al grito
de sálvese quien pueda, a nado algunos y otros con botes, corrieron como locos
a escapar de la llegada del Mahón. Llegados a tierra buscaron vehículos para
huir al Camerún, tanto es así que los voluntarios canarios, en una batida que
organizaron por las poblaciones cercanas a Bata, no capturaron a ninguno.
El barco a
todo esto empezó a escorarse, por lo que todo el mundo lo abandonó, salvo
algunos que no se dieron cuenta a tiempo y fallecieron al hundirse parte del
barco.
NOTA MÍA :
En ese Fernando Poo viajaba mi abuela Polonia y unos primos míos, según me
contaron.
Fernando
García Barcelona a 28 de abril 2015
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